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El viernes, 23 de septiembre, en Berlín, y en Londres, domingo 24 del mismo, el World Socialist Web Site WSWS (Sitio Socialista de la Web Mundial) y el Comité Internacional de la Cuarta Internacional celebrarán reuniones para conmemorar el 60° aniversario del asesinato de León Trotsky.

Estas reuniones proporcionarán una oportunidad única para toda persona que desee profundizar su conocimiento de la historia y la perspectiva política que animan al WSWS.

David North, secretario nacional del Partido Socialista por la Igualdad (SEP) en Los Estados Unidos y Redactor principal del WSWS, será el orador principal en ambas reuniones. North ha viajado por todo el mundo con sus penetrantes charlas sobre la historia y los principios marxistas y sobre el programa y la perspectiva de la Cuarta Internacional. Es autor de obras tales como:

• El Patrimonio que defendemos: una contribución a la historia de la Cuarta Internacional
• El Trotskismo contra el Stalinismo
• En defensa de la Revolución Rusa
• Anti semitismo, el fascismo y el holocausto
• La igualdad, los derechos del hombre y los orígenes del socialismo
• El socialismo, la verdad histórica y la crisis del pensamiento político en Los Estados Unidos

El 20 de agosto, 1940, en su retiro de exilio en Coyoacán, México, un agente policiaco stalinista destruyó el cerebro de Trotsky con un punzón de hielo. La intención de este acto barbárico era la liquidación del oponente marxista más acérrimo de la burocracia stalinista en Moscú y de su traición de los principios del socialismo internacionalista que había dirigido a la clase obrera en la Revolución Rusa de Octubre, 1917.

Cuatro años antes del asesinato de Trotsky, comenzando con los famosos Juicios de Moscú contra dirigentes bolcheviques, Stalin y sus matones habían conducido una campaña de terror, encarcelamiento y asesinatos con tal de suprimir toda oposición socialista a su usurpación del poder. La liquidación de todo vestigio del Partido Bolchevique de Lenín, sin embargo, no podía llevarse a cabo por completo mientras Trotsky viviera, pues era éste el pensador revolucionario de mayor visión de la época. Junto con Lenín, Trotsky había dirigido la revolución Rusa y fundado el Ejército Soviético Rojo. Fue el primero en identificar el peligro creciente con que la burocratización del partido soviético y del aparato estadal amenazaban a la Revolución de Octubre. Respondió lanzando una lucha política en defensa de la democracia interna del partido y en oposición a los peligrosos programas y política de la burocracia y su dirigente político, José Stalin.

Trotsky formó la Oposición Izquierdista (Marxista) para combatir la degeneración stalinista del Partido Bolchevique. Advirtió que el desarrollo de una burocracia relativamente privilegiada y la erosión de la democracia interna del partido eran una amenaza para la Unión Soviética; el debate libre era el elemento vital de la cultura socialista que había resultado en Octubre. Tenía que fomentarse y expandirse si el socialismo había de alcanzar la victoria a nivel mundial.

En contra de las declaraciones de la burocracia que se estaba construyendo el “socialismo en un solo país”, Trotsky defendía la política que era imposible establecer un estado socialista limitado por las fronteras nacionales de un país en desarrollo como Rusia. Igual que Lenín, Trotsky creía que la revolución rusa era sólo el principio de la revolución socialista mundial a la cual todo socialista debía consagrarle todos sus esfuerzos, pues el socialismo sólo podía establecerse a nivel mundial utilizando las técnicas de producción más avanzadas del capitalismo.

Trotsky se opuso a la política internacional del régimen stalinista, el cual dirigió al movimiento socialista obrero de Alemania, China, e Inglaterra—y de otros países—a derrotas mayores. Fundamentalmente, la Oposición Izquierdista luchó por un Frente Único del movimiento obrero alemán para hacerle frente a Hitler. La política divisoria de Stalin, sin embargo, solo sirvió para que el partido reformista socialdemócrata mantuviera su control sobre amplias capas obreras y para que el fascismo asumiera el poder en 1933.

Trotsky concluyó de estos eventos que los Partidos Comunistas stalinizados habían pasado a la contrarrevolución. Ahora era necesario que todas las fuerzas socialistas se reagruparan dentro de un nuevo partido socialista mundial. Trotsky dedicó el resto de su vida a la construcción de ese partido, la Cuarta Internacional, fundada en 1938.

Con esta heroica lucha, que le costó la vida a miles, inclusive a todos los hijos de Trotsky, la continuidad del marxismo revolucionario pudo conservarse en contra de los esfuerzos de Stalin para destruirlo. Pero el mundo había de pagar un precio sin nombre cuando el gobierno de la burocracia se consolidó en la Unión Soviética. La Segunda Guerra Mundial y el holocausto nazi fueron sólo la primera y más horrible consecuencia del fracaso de la clase obrera en ponerle fin al capitalismo y establecer un nuevo mundo socialista.

Las reuniones que el World Socialist Web Site ha convocado tratarán de explicar el significado de la lucha titánica entre el trotskismo y el Stalinismo, así como también las implicaciones contemporáneas de esa lucha. No se puede comenzar a comprender la historia del Siglo XX sin entender el impacto de las derrotas que el marxismo revolucionario ha sufrido a manos del stalinismo, y como éstas continúan influyendo los sucesos políticos del presente.

Hoy día la burocracia stalinista está desacreditada por todo el mundo. Los herederos de Stalin en la URSS—Gorbachev, Yeltsin y Putín—todos han presidido sobre la re introducción del capitalismo y la destrucción sin precedente, aparte de las guerras, de las condiciones sociales de millones. Además, los partidos y sindicatos occidentales—no importa que sean reformistas o stalinistas—que una vez tenían la lealtad equivocada de personas pro socialistas son ahora partidarios abiertos del mercado libre y defensores de los intereses de los grandes negocios. Hasta la fecha, los beneficiarios de esto han sido las clases gobernantes del mundo, quienes se han aprovechado exitosamente de la desorientación política de la clase obrera.

Sólo educando de nuevo a los trabajadores, los intelectuales y a la juventud con una perspectiva y cultura socialista se puede comenzar a construir un nuevo rumbo político con la mira hacia adelante. El World Socialist Web Site se ha dedicado a cumplir esta misión, sometiendo a análisis y comentarios críticos a todo aspecto político, intelectual, social y artístico de la vida. El resultado del fomento de una perspectiva marxista entre los más adelantados y cultos será el reclutamiento de los cuadros del partido socialista internacional de la clase obrera, cuya formación Trotsky comenzó.

Invitamos a todos nuestros lectores a que asistan a las reuniones en Berlín y Londres y que debatan con nosotros los problemas ardientes a los cuales la humanidad se enfrenta en el nuevo milenio.