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Lecciones de la historia: las elecciones del 2000 y el nuevo "conflicto irreprimible": preguntas y respuestas

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Publicamos aquí la copia taquigráfica del debate, en forma de preguntas y respuestas, que siguió una presentación de David North, Presidente de la junta editorial de la World Socialist Web Site y Secretario Nacional del Partido Socialista por la Igualdad de Los Estados Unidos. La charla, titulada “Lecciones de la historia: las elecciones del 2000 y el nuevo "conflicto irreprimible”, se presentó en una reunión pública el 3 de diciembre, 2000, en Sydney, Australia.

La WSWS originalmente publicó el texto en inglés de David North el 11 de diciembre, 2000.

Pregunta: ¿ Alguna vez ha ocurrido que no se ha podido elegir al presidente y el que todavía gobierna se ha quedado en el poder? ¿Puede Clinton quedarse como presidente?

D. N.: No; Clinton no puede quedarse en el poder. Una de las cláusulas de la Constitución le prohibe a todo individuo ser presidente por más de dos plazos. Hubo un presidente que se quedó en el poder por más de dos plazos. Ese fue Franklin Roosevelt, a quien se le eligió cuatro veces. Se adoptó una enmienda para limitar los plazos presidenciales a dos. Por ende, la crisis actual no puede resolverse de esta manera.

Pregunta: Me interesa saber cómo la separación de poderes del sistema estadounidense, sobre todo entre el poder legal y el político, se compara al sistema australiano, donde el Procurador General actúa como puente entre la separación de poderes. Los dos poderes en Los Estados Unidos ahora mismo se entremezclan y están en conflicto ¿Nos puede dar una idea general de la separación de poderes en comparación al modelo australiano?

D.N.: No puedo compararlo al sistema australiano porque no lo conozco. Existe un sistema de gobierno tripartito en Los Estados Unidos: el legislativo, el ejecutivo y el judicial.

El evento de mayor significado que estableció el papel del poder judicial en la separación de los poderes ocurrió en 1803 con el caso Marbury contra Madison. El principio de la revisión judicial se estableció bajo la dirigencia de John Marshall, que durante esa época fue el presidente de la Corte Suprema. Esto significa que la Corte Suprema es árbitro final de la Constitución de Los Estados Unidos. Interpreta este documento y explica las leyes. El Congreso puede adoptar las leyes y el presidente puede ejecutarlas, pero es la Corte Suprema que tiene el poder de dictaminar sobre la constitucionalidad de todo proyecto de ley que el Congreso adopte o cualquier decisión que el presidente tome. Su poder es enorme y bastante controversial.

El papel de la Corte Suprema ha cambiado a través de diferentes épocas de la historia. Durante la presidencia de Marshall, la Corte alcanzó gran prestigio, pero éste se desvaneció bajo la dirigencia de su sucesor, John Taney, quien presidió sobre la Corte cuando ésta falló contra la petición de Dred Scott. La declaración pro esclavista de la Corte le arruinó el prestigio por décadas.

Siempre existe la posibilidad que se presente una crisis constitucional mayor; por jemplo, cuando la decisión de la Corte y las acciones del poder ejecutivo chocan. Durante los 1930, en medio de la Gran Depresión, el gobierno de Roosevelt chocó contra la Corte Suprema. Cuando Roosevelt asumió las riendas del poder en 1933, introdujo proyectos de ley para aguantar la creciente oposición al capitalismo. Las leyes que el Congreso adoptó bajo el control de los Demócratas rooseveltianos establecieron las bases del Nuevo Trato Estas leyes ofrecieron concesiones sociales a la clase obrera que los grandes negocios odiaban. Se entablaron pleitos [jurídicos] contra varios de los programas que el Nuevo

Trato adoptó. Eventualmente llegaron a la Corte Suprema. Muchos de los jueces eran reaccionarios acérrimos con más de 70 años de edad. Se les conocía como “los nueve viejos”. Durante el período 1935-36, cada vez que se presentaba causa ante los jueces, éstos fallaban contra el gobierno de Roosevelt, declarando inconstitucional a cierta cantidad de leyes y programas del Nuevo Trato.

Roosevelt entonces formuló un plan para vencer a la oposición de los reaccionarios ensillados en la Corte. Como no existía ningún requisito constitucional que la Corte sólo podía constar de nueve jueces, Roosevelt propuso añadir jueces a la Corte Suprema. Por cada juez con más de 70 años, Roosevelt añadiría un juez. Esto llegó a conocerse como “el complot para apiñar la corte”.

Esta propuesta creó intensa oposición. Roosevelt se encontraba en una situación política bastante difícil. No se sabía claramente si gozaba de suficiente apoyo político para llevar a cabo su complot. Por fin se resolvió la crisis: varios jueces de la Corte Suprema cambiaron de postura. Comenzaron a aprobar leyes y Roosevelt canceló sus planes. Varios de los jueces se jubilaron y Roosevelt nombró a varios nuevos de filosofía semejante. La crisis constitucional terminó.

En los 1950 y los 1960 en particular, los trabajadores llegaron a admirar a la Corte Suprema como garante de los derechos democráticos. Esto tuvo que ver mucho con fallos tales como Brown contra la Junta Escolar en 1954, que socavó las bases legales de la segregación y de la doctrina de “separados pero iguales”. Durante los 1960, los fallos de la Corte resultaron en la expansión de los derechos civiles y democráticos. Por ende, todavía hasta hoy día persisten las ilusiones acerca de la Corte Suprema.

Pero ya hace tiempo que la inclinación democrática de la Corte Suprema pasó a la historia. Sus fallos se han vuelto más y más reaccionarios. Uno de los temas principales de Gore fue que si un gobierno Republicano asumía el poder, tendría la oportunidad de nombrar tres o cuatro jueces nuevos. Esto a la vez podría virar a la Corte más hacia la derecha y conducir a la abolición del derecho al aborto y otros derechos democráticos.

A propósito, Bush no está muy bien informado acerca de la estructura constitucional de Los Estados Unidos. En una conferencia de prensa televisada, Bush ofreció la siguiente interpretación de la separación de poderes. En nuestro sistema de gobierno, dijo, la legislatura adopta leyes y el poder ejecutivo las interpreta. Se olvidó completamente del judicial.

Este sistema es muy complejo. Solamente les he dado una descripción general. Claro, hay mucho más detalles.

Pregunta: En la CNN se han visto películas de manifestaciones frente a los tribunales apoyando a Gore.¿Son éstas comunes?

D.N.: Han habido manifestaciones aisladas apoyando a Gore, o, para ser más exacto, contra la piratería de las elecciones por parte de los Republicanos. Pero éstas no son significantes. No ha habido ninguna intervención independiente de la clase obrera.

Gore no es figura popular; ésto lo digo con diplomacia. Pero existen muy pocas ilusiones entre los votantes negros acerca del candidato Republicano. Ven a Bush como enemigo de los derechos democráticos, los cuales se obtuvieron con el movimiento por los derechos civiles. El aborrecimiento político hacia las implicaciones de la victoria de Bush es bien amplio.

En cuanto a capas más amplias de la clase obrera, diré que todavía están bastante confusas. En Los Estados Unidos ha existido una apatía política extraordinaria por años. Esto se debe, en gran parte, a la traición de la clase obrera por los sindicatos. Durante décadas, la burocracia sindicalista derechista hizo todo lo posible para suprimir la conciencia de clases. Subordinó los intereses independientes de la clase obrera a la desastrosa alianza con el Partido Demócrata. La política de la AFL-CIO, que es la federación sindical de mayor importancia, dejó a la clase obrera más o menos indefensa contra los violentos ataques del gobierno de Reagan.

Claro que han habido cambios en la orientación política de la clase obrera. La antigua lealtad que muchos trabajadores sentían por el Partido Demócrata más o menos ha desaparecido. Hace una generación, muchos trabajadores todavía recordaban al gobierno de Roosevelt con gran cariño. Lo asociaban con las reformas sociales del Nuevo Trato. Los trabajadores estadounidenses tienden a ser generosos en el extremo cuando critican a políticos burgueses que muestran cierta simpatía por su situación. Y eso lo hizo Roosevelt de manera muy efectiva.

Es cierto que las capas más oprimidas de la clase obrera todavía votan por los Demócratas. Pero aun así, este apoyo expresa más odio y miedo hacia los Republicanos que cariño. Recuerden que por 30 años no se ha adoptado ningún significante proyecto de ley reformista. Muchos de los programas vinculados a “La Gran Sociedad” de Lyndon Johnson han desaparecido debido a las disminuciones de los presupuestos.

Cuando Clinton ganó la presidencia en 1992 había cierto entusiasmo. Muchos trabajadores creyeron que cumpliría la promesa de mejorar la dirección general de la sanidad. Pero cuando ésto no se cumplió, la enajenación de los trabajadores de todo el sistema político se profundizó.

Ahí la razón por la cual la candidatura de Gore nunca generó mucho entusiasmo, para no decir amplia popularidad. Pero, como revelaron las elecciones, recibió gran voto mayoritario en las grandes zonas urbanas. Este fue un voto que expresó un miedo y odio genuinos por los Republicanos. Esto se ha profundizado durante las últimas semanas. Es como si creciera la comprensión que los Republicanos están pisoteando los derechos democráticos y que se están robando las elecciones.

También existe mucha confusión. No quiero darles la impresión que la clase obrera estadounidense comprende lo que está sucediendo. Creo que está tan confusa con el proceso como los mismos trabajadores australianos.

La concienciación clasista nos es espontánea. Tiene que ser cultivada. Claro, ocurren eventos que aceleran los procesos que facilitian la adquisición de esa conciencia. Lo que ha estado ocurriendo en Los Estados Unidos durante las últimas tres semanas es de gran importancia: la gente está fijándose en la política.

Esto hace posible que la conciencia clasista verdaderamente se profundice. Esto se refleja en el aumento de lectores de la World Socialist Web Site. Estamos recibiendo una cantidad tan extraordinaria de cartas que casi no tenemos tiempo para contestar. Esto es un signo importantísimo de procesos más amplios.

Tenemos que recordar que la crisis misma tiene que inevitablemente entrelazase con el deterioro de la situación económica. Hay muchos signos que los trabajadores se están poniendo más y más agresivos. Después de años de empleo completo, los trabajadores han adquirido cierto nivel de confianza. ¿Cómo van a reaccionar los trabajadores a medida que el desempleo aumenta bajo condiciones en que sus familias no pueden vivir sin recibir sus cheques durante una o dos semanas?

Recientemente le pregunté a un trabajador especializado, quien goza de un nivel de vida bastante cómodo, cómo le afectaría un descanso prolongado. Replicó: “Bueno, me iría bien por una semana. Después de dos semanas la cosa se pone fea. Tres semanas la cosa ya es seria. Luego de cuatro semanas, me largo de aquí”.

Hay muchos indicios de que se esté desarrollando una recesión que pueda ser muchísimo peor que el “aterrizaje suave”. Capas obreras han tenido acceso al crédito que le ha dado un nivel de vida muy superior a lo que en realidad han ganado. Los estadounidenses están endeudados. ¿Qué sucede si sufren un prolongado período de desempleo? Nadie sabe, pero sospecho que vamos a ver inquietudes muy serias. Esto se complicará aún más bajo condiciones en que al presidente se le considerará ilegítimo. Y los trabajadores le atribuirán el deterioro de su situación económica a una conspiración política, sobretodo si gana Bush. Habrá muy, muy poco capital político o credibilidad de los cuales el presidente podrá depender.

Pregunta: Tengo tres preguntas. ¿Cómo es posible que la Corte Suprema de Los Estados Unidos apoye la interpretación de Scalia, quien declaró que el pueblo no tiene el derecho al voto, sino que es el Estado (en este caso el Estado de la Florida) que tiene el derecho a nombrar los electores.

Segundo, ¿por qué está el régimen capitalista estadounidense socavando el sistema que le sirviera tan bien por 150 años? Es evidente que, si algo tan esencial al sistema como el derecho al voto se suprime, tenemos que preguntarnos: ¿Qué va a suceder ahora?

Y tercero, si el gobierno de Los estados Unidos puede prohibirle al pueblo estadounidense este derecho tan básico, ¿qué está preparado a imponerle a los pueblos en el resto del mundo?

D.N.: Gracias por tan importante serie de preguntas. En primer lugar, en cuanto a su pregunta acerca de cuál será la decisión de la Corte Suprema, es muy difícil saber. Hay muchas interrogantes en el asunto, inclusive la política de la Corte Suprema misma. Es difícil predecir hasta donde va o no va a llegar.

Mi punto era, sin embargo, que la postura de Scalia claramente indica la trayectoria del pensamiento político dentro de los eslabones más altos de la elite gobernante. Muestra que las actividades ilícitas llevadas a cabo durante las elecciones en la Florida, así como también las consecuencias de esas acciones, tienen cierta afinidad con tendencias más amplias.

De hecho, la crisis no cayó del cielo. Tenemos que mantener en mente que antes de las elecciones había existido una prolongada crisis en Los Estados Unidos que tenía que ver con una conspiración derechista para sacar del gobierno a un presidente elegido: el escándalo de la destitución.

Pongamos esto en un contexto más amplio. Regresemos a lo que claramente fue un cambio rotundo en los asuntos del capitalismo mundial. Tal como Nick Beams ha explicado muchas veces, el apogeo de la prosperidad capitalista post guerra [Segunda Mundial], y del dominio de Los Estados Unidos dentro de ella, terminó en los 1960. En ese entonces, grietas en las bases del orden post guerra—el Sistema de Bretton Woods—salieron a la superficie. La crisis social en Los Estados Unidos se tornó muy aguda y ocurrieron muchas batallas. Desde ese punto en adelante, se puede notar una creciente tendencia dentro de la burguesía estadounidense a moverse hacia formas gubernamentales extra constitucionales.

Ocurrió el infame escándalo de Watergate del 1972 al 1974, el cual por fin concluyó con la renuncia del presidente Nixon. Fue seguido por la crisis Irán-Contra, la cual fue más grave y reveló que instituciones extra constitucionales se habían organizado en el sótano de la Casa Blanca. Las habían dirigido un aventurero llamado Oliver North y otros compinches sospechosos para conducir guerras en violación de las leyes congresionales. Esto terminó en un gran escándalo, pero los Demócratas no lo investigaron muy agresivamente. El Sr. North llegó a convertirse en personalidad y figura política derechista de fama.

Y entonces ocurrió lo más extraordinario: la crisis de destitución de 1998-1999. Fue un intento de transformar un escándalo sobre el sexo, que había sido organizado por figuras de la extrema derecha dentro del Partido Republicano—con colaboradores judiciales y de la legislatura—para destituir al presidente de su cargo.

Creo que uno de los grandes éxitos del World Socialist Web Site fue su análisis de esta crisis. Explicamos los temas muchas veces. Razonamos no como defensores del Partido Demócrata y de Bill Clinton, pero como partidarios de los derechos democráticos del pueblo estadounidense.

Existe una gran diferencia entre un movimiento contra la democracia burguesa desde la izquierda y un movimiento contra la democracia burguesa desde la derecha.. Y pobre de la organización socialista que no comprenda la diferencia, y adopte una postura formal, mecánica y vulgar y diga “al diablo con los dos”.

Nuestro objetivo, que fue el mismo durante la crisis de la destitución, era movilizar a la clase obrera independientemente del Partido Demócrata. De hecho, nuestro razonamiento más efectivo contra el Partido Demócrata fue su incapacidad de conducir una campaña para desenmascarar a los conspiradores. Eso hizo posible que le advirtiéramos a la clase obrera que no confiara para nada, desde el punto de vista político, en el Partido Demócrata o cualquier otro sector de la burguesía para defender sus derechos democráticos.

La crisis de la destitución fracasó cuando el Senado absolvió al presidente Clinton. La causa de este fracaso fue que el público estadounidense, en su gran mayoría, se opuso que los destituyeran. Mucha gente comentó que no creía que el comportamiento de Clinton respetaba las normas victorianas, pero que ésto no era lo suficiente para sacarlo de su cargo. En realidad, el Partido Republicano no supo cómo esquivar este problema. Se puede presentir cierta desesperación en varias acciones de este partido, pues su programa nunca cuenta con suficiente apoyo social para ser puesto en práctica. Por ende, se siente obligado a recurrir a métodos que cada vez son más antidemocráticos.

No está claro cuál será la decisión de la Corte Suprema, pero creo que la tendencia general es la de elaborar conceptos más y más antidemocráticos.

¿Por qué están rompiendo con un sistema que les ha servido tan bien? Esta pregunta también es importante. Tenemos que encontrar la respuesta al considerar el dilema histórico al que se encara el capitalismo mundial. Debe haber una razón objetiva, es decir, deben haber motivos que empujan en esa dirección, motivos inmediatamente detrás de los motivos de este u otro participante político. El mero hecho que están tan listos para llegar tan lejos, que muestran una actitud tan indiferente y descuidada hacia los derechos democráticos que sirvieron de base al gobierno burgués pone a esto en relieve.

Están en acción fuerzas objetivas poderosísimas, inclusive cambios en la composición social de la misma burguesía y en los medios de la acumulación de la plusvalía—el carácter muy desesperado de ese proceso dentro del marco de la organización mundial de la producción—que tornan a la burguesía más y más hostil hacia todo lo que socave su capacidad para extraerle la plusvalía a la clase obrera.

En resumen, tienen que barrerse todas las disposiciones de la democracia burguesa que le proveen a la clase obrera y a sectores de la clase media medios para que se defiendan a sí mismos contra las exigencias e invasiones del capitalismo. Se tiene que borrar del mapa a toda restricción política, económica, social y moral que frene la explotación de la mano de obra, la realización de los beneficios y la acumulación de la riqueza personal.

Este asunto tiene otro aspecto importante. Si nos ponemos a reflejar sobre la índole de la sociedad contemporánea—y esto tiene muchas implicaciones programáticas para el Comité Internacional—queda claro que vivimos en una sociedad de masas. Por ésto significo que la sociedad se encara a problemas sociales extraordinariamente complejos: la atención de la salud, la educación, el cuidar de los ancianos y las condiciones ambientales. Todo esto requiere el mayor nivel de planificación y esfuerzo colectivos de modo que se consigan los recursos esenciales para que la sociedad de masas pueda funcionar, para proveer fondos a una infraestructura que resuelva las necesidades sociales de emergencia para cientos de millones, en realidad billones, de gente.

Por lo tanto, las tendencias objetivas del desarrollo económico moderno chocan más y más con una sociedad cuyo principio fundamental es la propiedad privada de los medios de producción y el derecho a disponer de la plusvalía y los beneficios [ganancias] que se producen en el momento de producción.

El capital se esfuerza por lograr la mayor acumulación de los beneficios y de la apropiación personal de ellos. Esta tendencia social es profundamente antagónica a las necesidades sociales objetivas de la sociedad de masas contemporánea.

A menudo se nos pregunta: ¿Qué fuerzas piensan ustedes que tiene el socialismo en Los Estados Unidos? Como tendencia política consciente, no es muy fuerte. Pero lean las delirantes declaraciones de los columnistas. Comparan a Gore con Lenín. La derecha cree que Los Estados Unidos está al borde de una revolución comunista. ¿Qué significan por ello? Ven la intrusión de las masas por todas partes, ven la prerrogativa en crecimiento de las masas trabajadoras. Para ellos ésto tiene que ponerse en reversa. Le da ocasión a la ira social, la cual se manifiesta en lo que a veces parece ser política irracional. Pero sí tiene una base objetiva.

Trotsky explicó muy bien que para que ocurra una revolución no es suficiente que las masas comprendan que no pueden vivir de la misma manera. Las clases reinantes también tienen que llegar a convencerse que tampoco pueden gobernar de la misma manera. Cualquier cambio en los métodos de gobierno es, en sí mismo, un importante signo objetivo que la revolución se aproxima. Por lo menos indica que un desarrollo revolucionario se está formando dentro de la sociedad.

Finalmente, ¿qué están ellos preparados para llevar a cabo por todo el mundo? Ambos partidos están comprometidos a defender el imperialismo. Gore ha hecho explícito la promesa de utilizar fuerzas militares donde sean necesarias para defender los intereses internacionales de Los Estados Unidos. Sospecho, sin embargo, que el gobierno de Bush será aún más temerario y precipitado en valerse de las fuerzas armadas. Las provocaciones y sangrientas aventuras internacionales del gobierno de Bush serán abundantes. Estos tipos serán sumamente agresivos en todos los campos.

En cuanto a los derechos democráticos, uno de los funcionarios de Gore correctamente dijo: “Si ellos no cuentan el voto ahora, ¿cómo se sabe que lo contarán en el futuro?” ¿Qué significa éso en cuanto a los derechos democráticos? ¿Cómo saben ustedes que habrán otras elecciones? Eso es lo que está diciendo.

Los derechos democráticos, pues, están en peligro. Hasta el punto en que la burguesía misma actualmente se batalla entre sí por esos derechos, es sólo cuestión de tiempo antes que la clase obrera comience a adoptar cierta actitud hacia estas cuestiones. Es inconcebible que en cierto momento la clase obrera no reaccione a esto. No tengo calendario, pero a fin de cuentas estas contradicciones van a llegar a las masas. Ya han aparecido incidentes aislados que ésto ya está en proceso.

Pregunta: ¿Podría el presidente de la Cámara de Diputados convertirse en presidente [del país]?

D.N.: Creo que si no hay presidente o vicepresidente, el tercero en línea es el presidente de la Cámara [de Diputados]. Pero en realidad no se lo que sucedería si la crisis no se resuelve.

Pregunta: Esto me parece un retorno al mccartismo que prevalecía en los 1950. Usted ha indicado varias de las implicaciones internacionales, pero yo sugiero que todo ésto depende de la velocidad con que la prensa encubra la crisis, algo que ya practican con la trivialización de la situación.

D.N.: La prensa todavía tiene que presentar un análisis de la situación que se pueda considerar inteligente. La prensa estadounidense es la más primitiva y cínica del mundo. Desempeña un papel abominable en envenenar y desorientar al público. La línea que sigue es que no existe ninguna crisis constitucional, pero esta lógica ya se está gastando.

Claro que se habla de la fecha límite del 12 de diciembre. Y hay muchas esperanzas que la Corte Suprema pueda dictaminar que este asunto concluya de alguna manera. Pero creo van a descubrir que no hay solución. La legitimación de la elección de Bush no le pondrá fin a la crisis. Será sólo otra etapa en la continua intensificación de la crisis política.

En cierto momento alguien va a contar los votos y probablemente se llegará a la conclusión que el gobierno de Bush es ilícito. ¿Qué sucede entonces? La victoria de Bush estará marcado por el fraude y la corrupción. Por otra parte—y ésto es lo que hace la situación tan difícil para las elites reinantes —, ¿cuál es la alternativa? Hay muchos informes que el Partido Republicano, o por lo menos ciertos elementos del Partido Republicano, no está preparado para aceptar la presidencia de Gore. Creo que a varios sectores de la clase gobernante se les ha ocurrido que podrían enfrentarse al terrorismo derechista si Gore sale presidente.

De todo modo, si Gore saliera presidente, su gobierno sería increíblemente cobarde ante la extrema derecha, lo cual intensificaría la enajenación de la clase obrera. También tenemos que ver que, no importa cuales sean las consecuencias de la situación presidencial, el Congreso está divido exactamente por la mitad. Existe un empate 50/50 en el Senado. No recuerdo la última vez que ésto pasara, por cierto que nunca durante toda mi vida. Esto significa que el vicepresidente tiene que estar presente en todas las sesiones del Senado cada vez que haya votación, pues el voto suyo es el que rompe los empates.

La diferencia en la Cámara de Diputados consiste de un manojo de votos y la Corte Suprema está dividida 5 a 4. Todas las instituciones de la democracia estadounidense están polarizadas. Véanse los resultados de las elecciones: las ciudades contra las regiones rurales, las secciones centrales de las ciudades contra los suburbios. Hasta existe una extraordinaria polarización entre los votantes hombres y mujeres. Si sólo los hombres hubieran votado, Bush habría arrasado. Si sólo las mujeres hubieran votado, Gore habría arrasado. ¡Hay tantas diferentes tensiones sociales presente en todo ésto!

Varias de estas divisiones son superficiales y cambiarán a medida que la conciencia política se desarrolle en la clase obrera. Pero todo nivel indica que existe una crisis extrema en la sociedad. Como fenómeno objetivo, las elecciones están lejos de ser una aberración y revelan las profundas contradicciones que existen en Los Estados Unidos y que han de tener sus causas en las relaciones entre las clases.

Pregunta: Usted habló del aumento y desarrollo de una acrecencia súbita y explosiva en la clase obrera estadounidense y de una clase obrera que entra en el telón de la historia. ¿Cuáles cree usted que son las implicaciones de los profundos cambios que han ocurrido durante los últimos 10 o 15 años en la composición social de la clase obrera? Ha habido un aumento enorme en la cantidad de trabajadores que laboran en la industria de la información, que ya no forman parte del estereotipo que acostumbramos a asociar con el proletariado industrial y masculino ¿Qué implicaciones cree usted que este cambio en la composición social de la clase obrera tendrá para esta crisis social?

D.N.: La clase obrera ha ampliado sus bases enormemente. Hay que comprender que la clase obrera no es algo fijo, sino una categoría social. Las formas que el proletariado asume tienen que cambiar según las transformaciones en los mismos modos de producción. Claro, cuando hablamos acerca de clase y de conciencia clasista existen varios factores que influyen. Pero a fin de cuentas, la clase obrera consiste de todos aquellos que participan en la producción de la plusvalía y cuyos ingresos principales son sus salarios. Esa es la piedra angular que define a la clase obrera.

La aparición de nuevas industrias ha creado nuevas formas de la mano de obra y otros cambios. Ejemplo: recientemente los trabajadores de Amazon.com exigieron la sindicalización, lo cual es una evolución interesante. Al principio, los trabajadores de Amazon no mostraban gran interés en los sueldos porque les encantaba la idea que se iban a convertir en millonarios debido a las opciones que la compañía les ofrecía para comprar acciones. Así pues, Amazon, compañía que nunca había resultado lucrativa, subió de 2 a 1,000 en poco tiempo. La gente se sentía feliz. Mientras tanto, [Amazon] se desplomaba y el valor de sus acciones bajaba a 25. De repente los trabajadores se dieron cuenta que todo era una promesa a cumplirse en el más allá y que sus remuneraciones dependían de los buenos salarios. Esto produce el comienzo de formas de conciencia que suelen asociarse con los sectores más tradicionales de la clase obrera.

Los trabajadores que laboran en la industria de la información, la nueva tecnología, representan nuevos sectores de la clase obrera. Lo que vemos por todo el mundo es la expansión enorme del—para usar el término clásico— proletariado. Otro aspecto crucial de la estructura contemporánea de la sociedad es el deterioro de las capas intermedias; es decir, de la clase media. Su significado económico sigue declinando. Ya no provee suficiente base para formar una valla amortiguadora sobre la cual se puedan acomodar las formas democráticas. La implicación de todo esto es que la sociedad está extremadamente polarizada.

De nuevo regresamos al tema central: las sorprendentes características de las elecciones siempre han de derivarse de lo que revelan acerca de la situación objetiva de la sociedad. Es decir, toman lugar las elecciones, la gente espera que algo suceda, pero sucede otra cosa. Estamos obligados a explicar por qué esto ocurrió. ¿Cuáles son las condiciones objetivas internas de la sociedad que han producido estas increíbles consecuencias en Los Estados Unidos?

Es imprescindible remontar esto a la organización social de Los Estados Unidos, a la estructura de clases en que existe una polarización entre los que poseen una asombrante riqueza y la enorme capa de la sociedad que en gran parte depende de los sueldos para su existencia. Esto incluye a los trabajadores en la tecnología, en las industrias de los servicios, etc.

Pregunta: Y hablando de la tecnología, ¿qué papel va a desempeñar el internet en fomentar el debate internacional?

D.N.: Hemos puesto grandes esperanzas en nuestro trabajo en el internet. Este es un medio revolucionario. En 1997, cuando comenzamos el debate dentro del Comité Internacional, hicimos hincapié en que el internet probaría ser el nuevo medio que nos permitiría el desarrollo de un nuevo movimiento revolucionario internacional. Millares de personas leen lo que publicamos a diario en el internet.

Ya hemos celebrado reuniones con gente de diferentes lugares del mundo y de Los Estados Unidos quienes se habían comunicado con nosotros sólo a través del internet. Las preocupaciones y el temor, fundados en que de alguna manera terminaríamos separándonos de la clase obrera, han mostrado no tener ninguna base.

Las experiencias por las cuales hemos atravesado durante los dos últimos años nos han mostrado ampliamente que el World Socialist Web Site se ha convertido en un factor de la política mundial. Gente que han participado en manifestaciones lo conocen. Está influyendo el debate político. Es factor en el debate internacional y contribuye al desarrollo de nuevos cuadros socialistas que jugarán un papel importante en llevar el pensamiento marxista a la clase obrera por diferentes medios, inclusive los más tradicionales. Sí: el internet es muy importante y definitivamente positivo.

Pregunta: ¿Cuándo empezó el sufragio universal en Los Estados Unidos y como ha sido subvertido?

D.N.: El sufragio universal no existió en Los Estados Unidos hasta los 1920, cuando se le hizo una enmienda a la Constitución—fue la enmienda decimonovena—que por fin le dio a las mujeres el derecho al voto. Durante los principios del Siglo XIX, se relajaron las restricciones contra el sufragio y se anularon los requisitos propietarios. La Guerra Civil resultó en tres enmiendas—la décimotercera, la décimocuarta y la décimoquinta—que Lincoln llamara “el nuevo nacimiento de la libertad”.

La evolución del derecho al voto—el sufragio universal—fue consecuencia de luchas revolucionarias titánicas. Conciencia de ese hecho existe, en algún nivel, en amplias capas de la clase obrera. Los trabajadores estadounidenses no desean mucho, pero sí esperan tener el derecho al voto. Cualquier intento que trate de limitar ese derecho se topará con una oposición popular bien fuerte.

Nick Beams: Me gustaría agregar algo. Recientemente estaba leyendo un libro acerca del sufragio universal y de la democracia durante el Siglo XIX. Señala que los grandes pensadores burgueses—cita a de Tocqueville—no eran muy democráticos a fin de cuentas. Es más, preferían formas de gobierno bonapartista. Un estudio de esta cuestión indica que la burguesía no simpatizaba mucho con el sufragio universal y la democracia. Este fue un derecho que, de una forma u otra, los trabajadores obtuvieron por medio de la lucha política en todos los países.

Pregunta: Mucha gente no votó en las elecciones. ¿Nos podría dar más detalles acerca del sistema del Colegio Electoral?

D.N.: Parece que aproximadamente votó el 51%, pero como pueden ver, gran cantidad de estadounidenses no confían mucho en las elecciones. Existe una gran enajenación social de todo el proceso político.

La crisis ha puesto en duda la legitimidad del sistema del Colegio Electoral. Aunque sería razonable comenzar una campaña para abolirlo ya que es un anacronismo antidemocrático, su eliminación plantearía problemas extraordinarios.

La Constitución estadounidense es casi una obra maestra. ¿Cómo se le cambia sin introducir, en el debate sobre ese cambio, las profundas divisiones sociales que existen en la sociedad? Pondría en duda la viabilidad de la estructura federal en existencia y al equilibrio delicado entre el gobierno federal y los estados.

En realidad, tal debate desataría fuerzas que de nuevo plantearían la desintegración de Los Estados Unidos. Después de todo, puesto que la eliminación del Colegio Electoral sería perjudicial para la influencia política de ciertos estados, ¿permanecerían éstos unidos al país? Si Gore fuera elegido, una de las consecuencias sería que gobiernos estatales reaccionarios desafiarían más y más al gobierno federal y se aprovecharían de la oportunidad para atacar esos aspectos de la Constitución y del sistema federal, tales como los derechos civiles, que no les gusta.

El derecho al voto, la eliminación de la segregación, fueron consecuencias de la aplicación de la Constitución federal, que por mucho tiempo había sido desafiada internamente por muchos estados. Cualquier intento de alterar o eliminar el Colegio Electoral revelaría profundas divisiones.

Quiero enfatizar que, aunque nosotros consideraríamos legítimo reclamar la representación proporcional, no es el objetivo de nuestro partido perfeccionar la democracia burguesa. Nuestra perspectiva no es ésa.

La democracia burguesa sufre de una enfermedad fatal. Ello no significa que nuestra actitud debería ser indiferente a lo que es progresista dentro de la democracia burguesa. Tenemos que comprender que la defensa de los derechos democráticos depende, al fin y al cabo, en el fortalecimiento del poder independiente de la clase obrera y de la lucha para establecer su poder político.

Este tema es complejo, y tiene que ser planteado muy cuidadosamente. No creo que podamos perfeccionar, a través de la representación proporcional, la democracia burguesa. Ello no significa que simplemente deberíamos descartar o ignorarla. Pero deberíamos adoptar, aún si llegáramos a respaldarla, una actitud bastante crítica. Tendría que adoptarse dentro del contexto de reclamaciones sociales más amplias y de las aspiraciones políticas de la clase obrera.

Pregunta: ¿De qué manera ha reaccionado la burocracia de la AFL-CIO [Federación Laborista Estadounidense-Congreso de Organizaciones Industriales]?

D.N.: Creo que se le oyó roncando en algún lugar. No ha habido ninguna reacción, o por lo menos nada que merezca comentario de importancia. Han habido informes que Sweeney, presidente de la AFL-CIO, ha estado en comunicación con Gore, y así lo creo. Pero, ¿ha consideradola AFL-CIO movilizar a la clase obrera independientemente, o ha emitido alguna declaración advirtiéndole al Partido Republicano que no se va a quedar con las manos cruzadas mientras se roban las elecciones.? No. No ha habido nada de esa índole.

Pregunta: Quiero preguntarle acerca del poder que tiene la Secretaria de Estado de la Florida y las movidas que la legislatura estatal está haciendo para nombrar electores.

D.N.: La Secretaria de Estado de la Florida, Kathleen Harris, multimillonaria, reaccionaria y muy activa en la política Republicana, anunció que iba a emitir un comprobante de la elección al mismo tiempo que ignoraba que todavía podía haber un recuento del voto. Este comprobante tiene varias implicaciones jurídicas muy perjudiciales a Gore. El estatuto indica que ella tiene el derecho a emitir la comprobación dentro de cierta fecha límite, pero que tiene que hacerlo con discreción adecuada. Está bien claro que no usó su discreción, si es que a la discreción se le considera como un acto deliberado que considera todas las ramificaciones de cierta situación. No hizo nada por el estilo.

Harris entonces reclamó que estaba actuando de acuerdo a las disposiciones del estatuto, que indican que las elecciones tienen que comprobadarse para cierta fecha. La Corte Suprema de la Florida la denegó y le prohibió que emitiera la comprobación. Harris entonces procedió a emitir su comprobación en la fecha más temprana que la Corte Suprema de la Florida asignara. Otra vez se fue más allá de lo debido. Todo esto es parte de un proceso político.

Pregunta: ¿Cómo tiene ella el poder para hacer eso?

D.N.: Se le había conferido cierta autoridad. La cuestión es, ¿ejerció ella su autoridad según las disposiciones de la constitución del estado? La Corte Suprema de la Florida dijo que no. Lo que ella hizo fue aplicar la interpretación más reaccionaria del estatuto con tal de servir los intereses del momento de George Bush.

Pregunta: Usted mencionó la probabilidad que las provocaciones militares se intensifiquen si Bush asume el poder. ¿Qué impacto tendrán estas provocaciones sobre las relaciones con Europa, el Japón y China?

No puedo imaginarme que [las provocaciones] sean positivas, sobretodo porque varios de los países que mencionó podrían ser víctimas de las provocaciones.

Vimos en la Guerra de los Balcanes un creciente nerviosismo acerca de los objetivos militares de Los Estados Unidos. Sucedió el bombardeo de la embajada china en Yugoslavia, lo cual fue evidentemente una provocación. Hubieron sectores militares que se opusieron a las relaciones del gobierno de Clinton con la China. Este es uno de los temas que no se ha discutido o investigado en suficiente detalle.

Claro que va a haber gran nerviosismo acerca de un gobierno estadounidense motivado por intereses de corto plazo y que poco le importa la conservación de las antiguas instituciones internacionales.

Hay gente alrededor de Bush que quieren abolir las Naciones Unidas y salirse de la Organización Mundial del Comercio. Esta sección de la elite gobernante estadounidense no es muy avanzada y tiene poca visión. Por ende, debe haber mucho nerviosismo acerca de lo que todo ésto implica para las relaciones internacionales.

Sospecho que los europeos querrán aislarse del comando militar estadounidense y desarrollar sus propias fuerzas. Y otros, inclusive los chinos, buscarán mejores maneras de defenderse. Habrá un aumento descomunal de los gastos militares, lo cual entrará como factor de la ecuación.

Para concluir, me gustaría agradecerles la oportunidad de explicarles la situación actual en Los Estados Unidos. Estos son acontecimientos de significado monumental que ustedes siguen a través de la World Socialist Web Site. Tiene que hacerse todo lo posible para fortalecer el conocimiento de este análisis dentro de la clase obrera australiana.