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Declaración del Partido Socialista Por la Igualdad sobre las elecciones de California para la destitución

En California, votar "¡No!" en contra de la destitución del gobernador. Votar por John Christopher Burton para una solución socialista a la crisis

Por ¡Empleos para los desempleados! ¡Miles de millones para la educación, la sanidad pública y la vivienda! ¡EE.UU. fuera de Irak!

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1. El Partido Socialista Por la Igualdad (PSI) llama a los trabajadores de California a que se aprovechen de las elecciones para destituir al gobernador y así propinarle un golpe al gobierno de Bush y a la política de guerra y de reacción social de los partidos Demócrata y Republicano. Les instamos que voten en contra de la destitución de Gray Davis para derrotar la más reciente maniobra de los Republicanos, que representan a las empresas, para socavar los procesos democráticos. De ninguna manera apoyamos a Davis, al vicegobernador Bustamante, o a ningún otro representante del Partido Demócrata. Les instamos que voten por John Christopher Burton, abogado de los derechos civiles en Los Ángeles y partidario del PSI. Burton se ha postulado para ofrecer una alternativa socialista a los candidatos de los partidos de las grandes empresas, en caso que Davis caiga.

2. Las elecciones de California para destituir al gobernador son de importancia nacional e internacional. La crisis social de California ha llegado a un grado inusitado. Por una parte, existe el tremendo déficit en el presupuesto del estado, el deterioro espantoso de las escuelas y los hospitales, los precios por las nubes de la vivienda y los alquileres, las elevadas tasas de desempleo y de pobreza y el continuo deterioro de las normas de vida de la gran mayoría de la población. Por otra parte California—el estado más rico de la nación más rica—ahora cuenta con una asombrosa concentración de riqueza en manos de una pequeña capa de jefes empresariales, banqueros y multimillonarios. En el año 2000, uno de ellos, Larry Ellison, gerente de Oracle (en el Valle del Silicio), llegó a acumular una fortuna de $58 mil millones; es decir, más de lo suficiente para pagar el déficit de todo el estado.

3. Ante esta grave contradicción entre la acumulación de riquezas particulares y las necesidades de la gran mayoría, los candidatos "principales"—el mismo Davis, y los que pugnan para reemplazarlo: el Demócrata Cruz Bustamante, y los Republicanos, Arnold Schwartznegger, Tom McClintock y Peter Ueberroth—están de acuerdo que esta crisis ha de resolverse a costillas de los trabajadores. Puede difieran acerca de la mezcla exacta de reducciones de presupuesto, impuestos y tarifas que se impondrían, pero ninguno pondría en peligro la riqueza y los ingresos de los ricos. Detrás de la demagogia acerca la protección de los intereses del pueblo, todos representan y defienden a la clase gobernante rica.

4. La crisis de California va más allá del fracaso del gobierno de Davis en Sacramento. No es posible separar las medidas de Davis—impuestas por Wall Street, por las grandes compañías energéticas, y por las grandes empresas—de la política del gobierno de Bush en Washington y de la crisis del sistema capitalista mundial. Las necesidades de los trabajadores y de la sociedad—la abolición de la pobreza, los empleos con sueldos decentes y los servicios médicos para todos, la vivienda cómoda al alcance de todos, las escuelas nuevas y más dinero para la educación escolar, pensiones seguras garantizadas y la atención a los ancianos—no son compatibles con un sistema económico basado en la desenfrenada acumulación de riquezas personales.

5. El reemplazo de Gray Davis por Bustamante o por Schwartznegger sólo servirá de trampolín para lanzar nuevas agresiones contra los trabajadores. Si Davis logra quedarse en el poder, no tomaría ninguna medida económica que difiera mucho de las que planean sus enemigos de la extrema derecha Republicana. No es posible ninguna solución progresista, ninguna solución que defienda los intereses de la clase obrera, dentro de los límites del sistema de dos partidos. Por ende, la campaña para reemplazar a Davis debe convertirse en un punto de partida para la creación de un gran movimiento político independiente de la clase obrera contra los Republicanos, los Demócratas y el sistema de ganancias que éstos defienden. Ese movimiento debe luchar por la redistribución de la riqueza y trasladarla de la élite empresarial a manos de la clase obrera, que representa la gran mayoría del pueblo, y por la reorganización de la vida económica en base a la genuina igualdad: el socialismo.

6. El Partido Socialista por la Igualdad (PSI) y su candidato, John Christopher Burton, le instan a los trabajadores de California que transformen estas elecciones en un referéndum en contra del consenso derechista que domina a Washington y a Sacramento. Ello requiere plantear no sólo las cuestiones vitales de las reducciones del presupuesto y de la defensa de los niveles de vida, de empleos y de los derechos democráticos, sino también la lucha contra la guerra imperialista. El Partido Socialista por la Igualdad exige la retirada inmediata de todas las tropas estadounidenses de Irak, Afganistán y de todo el Oriente medio. Con la guerra de Irak la clase gobernante de los Estados Unidos intenta apoderarse de las materias primas y lograr posiciones estratégicas para dominar al Oriente Medio y a Asia Central. Es una guerra por el petróleo, las ganancias y el poder. No tiene nada que ver con proteger al pueblo contra el terrorismo.

7. Bush, Cheney y compañía representan a esa capa de la clase gobernante empresarial que considera que la fuerza militar es la única manera de mantener control, tanto en el ámbito internacional como en el interior del país. El Partido Demócrata, no obstante sus diferencias con las tácticas de Bush para justificar la guerra, apoya la ocupación de Irak y la imposición del yugo militar sobre el pueblo iraquí. El Partido Verde, que formalmente se opone a la guerra, considera que esa cuestión no tiene ninguna importancia en las elecciones de California. Es ilusorio creer que la crisis del presupuesto tiene solución cuando el gobierno federal vierte US$500 mil millones anualmente en las fuerzas armadas y se compromete a ocupar a Irak indefinidamente, lo que hasta el momento cuesta US$75 mil millones por año. Esta última cifra es mayor que el déficit agregado de todos los estados.

8. Se desarrolla una tragedia tipo Vietnam. Los estadounidenses van a pagar por esta guerra, tanto con la muerte innecesaria de sus hijos e hijas como con el deterioro de sus condiciones de vida. Igual que durante la década del 60, será imposible imponer una política armamentista que al mismo tiempo garantice buenos niveles de vida. Hace más de treinta año que las acciones bélicas en Vietnam acabaron con el programa federal de la "Guerra contra la pobreza" y lanzó el prolongado desmoronamiento económico de los Estados Unidos. Hoy día, en que las reformas social liberales se han abandonado, el militarismo de Bush significa una agresión aún peor contra los empleos, los niveles de vida y los servicios sociales. El gasto militar actual representa US$ 2 mil por cada persona en Estados Unidos. La conquista de territorios y de las materias y la matanza de gente inocente causan el desperdicio de grandes recursos que podrían satisfacer las necesidades sociales.

9. Inevitablemente, la represión y las agresiones contra los derechos democráticos en el interior del país mismo han de acompañar a estas campañas militares y de guerras imperialistas. So pretexto de la guerra contra el terrorismo, el gobierno de Bush socava las garantías constitucionales y establece las estructuras institucionales jurídicas de un estado policial. Bajo la cubierta del Ministerio de la Seguridad de la Patria, el Acta Patriota, el campo de concentración en Guantánamo, los tribunales militares y los arrestos indefinidos de ciudadanos y extranjeros—sin respeto a las garantías legales o al derecho a ser representado por un abogado—representan las peores agresiones contra los derechos democráticos en toda la historia de Estados Unidos.

10. Lejos de ser un acontecimiento único atribuible la pésima administración de un solo individuo, la crisis presupuestaria de California es parte de la gran crisis que afecta a toda la sociedad estadounidense. El déficit de US$38 mil millones queda chico si se le compara al déficit federal de US$455 mil millones, al déficit de la balanza comercial, que llega a US$500 mil millones, y a la enorme deuda privada de las empresas estadounidenses. Estas enormes cifras reflejan el desmoronamiento histórico del sistema de ganancias.

11. Incluso el aspecto más destacado de la crisis californiana—el saqueo del estado por los grandes monopolios energéticos, como Enron—está ligado a procesos más extensos que afectan a EE.UU. y a las economías mundiales. Esto se mostró claramente el 14 y 15 de agosto con el apagón en la región nordeste de Estados Unidos, lo cual reveló la importancia de un hecho incontrovertible: El peor peligro al bienestar del pueblo estadounidense no son las pandillas terroristas o las "naciones pillas", sino el anarquismo innato del sistema de ganancias privadas y el egoísmo de los que dirigen las empresas gigantes, que sólo se interesan en la acumulación de la riqueza personal.

12. El punto de partida para el partido Socialista por la Igualdad son las necesidades de la clase trabajadora, no las exigencias del sistema de ganancias privadas. Declaramos sin titubear que la crisis de California y de los Estados Unidos en general requiere un cambio revolucionario de la estructura política y económica de los Estados Unidos. Las necesidades básicas de aproximadamente 250 millones de trabajadores estadounidenses no deben subordinarse a los intereses de una élite empresarial y financiera que monopoliza la autoridad política para garantizar sus propios intereses económicos e incrementar su riqueza.

La democracia y la campaña para la destitución del gobernador

13. En noviembre, 2002, a pocas semanas de Davis ser reelegido, un pequeño grupo de extrema derecha comenzó a circular una petición para destituirlo. La campaña contaba con poco apoyo hasta que el diputado Republicano, Darrell Issa, comenzó a financiarla con dinero de su propia fortuna, la cual pasa de los US$100 millones. Issa se presentó ante el público como sucesor potencial a Davis y empleó a miles de peticioneros que laboraron en base de jornada completa para obtener las firmas necesarias. Los peticioneros recibieron $1 por cada firma y la campaña terminó por costar casi US$3 millones. Fueron esos millones de dólares, no los millones de votantes, lo que determinó el voto para la destitución.

14. Las elecciones para la destitución en realidad no tienen que ver nada con la democracia directa; más bien son un ultraje de las intenciones originales del proceso de destitución, que se estableciera hace casi un siglo para castigar a los ricos y a las empresas que corrompieran a los representantes políticos. En el 2003, dichas elecciones para la destitución se han convertido en vehículo para una campaña, financiada por el multimillonario ultra derechista, con el fin de anular el resultado de las elecciones que éste no quiso aceptar. Este golpe de estado cuasi constitucional tuvo su objetivo: establecer cambios radicales en la política abierta a pocos meses de los votantes de California rechazar la programática de la extrema derecha durante las elecciones del 2002.

15. Las elecciones para la destitución significan que la extrema derecha sigue tratando de obligar al público a aceptar su programa político, aún cuando ese público esté ampliamente en contra, por medio de confabulaciones secretas y grandes recursos económicos. Esto incluye la conspiración para enjuiciar a Clinton, el robo de las elecciones presidenciales del 2000, y por ejemplo, como actualmente sucede en Texas, los esfuerzos continuos para cambiar los confines de los distritos electorales [para la cámara de Diputados del Congreso de Estados Unidos]. Igual que todos estos casos, las elecciones para la destitución tienen su objetivo: establecer una situación en la que se puedan abolir todas las restricciones que limitan la acumulación de la riqueza particular. Pero es un plan que cuenta con poco apoyo popular y que sólo puede imponerse por medio de métodos anti democráticos e ilícitos.

16. Pero inesperadas han sido las consecuencias del intento derechista para llegar al poder por medio de métodos extraordinarios, tales como el enjuiciamiento [de Clinton]. Tan pronto se certificaron las firmas para llevar a cabo las elecciones para la destitución, el Partido Republicano comenzó a fracturarse. Issa fue obligado a abandonar su postulación luego que Arnold Schwarzenegger anunciara su candidatura. Otro Republicano derechista, William Simon, candidato del partido para las elecciones gubernamentales del 2002, también renunció a su candidatura cuando supo que las encuestas mostraban un público que no apoyaba la política de la extrema derecha.

17. Este proceso para la destitución es único ya que no se atiene a las leyes electorales del estado de California, que son muy restrictivas. Ello hizo posible que cientos de personas trataran de postularse para las elecciones para reemplazar al gobernador, si éste cae. 135 han reunido los requisitos para que sus nombres aparezcan en la nómina de candidatos, inclusive John Christopher Burton, candidato respaldado por el Partido Socialista por la Igualdad. Aunque la prensa y los dirigentes políticos se burlan de la presencia de tanta gente común en la lista de candidatos—sin ser ricos o gozar de la aceptación oficial—y pintan a las elecciones de "circo", todo esto representa una nueva realidad que refleja, con más certeza que nunca, la gama de puntos de vista políticos y aspiraciones sociales que el sistema político, estancado en la corrupción y carente de representación verdadera, no ofrece.

18. Los Republicanos que financiaron la campaña contra Davis, así como también los mismos Demócratas que han sido blancos de ésta, ahora se encuentran muy inquietos, pues el conflicto que comenzara en los ámbitos políticos y empresariales del estado principal del país ha abierto las puertas electorales a fuerzas sociales más amplias. La hostilidad de los medios de prensa hacia la enorme cantidad de candidatos, inclusive hacia muchos independientes y rivales que pertenecen a otros partidos, significa que la clase gobernante de Estados Unidos ha sufrido una sorpresa tambaleante y ahora una posibilidad la aterra: el prolongado dominio monopolista que sus dos partidos serviles han ejercido sobre la política del país puede estar viendo su fin.

19. En su discurso del 10 de agosto, Davis por primera vez claramente caracterizó la campaña para su destitución como un intento anti democrático del Partido Republicano para robarse el poder. Pero Davis es incapaz de llevar a cabo una verdadera lucha contra la posibilidad de semejante golpe político. Su gobierno es típico del Partido Demócrata: se adapta fácilmente a la política de la derecha Republicana. Siempre ha tratado de echarle al pueblo trabajador la carga de la crisis presupuestaria del estado con reducciones en los programas de atención médica, educación escolar, y otros servicios sociales, además de imponer aumentos regresivos en los impuestos, que trata de pasar por "cuotas". Y por eso es que su gobierno le ha abierto el camino a la derecha para que ésta explote la ira y las frustraciones del pueblo y así manipularlo con la campaña para la destitución.

20. Nos oponemos a la destitución, pero no porque somos partidarios de Davis, quien el pueblo trabajador de California, con mucha justificación, odia. En defensa propia, Davis se ha visto obligado a catalogar la campaña para su destitución como "intento de la derecha para robarse el poder". Pero ni él, ni ningún otro Demócrata, es capaz de llegar a las conclusiones debidas: que el gobierno de Bush es ilícito; que el Partido Republicano ha llegado a ser dominado por extremistas semi fascistas; y que éste se arraiga en una firme confabulación contra los derechos democráticos. El Partido Demócrata es incapaz de oponerse a esta conspiración con la seriedad que el problema merece, porque a fin de cuentas es una facción contrincante de la misma clase gobernante.

21. Las bases sociales de ambos partidos son muy angostas; ninguno de sus candidatos cuenta con suficiente apoyo popular. La explosión de la actividad política y la enorme cantidad de candidatos que se han postulado para estas elecciones dejan una cosa bien clara: el sistema bipartito está osificado y no es verdaderamente representante. Este "choque eléctrico" a la antigua estructura política debe tener sus raíces en profundas causas sociales.

Historia de la crisis de California

22. La campaña para la destitución se ha desarrollado en medio de la crisis presupuestaria de California, que es el ejemplo más agudo de la crisis económica que amenaza a docenas de estados con la bancarrota. Durante meses el gobierno de California se vio estancado por una disputa entre los Republicanos y los Demócratas en la legislatura del estado en cuanto a como resolver el déficit del presupuesto, que llega a US$38 mil millones. Puesto que los Republicanos no contaban con los votos necesarios para adoptar su propio programa en una legislatura controlada por los Demócratas, optaron por obstruir toda acción. Objetivo: prolongar la crisis y darle fuego a la campaña para la destitución.

23. Ambos partidos plantearon resolver la crisis a expensas de la clase trabajadora. Los Demócratas ofrecieron grandes reducciones a los servicios públicos y el aumento de varios impuestos, entre ellos la triplicación de los impuestos sobre el registro de automóviles y el aumento de los impuestos sobre las ventas. Ambos afectan a los trabajadores más que a nadie. Los Republicanos se comportaron como demagogas y trataron de pintarse de adversarios al aumento de los impuestos, pero no sin abogar por reducciones a los gastos aún más radicales. Desde un principio, ambos partidos rechazaron toda acción que obligara a las empresas y a los ricos a pagar por la crisis.

24. La crisis presupuestaria de California ha evolucionado durante un cuarto de siglo, desde 1978, año en que se adoptara la Propuesta 13, que drásticamente limitó los impuestos sobre la propiedad. Hasta ese entonces, esos impuestos habían sido fuente principal de los ingresos estatales de California. Todavía hoy día constituyen la base para el financiamiento de la mayoría de los otros gobiernos estatales de los Estados Unidos. La Propuesta 13 fue consecuencia de otra campaña derechista—tan extrema en aquella época que hasta Ronald Reagan rehusó respaldarla—para lanzar un ataque indirecto, por medio de la reducción despiadada de los ingresos estatales, contra los gastos sociales consagrados a la educación escolar, la atención médica y otros programas del bienestar social.

25. El éxito de la Propuesta 13, basada en una exhortación populista a la "rebelión de los contribuyentes" contra "el gobierno a gran escala", fue consecuencia del fracaso del liberalismo del Partido Demócrata y del fin de la política que restringía todas las reformas sociales a lo que el sistema capitalista considerara aceptable. Cuando la situación de estancamiento/inflación se produjo hacia fines de la década del 70—una mezcla del aumento desbocado de los precios con el desarrollo económico casi en cero—las normas de vida del pueblo trabajador de todas las regiones de Estados Unidos, inclusive las vidas de grandes sectores de la clase media profesional y de los pequeños negociantes, sufrió un "apretón" enorme. En California esto asumió la forma de aumentos en los impuestos sobre la propiedad, causados por la subida de los precios de la misma. Dichos impuestos batieron el récord.

26. El gobierno Demócrata del gobernador de ese entonces, Jerry Brown, no hizo ningún esfuerzo por aliviar la crisis, abriéndole así el camino a demagogas de la derecha que se hicieron pasar por partidarios de los propietarios de casa y de los jubilados, quienes el aumento de los impuestos sobre la propiedad amenazaba con ruina.

27. La "rebelión contra los impuestos" de 1978 presagió dos hechos: la elección de Ronald Reagan como presidente dos años después y la política que durante las próximas dos décadas destruyó los programas del bienestar social y cementó las bases del poder político de la derecha Republicana, no sin incitar la pugna entre ciertos sectores de la clase media contra las capas más pobres de la clase obrera. De igual manera, la crisis actual de California presagia explosiones políticas a nivel nacional; explosiones que pondrán el peligro el monopolio que ejercen los dos partidos de los grandes negocios.

28. Durante los años después del 1978 se adoptaron medidas electorales semejantes en California. Varias, auspiciadas por la extrema derecha y los grandes negocios, limitaron aún más la autoridad del gobierno para imponer impuestos. El Partido Demócrata y grupos vinculados a él promovieron otras que impusieron restricciones muy específicas a los gastos consagrados a la salud, las escuelas públicas y a otros programas. Consecuencias: más del 80% de todos los ingresos del gobierno estatal y de los gastos establecidos por el mandato de las propuestas electorales o enmiendas constitucionales no están sujetos a acción legislativa. Aún si la legislatura del estado hubiera eliminado todos los gastos discrecionales durante la crisis presupuestaria del momento—con el cierre de instalaciones, la eliminación de empleos, la reducción de los salarios—el déficit todavía habría sido enorme.

29. Durante cierto período de la década del 90, el conflicto natural entre estos mandatos—es decir, entre los impuestos y los gastos— fue encubierto por los ingresos provenientes de la prosperidad de la bolsa de valores, sobretodo del desarrollo explosivo, en el norte de California, de la industria de computadoras (ordenadoras) y la programación "software". Durante el primer plazo de Gray Davis, comenzando com el 1999, los ingresos estatales, que eran enormes, hizo posible que los gastos para los servicios públicos no sólo se mantuvieran a cierto nivel, sino que aumentaran sin cometer infracciones de las restricciones impuestas por la Propuesta 13 y otras medidas similares.

30. Pero aún antes de la reelección de Davis, las fuerzas que eventualmente socavarían la prosperidad ya andaban sueltas. La crisis económica de Asia durante 1997-98, que abatió el mercado de exportaciones más importante para California, fue seguida por el colapso de las empresas dot.com en el 2000. El Valle del Silicio quedó devastado. Comenzó la recesión estatal y nacional del 2001. La liquidación de la riqueza basada en papel moneda fue desastrosa en todas partes, pero no tanto como en California. Puesto que los ingresos del mayor estado del país dependían, en gran parte, de los impuestos sobre los salarios y las ganancias capitalistas—en vez de los impuestos sobre la propiedad—el presupuesto del estado rápidamente entró en déficit.

31. El saqueo sistemático de los residentes de California por parte de las grandes empresas energéticas, sobretodo Enron, exacerbó la crisis. La eliminación de las restricciones sobre las empresas, puestas en marcha por el gobernador anterior a Davis, el Republicano Pete Wilson, y continuadas por el propio Davis, permitió que las empresas energéticas hicieran trampa en el mercado, aumentaran los precios a niveles astronómicos y pusieran billones de dólares de ganancias en sus bolsillos. La crisis energética le costó al pueblo de California más de $40,000 millones, además de los $10,000 millones y pico al gobierno estatal. Resultado: el presupuesto rápidamente pasó de superávit a déficit.

32. La política del gobierno de Bush ha intensificado la crisis del estado aún más, pues ha resultado en reducciones drásticas a los gastos para los programas sociales y causado la mayor destrucción de empleos y servicios sociales desde la Gran Depresión. La legislación de este año sobre los impuestos, que vertiera $700,000 millones en los cofres de los ricos (además de la reducción de los impuestos por $1.6 trillones en 2001: mana para los ricos), sólo le dio a los estados unos miserables $20 mil millones. Y esto bajo condiciones en que 38 estados se ven cara a cara con la bancarrota. El déficit de California, por sí solo, equivale a más del 200% de la ayuda federal total.

Las contradicciones históricas del capitalismo

33. No obstante, sería un error considerar que la crisis actual es simplemente—o principalmente—consecuencia de las piruetas de la bolsa de valores, de los crímenes perpetrados por ciertos ejecutivos empresariales o de la política que puesta en marcha por el gobierno de Bush. Estos factores, por sí solos, son consecuencia de procesos históricos profundos. El estado de California no es simplemente una jurisdicción política entre otras tantas de los Estados Unidos; es la expresión más aguda de las contradicciones del capitalismo de los Estados Unidos y del mundo entero.

34. ¿Pero qué es California? Si algún estado de la nación ha llegado a expresar el "Sueño norteamericano" durante el Siglo XX, éste ha sido California, que nació en las lejanas fronteras del oeste de Estados Unidos para convertirse en el estado más dinámico del país. Cuenta con la mayor población y ejerce la mayor influencia. Es cede de Hollywood, del Valle del Silicio, de la enorme industria aeroespacial y de la región agrícola más productiva del mundo. También ha servido de piedra angular para el comercio de Estados Unidos que se ha expandido a través del Océano Pacífico. Si California fuera un país independiente, sería la quinta economía mayor del mundo, mayor que la de Francia.

35. California es epítome del diverso carácter de la población estadounidense, sobretodo de las nuevas olas de inmigrantes durante las décadas del 80 y el 90, en su mayoría de Latinoamérica y Asia. Presenció los motines anti chinos durante el Siglo XIX, así como también las detenciones en masa de los estadounidenses japoneses durante la Segunda Guerra Mundial. Pero ahora es el primer estado en que la población negra, hispana y oriental constituye la mayoría; los blancos nacidos en los Estados Unidos son la minoría.

36. California expresa, de manera aguda, las tendencias dinámicas del capitalismo estadounidense y sus contradicciones internas. La economía de California arrancó con los enormes gastos [del gobierno federal] para la construcción de buques de guerra y la producción de armas con fin de batallar al Japón. Luego, durante las varias décadas inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, California se convirtió en centro industrial de primera, principalmente con la manufactura de automóviles, acero, buques y la industria del aeroespacial. Empezando con la década del 70, estas industrias comenzaron a declinar como en todas las otras regiones del país. Para los años del 90, sólo existía una fábrica de automóviles (japonesa) en California; la industria marítima casi no existía, y la del aeroespacial se había contraído severamente.

37. A la misma vez que estas industrias comenzaban a mudar la producción al extranjero, sobretodo a Latinoamérica y a Asia, las reemplazaba la industria de las computadoras (ordenadoras) y del material de programación, que comenzó a expandirse hasta convertirse en el motor de la economía de California. Aunque las bases científicas de la computarización se habían establecido durante la Segunda Guerra Mundial y mediante el desarrollo de los transistores a seguir, las empresas comenzaron a interesarse seriamente en la computarización a finales de la década del 60 y a principios de los 70 en reacción a los problemas del capitalismo estadounidense que comenzaban a exacerbarse. La computerización fue la reacción a las tasas de ganancias declinantes en la manufactura, que para principios de los 70 ya iban bien avanzadas. Para el capitalismo esto significaba el aumento de la productividad de la mano de obra; es decir, el desarrollo de la producción por medio de la reducción de empleos a través de la reorganización computarizada de los lugares de trabajo.

38. Hay una gran diferencia entre este período de innovaciones en la tecnología, en que Estados Unidos no puede contrarrestar la destrucción de empleos debido a la reorganización causada por la computarización, y otros anteriores, cuando se podían crear nuevas posibilidades de trabajo en las industrias pesadas. Los adelantos revolucionarios en la comunicación y el transporte, que también están estrechamente vinculados a las tecnologías relacionadas con las computadoras, han acelerado enormemente la movilidad del capital. El proceso de mundialización, cuyo apogeo es la transformación de las empresas estadounidenses en conglomerados transnacionales, ha alterado la vida de la clase obrera de manera radical y permanente. Los trabajadores ahora se enfrentan a una situación en que las empresas principales, estadounidenses y extranjeras, escarban al mundo en búsqueda de materias primas y mano de obra cada vez más baratas.

39. Millones de empleos en la manufactura han sido destruidos a medida que las empresas han mudado sus instalaciones a regiones que ofrecen la mano de obra barata. Más que nadie, los trabajadores industriales han tenido que aguantar lo más arduo de este despiadado proceso, el cual ya ha comenzado a afectar a sectores más amplios de la población trabajadora. Hasta la de mano de obra que requiere una destreza súper especializada—digamos, los programadores de computadoras—está siendo trasladada al extranjero.

40. La respuesta a esta situación requiere de la clase obrera una nueva estrategia. El Partido Socialista por la Igualdad rechaza todas las medidas proteccionistas como las que proponen los burócratas que dirigen los sindicatos obreros. Todos los esfuerzos por limitar el desarrollo económico dentro del nacionalismo estrangulador son inherentemente reaccionarios y por obligación han de fracasar. Peor aún, fomentan la ilusión, destructiva y chauvinista, que los trabajadores de otros países son enemigos de los trabajadores estadounidenses. En realidad, los obreros de todos los países forman parte de una clase internacional que se enfrenta a un enemigo común: el sistema capitalista internacional.

41. La realidad de un capitalismo organizado mundialmente requiere que la clase obrera adopte una estrategia internacional. Los trabajadores norteamericanos no pueden permanecer indiferentes a las condiciones sociales de los trabajadores de las otras regiones del mundo. Para defender sus empleos y entablar una lucha efectiva contra sus "propios" patronos empresariales, deben desarrollar una estrategia internacional que unifique, en lucha, a todas las secciones de la clase obrera internacional contra el sistema capitalista.

42. El internacionalismo, mucho más allá de ser una simple solidaridad entre los obreros de Estados Unidos y de otros países, es imprescindible para establecer la unión de todas las secciones de la clase obrera norteamericana. Al igual que el resto del país, la diversidad de la población de California es extraordinaria. A medida que empeora la crisis económica, los políticos reaccionarios, cada vez más desvergonzadamente, tratan de explotar las divisiones entre obreros de diferentes razas y nacionalidades. El Partido Socialista por la Igualdad se opone a esas maniobras, tanto a las declaraciones racistas como a los ataques contra los trabajadores inmigrantes y lucha por la unidad de todos los sectores de la clase obrera.

43. El deterioro de las condiciones de vida de millones de obreros ocurre a la par de fortunas bárbaras que se acumulan a niveles no vistos desde la época de los "magnates ladrones" de fines del Siglo XIX. Esta enorme polarización social provoca consecuencias socio-políticas muy evidentes que desacreditan la perspectiva reformista de las viejas organizaciones obreras y que estimulan el desarrollo de los elementos más parasitarios de la clase dominante.

44. Esos elementos se proponen barrer con todos los obstáculos que interfieran con la extracción de ganancias máximas de las costillas obreras: las condiciones de trabajo establecidas por los sindicatos, si es que todavía representan algún beneficio; los reglamentos para la protección del medio ambiente, de la salud y de la seguridad; impuestos sobre los ingresos de las empresas y sobre la riqueza heredada; impuestos progresivos a los ingresos; y la jornada de ocho horas. Hasta las restricciones que rigen el empleo de jóvenes puede que se eliminen. En vez de la redistribución limitada en beneficio de los pobres, que en el pasado el liberalismo exigía con el fin de estabilizar el sistema de ganancias, ahora la derecha exige la distribución de la riqueza en beneficio de los ricos mediante el saqueo de la clase obrera a través de la destrucción de los servicios públicos y de las infraestructuras sociales con tal de aumentar unas pocas fortunas privilegiadas.

45. Los dos partidos de las grandes empresas aceptan y defienden la estructura básica del capitalismo estadounidense. Subordinan todos los aspectos de la vida a las fortunas privadas y a las ganancias. El Partido Republicano enarbola el grito sediento de sangre de la clase dominante, que se obsesiona, maniática e irracionalmente, con la acumulación de fortunas personales a través de la eliminación de toda barrera legal, social y moral que frene la explotación de la clase obrera. El Partido Demócrata, más en California que en cualquier otro lugar, todavía se hace pasar por partidario del liberalismo y defensor de los servicios sociales, tales como la salud y la educación. Sin embargo, la crónica del gobierno de Davis muestra que los Demócratas ya no pueden adaptar los gastos para el bienestar social a las exigencias de las grandes empresas.

Un programa basado en necesidades sociales, no en las ganancias

46. Los problemas sociales de California son los mismos de todas las sociedades industriales súper pobladas. Las masas trabajadoras comparten las mismas necesidades: empleos seguros con sueldos buenos; servicios sociales, tales como la educación escolar y la atención médica; la vivienda barata y buena a precios razonables; pensiones seguras; y el acceso a la infraestructura básica de la vida moderna, tales como los servicios de acueducto, carreteras, transporte público y telecomunicaciones.

47. El Partido Socialista por la Igualdad propone una Carta de Derechos Sociales para la clase obrera. Exigimos:

* que el gobierno garantice un empleo adecuado para todo el que pueda trabajar;

* un salario mínimo de $15 por hora vinculado a la inflación;

* una reforma del sistema de impuestos para que el peso de éstos se traslade de los trabajadores a los ricos y a las grandes empresas; también la eliminación de los impuestos sobre las ventas y sobre las propiedades de los trabajadores y su reemplazo con impuestos progresivos sobre los ingresos y la riqueza de las familias más ricas;

* educación escolar pública gratuita de alta calidad, desde el jardín infantil hasta la conclusión de la escuela normal(preparatoria); libre acceso a la educación universitaria para todos;

* Amplia Cobertura de seguro médico universal para todos;

* un programa de construcción de obras públicas que ofrezca empleos y permita la reconstrucción de la infraestructura social, incluyendo las escuelas, las carreteras, el transporte público y los acueductos, la electricidad y los sistemas de alcantarillas;

* un programa de viviendas subvencionado por el estado para construir millones de viviendas a precios razonables para el pueblo trabajador;

* medidas para proteger al medio ambiente de los estragos causados por la explotación de las grandes empresas; medidas que hagan cumplir, de manera estricta, los reglamentos que rigen la contaminación del agua y el aire;

* que se garantize al derecho de los obreros a formar sindicatos y a controlarlos democráticamente; declarar fuera de la ley toda táctica empresarial para suprimir a los sindicatos y reducir los sueldos;

* plenos derechos democráticos, inclusive la ciudadanía, para los obreros inmigrantes, legales o ilegales; la eliminación de toda barrera a la educación escolar, a la atención médica y a otros servicios;

* jubilaciones seguras con ingresos adecuados para todos los trabajadores;

* y que el gobierno ayude a todas las empresas pequeñas y medianas.

48. Los representantes del sistema político en existencia rechazarán estas exigencias porque son extravagantes, porque no existen recursos para costearlas. Preguntarán, ¿quién va a pagarlas? Pero la respuesta es fácil: vivimos en la sociedad más rica en la historia de la humanidad. La misión de la clase obrera es luchar para apoderarse de los billones de dólares de riqueza creados por sus propios esfuerzos colectivos pero que unas pocas empresas gigantes e individuos súper ricos han monopolizado. Si el público controlara y utilizara toda esa riqueza en beneficio de todos—y no sólo de los privilegiados—todas las exigencias podrían convertirse en realidad.

49. El sistema de ganancias subordina todas las necesidades sociales a un orden económico que la da importancia primordial a la acumulación de las fortunas personales de una pequeña minoría. Los problemas sociales, en su conjunto, son enormes: escuelas en ruinas; carreteras deterioradas; acueductos y servicios de electricidad y gas que no funcionan; viviendas urbanas y rurales en estado de putrefacción; y un medio ambiente contaminado. La clase dominante rehúsa responsabilizarse de resolver estos problemas al mismo tiempo que monopoliza la mayor parte de la riqueza social.

50. Los impuestos es la cuestión que más se disputa en estas elecciones para destituir al gobernador de California. La crisis presupuestaria del estado es, al fin y al cabo, consecuencia de que los que controlan los recursos que la población trabajadora produce no permiten que se utilicen para satisfacer las necesidades del pueblo. Para ponerle fin a la distribución inadecuada de los recursos, incumbe tomar medidas impositivas para contrarrestar la mezquindad y la codicia de los súper ricos y librar los recursos que se necesitan para las escuelas, los servicios médicos y las otras prioridades sociales.

51. El estado actual del sistema de impuestos impone una carga mayor a los que menos pueden aguantarla: el pueblo trabajador, que paga la mayoría de los cargos impuestos por el estado y de las rentas internas a la propiedad. Esto debe ser reemplazado con un programa que limite los impuestos sobre la gran mayoría de la población, a la vez que aumenta de inmediato los impuestos sobre los altos ingresos y las grandes fortunas mediante un impuesto progresivo a los ingresos. Este programa también acabaría con la práctica de eximir a las grandes instalaciones comerciales de pagar impuestos a la propiedad y eliminaría las excepciones a los impuestos y a las subvenciones que las grandes empresas gozan.

52. Un programa socialista no significa que todo se va a nacionalizar, o que se va a acabar con las empresas pequeñas y medianas, que perennemente caen víctimas de las empresas gigantes y de los bancos. Una economía planificada resultaría en el crédito fácil y un mercado estable a esas empresas, siempre y cuando paguen sueldos adecuados y ofrezcan buenas condiciones de trabajo.

53. En el caso de las industrias más vitales y críticas—las compañías de servicios públicos y petrolíferas, los bancos y las empresas transnacionales gigantes—urge transformarlas en empresas públicas, bajo control democrático. Si hay algo que la crisis de California muestra, ello es la anarquía intrínseca y el caos del capitalismo. Quien afirme que "el mercado nunca se equivoca" miente para satisfacer sus propios intereses. Es una mentira de conveniencia, pregonada por aquellos cuyas decisiones frecuentemente determinan la dirección de mercado, como, por ejemplo, los gerentes de las grandes sociedades anónimas que se pagan salarios multimillonarios para luego decir que el saqueo de sus propias empresas resulta de las fuerzas impersonales del mercado.

54. La lucha contra el militarismo librará muchísimos recursos para satisfacer las necesidades sociales. La clase dominante de Estados Unidos ha derrochado billones de dólares durante cinco décadas, primero por medio de la confrontación con la Unión Soviética a través de la Guerra Fría y ahora con el pretexto de la guerra contra el terrorismo. La verdad es que ni los fundamentalistas islámicos, ni los agentes de otros países, constituyen la principal amenaza a los derechos democráticos del pueblo de Estados Unidos. El peligro viene de las maniobras de la clase dominante estadounidense para mantener y aumentar su fortuna y privilegios.

55. El Partido Socialista por la Igualdad exige que se repudien las medidas antidemocráticas impuestas por el gobierno de Bush con la colaboración de los legisladores Demócratas. El Ministerio para la Seguridad de la Patria—establecido para expandir el espionaje y la represión del pueblo estadounidense, no para protegerlo de los terroristas—debe ser abolido. También tiene que abolirse el Acta Pro Patria de Estados Unidos, y hay que prohibir las prácticas al estilo de estado policiaco, tales como la detención indefinida y la anulación del derecho a tener un abogado. Es necesario defender y extender los derechos democráticos, incluyendo el derecho al voto y a que cada voto cuente; los derechos de intimidad; la separación de la iglesia y el estado; y la libertad de asamblea, de expresión y de palabra.

56. Un paso importante para resolver esta crisis consiste en poner en reversa el saqueo sistemático que durante los últimos 25 años resultara en el mayor traslado de riquezas de la historia. Tanto bajo gobiernos Democráticos como Republicanos, ha ocurrido una enorme distribución de la riqueza en beneficio de los más ricos hasta llegar al punto en que 1% de la población controla más del 40% de la riqueza de la sociedad estadounidense. Hay que investigar agresivamente la especulación que ocurrió en la década de los 1990 y la apropiación criminal de los bienes empresariales por los gerentes a costillas de los trabajadores y los pequeños accionistas. Hay que recobrar esas fortunas robadas y usarlas para mejorar los servicios sociales y los niveles de vida de los trabajadores.

La independencia política de la clase obrera

57. Más importante aún que la corrupción abierta son los intereses clasistas de la élite dominante, que hacen imposible la resolución racional de los problemas sociales. La política de los Estados Unidos cada vez más se transforma en un circo público; la definen los insultos personales, sucios y escandalosos. Pero hay un tema que no se toca; es el más importante: el papel de la acumulación privada de fortunas personales en impedir un enfoque serio de la resolución de los problemas sociales. El pueblo trabajador no puede resolver esta crisis sin salirse de las garras con que las fortunas particulares controlan no sólo todas las cuestiones políticas, sino al mismo sistema político.

58. Esto debe incluir las medidas más estrictas para ponerle fin a la influencia de las fortunas privadas en la política, consista esta influencia del cabildeo empresarial o el soborno legal que consiste de las contribuciones monetarias a las campañas políticas. Las elecciones de California muestran la influencia nefasta que un millonario único puede ejercer sobre el sistema político. No existe manera de reconciliar a la democracia con tan enorme acumulación de riquezas y con el poder que resulta de semejante acopio. La igualdad política entre un gerente o un inversionista multimillonario, que fácilmente puede girar cheques para financiar las campañas políticas estadounidenses, y un trabajador asalariado o pequeño negociante, no puede existir.

59. Candidatos como la comentarista liberal Arianna Huffington y el dirigente del Partido Verde, Peter Camejo, no presentan ninguna alternativa a los dos partidos de las grandes empresas. Ambas campañas aceptan los límites del sistema capitalista y proponen las reformas más mezquinas. (La propuesta de Camejo para resolver la crisis presupuestaria es idéntica a la de Arnold Schwartznegger: contratar un perito que verifique las cuentas del estado.) Desde el punto de vista político, tanto Huffington como Camejo se postran ante los Demócratas y los Republicanos. En cuanto a la cuestión más crítica de las elecciones del 7 de octubre—es decir, la índole antidemocrática de la destitución—ambos están de acuerdo con la derecha Republicana. Ambos abogan por un voto afirmativo para la destitución de Davis y justifican la campaña del millonario Darrell Issa como verdadero movimiento popular desde abajo. En cuanto al reemplazo del gobernador, Huffington ha declarado que renunciaría a su candidatura si un Demócrata de su agrado se postulara; Demócratas como Dianne Feinstein, senadora ante la cámara superior del Congreso de Estados Unidos. Por otra parte, Camejo ha expresado que también renunciaría a su candidatura si llega a parecer que la campaña de Huffington gana apoyo.

60. La responsabilidad del partido Socialista por la Igualdad es el establecimiento de una nueva dirigencia política obrera. Luchamos con nuestra revista diaria de análisis y comentario político, la World Socialist Web Site, para educar a los trabajadores y abrir el camino para que se produzca un movimiento de masas contra el sistema de ganancias. Nuestro candidato para gobernador, John Christopher Burton, tiene extensa experiencia como abogado partidario de los derechos civiles y de las personas que han caído víctimas de la violencia policiaca. Sostenemos los siguientes principios:

* La unidad de la clase obrera internacional: Debido a la economía mundializada, ningún sector obrero de cualquier estado o nación puede ser indiferente a la situación de los trabajadores en otras partes del mundo. La explotación bestial de los trabajadores chinos por las empresas transnacionales tiene consecuencias directas sobre los obreros de California y de Estados Unidos. La solución a la economía mundializada no consiste ni en el proteccionismo, ni en las guerras comerciales, sino en una política de solidaridad internacional y en una estrategia para elevar los niveles de vida de los obreros de todo el mundo.

* La independencia política de la clase obrera: El sistema político no le ofrece ningún privilegio al pueblo trabajador, que es la gran mayoría del pueblo estadounidense. Y los trabajadores tampoco ejercen ninguna influencia en los partidos Demócrata y Republicano, que los intereses empresariales dominan. Las organizaciones obreras, que tampoco defienden sus intereses, ni siquiera han elaborado una respuesta coherente a la crisis. Más bien se aferran a un Partido Demócrata moribundo. Se necesitan nuevas organizaciones obreras que movilicen a los trabajadores como fuerza independiente. Y sobretodo hay que transformar al Partido Socialista por la Igualdad en el partido político de masas de la clase obrera.

* Necesidades sociales antes de ganancias privadas: El principio básico sobre el cual el PSI basa su programa consiste en que las necesidades sociales tienen prioridad sobre la riqueza privada. Existen dos alternativas: o la clase obrera paga por la crisis y sufre mayores pérdidas en cuanto a empleos, salarios y el deterioro adicional su situación, lo cual ha de terminar en catástrofe, o tendrá que obligar a la clase gobernante a ceder las riquezas que ha obtenido de la explotación clasista.

61. Le instamos a todos los que estén de acuerdo con estos principios que no sólo voten por John Christopher Burton el 7 de octubre, sino que contribuyan activamente al desarrollo de la World Socialist Web Site, que se comuniquen con el Partido Socialista de la Igualdad, y que se integren a él para ayudar a su expansión.