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¿Trama Estados Unidos el asesinato del presidente Venezolano?

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El presidente venezolano, Hugo Chávez, canceló el viaje que había planeado para asistir al debate de apertura de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas. La cancelación del viaje, según Chávez mismo, se debió a la posibilidad de atentado contra su vida. Se rumora que agencias de espionaje de su gobierno le habían advertido acerca de un complot respaldado por la CIA para sabotear su avión mientras volaba de Caracas a la ciudad de Nueva York. Además del presidente, otras personas también expresaron temores de que terroristas anti gubernamentales se encuentran participando en ejercicios militares dentro de Estados Unidos mismo.

La prensa de Estados Unidos apenas ha reportado las inquietudes del presidente venezolano acerca de su seguridad. Las pocas veces que se refirió a ellas fueron, por lo general, para pintar a Chávez como inestable o de paranoico.

Las inquietudes de Chávez, sin embargo, no son tan alocadas. Aunque haya ganado dos elecciones populares consecutivas, sigue gobernando gracias solamente al fracaso de un golpe de estado que se llevó a cabo en abril, 2002; golpe que apenas se molestó en ocultar que contaba con el respaldo del gobierno de Bush. Los que encabezaron el golpe recibieron fondos de Estados Unidos, inclusive dinero pagado a través de la burocracia sindicalista de la AFL-CIO y su disfraz internacional, el Centro Estadounidense para la Solidaridad Obrera Internacional.

El régimen militar de los empresarios que brevemente se apoderaron del gobierno por dos días habían detenido a Chávez incomunicado en una isla cerca de la costa venezolana mientras decidían el destino del mismo. Washington acogió el golpe pero luego se fue en retaguardia cuando las masas se lanzaron a las calles de Caracas en oposición e hicieron imposible que los militares gobernaran.

Luego de revelarse que los organizadores del complot se habían repetidamente comunicado con un grupo de emigrados cubanos derechistas y veteranos de la guerra "contra" en Nicaragua, respaldada por la CIA—personas que tienen puestos claves en el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Pentágono—el gobierno de Bush improbablemente sostuvo que estos individuos sólo trataban de convencer a los empresarios y militares venezolanos que no derrocaran al gobierno. Pero ninguno de ellos, sin embargo, tomó la iniciativa para advertirle a Chávez del golpe que se acercaba.

Desde el fracaso del golpe, Venezuela ha sido víctima constante de una campaña inexorable para desestabilizarla económica y políticamente, inclusive una huelga en la industria del petróleo que duró 64 días. Dicha huelga contó con el respaldo de los dirigentes de la oposición en diciembre y enero en un esfuerzo para derribar el gobierno.

Por otra parte, funcionarios de Estados Unidos repetidamente han lanzado declaraciones críticas a Chávez. Según Roger Noriega, funcionario principal del Ministerio de Relaciones Exteriores de Estados Unidos en cuanto a asuntos latinoamericanos, recientemente declaró lo siguiente: "Creo que varias de las cosas que [Chávez] ha puesto en marcha en la economía y en la política del país han arruinado a un país relativamente rico". Pero Noriega no mencionó la huelga petrolífera, la cual tácitamente gozó del respaldo de Washington, ni tampoco se refirió a la decisión de Washington en julio de parar todo crédito a Venezuela por parte del Banco de Exportaciones/Importaciones de Estados Unidos.

Al mismo tiempo, el gobierno de Bush le ha brindado todo apoyo posible, pero no abiertamente, a la campaña de elementos adversarios que quieren nuevas elecciones para destituir a Chávez. En un obvio acto de intervención en los asuntos internos de Venezuela, el mes pasado el embajador estadounidense, Charles Shapiro, se presentó ante la comisión electoral, que recientemente se había establecido, para ofrecer la ayuda de Estados Unidos, inclusive la decisión de aceptar o no la petición para la destitución que la oposición había creado.

Shapiro no es nada extraño a las subversiones y asesinatos auspiciados por la CIA. Su carrera como diplomática durante la década de los 80 se basó en El salvador. Primero sirvió como Oficial de Enlace en El Salvador para los servicios del Ministerio de Relaciones Exteriores de Estados Unidos de 1983 a 1985. Luego, de 1985 a 1988, sirvió como Cónsul Político en la embajada de Estados Unidos en San Salvador; puesto que por lo regular se ha usado para encubrir las actividades del jefe de la CIA en cualquier país.

Ese período tomó lugar durante el apogeo de la guerra civil salvadoreña, en la cual los escuadrones de la muerte, respaldados por los militares, cometieron enormes masacres y asesinatos. Fue también el período cuando Estados Unidos usaba a El Salvador como base de actividades para su guerra ilícita en contra del país vecino de Nicaragua.

A fin de cuentas el panel venezolano decidió que la oposición había obtenido la mayoría de las firmas ilegalmente y fijó un nuevo horario para celebrar el referendo sobre la destitución. Partidarios de Chávez en el Movimiento de la Quinta República indicaron que ellos también harán una petición para la destitución de los gobernadores, alcaldes y diputados oposicionistas que buscan deshacerse de Chávez. La fecha más temprana en que el referendo puede tener lugar es el próximo febrero.

Durante las últimas semanas han sucedido varias explosiones de bombas en Caracas, inclusive una bomba contra el cuartel militar cerca de Miraflores y un ataque contra el consulado colombiano. Y hace poco que terroristas lanzaron un dispositivo explosivo a la sede de CONATEL, agencia gubernamental que rige el campo de la telecomunicación, aparentemente como represalia por el equipo ilegal que el gobierno le embargó a la cadena de televisión, Globovisión, que la oposición domina.

Por otra parte, el gobierno venezolano ha protestado el hecho que fuerzas anti gubernamentales, inclusive las que participaron directamente en el golpe de estado de abril, 2002, actualmente se encuentran en suelo estadounidense, donde abiertamente se les está enseñando tácticas terroristas.

El Wall Street Journal publicó un artículo en enero que detalla las actividades en la Florida del capitán Luis Eduardo García, uno de los primeros oficiales del ejército venezolano que embistió el palacio presidencial durante el golpe de abril, 2002. Como cabecilla de un grupo conocido como la Junta Patriótica Venezolana, García ha forjado una alianza "cívico-militar" con los Comandos F-4, grupo anti castrista en exilio que ha cometido varios actos terroristas contra Cuba.

Según el Wall Street Journal, "Ahora el Capitán García informa que le está dando entrenamiento militar a aproximadamente 50 miembros de los Comandos F-4, quienes cuentan con la participación de 30 cubanos estadounidenses. (El resto de los miembros es venezolano.) El entrenamiento toma lugar en un campo de tiro al blanco en la región de Everglades. Dice que ‘nos estamos preparando para la guerra'".

Periódicos de la Florida, inclusive El Nuevo Herald, han publicado informes similares acerca del campamento donde se entrenan los terroristas.

El mismo Chávez ha protestado la existencia de ese campamento durante una reunión con Shapiro el mes pasado. En un discurso que pronunciara en septiembre, criticó la hipocresía del gobierno de Bush en cuanto a la presunta guerra contra el terrorismo. El presidente venezolano se expresó de la siguiente manera: "

Shapiro respondió que el entrenamiento de terroristas en suelo estadounidense no era "necesariamente ningún delito". Afirmó que el gobierno de Estados Unidos se encuentra "en proceso de adquirir toda la información posible y ha de seguir todas las pautas establecidas por el proceso legal".

Pero al mismo tiempo que el gobierno de Estados Unidos protege a terroristas en la Florida, comienza una siniestra campaña para pintar a Venezuela como santuario para terroristas. Esta propaganda resultó en la publicación de un artículo en la revista US News and World Report [Noticias de Estados Unidos e Informe Mundial] bajo el titular, "El terror cerca de Estados Unidos".

El artículo consiste casi totalmente de acusaciones sin fondo; las únicas fuentes, que no se nombran, provienen del gobierno y de agencias de espionaje de Estados Unidos. Sostiene que "Chávez esta coqueteando con el terrorismo, lo cual alarma a Washington cada vez más".

Estas acusaciones sensacionalistas se basan en el hecho que Venezuela cuenta con una gran colonia árabe y cientos de miles de refugiados colombianos. Y si el gobierno venezolano ofrece cédulas de identificación a estos inmigrantes—quienes, insinúa el artículo, de alguna manera están vinculados a grupos terroristas debido a su nacionalidad—entonces el gobierno se apoya el terrorismo.

El artículo declara que "Se multiplican los vínculos sospechosos entre Venezuela y el radicalismo islámico. Como evidencia presenta el caso de un venezolano de descendencia árabe que fue deportado de los Estados Unidos en marzo, 2002. Cuando Estados Unidos trató de ubicar al individuo para interrogarle de nuevo, "funcionarios del gobierno venezolano indicaron que no se encontraba en el país". Pero el artículo no explica para nada por qué el hecho que Venezuela no haya encontrado a esta persona causa mayor sospecha que la decisión de las autoridades estadounidenses de haberlo puesto en libertad antes de terminar de interrogarlo.

El artículo concluye con lo siguiente: "dado todo lo que sucede en la Venezuela de Chávez, varios funcionarios estadounidenses lamentan que al terrorismo se le considere principalmente como problema del Oriente Medio y que Estados Unidos no cuida el flanco al sur. Lo cual es casi una exhortación a Washington para que se aproveche del "terrorismo" como pretexto para lanzar otra guerra rapaz, esta vez en Latinoamérica.

La retórica populista de Chávez y la aguda crítica al gobierno de Bush pertinente a la guerra contra Irak— lanzada sin provocación alguna—se han ganado la enemistad de Washington y fortalecido sus vínculos a la Cuba de Castro. Pero a fin de cuentas, las razones por la sostenida campaña de Estados Unidos contra su gobierno son las mismas en que se basa la guerra contra Irak. Después de todo, Venezuela es el quinto país de mayor exportación de petróleo en el mundo, y la clase gobernante de Estados Unidos está determinada a establecer su hegemonía indisputable sobre los recursos energéticos que existen no solamente en Venezuela, sino también en el país vecino de Colombia.

Pero a Washington no sólo lo inquietan las reservas petrolíferas de Venezuela, sino también el comportamiento del gobierno de Chávez en los mercados petrolíferos mundiales. Venezuela ha abogado por aumentar el precio del petróleo y recientemente provocó la hostilidad del gobierno de Estados Unidos al oponerse a la participación de la delegación del Consejo Gobernante de Irak, controlado por Estados Unidos, en una de las reuniones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). También han habido indicios que el gobierno de Estados Unidos se ha opuesto a otras acciones del gobierno venezolano, entre ellas pactos con otros países latinoamericanos para intercambiar petróleo por otros productos, y el uso del euro [moneda europea] en vez de dólares para cumplir ciertos intercambios comerciales.

Al poner en tela de juicio la veracidad de las inquietudes de Chávez ante la posibilidad de un atentado contra su vida, hay que tomar en cuenta el comportamiento de Washington en el plano internacional. Hace un año, cuando Washington se embarcaba hacia la guerra contra Irak, un vocero de la Casa Blanca de Bush declaró que el problema de Irak podía resolverse con "una sola bala". El gobierno públicamente ha anulado todas las restricciones contra asesinatos por parte de la CIA y de hecho ha llevado a cabo semejante acciones en Yemen y Afganistán, sosteniendo que a esos individuos se "les sospechaba de ser terroristas".

En Irak, luego de invadir y ocupar ilegalmente a ese país, el gobierno de Bush repetidamente ha abogado por el asesinato del presidente derrocado, Saddam Hussein. El julio pasado, asesinó a sus dos hijos y luego difundió imágenes espantosas de sus cadáveres.

Por otra parte, el gobierno ha respaldado la política de Israel en llevar a cabo "ciertos asesinatos" contra militantes y dirigentes palestinos, y recientemente vetó una resolución en condena del régimen de Sharon, quien amenazó en público con asesinar al presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat.

No hay razón para dudar que ciertos elementos del gobierno de Bush ya han fabricado planes para realizar un "cambio de régimen" en Venezuela a través de un atentado contra Chávez. En Irak como en todos los demás países, el gobierno de Estados Unidos ha mostrado, con más pruebas de lo necesario, que está preparado a recurrir a los métodos más criminales para alcanzar sus fines.