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Perspectiva

Alemania interviene en Irak

Esta perspectiva política apareció en alemán el 27 de agosto del 2014

La intervención de Alemania en Irak representa un nuevo peldaño de agresión mundial de su política exterior.

En una entrevista con la emisora pública ARD el domingo 24 de agosto, la cancillera Ángela Merkel (Partido Demócrata Cristiano, CDU) colocó la decisión de enviar armas de guerra a Irak (el primer envío de ese tipo a una zona de guerra) en el contexto de una serie de “importantes decisiones” desde la reunificación alemana (1990) que también incluyen participar en la intervención de la OTAN en Yugoslavia y el envío de soldados a Afganistán después del once de septiembre del 2001.

A mediados de la semana pasada el gobierno federal decidió enviar armas de guerra junto con equipo menos letal a la milicia kurda Peshmerga. Aunque aún no se conocen todos los detalles, se da por seguro que se enviará cohetes antitanque modelo Milán. También se negocia el envío de rifles de asalto tipo G36 de la compañía Heckler y Koch. Merkel no descartó asignar entrenadores alemanes para las fuerzas kurdas.

El envío de armas y soldados a Irak es la escala más reciente y hasta ahora más alarmante de la nueva política exterior alemana revelada a principio de este año en la conferencia de seguridad de Múnich por el trío formado por el presidente federal Joachim Gauck, el ministro de relaciones exteriores Frank Walter Steinmeier (Partido Socialdemócrata alemán, SPD) y la ministra de guerra Ursula von der Leyen (CDU). Más recientemente, en una entrevista el semanario político Die Zeit, von der Leyen reafirmó el punto de vista de que Alemania debe intervenir “antes, con más atrevimiento, y con mayores fuerzas.” Insistió que la política de la chequera es cosa del pasado… no vivimos en una isla, nos afectan las cosas. Cuando nosotros participamos en las política y economía del mundo, también se nos demanda participación en asuntos de seguridad.” Luego dijo: “los que se abstengan no tienen influencia.”

Más claro no se puede ser. El imperialismo alemán descarta pasadas restricciones al uso agresivo de sus FF. AA. y se arroja al exterior para avanzar sus intereses económicos y geoestratégicos. Lo hace a una velocidad vertiginosa.

En el 2003, la alianza roja (SPD) y verde (Partido Verde, GP) que controlaba el gobierno federal declinó participar oficialmente en el asalto contra Irak liderado por Estados Unidos, guerra de agresión que desobedecía la ley internacional. Hace sólo tres años el régimen de la alianza negra (CDU) y amarilla (Partido Democrático Libre, FPD), junto con su ministro de relaciones exteriores Guido Westerwelle, se abstuvo de la guerra contra Libia de la OTAN.

A poco ocurre un cambio, Steinmeier reemplaza a Westerwelle y Gauck es nombrado presidente. A sólo semanas de aparecer ellos en la conferencia de seguridad de Múnich, y en colaboración íntima con Estados Unidos, Berlín organiza un putsch fascista en Ucrania con el objeto de instalar un gobierno títere en Kiev y dominar a Rusia.

No cabe duda que la burguesía alemana ahora ha tomado la determinación de no quedarse a un lado de la redivisión (y control) del Medio Oriente y de acaparar los valiosos recursos de la región.

La nueva política bélica es una conspiración burguesa contra todo el pueblo. Todos los partidos en el parlamento e importantes partes de los medios de información defienden agresivamente la decisión de mandar armas a Irak a pesar que dos tercios de todos los alemanes se oponen rotundamente. Los que con más entusiasmo apoyan los envíos son los verdes del GP y el Partido de la Izquierda ( Linkspartei, LP). Ambos partidos de oposición han sido integrados a esta intriga de guerra.

Usando palabras que recuerdan a la propaganda nazi, el periódico taz, ligado a los verdes, publicó un comentario titulado “Armas para Kurdistán.” Este artículo dice que “la única reacción posible a estas pandillas asesinas es en el lenguaje que entienden. El único camino es enviarlos cuanto antes a su paraíso de setenta y dos vírgenes.”

En abril, representantes del Linkspartei votaron con otros partidos a favor de un ataque del ejército alemán en Siria. En la actualidad el grupo parlamentario del LP, liderado por Gregor Gysi es el primero en demandar la exportación de armas de fuego para Irak.

El LP representa un eslabón crucial en la intervención alemana en Irak. Tanto es así que el muy conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung tituló un artículo de fondo: “Conflícto en Irak, Exportaciones de armas de fuego gracias a los Linken.

Pareciera inexplicable que después de haber cometido los crímenes que cometió en el siglo XX, la burguesía se ponga a la ofensiva con tanto descaro.

En verdad la clase gobernante reacciona con guerra y militarismo a una crisis profunda del sistema capitalista, de la misma manera que lo hizo hace más de cien años (antes de la Primera Guerra Mundial) y hace setenta y cinco años (antes que detonara la Segunda Guerra Mundial). Seis años después de la crisis financiera, veinticinco años después de la reunificación alemana, el actual andamiaje capitalista es tan inestable como lo fue en los primeros años del siglo XX y el la década de los 1930.

Dos veces, en 1914 y 1939, intentó Alemania imponer sus intereses imperialistas con medios militares, a hacer que el mundo se sometiera al dominio alemán. Bien conocen todos las terribles consecuencias.

Nuevamente hoy la clase gobernante está en plena campaña para que Alemania imponga su liderazgo. Esa es la respuesta de la burguesía alemana al declive relativo de Estados Unidos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Así le dijo von der Leyen al Die Zeit: “Que haya decaído Estados Unidos para nada es la causa de los conflictos actuales; sin embargo, da lugar a un vacío de poder. Los miembros de la Unión Europea deben coordinar sus medidas de seguridad con mayor eficiencia para llenar los huecos que aparezcan.”

El domingo 24 de agosto, con menos pelos en la lengua que von der Leyen, el periódico Die Welt publicó un editorial titulado “Alemania, policía mundial”. Dice este comentario: “en la actualidad los americanos no tienen apetito para ser el policía del mundo, en parte porque nuevos recursos internos estadounidenses le restan importancia al petróleo del Medio Oriente. ¿Y Alemania qué? Las viejas pautas de cómo reaccionar a acontecimientos locales están desarticuladas. Lo mismo se puede decir de los eventos globales. El crisol internacional obliga a los políticos a tomar decisiones cuyas consecuencias no se pueden predecir, y que hubiesen preferido no tomar. A pesar de todo eso, el gobierno alemán ha decidido enviar armas de fuego a los kurdos en Irak, un brusco cambio de enfoque que parte del lógica de asumir más responsabilidades internacionales.”

En realidad la política de la burguesía alemana no está “desarticulada.” Sucede que el imperialismo germano revela su verdadera naturaleza militarista, dictatorial y belicista.

Desde principios de este año se desarrolla una intensa discusión sobre la culpa de la Primera Guerra Mundial. Nadie debe tener la menor duda de que el plantear en el 2014 esa interrogante revela que ante problemas económicos y sociales que no tienen soluciones progresivas, la élite gobernante otra vez se alista a hacer guerra.

Se engaña él que piense que los políticos, hombres de prensa y los catedráticos no se atreverán a hacer lo que sus antecesores hicieron en 1914. La verdad es que ni Gauk, Merkel, Steinmeier, von der Leyen o sus perros falderos se imponen ningún límite.

La clase obrera internacional es la única fuerza social con la capacidad de detener el militarismo germánico y prevenir una tercera guerra mundial. Es urgente la campaña del Partei für Soziale Gleichheit (Partido socialista por la igualdad alemán) de construir un movimiento antiguerra mundial de la clase trabajadora contra el imperialismo y el capitalismo.

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