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Datos económicos muestran una tendencia hacia la depresión global

Este artículo apareció en ingl és el 3 de septiembre del 2014

Las últimas estadísticas económicas de Europa, Japón y China apuntan hacia la profundización de las tendencias recesivas en la economía global.

La economía de la eurozona se mantiene por debajo del nivel que alcanzó hace seis años en la víspera de la crisis financiera mundial, la producción manufacturera de China se desacelera y crece la preocupación de que "Abenomics", supuestamente destinada a estimular la economía japonesa a través de la política monetaria, se está quedando sin aire.

Cuando el Banco Central Europeo (BCE) se reúna en Frankfurt esta semana estará bajo la presión de los mercados financieros para introducir algún tipo de "flexibilización cuantitativa", basada en la compra de activos financieros. El mes pasado, frente a una situación en la que la inflación de la zona euro fue del 0.4 por ciento – un quinto de la tasa objetivo – el presidente del BCE, Mario Draghi, dijo en una conferencia del banco central en Jackson Hole que emplearía "todos los medios disponibles necesarios para garantizar la estabilidad de precios."

La baja inflación o deflación es considerada como una de las mayores fuentes de inestabilidad para el sistema financiero, ya que aumenta el costo real de la deuda, tanto privada como gubernamental.

Draghi también indicó que creía que había margen para la relajación de los programas de austeridad y de gasto público para que desempeñen un papel en la promoción del crecimiento económico, conjuntamente con nuevas "reformas estructurales" para atacar aún más las condiciones sociales de la clase trabajadora.

Sin embargo, sus palabras crearon algo de una tormenta, con la canciller alemana Angela Merkel y el ministro de finanzas, Wolfgang Schäuble, exigiendo una aclaración por parte del presidente del BCE.

En una entrevista en Bloomberg, Schäuble dijo que se necesitan "reformas estructurales “independientes de la BCE en su implementación. La política monetaria sólo puede ganar tiempo. También descartó nuevas medidas para combatir la deflación, diciendo que el BCE no tenía los instrumentos para llevarla a cabo. Las tasas de interés están en un mínimo histórico, dijo. En lugar de que la liquidez en los mercados esté demasiado baja, en realidad está aún demasiado alta.

Cifras de manufactura publicados el lunes destacaron el deterioro de la situación en toda la zona euro, con la actividad de agosto en su nivel más bajo desde hace más de un año. Mientras que el índice de compra de los gerentes empresariales fue del 50.7, por encima de la marca de 50 que separa el crecimiento de la contracción fue menor al 51.8 el mes anterior.

El sector manufacturero francés se contrajo al mayor ritmo desde mayo del año pasado, mientras que la economía italiana pasó de la expansión al estancamiento.

Cifras del producto interno bruto (PBI) muestran la misma tendencia. La economía alemana, que representa casi el 30 por ciento de la producción de la zona euro, se contrajo en los segundos tres meses del año, y el bloque de 18 miembros de la eurozona no creció en absoluto. Italia está ahora en su tercera recesión desde la crisis financiera estalló en 2008-2009.

El problema es más profundo del que estas cifras indican. Se estima que la economía de la eurozona está operando a un 20 por ciento por debajo de su tasa de crecimiento tendencial. De acuerdo al premio Nobel de Economía, el estadounidense Joseph Stiglitz: "Existe el riesgo de depresión que dure años, dejando incluso en la sombra la década perdida de Japón."

Los días en que China podría ser considerada la salvadora de la economía mundial han pasado a la historia, como lo han puesto de relieve los datos recientes. El mes pasado, el índice oficial de gerentes de compras del gobierno chino (PMI) cayó por primera vez desde febrero, por debajo de un máximo de dos años en julio, pasando de 51.7 a 51.1. La desaceleración en el sector manufacturero siguió a las cifras que mostraron una contracción del crédito en julio y una caída de los precios inmobiliarios.

Al comentar sobre las cifras de producción, el Financial Times señaló: "La economía China viene desacelerándose durante varios años, pero una fuerte corrección en los mercados de bienes raíces en los últimos meses ha creado la preocupación de que la desaceleración podría convertirse en una depresión más severa."

El gobierno chino ha respondido a los problemas en el mercado de bienes raíces con una serie de medidas descritas como un "mini-estímulo." Pero la caída en el PMI indica que estas medidas no están dando frutos. Según el Financial Times, la debilidad manufacturera del mes pasado fue "principalmente el resultado de una mediocre demanda interna " – pasando por encima de la política oficial del gobierno, que supuestamente está destinado a impulsar el gasto de consumo.

En Japón, "Abenomics", basada en las medidas de estímulo del gobierno y un programa de compra de activos financieros por parte del Banco de Japón, se promociona como la manera de salir de la deflación que se ha apoderado de la economía desde la década de 1990. Sin embargo, después de corregir por los efectos extraordinarios de un aumento del impuesto sobre el consumo en abril, la economía japonesa experimentó un crecimiento prácticamente nulo desde mediados de 2013 hasta mediados de 2014.

El economista principal para Japón de Morgan Stanley, Chetan Ahya, dijo al Financial Times: "Abenomics está en problemas." A pesar de que algunos indicadores apuntan al alza tras una caída en el segundo trimestre, "el ritmo es demasiado lento como para justificar la esperanza de un fuerte repunte."

Dando un paso atrás con respecto a los datos de mes a mes, y la revisión de la evolución económica durante un período de tiempo más largo, se pone de relieve la importancia subyacente de lo que está ocurriendo. En los últimos seis años, los bancos centrales y las autoridades monetarias han emprendido el mayor paquete de estímulo financiero visto en la historia.

El Banco Federal de EE.UU. ha inyectado US$ 4 billones en los mercados financieros. Los mercados de crédito chinos han inyectado una cantidad igual a la totalidad del sistema bancario de Estados Unidos. Sin embargo, la economía mundial en su conjunto no sólo no ha fallado en "recuperarse", sino que ha entrado claramente en un período de estancamiento, o tal vez una franca recesión.

Al mismo tiempo, las medidas adoptadas han creado las condiciones para una nueva crisis financiera. Mientras la economía real apenas ha crecido, los mercados financieros han alcanzado máximos históricos como consecuencia del estímulo monetario. Sin embargo, las condiciones que han llevado a la bonanza financiera están a punto de cambiar en los próximos meses.

El mes que viene, se espera que la Reserva Federal de los EE.UU. ponga fin a su programa de "alivio cuantitativo" y dar paso a un aumento en las tasas de interés, posiblemente a partir de junio del próximo año. Pero en Europa y Japón, los bancos centrales están manteniendo o incluso aumentando las medidas de estímulo financiero.

Esto ha sonado la alarma de que los mercados financieros podrían estar en un período de inestabilidad como consecuencia de esta división política. Durante los últimos seis años, los principales bancos centrales del mundo han estado siguiendo las mismas medidas.

Stephen Halmarick, el jefe de investigación económica y de mercado en el Colonial First State, el mayor administrador de activos australiano, dijo al Sydney Morning Herald que en los próximos seis a 12 meses esto cambiaría "dramáticamente" ya que los bancos centrales se han movido en diferentes direcciones, aumentando sustancialmente el "riesgos de volatilidad global".

En otras palabras, mientras las medidas de estímulo evitaron un colapso total del sistema financiero, no lograron impulsar la economía subyacente y han creado condiciones para una crisis aún mayor.

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