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Obama deportó a un récord de 438.421 personas el año pasado

El gobierno de Obama deportó a un récord de 438.421 personas el año pasado, el mayor número de deportaciones anuales en la historia de Estados Unidos, según cifras oficiales publicadas por el Departamento de Seguridad Nacional el miércoles primero de octubre [otros cálculos indican que entre la ascensión de Obama hasta abril de este año, Estados Unidos había deportado a dos millones de indocumentados].

La Casa Blanca de Obama ha deportado a más personas que bajo cualquier otro presidencia. Incluyendo las proyecciones para el 2014, Obama en sus seis años ha deportado más personas que Bush en todo su mandato de ocho años, y más del doble que bajo Clinton.

El número de deportaciones en 2013 fue 20.000 más que en el 2012, y 78.000 más que en el 2008, el último año del gobierno de Bush.

Una significativa proporción (el 44 por ciento) de las deportaciones cae bajo la categoría de "órdenes de deportación acelerada", en el que los deportados son sumariamente arrancados del país sin siquiera un juicio. La proporción de este tipo de deportaciones va en constante aumento. En el 2011 era el 31.6 por ciento de las deportaciones.

El número de deportados que atravesaron por un proceso judicial o por extensas revisiones administrativas cayó del 36.2 por ciento al 17.1 por ciento entre el 2011 y el 2013.

De los 438.421 inmigrantes deportados, 314.904 son mexicanos, 46.866 son guatemaltecos, 36.526 son hondureños y 20.862 son salvadoreños.

El jueves por la noche, un día después de la publicación de las enormes cifras de deportados, Obama atendió una cena del Grupo Hispano del Congreso en Washington, DC, donde se pintó de defensor de derechos de los inmigrantes a pesar del número récord de deportaciones y de seguir negándose a detenerlas.

Al llegar Obama se encontró con manifestantes y piqueteros. Una de las organizaciones detrás de las manifestaciones, la Red Nacional de Jornaleros (National Day Laborers Organizing Network), repudió la visita de Obama, señalando que éste había dicho que demoraría sus promesa de decretar una reforma de inmigración hasta el fin de la campaña del Partido Demócrata en las elecciones de fin de año. Quedarían expulsadas otras 60.000 personas durante ese periodo.

En su discurso, Obama instó a la audiencia a votar por el Partido Demócrata en las próximas elecciones, y prometió una reforma migratoria no especificada "entre las elecciones de noviembre y el final del año."

Mientras hablaba manifestantes abucheaban al presidente. "Sé que hay una profunda frustración en muchas comunidades de todo el país y la comparto", dijo en respuesta, haciendo una breve pausa mientras los manifestantes eran sacados por agentes de seguridad. A continuación, pasó a culpar a los miembros del Partido Republicano del Congreso por las deportaciones masivas.

La realidad es que este gobierno, del Partido Demócrata ha conducido la política antiinmigrante más severa en muchísimos años.

La reciente llegada a la frontera sur de decenas de miles de niños centroamericanos que huyen de la pobreza, la violencia y la devastación social provocado por un siglo de intervenciones imperialistas estadounidenses, resultó en la revelación de condiciones inhumanas de hacinamiento en las cárceles fronterizas de inmigración. Estas condiciones salieron a la luz en una chocante serie de fotografías a principios de este año. La crisis humanitaria generada por la cantidad de niños, en vez de dar ocasión a la ayuda social del gobierno, ahora da ocasión para una creciente militarización aún más apartada de la frontera y la represión de la policía estatal contra los inmigrantes.

En julio, el gobierno de Obama pidió al Congreso para asignar 3,7 mil millones de dólares s para blindar las fronteras y contratar más empleados para mejor deportar a inmigrantes indocumentados, incluyendo la contratación de administradores y fiscales exclusivamente para expulsar del país a familias y niños.

La propuesta de Obama incluye cuarenta millones de dólares para la vigilancia aérea, y dinero adicional para expandir el uso de drones militares dentro de las fronteras de Estados Unidos.

El gobierno de Obama y el Congreso proyectan un nuevo gran "centro de detención familiar" en el sur de Texas, que abarcará veinte hectáreas y tendrá dos mil cuatrocientas camas. Este centro duplicará la cantidad de camas para familias inmigrantes.

La nueva instalación ha de ser administrada por Corrections Corporation of America, la mayor compañía de prisiones privadas del mundo; en contra de sus cárceles hay una larga crónica de acusaciones de abuso y violencia. Más de la mitad de los inmigrantes detenidos en Estados Unidos se encuentran en centros administrados por corporaciones que operan prisiones con fines de lucro. En cuanto a los otros presos (federales y estatales), sólo el 8 por ciento de ellos está en prisiones privadas.

En su última propuesta de inmigración, el gobierno dijo que actualizará "centros internos de procesamiento de refugiados" en Centroamérica, donde se les puede negar la entrada a niños que quieran de reunirse con sus padres en Estados Unidos, antes de hacer el peligroso viaje al norte y cruzar la frontera.

"Estos programas no serán ningún mecanismo para que los niños se unan a sus familiares indocumentados en Estados Unidos," dijo un portavoz de la Casa Blanca aclaró.

The Latin Post informó el miércoles de niños menores de cinco años que no reciben ninguna representación legal en los tribunales de inmigración de Nueva York. Melissa Mark-Viverito, presidenta del Concejo Municipal de Nueva York describió las condiciones que enfrentan esos niños. "Da mucha pena ver niños de pie y traumatizados ante un juez sin un abogado," dijo.

En junio, Obama prometió que iba decretar frenar las deportaciones, pero al final nunca cumplió su palabra. Recientemente anunció que esperaría hasta después de las elecciones de noviembre

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