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Perspectiva

El rescate bancario la lista Forbes 400

Esta perspectiva apareció en inglés el 8 de octubre del 2014

Es viernes 3 de octubre fue el sexto aniversario de cuando el Congreso de Estados Unidos aprobó la Ley de Estabilización Económica de Emergencia de 2008, que estableció un programa de rescate de deudas en peligro (Troubled Asset s Relief Program, TARP), con fondos de 700,000,000,000 dólares (el primero de los rescates bancarios). Le siguió una manga de programas del Fondo Reserva Federal [banco central de Estados Unidos, el FED] y del Departamento Tesoro que llovieron 7 trillones de dólares gratis sobre el sistema financiero.

El día después del TARP, el 4 de octubre de 2008, el World Socialist Web Site analizó la situación: "El gobierno [de Bush] manipula la peor crisis económica desde la Gran Depresión, se trata de aterrar al pueblo estadounidense para que acepte la mayor transferencia en la historia de recursos públicos a la élite financiera... [el rescate] facilitará una cada vez mayor concentración de la riqueza que sólo se puede producir con el deterioro drástico de las condiciones de vida y la anemia de todos los derechos democráticos fundamentales ".

Seis años más tarde, cada palabra de ese análisis queda confirmada, excepto que ahora se trata de cambiar el tiempo del análisis del futuro al pasado.

El resultado de seis años de medidas fiscales se deja ver en las estadísticas de la revista de negocios Forbes: el ranking de los 400 estadounidenses más ricos. Revelan que desde el 2009, las 400 personas más ricas de los Estados Unidos son doblemente más ricas. Adueñan una chocante montaña de 2.9 mil millones de dólares. Esto es casi una quinta parte del valor total de todos los bienes y servicios producidos en los Estados Unidos en un año entero (el PBI).

La acumulación de esta montaña de oro ocurre en condiciones de antiprosperidad general (mejor dicho de un estancamiento económico y de la caída de los niveles de vida para la mayoría de la población). Desde el 2010, el ingreso medio de los hogares estadounidense ha caído cinco por ciento.

Eso es lo que más quería la clase de poder desde el desplome económico. Desde el principio, la respuesta de la burguesía, que comienza con Bush y se desarrolla bajo Obama, tiene dos partes: creación de dólares sin límite para apuntalar el andamiaje financiero y la riqueza de la oligarquía financiera; el pagaré de ese proyecto sería los ataques radicales contra los programas sociales y los niveles de vida de la clase obrera.

Al comenzar el año, Timothy Geithner, el ex secretario del Departamento de Tesoro, quien ahora dirige una compañía de especulación, publicó sus memoria, crónica que aclara la razón de todas las cuestiones políticas relacionada con la crisis financiera: se tomaron sólo desde el punto de vista de la maximización del lucro de los depredadores de Wall Street.

Según Geithner, en septiembre de 2008 el gobierno de Bush y el FED descubren que cada institución financiera de Estados Unidos estaba en la insolvencia, y en camino a la quiebra si no intervenía el gobierno. Bajo estas circunstancias, El FED y el Departamento del Tesoro levantaron las barreras al colapso de Lehman Brothers, para causar un "choque al mundo político para que tome en serio la crisis", frase de Geithner.

Tras el colapso de Lehman, El FED y el gobierno de Bush inician TARP, en aguas de un enorme rechazo popular. Al principio la Cámara de Representantes rechazó este programa. Luego lo aprobó, bajo la presión del cabildeo de los candidatos presidenciales de ambos partidos Barack Obama (Partido Demócrata) y John McCain (Partido Republicano).

Una vez en el poder Obama se entregó a medidas bien clara para rescatar la banca sin tocar a la gerencia; no habrían sanciones criminales, aunque eran diáfanas las evidencias de actividades ilegales; no habrían ni "recortes" para los acreedores ni restricciones que valieran nada contra los ingresos de los directores generales.

Entre los escombros de la quiebra del 2008, las decisiones del gobierno Obama obedecieron el imperativo de rescatar a la banca. Neil Barofsky, el ex inspector general anterior de TARP, en su crónica, cuenta del programa de modificación de hipotecas del gobierno de Obama, anunciada por la Casa Blanca como una medida para ayudarle a los dueños a evitar la subasta de sus moradas.

En verdad, esa medida era "para ayudar a la banca (encargándose el gobierno de las hipotecas) y evitar golpes adicionales al sistema financiero, todo al mismo tiempo ".

De ahí llegamos a la lista Forbes 400 Más allá de la masa total de la riqueza que los ricos controlan, lo que más sobresale del informe es la manera como esa riqueza se ganó (usando esa última palabra con cierta flexibilidad). El informe comienza; "Gracias a un mercado de valores en subida, las personas más ricas de Estados Unidos se hacen cada vez más ricas". Un "mercado de valores en subida", significa, niveles de especulación sin antecedentes históricos, ayudada e instigada por el gobierno y el FED.

Cada vez dominan más las finanzas las vidas de los ricos. Mientras que los sectores financiero e inmobiliario representaban cerca del cuatro y medio por ciento del primer Forbes 400 en 1982, ahora representan el 21 por ciento. Más allá de los que derivan su riqueza inmediatamente del sector financiero, las fortunas de los multimillonarios en otros sectores de la economía dependen cada vez más en los precios de acciones. La riqueza de Mark Zuckerberg el director general de Facebook y número once en la lista (34.1 mil millones de dólares) se ha multiplicado diecisiete veces, como resultado de la especulación, desde el 2009, año del estreno bursátil de Facebook.

Lo que estas cifras revelan es que continúan los mismos mecanismos que detonaron el crac del 2008. La quiebra tiene sus raíces en la prolongada crisis del capitalismo estadounidense caracterizado ésta por el crecimiento del parasitismo financiero en tándem con el declive de la manufactura y la actividad productiva. Seis años después, los grandes bancos son más grandes que nunca, y dependen aún más del casino de especulación de Wall Street.

Resolver un problema requiere entender su causa. Sin embargo, la causa de todos los grandes problemas que encara el proletariado norteamericano y mundial (crecientes desigualdades sociales, destrucción de derechos democráticos, guerras sin fin que tarde o temprano acabarán con este planeta) está enraizada fundamentalmente en el control de los capitales financieros sobre todos los aspectos de la sociedad.

La existencia de la humanidad depende de la liberación de la sociedad de las garras de los parásitos financieros. Esa es una misión que sólo se puede cumplir de una manera: mediante la actualización de un gran movimiento político de la clase obrera internacional para expropiar los bancos y las grandes empresas, lograr que delincuentes financieros paguen por sus crímenes, y reorganizar la sociedad en función de las necesidades sociales, no del lucro privado.

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