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Festival Internacional de Cine de Toronto 2014 — Parte 5

99 casas, Refugio y realidades americanas duras: Cineastas que poco a poco se acercan hacia verdades importantes

Director Ramin Bahrani: "El villano es el sistema"

Este es el quinto de una serie de artículos dedicados al reciente festival de cine de Toronto (septiembre 4-14). La Parte 1fue publicada el 24 de septiembre, la Parte 2 el primero de octubre, la Parte 3 el 8 de octubre, y la Parte 4, el 14 de octubre.

El punto de vista dominante en el cine contemporáneo y de los críticos de cine (declarado o no), es que el arte y el análisis social son, efectivamente, mutuamente exclusivos; que la dramatización de los problemas sociales, incluyendo las condiciones en que vive un gran número de personas, no es propicio para la creación de un "arte genuino".

99 Casas

En las últimas dos décadas, en particular, los crímenes intelectuales y políticos del estalinismo y la disolución de la URSS son ahora un aspecto de la deshonesta justificación por los círculos artísticos, de la indiferencia social y el egoísmo de la clase media. Las supuestas "películas artísticas", en su mayor parte desprovistas de arte o cualquier calidad excepcional excepto una devoción a las preocupaciones y ansiedades de la capa social que las produce, están obligadas por un comando interno a evitar los problemas de las masas de la población, para no parecer didácticas o propagandísticas.

En verdad, el origen del arte dramático duradero está ligado al tratamiento artístico de los problemas más urgentes y contradicciones que enfrenta la humanidad en un momento dado de la historia; es la búsqueda meticulosa de los medios estéticos de concentración; consiste de las imágenes impactantes de estos problemas y contradicciones "Un gran poeta es grande sólo porque es el órgano y la vos de su tiempo, de su sociedad, y en consecuencia, de la humanidad". (Plejanov)

Varias obras proyectadas en el festival dejan ver que los cineastas más reflexivos están acercándose a su manera, poco a poco, y más bien algo a ciegas, hacia una preocupación con los males más perturbantes de la sociedad.

99 Casas

En 99 Casas [99 Homes], del director y guionista iraní-estadounidense Ramin Bahrani (Hombre empuja carrito [Man Push Cart], 2005; Desmanteladora [Chop Shop], 2007; Adiós Solo [Goodbye Solo], 2008) ha creado una obra convincente que pone carne y hueso a la epidemia de remates hipotecarios.

99 Casas

Ambientada en el 2010, la película comienza en el baño manchado de sangre de una casa en Orlando, Florida, donde un hombre se ha suicidado para no someterse al desalojo. Viendo la escena sangrienta mientras chupa un cigarrillo electrónico, el agente inmobiliario y constructor Rick Carver (muy bien interpretado por Michael Shannon), muestra su molestia al ver que la muerte de este hombre va a retrasar sus planes de reventa de la vivienda.

Como un tiburón de ejecución hipotecaria, Carver, junto con la policía local, no muestra misericordia en el desempeño de innumerables despojos de todos los segmentos de la población —familias jóvenes que son víctimas de la recesión, las personas mayores que creen que están a salvo de perder su vivienda porque firmaron hipotecas inversas, y hasta las personas mas adineradas. Algunas de las escenas más fuertes de la película representan la difícil situación —y posterior ira— de gente de una amplia gama de ambientes sociales empujados hasta su límite. El vampírico Carver se alimenta de chupa de una vena de miseria social.

Una de las víctimas de Carver es un trabajador de construcción de tiempo parcial, Dennis Nash (Andrew Garfield), un padre soltero que vive en su casa familiar con su hijo y su madre (Laura Dern), una peluquera. Él ha estado luchando inútilmente contra el desalojo a través de un sistema legal corrupto que favorece a los Carvers del mundo.

Cuando su familia se ve obligada a trasladarse a un motel de mala muerte, Nash, en su desesperación, comienza a trabajar para la cadena de montaje de desalojo de Carver, que también se dedica una variedad de chuequencias, como el robo de equipos de aire acondicionado de propiedades embargadas y cobrarle al gobierno por la sustitución de otras unidades robadas. Carver le dice: "Cuando trabajas para mí, me perteneces". Y cuando habla de la industria de construcción de viviendas le dice, "Ellos construyen casas —yo soy dueño de casas."

Bahrani retrata de manera efectiva y sistemática las cosas horribles que gente está dispuesta a hacer, traicionándose a sí misma y a otros, cuando enfrenta condiciones económicas imposibles. Nash se transforma en alguien irreconocible, al menos durante un tiempo.

Carver es un ser humano también, y Bahrani no trata su situación sin simpatía, o al menos con comprensión. El agente de bienes raíces le dice a Nash que su padre era un constructor de techos, y que también él solía estar en el negocio de construcción de casas, hasta que el negocio se convirtió en una carga económica. El sistema está amañado, explica Carver, sólo rescata a "los ganadores". De hecho, Estados Unidos es ahora un país "de ganadores, por ganadores y para ganadores".

Al final, Carver es sólo un jugador de poco éxito que sigue las órdenes de sus amos: los conglomerados de bienes raíces gigantes, que no eliminan a la gente de una por una sino, como bombas de 500 libras, acabando con comunidades enteras.

La película de Bahrani está bien hecha, a pesar de algunos defectos narrativos o simplificaciones en la parte final. Shannon, Garfield y Dern actúan con dedicación, lo que contribuye al tono coherente y adecuadamente enfadado de la película. Es una obra que apunta hacia el camino correcto.

Rueda de prensa en Toronto: Andrew Garfield, Michael Shannon y Laura Dern [Crédito: WireImage/Getty]

En una conferencia de prensa para 99 casas en Toronto, Bahrani hizo una referencia conspicua al hecho grotesco (citada en numerosas ocasiones por el WSWS) de que las 85 personas más ricas del mundo tienen la misma riqueza que los 3.5 mil millones de personas de abajo. El actor principal, Shannon, señaló con aprobación que el director tiene "conciencia social" y "valor de observar lo que está pasando". En cuanto a él, el actor explicó: "A mí no me importan los bienes raíces, [pero] me importa lo que les ha estado pasando a estas personas". Dern deliberadamente añadió que "tal vez deberíamos de sacar de apuros a los que sufren daño" y quizás no sólo a los bancos. Por último, en respuesta a una pregunta sobre el papel de villano de Carver en la película, Bahrani comentó que "el villano es el sistema".

Refugio

El conocido actor británico Paul Bettany (Una mente brillante [A Beautiful Mind], Capitán y comandante [Master and Commander], [Wimbledon], El código Da Vinci [The Da Vinci Code], [Margin Call], etc) ha escrito y dirigido una película, Refugio, que examina la crisis que atraviesan dos personas sin hogar en la ciudad de Nueva York. Termina su película con la dedicatoria: "Para la pareja que vivía afuera de mi edificio."

Refugio

Imaginándose lo que podría ser la situación de este par sin hogar, a Bettany se le ocurrió la historia de Tahir (Anthony Mackie) y Hannah (Jennifer Connelly—la esposa de Bettany). Tahir es un inmigrante nigeriano indocumentado que anda por las calles tocando una batería de baldes de plástico para ganarse la vida. Al salir de la cárcel por un delito menor, trata de localizar sus posesiones robadas, lo que le pone en contacto con Hannah, una adicta a la heroína que ha vivido en las calles desde la muerte de su marido médico. Después Tahir impide un intento de suicidio de Hannah, su relación crece con un amor genuino a partir de un interés común por la supervivencia básica.

Cuando encuentran un departamento que no está cerrado con llave, cuyos propietarios ricos están de vacaciones, la pareja disfruta de la intimidad en ese refugio de lujo, lo cual ayuda a Hannah finalmente a deshacerse de su adicción a las drogas. Pero cuando regresan a las calles, Tahir y Hannah se ven acosados por las temperaturas congelantes y una enfermedad grave; ella se ve obligada a prostituirse.

La película de Bettany es un esfuerzo sincero de representar la extrema vulnerabilidad de los que viven sin techo, en muchos casos mueren porque están excluidos por un sistema despiadado y sin ningún tipo de red de seguridad social. Hay un momento en la película, sin embargo, en que la credulidad de la situación sufre, como cuando Tahir y Hannah disfrutan del lujo de un departamento de Manhattan, y que pretende ser una pareja respetable de clase media. No obstante, Bettany y Connelly, obviamente, se sintieron impulsados a mostrarnos lo que es esta plaga social terrible.

En una entrevista, Bettany dijo: "He vivido en Nueva York por más de diez años y he visto el número de personas en las calles aumentar a una velocidad alarmante. Además, la heroína [la droga] ha regresado a las calles con venganza. Todos los que viven en Nueva York no pueden dejar de ver esto. No quería hacer una película acerca de que la falta de vivienda es mala, o acerca de que la adicción a las drogas es mala, porque por supuesto que lo son —lo entiendo, todo eso es malo. Quería ver si había algo más que decir".

Los años de Fierro

Un documental compasivo y doloroso acerca de César Fierro, un ciudadano mexicano que ha pasado treinta años en una prisión de Texas en espera de su ejecución por medio de inyección mortal, es el tema de Los años de Fierro [The Years of Fierro], dirigido por el cineasta de origen mexicano Santiago Esteinou.

Los años de Fierro

En 1979, un conductor de taxi en El Paso, Texas, fue asesinado. Al año siguiente, bajo presión, Fierro confesó al asesinato y fue condenado a muerte. En los años intervalos se ha descubierto corrupción policial, tortura y perjurio en el caso en su contra. Cabe destacar que en ningún momento después de su detención César fue informado acerca de sus derechos bajo la ley internacional de que podía haberse puesto en contacto y comunicarse con sus representantes consulares. A lo largo de su encarcelamiento, Fierro ha mantenido su inocencia.

En 1995, un juez de distrito de El Paso recomendó un nuevo juicio después de revisar las nuevas pruebas de brutalidad y mala conducta policial. Pero en 1996, un tribunal de apelaciones de Texas se negó a seguir esa recomendación, a pesar de que el tribunal acordó con unanimidad que la confesión había sido forzada y que el detective a cargo había cometido perjurio para ocultar la verdad.

Los cineastas dedican mucho tiempo al hermano menor de Fierro, Sergio, un hombre sin hogar que a menudo duerme en un parque de diversiones en Ciudad Juárez. Sergio es una figura trágica entrañable, cuya propia vida ha sido devastada por el encierro injusto de César.

El documental centra su atención en un caso terrible, pero está muy lejos de ser único. Como el WSWS ha señalado: "De acuerdo con el Centro de Información de la Pena de Muerte, desde el 14 de marzo del 2014, ha habido 140 ciudadanos extranjeros condenados a muerte en los EE.UU. Por lo menos 30 ciudadanos extranjeros han sido ejecutados desde que la Corte Suprema de Estados Unidos reestableció la pena de muerte en 1976; Texas ha ejecutado a 12 de estas personas, incluyendo a 10 mexicanos, un dominicano y un canadiense".

Amor y misericordia

" Sigo buscando un lugar donde encajar / Dónde pueda decir lo que pienso / Que he estado tratando de encontrar a la gente / Que no voy a dejar atrás / Dicen que tengo buen cerebro / Pero no me hace ningún bien / Me gustaría que pudiera", Brian Wilson canta en "Yo simplemente no fui hecho para estos tiempos", una canción del influyente álbum de los Beach Boys, Sonidos favoritos [Pet Sounds], publicado en 1966.

Amor y misericordia

Wilson fue, en realidad, bastante bien hecho para "estos tiempos", como su música extraordinaria y como la respuesta popular extendida a lo largo de los años así lo demuestran claramente. Sin embargo, no hay duda que no fue hecho para adaptarse a —o escaparse intacto de— la industria de la música aplasta-almas de "estos tiempos".

El intento de derribar la historia complicada del genio del pop, la película biográfica Amor y misericordia [Love and Mercy] del director Bill Pohlad divide la vida de Wilson en dos fases distintas: los primeros años de los Beach Boys, incluyendo el colapso mental agudo del artista, y las más recientes décadas, cuando Wilson es rescatado por su futura esposa Melinda de las garras de un psiquiatra maquiavélico. La película va y viene entre los dos períodos. El Brian más joven es interpretado por Paul Dano, mientras que el Wilson más maduro es interpretado por John Cusack. Elizabeth Banks interpreta a Melinda y Paul Giamatti es el manipulador Dr. Eugene Landy.

La película es de lo más interesante y creativa cuando se trata de diseccionar la agitación interna de Wilson. Las escenas con Dano son más complejas y convincentes que aquellas de Cusack, que tienden a ser más bien convencionales, incluso superficiales. Por desgracia, Amor y misericordia hace poco esfuerzo para debatir con el tiempo y las condiciones sociales de la posguerra en Estados Unidos que producen un artista tan extraordinario. Esto ayuda a explicar la relativa ligereza de la película.

Para crédito de Pohlad, sí capta algo de la búsqueda maniaca por la perfección musical de Wilson. Un segmento en Amor y m isericordia corresponde a la declaración que Wilson ha publicado en su sitio web: "Yo hacía que los músicos siguieran tocando una y otra vez hasta que el sonido tuviera sentido. Trabajaba horas extras en eso; trabajaba hora tras hora para hacerlo bien. Si el sonido no tenía ningún sentido, entonces no sabía qué hacer; ¡me perdía! Es un instinto el que me lo dice. Tengo un instinto por la música, o una sensación, y dejo que mis sentimientos guíen mis manos".

Miss Julie

En la introducción a su obra, Señorita Julie[Miss Julie], escrita en 1888, el dramaturgo sueco August Strindberg (1849-1912) describió su tema central: "El problema de ascenso o de caída social, de quién está más alto o más bajo, o que es mejor o peor, ya sea hombre o mujer, es, ha sido y será de interés duradero".

Señorita Julie

Dirigida por la icónica actriz sueca Liv Ullmann, la nueva adaptación cinematográfica de la obra de Strindberg presenta a Jessica Chastain, Colin Farrell y Samantha Morton.

Ullmann establece su película en el norte de Irlanda en 1890, en lugar de su ubicación original de Suecia, ya que, como explicó en una sesión de preguntas y respuestas después de haber mostrado la película en Toronto, Irlanda es actualmente un lugar donde hay inmensos conflictos y pérdidas de vida.

La Srta. Julie (Chastain), la hija de un aristócrata, seduce a un sirviente (Farrell). Inevitablemente, hay consecuencias de largo alcance para el imperdonable acto de violación de la barrera de clase. Ullmann y los tres protagonistas hacen un trabajo creíble con la obra maestra de Strindberg, a pesar del lapso ocasional de recurrir innecesariamente a la violencia por parte de Chastain y Farrell. El uso de Schubert y Bach que Ullmann usa como partitura agrega un elemento elegante a la película.

La obra de Strindberg toca una fibra sensible y profunda, llena de una intensa insatisfacción acerca de las clases sociales. Contiene líneas como: "Un perro puede echarse en el sofá de su señorita ama, una joven le puede acariciar la nariz a un caballo con la mano, pero un sirviente...", o "Tú representas la absoluta desesperanza de que nunca ascenderás a la clase en que nací".

Bertolt Brecht describe a Strindberg, en su mejor momento, como "uno de los grandes educadores de la Europa moderna". La película de Ullmann confirma esta evaluación.

Madame Bovary

De origen francés Sophie Barthes ofrece otra versión cinematográfica de la novela de 1856 de renombre de Gustave Flaubert, Madame Bovary, acerca de la infeliz esposa de un médico provincial, impulsada a extremos emocionales. Barthes se esfuerza por lograr el realismo en paisajes y vestuario, a crear un efecto estético positivo, pero la obra en su conjunto es bastante aburrida y simple. Mia Wasikowska es competente como la heroína trágica. Pero es Rhys Ifans el que hace el papel del comerciante de artículos elegantes, el que alimenta los deseos implacables de Emma Bovary; él es el que aporta la energía y vitalidad necesaria a la película.

Madame Bovary

En comparación, la Madame Bovary de 1949 de Vincente Minnelli es una interpretación creativa y entretenida de la obra de Flaubert. Jean Renoir (1934) y Claude Chabrol (1991) también dirigieron adaptaciones de la novela famosa

En su ensayo sobre Flaubert (1821-1880), el crítico literario Edmund Wilson escribió que el novelista "parece siempre ver la humanidad en la perspectiva social e histórica". Relacionando esto con Madame Bovary, Wilson sostiene que "todo es mezquindad, mediocridad y timidez. El villano aquí es, por supuesto, la burguesía” —una afirmación mucho sustancial en la versión de Minnelli, que en la versión de Barthes, con sus inclinaciones feministas.

Continuará

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