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El doble juego del pseudoizquierdista PSU en las elecciones presidenciales de Sri Lanka

El Partido Socialista Unido (PSU), la sección en Sri Lanka del pseudoizquierdista Comité por una Internacional de los Trabajadores (CWL/CIT), tomó una posición completamente engañosa en las elecciones presidenciales del país el 8 de enero.

A pesar de que el PSU había presentado a su líder Siritunga Jayasuriya como un candidato "independiente", en verdad apoyaba (indirectamente) a Maithripala Sirisena, el candidato de la oposición “en común”. El PSU denunciaba al presidente Mahinda Rajapakse y a su "régimen dictatorial" mientras que al mismo tiempo realizaba sólo tenues críticas de Sirisena, quién hasta hace tan sólo un mes había sido parte del mismo "brutal" gobierno.

Rajapakse había convocado apresuradas elecciones presidenciales (dos años antes del fin de su sexenio) en medio de una creciente oposición del pueblo trabajador dentro del país y de las denuncias internacionales por su historia de no respetar los derechos humanos. Estados Unidos había emprendido una cínica campaña por los crímenes de guerra que llevó a cabo el ejército de Sri Lanka durante su guerra contra los Tigres de Liberación del Eelam Tamil (TLET) –una guerra que Washington respaldó a capa y espada— para presionar a Rajapakse de que se distancie de China.

Tan pronto como Rajapakse anuncia las elecciones, Sirisena renuncia al gobierno y anuncia su candidatura con el apoyo del partido de la oposición Partido Nacional Unido (burgués, PNU). Todos los partidos de oposición, de una u otra manera, se une a su campaña, que había sido diseñada con el visto bueno de Washington. El empuje de Washington por el cambio de régimen en Colombo está unido a su programa más amplio del "viraje al continente de Asia" cuyo objetivo es socavar a China económica y estratégicamente por toda la región.

Por años, el PSU, junto con el pseudoizquierdista Partido Nava Sama Samaja (PNSS), ha promocionado al derechista PNU, bien conocido por su orientación proestadounidense., como la alternativa "democrática" a Rajapakse. Cuando estaba en el gobierno, el PNU objeto de la inquina del pueblo, al igual que Partido de la Libertad de Sri Lanka (Sri Lanka Freedom Party, PLSL) de Rajapakse por detonar y conducir la guerra comunal y por reprimir a la oposición del pueblo trabajador.

En su documento de perspectivas del año pasado, el PSU justificó su alianza oportunista con el PNU declarando: "En este ambiente de represión gubernamental, hemos tenido que hacer una agitación unida, incluso a veces con partidos capitalistas en contra de las medidas represivas del régimen de Rajapakse. Incluso con el capitalista PNU, el lacayo del imperialismo, hemos tenido que aparecer en las misma plataformas y participar juntos en agitaciones callejeras en contra de la represión y opresión del régimen dictatorial".

A la vez que el PNU apoyaba a Sirinesa, el PNSS y el PSU también se alineaba detrás del candidato común de oposición. Hubo una división de tareas. Mientras que el líder del PNSS Wickremabahu Karunaratne estaba abiertamente a favor de Sirisena, el "independiente" PSU se limitaba a críticas cosméticas mientras que centraba su principal artillería contra Rajapakse.

El hecho de que el PNU y otros partidos de oposición hayan decidido inmediatamente apoyar a Sirisena indica de que no tienen diferencias de peso con el gobierno. El PSU había mantenido su distancia de Sirisena debido a que existía una considerable sospecha y rechazo a su campaña entre el pueblo trabajador. Como ministro de alto rango en el gobierno de Rajapakse y secretario general del PLSL de Rajapakse, Sirisena carga con la responsabilidad de todos los crímenes del régimen de Rajapakse y de sus ataques a la clase trabajadora.

El PSU buscaba acorralar a esta oposición detrás de Sirisena argumentando que él representaba el "mal menor" en comparación a Rajapakse. En una entrevista, en el sitio Web del PSU, su candidato Jayasuriya declaró: "Permanezco independientemente para dar una oportunidad a la gente de que rechace el actual régimen y añada su voz a la demanda por la creación de un mejor sistema económico y político que nos sirva a todos".

Cuando se le preguntó por qué el PSU no permanecía con la oposición, Jayasuriya no titubeó en proclamar sus credenciales y su disposición para colaborar en la derrota de Rajapakse. El PSU, según Jayasuriya, continuaría participando en protestas y en todo tipo de acción contra el régimen brutal y antidemocrático. Estamos preparados para trabajar con varios partidos y organizaciones, a pesar de grandes diferencias, con el fin de deshacernos del régimen dictatorial".

Efectivamente, la opción que el PSU hubiese preferido era formar una alianza electoral con otras organizaciones de pseudoizquierda que comparten su preocupación de estar muy cerca a Sirisena. El PSU mantuvo discusiones con el Partido Socialista de Vanguardia (PSV), el maoísta Partido Comunista y un grupo disidente del PNSS para presentar un "candidato alternativo de izquierda" en una plataforma electoral común. Sólo cuando esa maniobra se vino abajo por desacuerdos tácticos, el PSU se decidió por Jayasuriya.

Las críticas del PSU de Sirisena estuvieron limitadas a su "compromiso a las políticas económicas de libre empresa" y su preocupación por lo que su presidencia podría significar en el futuro. Jayasuriya mantuvo silencio completo sobre la historia personal de complicidad de Sirisena con el gobierno de Rajapakse y, sobre todo, sobre las maquinaciones tras bambalinas con Washington que llevaron a su candidatura.

El silencio no es accidental. Como otras organizaciones de pseudoizquierda por el mundo, el PSU se alinea con el imperialismo estadounidense en sus intrigas, intervenciones y fortalecimiento militar en toda la región contra China. En declaraciones en su periódico Rathy Tharuva el pasado noviembre, el PSU ponía a China, así como a India, en par con el imperialismo estadounidense: "Sri Lanka actualmente se está volviendo una víctima de las necesidades imperialistas de países como Estados Unidos., China e India".

La falsa caracterización de China e India como "potencias imperialistas" arranca a estos países de su contexto internacional e histórico. Sus expansiones económicas en las dos décadas pasadas ha sido como fuentes de mano de obra barata para las principales corporaciones globales de las cuales China e India son dependientes de inversiones y tecnología. Por otra parte, la designación de China como imperialista sirve un propósito político evidente. Al equiparar a China y EE.UU., los pseudoizquierdistas se alinean de manera directa o indirecta con la propaganda estadounidense, para justificar sus preparaciones de guerra contra una China "agresiva", "provocativa" y "en crecimiento".

La campaña de Washington de los "derechos humanos" en Sri Lanka –que apoyan por completo el PSU y el PNSS— tiene como objetivo integrar a la isla, que ocupa un lugar geoestratégico, dentro de su proyecto belicista. Los esfuerzos de EE.UU. en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para hacer aprobar una investigación a los crímenes de guerra de Sri Lanka constituyen una advertencia a Rajapakse de que corte sus vínculos con China o confronte la posibilidad de ser acusado en la Corte Criminal Internacional. Como ocurrió con Burma, si Colombo se alinea con Washington, las atrocidades del ejército de Sri Lanka serán rápidamente olvidadas.

A pesar de sus declaraciones demagógicas de que era la víctima de una "conspiración internacional", Rajapakse buscaba balancear a su gobierno entre Estados Unidos y China. Mientras continuaba buscando apoyo e inversiones de Beijing, buscaba el favor de Washington y mitigar las críticas a su gobierno. Tanto Rajapakse y Sirisena están determinados a imponer las demandas de austeridad del FMI al pueblo trabajador.

El PSU postura como "independiente" y declaraba de que "Rajapakse y el principal candidato de oposición compiten en estas elecciones como representantes de la economía neoliberal". Sin embargo, lo que opone al "neoliberalismo" no es el socialismo, sino un retorno a la perspectiva de la regulación económica nacional de los 1950 y 1960 que ha sido completamente socavada por la globalización de la producción.

El programa del PSU está sumido a fondo en el nacionalismo. Una de sus declaraciones electorales explica que "para crear un país nuevo, debemos, por un período transicional, cambiar la economía con un sistema basado en las necesidades nacionales". El llamado a reestructurar la economía "basada en necesidades nacionales" no es más que apelar a secciones de la clase media y a las empresas afectadas por la creciente competencia internacional. Los trabajadores de Sri Lanka no pueden resolver la crisis social que afrentan o acabar con el creciente peligro de guerra dentro del marco del Estado nación sino como parte de un movimiento internacional de la clase trabajadora para abolir el capitalismo.

La lucha por el internacionalismo socialista es la única base para luchar por la verdadera independencia política de la clase trabajadora (de todas las facciones de la burguesía). El PSI es el único partido que ha rechazado consecuentemente, y en las elecciones presidenciales, todas las formas de colaboración de clase. En cada momento nuestro candidato Pani Wijesiriwardena y nuestra campaña se basaban en movilizar a la clase trabajadora y las masas oprimidas independientemente como parte de una lucha contra la guerra y la contrarrevolución social. Urgimos que te unas y construyas el PSI.

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