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Amplio apoyo para trabajadores de té en Sri Lanka

Hace una semana el tribunal de Hatton declaró que el 8 de noviembre comenzará el proceso contra siete obreros victimizadas que trabajan en la plantación de té Glenugie Estate, en Maskeliya. B. Abraham, un supervisor acusó a los obreros de atacarlo.

Se trata de un montaje; la gerencia de Glenugie y la dirección del Congreso Laboral de Ceilán (Ceylon Workers Congress, CWC), presionó al supervisor para hacer la acusación. El CWC es el principal sindicato de las plantaciones.

Viviendas obreras en la plantación de Deeside

La compañía condujo una investigación interna, fraudulenta, desde el 25 de marzo y el 25 de abril. Seis obreros dieron testimonio a favor de los trabajadores víctimas del montaje. Negaron que había ocurrido el ataque al supervisor y rechazaron también que los obreros habían echado piedras a un nido de avispas para interrumpir las labores de la plantación. Sólo el supervisor y un obrero presento “evidencia” contra las siete víctimas.

A pesar de todo eso, la gerencia confirmó la acusación y echó a tres de los obreros: M. Nesturiyan, F. Franklin y G. Wilfred (quien es partidario del Partido por la Igualdad Social de Sri Lanka (Socialist Equality Party, SEP).

Suspendió por un mes también a S. Duglasnuman, F. Anton Julian, S. Benedict y S. Janaratnam. La gerencia de Glenugie ahora utiliza las mismas acusaciones falsas en el proceso que está por comenzar.

Los obreros rechazaron las acusaciones ante la junta de reconciliación de Maskeliya el 7 de junio y exigieron que fueran retiradas. El supervisor B. Abraham había señalado su intención de retirar los cargos pero, bajo presión de la gerencia, cambió su oferta. Dijo temer ser despedido también.

La compañía de té está decidida a castigar a esos obreros porque estuvieron activamente involucrados en una huelga en la plantación de Deeside en febrero. El paro era en repudio a las diarias cuotas de producción que habían sido aumentadas de dieciséis a dieciocho Kilos. A pesar de haber sido saboteada la huelga por el sindicato, la gerencia tuvo que cancelar el aumento de dos Kilo.

Esta caza de brujas es congruente con un proyecto de ataque más amplio de las plantaciones para acelerar la producción y rebajar sueldos (lea: “ Sri Lankan plantation companies reject wage increase ”). La empresa Genugie Estate es propiedad de la Compañía Maskeliya de Plantaciones, una de las más grandes de las veintidos empresas dueñas de plantaciones que existen en Sri Lanka. Según su informe anual 2010-2011, la empresa emplea quince mil obreros.

Equipos del Partido Socialista por la Igualdad han batallado en defensa de los obreros victimizadas en varias plantaciones, incluyendo la Deeside (de Glenugie), en otras divisiones de Glenugie y en la división Scarborough de la Stockholm Estate. Muchos obreros repudian el ataque de la empresa y apoyan la campaña del Partido Socialista por la Igualdad.

T. Chandrasegaran, 34, de la división de Scarborough en Up-Cot dijo: “Apoyamos su campaña para reemplear a estos trabajadores. Bien conocemos su sufrimiento sin sus empleos. Con lo que ganamos apenas comemos. Sin empleos, los obreros de Deeside no podrán proveer para sus niños”.

“Lo mismo que en Deeside, nuestros patrones también aumentaron nuestras cuotas, de quince a dieciocho Kilos, Los supervisores pesan tres veces al día lo que recogemos. Cada vez quitan tres Kilos, por desperdicio. Eso quiere decir que quitan nueve Kilos diarios; por lo tanto debemos recoger veintisiete Kilos por día. Durante el época de lluvias, es razonable quitar un Kilo por desperdicios, pero ese no es el caso ahora”.

Chandrasegaran dijo que su esposa, quien acaba de parir, también tuvo que trabajar a ese ritmo. Señaló que el sindicato no se había opuesto al aumento de cuota.

“No debemos ser egoístas”, dijo. “Si otros trabajadores están siendo afectador por la represión de la compañía, tenemos que defenderlos. Nuestros líderes sindicales sólo se preocupan en sus propias familias. No les importa nadie más. Sólo se piensan en sus propios privilegios”.

Mariyayee, participó en la discusión. Nos explicó que los trabajadores viven en condiciones paupérrimas. Once personas por vivienda. Casi ninguno de ellos cuentan con inodoros. Antes la patronal asignaba empleados para limpiar los cuartos; ahora no”.

Prabaharan, 32, nos dijo que previamente había trabajado en la plantación de Manali en Up-Cot, que no tenía cuartos de vivienda. Por eso vino a Scarborough, donde trabaja como obrero no permanente.

“Es difícil aquí”, dijo. “No existen fuentes de agua potable. Las aceras están llenas de lodo y un lado de nuestra cocina se ha desmoronado. Ni el gobierno, ni la gerencia han ayudado a reconstruir la estructura. El sindicato sólo aparece durante las elecciones. Si vienen los voy a interrogar. Estoy de acuerdo con ustedes que debemos romper con los sindicatos y construir una nueva dirección”.

Sashikumar, de la división Glenugie, nos dijo que aunque su división no había participado en la huelga de Deeside, la patronal también los incluyó en tumbar la cuota de dieciocho a dieciséis Kilos.

“Como obreros nos debemos defender unos y otros. Las compañías van a negociar el próximo acuerdo con los sindicatos el 2 de julio. En las circunstancias actuales necesitamos una nueva dirección. Yo renuncié el sindicato porque sus líderes me disgustaban. Muchos otros obreros se retiraron de los sindicatos por la misma razón”.

Sashikumar preguntó por qué el Partido Socialista por la Igualdad no organizaba otro sindicato y escuchó con atención cuando nuestro miembros le hablaron de la necesidad de crear Comités de Acción y movilizar a toda la clase obrera. Nos contestó que quería discutir esta cuestión en la junta venidera del Partido Socialista por la Igualdad.

Parameshwari dijo “si luchamos, encararemos la misma situación que encararon los obreros de Deeside. Por lo tanto debemos luchar por todos nuestros compañeros trabajadores. Tenemos un nuevo gobierno pero no hemos recibido ninguna ayuda. El gobierno anunció que los precios bajarían, pero han aumentado”. Parameshwari apuntó hacia su vivienda con el techo dañado y con alambres eléctricos peligrosos. Hay incendios con frecuencia en las viviendas de las plantaciones; ella teme que podría ocurrir un incendio en su casa.

Monogaran, jubilado de la plantación de Deeside, dijo, “Yo conozco a G. Wilfred y a los otros obreros que fueron victimizadas. Son buenos obreros jóvenes que siempre están batallando. No fueron victimizados por cometer errores personales, sino por su lucha conjunta en defensa de los derechos laborales. Los patrones tratan a los obreros como esclavos, y los sindicatos no hacen nada. Llamo a todos los obreros a acudir a la defensa de estos trabajadores victimizados. Estoy muy de acuerdo con su campaña y acudiré a la junta del Partido Socialista por la Igualdad el 5 de julio en Up-Cot”.

Nuraitha, una madre joven, dijo “Luego de nuestra huelga comenzaron las presiones de la patronal, pero no nos echaremos para atrás en esta lucha. Todos los obreros de deben defender los obreros castigados. Las acusaciones en contra de los siete son totalmente falsas. Bien lo sé yo y declaré en su defensa durante la investigación de la compañía. Apoyo su campaña y ayudaré a circular suss volantes entre otros trabajadores para que vengan a la junta.

La caza de brujas de Deeside es una abierta violación de los derechos democráticos, no sólo de los obreros de las plantaciones de té, sino de todo el proletariado.

El Partido Socialista por la Igualdad urge a todos los obreros de plantaciones y de todos los otros sectores de la clase obrera a apoyar esta campaña de defensa para reintegrar al los siete de Deeside y venir a la reunión pública de este domingo en el Centro Dinesh de Up-Cot (Jahasathya Colony) a las dos de la tarde.

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