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Perspectiva

Grecia: la seudoizquierda en el poder

Los acontecimientos griegos desde que SYRIZA tomó el poder a fines de enero son una inmensa experiencia estratégica internacional para la clase obrera.

Lo que hizo la “Coalición de la Izquierda Radical” tiene que ser una de las traiciones más grandes de la clase obrera en las últimas décadas. Una tormenta de rechazo popular a las órdenes de la Unión Europea instaló en el poder a SYRIZA. Su gobierno ahora se somete a la transformación de Grecia en una colonia de loa imperialismos europeo y alemán.

La traición es tanto más atrevida porque ocurrió pocos días después del tremendo rechazo de los ultimátums de la Unión Europea, en un referéndum que el gobierno organizó, parte de una cínica maniobra política.

El lunes, Yanis Varoufakis, ex ministro de finanzas del primer ministro griego Alexis Tsipras se entrevistó con la Emisora Australiana ABC (Australian Broadcasting Corporation), confirmando que aunque SYRIZA reclamaba un voto de rechazo a la austeridad de la Unión Europea; ni anticipaba, ni deseaba el triunfo del ¡NO! en el referéndum del 5 de junio. El propósito real era que triunfara el ¡SÍ!, para que SIRIZA pudiera culpar al pueblo griego de su propia postración.

Phillip Adams, el entrevistador, le preguntó si era verdad que Tsipra no esperaba que triunfara en ¡NO!; Varoufakis respondió que él tampoco anticipó un voto negativo. Añadió que dado que durante una semana entera los bancos habían estados cerrados y los cajeros automáticos limitados a sesenta euros diarios por persona, “yo pronosticaba, y también el primer ministro, que se envanecería el apoyo hacia nosotros a la demanda del ¡NO!...”

Varougakis dijo que en la noche del referéndum, cuando se supo que el sesenta y un por ciento de la gente había rechazado las demandas de austeridad del EU, existió, en la oficina del primer ministro, “una atmósfera de resignación”, “un aire de derrota”.

La entrevista confirma el análisis que apareció en esos días en el World Socialist Web Site que decía que el llamado al referéndum había sido un fraude reaccionario, para darle una apariencia de legitimidad democrática al saqueo de Grecia por los bancos”. También corrobora el reportaje (escrito por Ambrose Evans-Pritchard) que apareció la semana pasada en el diario londinense Daily Telegraph, según el cual el plan de Tsipras había sido “aparentar una buena pelea, aceptar una derrota honorable [con el referéndum], para luego entregar las llaves de la Mansón Máximos”.

La clase obrera griega a sufrido una seria derrota política. La reacción en Grecia y en el mundo es de rechoque e inquina. ¿Cómo es posible que un gobierno, que dice ser de izquierda, socialista, ahora apoye ataques antiobreros que van más allá de las cosas que ocurrían antes? Para recuperarse de esta derrota, para esquivar similares traiciones en Europa y en el mundo, la clase obrera necesita un claro entendimiento de las fuerzas políticas responsables.

Significa aprehender la naturaleza de SYRIZA y de los que comparten su punto de vista, los que el WSWS categoriza de “seudoizquierda”. Los actos de Tsipras derivan inexorablemente de sus raíces en la clase media adinerada. SYRIZA no puede resistir las exigencias de la banca europea; hacerlo requeriría movilizar la clase obrera contra la burguesía nacional de Grecia, quintacolumnista del imperialismo europeo.

Aunque grupos como SYRIZA emplean frases radicales o marxistas, sólo lo hacen para enmascarar medidas derechistas y defender el sistema capitalista. En Grecia, la seudoizquierda llegó al poder y no cabe duda que su naturaleza ha sido desenmascarada.

Los partidarios de SYRIZA desesperadamente tratan de justificar lo que ha hecho y de desviar toda crítica del SYRIZA lejos de la política pequeña burguesa responsable del desastre. También tratan de limpiar su propio rol, cual salvavidas político, mientras abandonan el barco que se hunde.

Una de sus tácticas es rebuscar supuestas “fracciones de izquierda” dentro de SYRIZA. La Organización Socialista Internacional (International Socialist Organization –ISO) estadounidense, pregona las ideas de la Izquierda Obrera Internacional (Διεθνιστική Εργατική Αριστερά –DEA), que impulsa el supuesto grupo “Plataforma de Izquierda” de SYRIZA. En los seis meses que siguieron a la toma del poder de SYRIZA, Plataforma de Izquierda se encargó de encubrir las mentiras y maniobras de Tsipras. Sus reproches críticos fueron para convencer a la clase obrera que podía presionar a SYRIZA, a la izquierda.

Las actividades de Plataforma de Izquierda en las últimas dos semanas son ejemplos de deshonestidad y falta de integridad. El 1ro de julio publicó una declaración (que apareció en página de Internet del ISO) que dice: “La decisión del gobierno de rechazar el ultimátum de los acreedores, de rehusarse a firmar el nuevo Memorándum que imponía hiperausteridad, y de pedir que el pueblo expresara sus deseos en el referéndum del 5 de julio es una decisión que transformó la política griega”.

La declaración dice que el referéndum: “Desencadena a SYRIZA y a las esperanzas del pueblo de la parálisis de las negociaciones con los acreedores”. La convocación del referéndum, sigue, “demuestra lo que nosotros, entre las voces críticas dentro de SYRIZA, insistimos en los meses desde las elecciones, que a SYRIZA no se lo puede fácilmente transformar en cómplice de la austeridad…. Una victoria el 5 de julio no retornará las cosas a como estaban cuando colapsaron las negociaciones, con el detestable ultimátum de los acreedores”.

¡Con qué rapidez se desacreditan esos reclamos!

Aún después de haber regresado SYRIZA a las negociaciones con la Unión Europea, dejando en claro que aceptaría condiciones más oprobiosas que las que el referéndum rechazó, Antonis Davenellos, líder de Plataforma de Izquierda, declaró el 10 de julio que la “inesperada” cantidad de votos por el ¡NO! le había dado “nueva energía al gobierno y a la dirección de SYRIZA.” Davenellos también dijo que “bien se puede entender que el gobierno sienta que debe continuar negociando con los acreedores”, supuestamente para llegar a un “compromiso honorable”.

Para Davenellos había que defender a SYRIZA, costase los que costase: “SYRIZA era el único partido que podía ser el eslabón entre la voluntad popular por el ¡NO! y la estrategia radical izquierdista necesaria para enfrentar nuevas condiciones luego del referéndum”.

Aparece el mismo cuento en International Viewpoint, publicación seudoizquierdista y antitrotskista de los que rompieron con la Cuarta Internacional hace más de cincuenta años. Esta revista está afiliada con El Frente de la Izquierda Anticapitalista Griega ANTARSYA (en griego: Cooperación de la Izquierda Anticapitalista para el derrocamiento — Αντικαπιταλιστική Αριστερή Συνεργασία για την Ανατροπή, ΑΝΤ.ΑΡ.ΣΥ.Α). El 7 de julio dijo: “Los triunfos de SYRIZA, al igual que Podemos en España, señalan el camino a tomar en todos los países de Europa”…

El 13 de julio, aún después de la desvergonzada postración de Tsipras, Panagiotis Sotiris, miembro de ANTARSYA, lanzó acusaciones, en la revista neoyorquina Jacobin, contra todos los que critican a SYRIZA. Después de decir que los últimos días habían marcado el “fin del camino para SYRIZA y Tsipras”, Sotiris denunció la “patología del sectarianismo y las microintrigas de la izquierda radical”.

Su propuesta es rescatar lo que sea posible del pantano mal oliente que es SYRIZA. “Necesitamos una convergencia de fuerzas políticas y movimientos de dinamismo que puedan”, dijo, “en cierta forma incorporar dialécticamente, y al mismo tiempo sobrepasar, el legado de SYRIZA, la experiencia de ANTARSYA (como unión anticapitalista) con la experiencia de todas las formas de organización del movimiento”.

Lo que ha hecho SYRIZA demuestra a la clase obrera mundial que todos los esos supuestos grupos ”anticapitalistas” son una trampa mortal para la clase obrera. En las mismas circunstancias que SYRIZA, todos ellos hubieran echo exactamente lo mismo que hizo Tsipras.

Los acontecimientos han revalidado el análisis político del Comité Internacional de la Cuarta Internacional. El WSWS, en base a una evaluación de clase, mucho antes de las elecciones de enero, reveló la naturaleza de SYRIZA, un partido burgués que traicionaría las aspiraciones de los obreros y de la juventud de Grecia. La historia del Comité Internacional ha sido de implacable crítica a todas esas corrientes políticas. Insiste que tal crítica es esencial en la construcción de un movimiento político independiente de la clase trabajadora.

Este no es el fin de la crisis griega. Se aproximan nuevas batallas. Nadie puede sostener que esta derrota a la clase obrera ocurrió porque el proletariado no quiso luchar. Brilla por su ausencia la necesaria dirección política.

Luego de todos estos acontecimientos, es imposible negar el significado clave de perspectivas, teorías, y programas. Recomendamos a nuestros lectores en Grecia y en el mundo estudiar el programa del Comité Internacional, examinar la experiencia de los pasados seis meses y unirse a la lucha por la construcción de la dirección socialista revolucionaria de la clase obrera mundial.

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