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La Guerra, el Partido Demócrata y las elecciones del 2016

Después de la elección primaria en el estado de Nueva York llevada a cabo esta semana, el Partido Demócrata está más cerca de concluir un proceso de nominación en el que ha salido a la luz la profunda hostilidad popular que existe contra Hillary Clinton, la candidata que sigue estando a la cabeza de su partido. Al hacer esto, los del Partido Demócrata se preparan para seleccionar a alguien que personifica la corrupta conexión entre el aparato militar y de inteligencia, y la aristocracia financiera.

Un artículo extraordinario publicado el viernes por el New York Times ofrece más evidencia de lo que ha sido ingrediente principal en la carrera política de Clinton: sus relaciones íntimas con el complejo militar y de inteligencia y su apoyo fervoroso por al guerra imperialista. Esta relación se basa en la educación que recibió de su padre, Hugh Rodham, quien era miembro del Partido Republicano y anticomunista. Cómo primera dama, Clinton apoyó la política de guerra de su esposo Bill (incluyendo el bombardeo de Yugoslavia). También desarrolló vínculos con el Pentágono cómo senadora y miembro del Comité de Servicios Armados del Senado.

El artículo del Times, escrito por Mark Landler y titulado "Cómo Hillary Clinton Se Convirtió en una ‘hiena de guerra’ (How Hillary Clinton Became a Hawk)”, no es una condena, sino un retrato compasivo de la crónica guerrerista de Clinton escrito por un periódico que la ha endosado y ha hecho todo lo posible para asegurar su candidatura.

No cabe duda que la publicación de este artículo fue coordinada con la campaña de Clinton. Es claro que el articulo, que se ha preparado hace rato, para publicar después de la primaria en Nueva York con el fin de evitar que éste provocara el sentimiento antibélico en el estado, lo que hubiera reducido el voto por Clinton. También se publicó mientras Clinton cambia su enfoque del de las primarias al de la elección general y busca relucir sus credenciales derechistas para ganarse a secciones de la élite militar y corporativa que temen la campaña de Donald Trump, quien sigue siendo el favorito para candidato del Partido Republicano.

El artículo del Times presenta a Clinton cómo una consistente hiena en la administración de Obama quien llegó a tener desacuerdos hasta con el mismo presidente. "Apoyó la propuesta del General Stanley McChrystal para enviar a 40,000 tropas adicionales a Afganistán [en el año 2009] antes de endosar un número reducido de 30,000"; "apoyó el plan del Pentágono para dejar atrás una fuerza residual de 10,000 a 20,000 tropas estadounidenses en Irak"; y "presionó para que Estados Unidos diera armas a los rebeldes en la guerra civil en Siria"; luego hizo un llamado para imponer una zona de exclusión aérea contra el gobierno Sirio.

Tratase de intervenciones estadounidenses en el Medio Oriente o en Asia Central, o de provocaciones contra China y Rusia, Clinton invariablemente recomendaba la línea más derechista. El deseo de Clinton por ir a la guerra, escribe el Times, "la va a diferenciar de los oponentes Republicanos a quienes enfrentará en la elección general." El artículo continua, "por toda su habla sobre bombardear al Estado Islámico (EI) hasta el olvido, ni Donald J. Trump ni el senador de Texas Ted Cruz han demostrado nada que se asemeje al apetito por conflictos militares que demuestra Clinton." Ella es, cómo dice Landler, "la última hiena verdadera en el grupo."

Clinton, según Landler, ha trabajado durante décadas para desarrollar relaciones cercanas con el ejército, buscando enlaces "no solo con líderes civiles cómo Gates, sino que también con comandantes de alto rango, con hombres con medallas." Entre las personas con las que Clinton formó vínculos cómo senadora de Nueva York entre los años 2001 y 2008 está el general ahora retirado Jack Keane. ("A veces él visitaba su oficina en el senado; otras veces se veían para cenar o tomar un trago.") Keane es actualmente presidente de la junta del Instituto para el Estudio sobra la Guerra (Institute for the Study of War) y desempeñó un papel valioso en el proyecto surge en Irak bajo el gobierno de Bush en el 2007.

Esta conexión demuestra el carácter políticamente incestuoso de la pandilla que decide la política de guerra detrás de las espaldas del pueblo estadounidense. El supuesto "instituto" es financiado por grandes contratistas de la industria de defensa, incluyendo a Raythenon, general Dynamics (donde Keane es miembro de la Junta Directiva) y DynCorp. Su presidenta es Kimberly Kagan, esposa de Fredrick Kagan del American Enterprise Institute, la cuñada de Robert Kagan, el geoestratega derechista que fundó el Proyecto para un Nuevo Siglo Estadounidense (Project for the New American Century). La esposa de Robert Kagan es Victoria Nuland, la subsecretaria de Estado de asuntos europeos y eurasiáticos, quien supervisó el golpe de estado del 2014 en Ucrania que quitó del poder a un gobierno pro ruso.

Otros individuos cortejados por Clinton incluyen a los Generales David Petraeus y Stanley McChrystal; ambos fueron líderes del ejército estadounidense en Irak y en Afganistán en dos ocasiones, durante los gobiernos de Bush y de Obama.

Leyendo cómo Clinton y sus asesores discuten la política de guerra, uno tiene el presentimiento que durante la Segunda Guerra Mundial el equipo alemán operaba con mas reflexión. El Times menciona una conversación en el año 2010 entre Gates, Obama y Clinton sobre planes para enviar un portaaviones al mar Amarillo para amenazar a Corea del Norte e intimidar a China. Landler escribe que Clinton, apoyando la propuesta agresiva de Gates, declaró, "Tenemos que llevarlo hasta la zona final (refiriéndose a una jugada de fútbol rugby en la cual el jugador lleva el balón por en medio del campo pasando por la defensa)" —"una imitación de Vince Lombardi [que] hizo reír a su equipo."

No es difícil visualizar cómo esta combinación de imprudencia, estupidez y glorificación del uso del poder militar podría desatar una guerra en casi cualquier parte del mundo que podría salirse rápidamente de control.

El artículo del Times pinta una imagen de un individuo que opera con un nivel increíble de temeridad y que lleva a cabo los cálculos más estrechos y cínicos que solo benefician a su propia carrera política. Aquí hay más que un soplo de Claire Underwood, la esposa del presidente en la serie en TV de ficción House of Cards —aunque, en todo caso, Underwood es más medida en sus conspiraciones. Sin embargo, detrás de estas nociones políticas se encuentra un firme compromiso para usar al ejército para asegurar el dominio estadounidense por todo el mundo.

Los llamados bélicos de Clinton no son solo una expresión de su gracia política, también representan al partido al que ella pertenece. El Partido Demócrata es un portavoz político de secciones de la burocracia militar y de la inteligencia y de la élite financiera que le dan un lustre de "izquierda" al utilizar la política de identidad [sexual, racial, etcétera] para asegurarse una base entre los sectores acomodados y guerreristas de la clase media alta.

Por su parte, el rival Demócrata de Clinton, Bernie Sanders, ha trabajado deliberadamente para que el asunto de la guerra no sea un tema en la campaña electoral. Ha mencionado la guerra lo menos posible. Cuando sí lo hizo, solo fue para criticar a Clinton por apoyar a la guerra en Irak en el 2003 –diciendo que fue "un error de política exterior". En estos días Sanders se alista para cumplir su promesa de apoyar a Clinton si ella gana la nominación del Partido Demócrata.

La clase obrera enfrenta inmensos peligros. La implacable escalada de violencia militar del gobierno de Obama —contra Rusia y China, ambos con armas nucleares— seguirán después de las elecciones con nuevas y más desenfrenadas provocaciones. No se permite dar voz a la profunda oposición del pueblo contra la guerra dentro del sistema bipartidista.

Cuando anunció a sus candidatos en las elecciones del 2016, el Partido Socialista por la Igualdad puso a la lucha contra la guerra al centro de su campaña. Advertimos que "secretos y mentiras esconden los actuales preparativos para una guerra global, que podría costarles la vida a miles de millones de personas." Nuestra campaña "alertará a las trabajadores y jóvenes sobre los inmensos peligros que enfrentan y construirá los cimentos para un movimiento poderoso contra la guerra."

Durante los seis meses que quedan antes de la elección, nuestros candidatos para presidente y vicepresidente, Jerry White y Niles Niemuth, expondrán la guerra conspiradora de la clase capitalista y lucharán para expandir un movimiento político efectivo de la clase obrera en contra de la guerra y en contra del sistema capitalista que la azuza. Les pedimos a nuestros lectores que nos apoyen y que nos ayuden a fortalecer esta campaña.

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