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La Organización Socialista Internacional encubre el sabotaje del sindicato CWA contra la huelga en Verizon

Tras el anuncio del viernes pasado de un “acuerdo en principio”, el sindicato Trabajadores de Comunicaciones de América (Communication Workers of America, CWA) y la Hermandad Internacional de Trabajadores Eléctricos (International Brotherhood of Electrical Workers, IBEW) de inmediato pasaron a cancelar huelga contra Verizon, en la cual, durante siete semanas, han participado más de 39.000 trabajadores. Decretaron el regreso al trabajo para el miércoles primero de junio.

Los trabajadores en Verizon han expresado gran enojo contra lo que viene a ser un sabotaje de su lucha. Los están obligando a regresar a sus puestos sin siquiera dejarlos estudiar el supuesto contrato, que en realidad, todavía no se ha formalizado. Los puntos publicados por el CWA y la IBEW, que destacan este “acuerdo en principio”, dejan en claro que los sindicatos hicieron concesiones importantes, incluyendo cientos de millones en costos de seguro médico, y cambios que facilitan la reestructuración de Verizon y el despido de miles de trabajadores. La gerencia de Verizon aplaude el acuerdo.

Como parte de las maniobras para que los trabajadores vuelvan al trabajo y acepten cualquier contrato, por más inferior que sea, los sindicatos cuentan con el apoyo crucial de una manga de organizaciones seudosocialistas, cuya especialidad hacer que las rendiciones parezcan “victorias”. En esencia son facciones del Partido Demócrata que sirven de enlaces entre los funcionarios del Partido Demócrata y los sindicatos, mientras que justifican a ambos desde la “izquierda” política. La Organización Socialista Internacional (International Socialist Organization, ISO) es una de esos grupos.

La ISO, en particular, desempeña un papel activo en el CWA; un número de sus miembros y partidarios son delegados de base en esa unión. El martes apareció una entrevista con un delegado del CWA en la ciudad de Nueva York en Socialist Worker, el periódico en línea del ISO. El delegado no dio su nombre pero claramente es partidario del ISO. Bajo el título “Nos opusimos al poder corporativo” el artículo, escrito por Danny Katch, uno de los periodistas de Socialist Worker, presenta entrevista y respuestas cuyo objetivo es cubrir con flores este acuerdo entreguista para desviar la sospecha y calmar la inquina de los trabajadores contra el fin de la huelga.

En la introducción, el artículo reconoce que los miembros de los dos sindicatos tendrán que votar con “sólo detalles parciales a su disposición”. “Sin embargo, los huelguistas creen que, teniendo todo en cuenta, salen con una victoria”. En el transcurso de la entrevista, el partidario del ISO declara que tiene una sensación que “es una victoria defensiva, con un par de emocionantes conquistas potenciales”.

¿Cuál es la naturaleza de esta “victoria”? El representante sindical menciona que “todos estábamos esperando un desplazamiento en los costos médicos y probablemente en las pensiones”, justificando esto con la afirmación de que, “el sindicato ya había ofrecido $200 millones en concesiones”. El hecho de que los trabajadores tendrán que pagar sustancialmente más para cubrir su seguro médico —lo cual va a ser devastador para sus familias— es justificado con el argumento de que el sindicato ya había accedido a estas concesiones, por lo que en realidad ¡no es gran cosa!

Por el otro lado, el partidario del ISO aplaude el supuesto plan, para contratar 1.500 trabajadores mal pagados en los centros de llamadas y un acuerdo para dejar que el CWA “organice” un pequeño número de trabajadores de Verizon Wireless, con salarios y beneficios de segunda categoría. Estas medidas satisfacen los intereses del CWA de cobrar más cuotas sindicales. Los funcionarios del CWA, a menudo, describen estos trabajadores con salarios bajos como nuevas “unidades de cuotas”.

Con el propósito de desarmar la inquina de los obreros que ahora tendrán que volver a sus labores sin poder siquiera leer el contrato, afirma que es “frustrante” que “detuvimos los piquetes antes de que nadie pudiera ver nada oficial sobre el contrato”. Al mismo tiempo asegura que, “es muy raro en el movimiento obrero que los miembros lean un contrato completo antes de volver a trabajar”. Es decir, la traición de la CWA y la IBEW se justifica... en el contexto a la traición de los otros sindicatos pro capitalistas.

En una supuesta excepción a esta crónica de engaño, el partidario del ISO usa como ejemplo la huelga de los maestros en Chicago en el 2012, sobre la cual afirma, “el sindicato continuó la huelga para que sus miembros pudieran leer el contrato”. La ISO, es parte del liderazgo del Sindicato de Maestros de Chicago (Chicago Teachers Union, CTU), no le dijo a sus lectores que el CTU sólo acordó continuar la huelga sólo cuando era claro que los docentes iniciarían una rebelión por el derecho a saber lo que estaba en el contrato —una campaña que fue encabezada por el WSWS (ver “ Teachers have the right to know. What’s in the contract? ”).

Más adelante, reconoce que los trabajadores de Verizon sólo tendrán acceso a “un memorándum de entendimiento” antes de volver a trabajar, que no incluiría posibles modificaciones. “La gente recuerda nuestro último contrato, que tuvo una sarta de sorpresas que no estaban el memorándum antes de ir a votar”. Sin embargo, nada de esto impide que Katch y el partidario de la ISO declaren una victoria ni que no apoyen la cancelación de la huelga.

La ISO quiere impedir que los trabajadores concluyan lo que para muchos ya es obvio: que los sindicatos anunciaron el fin de la huelga del 30 de mayo (feriado nacional en Estados Unidos) cuando no hubiera piqueteros y ausente la oportunidad de discutir el “acuerdo en principio” con sus compañeros de trabajo: Es quiere decir que los sindicatos exigen que los trabajadores vuelvan a sus puestos de trabajo antes de que tengan tiempo para estudiar y discutir este acuerdo podrido que han negociado.

La ISO tampoco menciona el hecho de los huelguistas que residen en Nueva York ya iban a comenzar a recibir beneficios de desempleo a partir del 1 de junio, así como un aumento en la mísera paga de huelga que el CWA les asignó de sus $400 millones en el fondo de huelga. Ambos hechos habrían reducido la presión económica sobre los trabajadores, que los sindicatos y la compañía aprovechan para obligarlos a aceptar el contrato.

Más significativamente, no se dice ni una palabra en ninguno de los artículos que aparecen en Socialist Worker sobre la huelga en Verizon acerca del papel del Partido Demócrata, factor de gran importancia durante la huelga. Bill de Blasio, el alcalde neoyorquino, miembro de Partido Demócrata York, (que el ISO felicitó cuando fue elegido –por ser un político dizque “progresista” (que transformaría al Partido Demócrata)— movilizó a la policía al servicio de la táctica rompehuelgas de Verizon. La policía hasta atropelló a varios obreros que protestaban.

Sin quedarse atrás, el gobierno del presidente Obama complementó la intervención del alcalde neoyorquino para quebrar la huelga, imponiendo un interventor federal. El gobierno también logró obtener órdenes judiciales prohibiendo que los trabajadores emplazaran piquetes frente los hoteles donde se hospedaban los esquiroles utilizados para romper la huelga.

La ISO ha respondido encubriendo el papel del alcalde de Blasio y pintando la intervención de Obama como un algo bueno. En un artículo anterior, el Obrero Socialista afirmó que la intervención federal era para obligar al “renuente Verizon volver a la mesa de negociación”.

La entrevista con el delegado del CWA ocurrió después de una reunión de “solidaridad” de la ISO el viernes 27 de mayo en Queens, Nueva York. Todos los oradores en ese mitin consideraron el acuerdo como una victoria tremenda, a pesar de que no conocer ninguno de los detalles. Prometieron una ofensiva en las redes sociales para conseguir más apoyo.

A lo largo de las siete semanas de la huelga, la ISO conspiró con el aparato sindical para aislar la huelga, con el fin de debilitar la resistencia obrera a las concesiones que la corporación exige. El ejemplo más claro posible fue cuando el CWA se rehusó a organizar la huelga de 16.000 trabajadores en AT&T West que laboran desde hace meses con un contrato vencido. En contraste hubo una limitada huelga de 1.700 miembros del CWA de San Diego y de pocos días, cancelada precisamente cuando surgían demandas de una acción en conjunto.

En los cinco artículos de este mes sobre la huelga en Socialist Worker, no aparece ni una palabra sobre la maniobra del CWA para sabotear una huelga de trabajadores de telecomunicaciones en ambas costas de Estados Unidos, lo que hubiera fortalecido enormemente a los trabajadores en Verizon.

En un artículo publicado el 24 de mayo, Socialist Worker tergiversó la realidad, presentando al CWA y la IBEW como organizaciones que sinceramente trabajan para unificar a los trabajadores. Habla de una manifestación en Washington, que reunió a huelguistas de Verizon con un puñado de funcionarios de otros sindicatos. En vez de luchar por una genuina acción unificada, el artículo defiende las tácticas de los sindicatos de usar los medios sociales, hacer piquetes en Verizon Wireless, anunciar por radio que demanda una “economía justa que funcione para todos”, y la “personalizar la huelga” con un día especial para niños y familias.

El crecimiento de la oposición de las bases sindicales a las traiciones del CWA y la IBEW forman parte de una serie de conflictos entre los trabajadores y los sindicatos pro capitalistas. En los últimos meses, los maestros en Detroit iniciaron una serie de ausencias colectivas (sickouts), haciendo caso omiso a la Federación de Maestros de Detroit ( Detroit Federation of Teachers, DFT) en rechazo a condiciones inseguras y contra varios años de recortes de sueldos y de beneficios laborales, todos impuestos por la DFT. Los maestros en Chicago también forzaron a la CTU, dirigida por la ISO, a hacer marcha atrás en imponer amplios ataques contra sus pensiones. En otoño del año pasado, casi ocurrió una rebelión de trabajadores automotrices contra la Unión de Trabajadores Automotrices (United Auto Workers, UAW), que produjo el primer rechazo de un contrato nacional respaldado por la UAW en tres décadas.

En cada instante, la creciente militancia y radicalización política de la clase obrera condujo a un mayor interés en, y apoyo a, el World Socialist Web Site y su lucha por la construcción de comités de bases obreras, independientes de los sindicatos pro capitalistas y de los dos partidos políticos empresariales.

Conforme la creciente ira de la clase obrera amenaza con romper la camisa de fuerza de los sindicatos y se convierte en una lucha política contra el Partido Demócrata y los grupos políticos, la seudoizquierda desesperadamente busca sostener la autoridad de esas mismas organizaciones que atentan contra la clase obrera.

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