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Perspectiva

¡Opongámonos al golpe Jeremy Corbin líder del Partido Laborista!

El Partido Socialista de la Igualdad denuncia la campaña para destituir a Jeremy Corbyn como líder laborista. No sólo es esta campaña un ataque al derecho de los cientos de miles de miembros del Partido Laborista de determinar su liderazgo; también es una maniobra para virar la política hacia la derecha, que amenaza a la completa clase trabajadora.

El plan de golpe en desarrollo fue instigado por una camarilla derechista de parlamentarios laboristas. Pero no hay ninguna duda de que solamente lo hicieron después de tener discusiones con las más altas esferas del estado británico, incluyendo los servicios de seguridad –MI5, MI6 y el Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno (GCHQ, siglas en inglés)— así como con el Departamento de Estado de EE.UU. y la CIA.

Los involucrados nunca aceptaron la legitimidad de la elección de Corbyn como líder laborista el pasado setiembre. Lo vieron como un intruso que había sido colocado en la cabeza del partido debido a la consecuencia imprevista de la imposición por el ex líder laborista Ed Miliband de un nuevo proceso electoral que reemplaza el voto en bloque de los sindicatos con los votos individuales de miembros del partido, y de los sindicatos afiliados al Partido Laborista; creaba una nueva categoría de partidarios laboristas. Los golpistas repudian que Corbyn haya obtenido el apoyo de casi 90,000 personas luego de haber declarado su oposición a la austeridad y el militarismo.

La cascada de cambios que resultaron del voto a favor del Brexit (salida) del Reino Unido de la Unión Europea (UE) en el referendo del 23 de junio detonó la rebelión contra Corbyn. En medio del desorden global que ocasionó Brexit, y con la élite gobernante británica confrontando su crisis política más profunda desde la Segunda Guerra Mundial, los más altos niveles del estado británico han concluido que no puede ser tolerado ningún tipo de sentimiento oposicionista –sea cual sea— a la austeridad, el militarismo y la guerra.

El Partido Conservador, gobernante, se encuentra en un estado caos, después de la renuncia, el 24 de junio, del primer ministro David Cameron y con un certamen para elegir un nuevo líder programado dentro de pocas semanas. En medio de la caída récord del valor de la libra y las ondas de choque que amenazan con la quiebra de la UE, se discute la posibilidad de una temprana elección general este otoño, lo que abre la posibilidad de una combinación: Nuevo gobierno y anulación del resultado del referendo.

Estados Unidos está directamente involucrado, incitado en gran parte por el temor del impacto del Brexit en sus planes para la agresión militar contra Rusia y China. El Secretario de Estado de EE.UU. John Kerry, estuvo en el Reino Unido el 27 de junio, después de tener discusiones en Bruselas. El Financial Times señaló que su misión fue "urgir a ambos lados [la UE y Gran Bretaña] acotar el daño a la estabilidad económica y la cooperación en seguridad".

El periódico añadió que la administración Obama "se ve obligada a lidiar con fragmentaciones cada vez más serias en la región, tanto con el fin de afianzar la UE como para prevenir que la crisis del Brexit afecte a la OTÁN".

Es impresionante que luego del referendo –resultado de una lucha fraccional entre dos sectores igualmente derechistas del Partido Conservador— se desmorona el Partido Laborista. Bajo cualquier otra circunstancia se esperaría que los laboristas, cuyas bases votaron mayoritariamente a favor de permanecer en la UE, exigirían una elección temprana contra un Partido Conservador que carga con el contundente fracaso de no lograr movilizar el apoyo de sus bases.

Ocurre todo lo contrario: La mayoría parlamentaria del Partido Laborista quiere sacarse de encima a su propio líder.

Fue cuestión de horas luego del resultado del balotaje del 23. Hacia el, mediodía del día siguiente, las parlamentarias laboristas Doña (Dame) Margaret Hodge y Ann Coffey presentan un acta de no confianza. En las horas tempranas de la mañana del domingo, Hilart Benn, Secretario de oposición para asuntos extranjeros (Shadow Foreign Secretary), tristemente célebre por organizar el voto de 66 representantes laboristas en el parlamento a favor del bombardeo británico de Siria en el otoño del 2015 (Corbyn había permitido un voto libre de la disciplina partidaria). Cuando Corbyn se entera, mediante el mismo Benn, que éste había perdido la confianza en su liderazgo, Corbyn tuvo que despedirlo.

Eso le abrió la puerta a una serie de renuncias del gabinete de oposición, programadas en intervalos regulares. En la mañana del domingo 26 de junio, Tom Watson, vicepresidente del Partido Laborista le notifica a Corbyn que éste ya no tenía más el apoyo del partido en el parlamento y sugiere que renuncie. Cuando el acta de no confianza ya se actualizaba en la reunión de los representantes parlamentarios del Partido Laborista, dos tercios de los miembros del gabinete de oposición ya había renunciado y todo indicaba que el 70 por ciento de representantes parlamentarios laboristas votarían por la renuncia de Corbyn.

Se trata de un acontecimiento extraordinario y sin precedentes aun en la podrida historia del Partido Laborista. Desde la elección de Corbyn, en cada cuestión –sea la austeridad, la membresía de la OTÁN, la renovación del programa nuclear Tridente, la guerra en Siria, permanecer en la UE— Corbyn ha apapachado a las fuerzas de derecha del Partido Laborista. En nombre de la "unidad del partido”, seleccionó a derechistas para su gabinete de oposición. Éstos ahora abrumadoramente se han alineado para clavarle el puñal en la espalda rechazando exigencias de ellos mismos no sean reelegidos.

Hasta ahora, Corbyn resiste las exigencias de que renuncie y trata de abrazar a la derecha. Tiene plena conciencia de que están en pie de lucha contra él las fuerzas Pro imperialistas y derechistas. Aun así, hablando en un mitin en su defensa en la plaza del parlamento, nada mencionó sobre el resultado del referendo. Ni siquiera nombró a los golpistas cuando pedía unidad.

Este es el resultado de todos meses de entrega a la derecha, por parte de Corbyn, de la iniciativa política. Pero la rebelión de la representación parlamentaria laborista devela algo más fundamental que la debilidad del líder laborista.

Si bien nos solidarizamos con toda la gente que se volcó en apoyo al desafío de Corbyn por la dirección laborista en setiembre del 2015, especialmente los jóvenes, el Partido Socialista por la Igualdad (PSI) les urgió entonces a que aprendieran las lecciones de la historia, particularmente con respecto al carácter Pro imperialista del Partido Laborista. Contra aquellos en la pseudoizquierda que sembraban la ilusión de que una victoria de Corbyn abría la posibilidad de que los laboristas retornen a su pasado reformista y funcionen como un partido antiausteridad para defender los intereses de la clase trabajadora, el World Socialist Web Site explicó, "el Partido Laborista británico no comenzó con Blair. Es un partido burgués con más de un siglo de existencia y es un instrumento fiel a, y utilizado por, el imperialismo británico y su maquinaria estatal. Ya sea dirigido por Clement Attlee, James Callaghan o Jeremy Corbyn, su esencia permanece inalterada".

El golpe confirma esta evaluación de los laboristas como una parte vital de la maquinaria del estado.

Luego de la elección de Corbyn, el WSWS llamó a la atención la declaración de un no identificado "alto general en servicio" que dijo que si Corbyn se convertía en primer ministro existía la "posibilidad bastante real" de un "motín" contra él. Por el momento, la burguesía ha determinado que para deshacerse de Corbyn es preferible hacer uso de los laboristas parlamentarios en vez de utilizar el ejército.

Gran Bretaña navega en aguas inexploradas. El Partido Laborista, por ser uno de los principales pilares del poder del Reino Unido, será llamado a jugar un papel clave en defensa de los intereses estratégicos de la burguesía británica. Esto involucrará formar un gobierno, o tomar parte en alguna forma de gobierno de coalición nacional. Involucrará ciertamente enormes ataques a empleos, salarios y servicios esenciales y comprometer al Reino Unido a asociarse totalmente con los planes de guerra de la OTÁN.

Un editorial del 27 de junio del Financial Times ("El Partido Laborista debe ahora retirar a Jeremy Corbyn"), resume el paso a tomar. El editorial urge a los laboristas parlamentarios a "explicarle a todo el movimiento laborista las consecuencias del falso sendero que el partido ha escogido (...); habiendo desenvainado la daga, los parlamentarios laboristas no pueden retroceder ahora".

El PSI otorga su apoyo a todos los intentos que tengan el propósito de derrotar a los golpistas derechistas y su complot, coreografiado dentro del estado, para hacer virar el sistema político aún más a la derecha pero les advertimos a aquellos trabajadores y jóvenes que buscan lanzar una lucha política de que este fin no puede ser alcanzado dentro de los confines del Partido Laborista. Es algo que exige la construcción de un nuevo y verdadero liderazgo socialista para que ejerza intransigentemente y hasta el final la lucha contra la clase gobernante y sus lacayos políticos.

Declaración del Partido Socialista por la Igualdad (Gran Bretaña)

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