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Perspectiva

El Partido Demócrata prepara escalada en Siria con retórica contra Putin

El New York Times publicó un artículo titulado “Se cree que espías rusos piratearon los sistemas de la campaña de Clinton” (Russian Spies Said to Hack Systems Used in Clinton’s Run) el 30 de julio, alegando que piratas cibernéticos asociados con el Gobierno ruso se infiltraron dentro del sistema informático de la campaña de Hillary Clinton.

Este artículo inflamatorio es el último de una serie que ha aparecido durante los últimos días en el Times y otros medios de prensa que afirman que el presidente ruso, Vladimir Putin, está involucrado en un intento de influenciar las elecciones del 2016 en EE.UU.

El informe del viernes, como los que le han precedido, no contiene ni un solo hecho que respalde las alegaciones explosivas hechas en su titular.

No es hasta el final del artículo que el lector se entera de que todas estas afirmaciones se basan en declaraciones de una fuente anónima. No existe ninguna razón para creer que esta supuesta fuente le proporcionó al Times información que compruebe su relato. Nadie sabe quién es esta persona, suponiendo que siquiera existe, o si esta información no es un invento del Times .

A principios de la semana pasada, el Times declaró que las agencias de inteligencia estadounidenses confían en que “el gobierno ruso está detrás del robo de correos electrónicos y documentos del Comité Nacional Demócrata (Democratic National Committee, DNC) ”, basándose en declaraciones similares hechas por fuentes no identificadas y anónimas. Los mensajes de correo electrónico del DNC fueron publicados por WikiLeaks.

Esta campaña es precisamente una amalgama: una serie de afirmaciones infundadas sobre eventos desconectados, generalmente con el objetivo de incriminar a un individuo u organización predeterminado.

La campaña en curso busca presentar la publicación de los documentos por WikiLeaks que comprueban el fraude electoral del DNC de forma que se ataque la candidatura de Donald Trump desde la derecha política, al retratarlo, en las palabras del columnista del Times, Paul Krugman, como el “candidato siberiano” allegado a Putin.

Es suficientemente grave que el Times este tratando de instigar un sentimiento anti ruso para influenciar los resultados de las elecciones, pero su campaña es aún más siniestra. El Times, y la sección de la clase dominante por quien habla, está tratando de explotar un ambiente electoral sobrecargado para generar hostilidad popular hacia Rusia y a su vez proporcionar una base popular más amplia para una intervención estadounidense de gran escala en el Oriente Medio.

La campaña de propaganda contra Putin se está llevando a cabo en el contexto de una serie de acontecimientos que han aumentado las tensiones entre Estados Unidos y Rusia. En primer lugar, el intento de golpe militar el mes pasado en Turquía, el cual claramente contó con el apoyo de EE.UU. y fue detenido a última hora debido al aviso de los servicios de inteligencia de Rusia al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

En las semanas previas al golpe, Erdogan inició un acercamiento a Putin, yendo tan lejos como para ofrecerle una disculpa el 27 de junio por el derribo de un avión ruso Su-24 en noviembre del año pasado y declarar a Rusia como un “amigo y socio estratégico”.

Simultáneamente, Turquía ha disminuido su apoyo a los “rebeldes” que luchan contra el gobierno del presidente sirio, Bashar Al Assad—muchos de los cuales están afiliados al Estado Islámico (EI).

“Turquía ha estado tomando medidas contra el tránsito de algunos de los combatientes extranjeros que fluyen dentro, así como fuera de Turquía”, se quejó John Brennan, el director de la Agencia Central de Inteligencia, dos días después de la disculpa de Erdogan hacia Rusia.

El cierre de Turquía como una vía para que los combatientes islamistas transiten hacia Siria, junto con las operaciones rusas en curso contra el EI y los “rebeldes” apoyados por EE.UU., han resultado en una serie de reveses para las fuerzas islamistas procuradas por la CIA en Siria. Alepo, la ciudad más grande en Siria, está a punto de ser liberada del control del EI y de los “rebeldes” por el gobierno sirio.

En el 2013, el gobierno estadounidense decidió retirar su amenaza de intervenir más directamente en Siria debido a las divisiones dentro de la clase dominante y la abrumadora oposición popular a la instigación de otra guerra.

Ahora, sin embargo, toda la insurgencia patrocinada por la CIA enfrenta una derrota completa si no ocurre una escalada rápida y masiva de la participación militar estadounidense. Esto sería un revés político importante en los esfuerzos de Estados Unidos para dominar el Oriente Medio

Como el Times lo planteó la semana pasada, “La caída del este de Alepo a las fuerzas del gobierno sería un punto de inflexión en la guerra y ayudaría a consolidar el lugar de Rusia como la potencia extranjera más poderosa en el conflicto”.

Cabe señalar que en los últimos días los medios de comunicación de EE.UU. han proclamado la inminente caída de Alepo como un desastre para los derechos humanos, mientras que no dicen prácticamente nada sobre los últimos bombardeos estadounidenses en ciudades cercanas que han resultado en la muerte de cientos de civiles.

La plataforma del Partido Demócrata incluye denuncia fuertemente a Rusia, acusándola de “respaldar al régimen de Assad en Siria, que ataca tan brutalmente a sus propios ciudadanos”. La plataforma declara que el gobierno de Clinton “no dudaría en enfrentarse a la agresión rusa”. Este es el tipo de retórica utilizado por la facción ultra derechista de Goldwater dentro del Partido Republicano, durante el apogeo de la Guerra Fría. Ahora está siendo utilizado por el Partido Demócrata, lo cual debe ser visto como una indicación de que los políticos están planeando una escalada de las operaciones militares estadounidenses.

En el léxico de la política estadounidense, se emplea la frase “sorpresa de octubre”, la cual se refiere a una provocación deliberada durante una crisis de política exterior para recabar el apoyo de la población hacia el ejército y una intervención militar y para asegurar la victoria del candidato favorecido por el partido político de turno.

Es posible que estos eventos sean parte de una “sorpresa de octubre”, o tal vez una que ocurra en septiembre ... o incluso en agosto.

Incluso con la relegación deliberada del tema de la guerra durante las elecciones del 2016, mencionado apenas brevemente en las convenciones de los dos partidos, las cada vez más agresivas y frecuentes acusaciones contra Rusia dejan claro se está preparando una intervención militar directa en Siria, que podría resultar en una guerra con Rusia, una potencia con armas nucleares.

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