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La Organización Socialista Internacional y el Grupo de Reflexión New America denuncian la oposición a la guerra en Siria

El 11 de octubre, como parte de su campaña por una escalada de la intervención militar de Estados Unidos en Siria, la Organización Internacional Socialista, ISO publicó en su sitio Web Trabajador Socialista (Socialist Worker) una entrevista con el periodista Anand Gopal, bajo el título “Una pesadilla en la ficción de Mosul.”

Gopal fue corresponsal en Afganistán del Wall Street Journal y ha contribuido a periódicos como Foreign Policy, Atlantic y Harpers. La relación de la Organización Internacional Socialista, ISO con Gopal indica su proximidad política con el Estado burgués y las instituciones oficiales de la clase política estadounidense.

Gopal es miembro del Programa Internacional de Seguridad del Grupo de Reflexión New America, anteriormente conocido como la New America Foundation. Nueva América es dirigida por Anne-Marie Slaughter, una ex- funcionaria de alto nivel del Departamento de Estado y estrecha colaboradora de Hillary Clinton.

El Consejo de Administración de New America incluye al columnista del New York Times, David Brooks, al comentarista de CNN, Fareed Zakaria, al ex-Director General de Google, Eric Schmidt, al arquitecto del rescate de la industria automotriz, Steven Rattner, al Director General de inversión privada, Jonathan Soros, a otros ejecutivos de corporaciones, y a rectores universitarios. La posición política del Grupo de Reflexión está totalmente alineada con la de los militares y de las agencias de inteligencia Norteamericanos y del establecimiento Corporativo.

Al entrevistar a Gopal y sin crítica alguna promover sus posiciones favorables a la guerra, la Organización Internacional Socialista le da un taparrabo de “izquierda” a los planes imperialistas de la guerra de la clase gobernante de Estados Unidos. Las primeras preguntas formuladas por el entrevistador, Eric Ruder, se refieren a Mosul, todas desde un punto de vista táctico militar. Ruder comienza preguntando si el ataque orquestado por Estados Unidos “tiene el potencial de dar un golpe decisivo a ISIS” y cuáles serían “las consecuencias humanitarias”.

Gopal responde que la toma de Mosul será “el golpe mortal a ISIS en Irak.” A continuación, reconoce que habrá un “costo humanitario importante”, señalando que ya “una gran cantidad de civiles” han muerto a causa de los ataques aéreos de Estados Unidos y “el número de muertos se incrementará.” Menciona que los Estados Unidos está usando una vez más fósforo blanco, y cita como ejemplo el asalto apoyado por Estados Unidos en Ramadi, donde la destrucción fue ”inimaginable”.

En Fallujah, continúa, las milicias chiítas respaldadas por Estados Unidos detuvieron y ejecutaron a miles de residentes Sunitas, “y ha habido informes de tortura extremadamente brutal, utilizando taladros y otras cosas horrendas.”

Ruder no tiene nada que decir acerca del inminente baño de sangre dirigido por Estados Unidos en Mosul, asunto que Gopal describe de manera casual, pasando en cambio al tema de Alepo. La situación desesperada que encara la población civil en la parte oriental de esta ciudad del norte de Siria —actualmente en manos del Levant Conquest Front (Frente para la Conquista del Levante), la organización vinculada a Al Qaeda antes conocida como el Frente de al-Nusra — se ha convertido en el foco de agitación de Washington y sus aliados imperialistas, plenamente respaldados por la Organización Internacional Socialista y otras organizaciones de seudoizquierda, para escalar su guerra contra el régimen de Damasco y Rusia, su aliado.

La Organización Internacional Socialista está exigiendo que la administración Obama tome una acción militar para detener la brutal ofensiva Rusa respaldada por las fuerzas del gobierno Sirio contra las milicias Islamistas en Alepo, aliadas de facto de Washington, mientras que apoya tácitamente la ofensiva estadounidense en Mosul contra ISIS, considerado un obstáculo para lograr Estados Unidos la hegemonía en el Medio Oriente.

A medida que la discusión se desplaza hacia Siria, el real contenido político de la entrevista emerge —un ataque calumnioso contra todos aquellos que se oponen a la guerra de Estados Unidos en Siria, basado en la acusación que la oposición a la guerra, es igual a apoyar al presidente Sirio, Bashar al-Assad. Por otra parte, presenta al imperialismo norteamericano como un aliado de las masas Sirias.

Las preguntas de la Organización Internacional Socialista están diseñadas para permitir que Gopal fomente falsas y reaccionarias concepciones. Ruder pregunta: “El régimen de Assad describe toda oposición a su régimen como ‘terrorismo’ y todos los esfuerzos militares Sirios como una contribución a la lucha contra ISIS en la ‘guerra contra el terrorismo’. Pero cuál es el contexto más amplio en el que el conflicto en Siria se está desplegando?”.

Gopal responde: “Assad es en realidad la más importante causa de ISIS en Siria. La devastación que él ha forjado en los Sirios es la principal razón por la que ISIS existe en Siria. Y lo que es notable acerca de lo que ha ocurrido en el último año es que la política de Estados Unidos en Siria está ayudando esencialmente Assad”.

Gopal critica la administración Obama por no hacer lo suficiente para armar a los supuestos rebeldes: “Sin dar los otros recursos para que puedan liberarse a sí mismos, los rebeldes no tienen más remedio que aliarss a Jabhat al-Nusra o ser eliminados. Puesto que no son capaces de separarse de Al Qaeda, Assad utiliza esto como pretexto para bombardear esas áreas, como lo ha hecho con resultados devastadores en Alepo.”

La afirmación de Gopal que Assad es el culpable principal de la existencia de ISIS es una mentira utilizada para encubrir la responsabilidad del imperialismo estadounidense en la devastación de toda la región. La World Socialist Web Site no aboga por el gobierno capitalista de Assad, pero un principio fundamental del Marxismo requiere repudiar los esfuerzos de las potencias imperialistas para eliminar a los regímenes que, por una razón u otra, hayan caído en conflicto por sus intrigas y ambiciones globales. La tarea de la clase obrera en estos países es liderar a las masas oprimidas en una lucha contra su propia burguesía y contra el imperialismo.

Y es un hecho innegable que los Estados Unidos ha llevado a cabo, una tras otra, guerras de agresión e intervención militar en los últimos 25 años, con consecuencias catastróficas para los habitantes de una vasta región que se extiende desde Asia Central hasta el Oriente Medio y al Norte de África. Más de un millón han muerto, muchos millones más han sido heridos, decenas de millones se han convertido en refugiados, y miles de millones de dólares han sido malgastados en ataques neocoloniales depredadores e ilegales. Sucesivas administraciones Estadounidenses han avivado los conflictos sectarios y armado milicias religiosas-extremista para ayudar a las fuerzas de ocupación estadounidenses en la represión de poblaciones enteras.

Un punto central en la difamación de la Organización Internacional Socialista contra la oposición a la intervención de Estados Unidos en Siria, es la afirmación que la guerra civil en Siria es una “revolución democrática”. La Organización Internacional Socialista esquiva la pregunta de cómo una “revolución” de este tipo podría ser dirigida por las fuerzas apoyadas por los Estados Unidos, las potencias de la OTAN y sus aliados jeques del petróleo.

Para promover esta línea, Ruder afirma: “Muchos en la izquierda en los países occidentales creen que no hay resistencia popular a Assad más allá de las fuerzas salafistas como un Jabhat a-Nusra. ¿Cual es tu opinión?”

Ruder pregunta más adelante en la entrevista: “Dejando a un lado aquellos de la izquierda que en realidad apoyan a Assad, hay otra corriente, probablemente más grande y más influyente, que considera que las fuerzas fundamentalistas Islámicas son la principal amenaza y el régimen de Assad es un mal menor. Se centran en los crímenes de los Estados Unidos y en las fuerzas fundamentalistas islámicas, que consideran que son uno y lo mismo. ¿Cuál es su opinión sobre este punto de vista?”

Al denunciar a quienes “se centran en los crímenes de los Estados Unidos,” la Organización Internacional Socialista se está alineando con el imperialismo Estadounidense, sirviendo como su despreciable apologista. Lo que esta posición implica es que Estados Unidos es una fuerza progresista y sus intervenciones en el Oriente Medio y en otros lugares del mundo tienen un contenido “humanitario”. En base a eso, la Organización Internacional Socialista y otros grupos de seudoizquierda se unen con las facciones más rabiosas y militaristas de la clase dominante, para apoyar una guerra más amplia de Estados Unidos, supuestamente para impulsar la “revolución democrática” en Siria.

Gopal proporciona un repugnante argumento a favor de la guerra de parte de la Organización Internacional Socialista, al dar el ejemplo de un grupo de civiles en la ciudad de Deraya que se oponían a Assad y culpa a los Estados Unidos por no defender suficientemente su ciudad contra los ataques del gobierno Sirio. Intenta representar a los “rebeldes” como revolucionarios, e incluso como socialistas: "Ellos quieren derrocar al Estado. Ellos quieren derrocar todo el aparato opresor que ha gobernado sus vidas las pasadas cuatro décadas”.

En respuesta a una pregunta de Ruder acerca de la amenaza que representan los grupos Islamistas, dice: “En última instancia, si usted de veras desea la derrota del fundamentalismo y del salafismo en Siria, el primer paso ha de ser el de poner fin al régimen de Assad, porque en tanto como él permanezca en esa posición, estas fuerzas van a continuar estando ahí”.

No hay en todo esto, un rastro de Marxismo o de socialismo. No hay un análisis histórico, o de clase, de la guerra civil en Siria. Se discute completamente desde el punto de vista de la política exterior estadounidense, con un giro a la “izquierda”, utilizando palabras impresionistas como “revolución” y apelaciones emocionales en base a episodios aislados y hechos desconectados.

Los grupos “rebeldes” que luchan contra Assad están siendo proclamados como “revolucionarios”, sin hacer referencia alguna a su programa político o al papel de la clase obrera en Siria, Irak o en los Estados Unidos.

La Organización Socialista Internacional no ve ninguna contradicción en el hecho que un grupo “revolucionario” reciba armas y apoyo militar del imperialismo Estadounidense. En otra parte de la entrevista, Rudera pregunta: “Entonces, si hay fuerzas que no son fundamentalistas Islámicas y se oponen al régimen de Assad, ¿por qué no les da Estados Unidos el apoyo que necesitan para valerse por sí mismas?"

Aquí, en pocas palabras está la disputa entre la Organización Socialista Internacional y la administración de Obama, al Pentágono y a la CIA, a través de intermediarios tales como Gopal y el Grupo de Reflexión New America .

La seudoizquierda está jugando un papel cada vez más importante prestando un antifaz ideológica a una guerra que tiene muy poco apoyo popular. Cuando la Organización Socialista Internacional pregunta acerca de las elecciones en Estados Unidos, Gopal lamenta el hecho que “Obama se resiste a enviar fuerzas terrestres.”

En Siria, Gopal afirma, “Obama está siendo muy reacio a delegar en fuerzas intermediarias”. Critica a Clinton por no impulsar más impulso la escalada militar, quejándose que “ella quiere forzar a Assad a la mesa de negociaciones.” Y continúa: “Cree que subir la presión un poco es lo que se necesita para crear un esfuerzo negociado ...”.

La seudoizquierda estadounidense está políticamente alineado con sectores del aparato militar y de inteligencia de Estados Unidos que abogan abiertamente por la guerra contra el gobierno Sirio respaldado por Rusia. Tal guerra podría llevar rápidamente a una confrontación militar entre las dos potencias más grandes del mundo, con armamentos nucleares.

La entrevista belicista con Gopal no es un error político. No es una expresión de ingenuidad o confusión. Es una expresión de la posición de clase y las perspectivas de la Organización Socialista Internacional .

Esta organización es la voz de sectores privilegiados de la clase media alta, atados materialmente a Wall Street y separados por un vasto abismo de la clase obrera. Es parte de un estrato social, una vez asociado con la oposición a la guerra y al imperialismo, pero sobre una base de clase media, la cual a lo largo de décadas se ha movido cada vez más hacia la derecha, y que ahora se mueve directamente en el campo del imperialismo.

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