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Doce muertos en Venezuela mientras se multiplican las protestas por comida en barrios obreros de Caracas

Cientos de trabajadores salieron a las calles de Caracas el jueves en la tarde y el viernes en la mañana, exigiendo alimentos e irrumpiendo en tiendas. Las protestas por comida han dejado doce muertos, incluyendo ocho que se electrocutaron enredándose en un cable al tratar de ingresar a una panadería para robar pan para sus familias en el distrito de El Valle.

Las manifestaciones también tuvieron lugar durante la noche en los distritos obreros de San Martín, La Urbina, Petare y La Candelaria. Varios de los muertos al parecer fueron fusilados. Las fuerzas del gobierno dispararon tanto gas lacrimógeno contra los manifestantes en uno de estos barrios que tuvo que ser evacuado un hospital para niños cercano.

Las manifestaciones por alimentos en barrios de clase obrera en Caracas alteran la ya tensa situación del país de treinta millones de habitantes. El gobierno culpó a la oposición por los disturbios, mientras que los líderes de la derecha se distanciaron de las protestas. Las dos facciones de la burguesía venezolana que se disputan el poder temen que el descontento de los trabajadores parece estarse desbordando.

En los últimos días, la oposición de derecha ha celebrado manifestaciones de masas destinadas a forzar al gobierno chavista a convocar nuevas elecciones o renunciar. La demostración del miércoles provocó enfrentamientos que dejaron a tres personas muertas, incluyendo un policía, un estudiante presuntamente asesinado por otro manifestante de derecha y un tercer manifestante de la oposición.

A diferencia de años anteriores, las manifestaciones de la oposición han sido constantes en frecuencia y tamaño, lo que indica que los líderes de la oposición apoyados por EE.UU. están realizando un esfuerzo calculado para escalar la crisis en lugar de negociar con el gobierno. El viernes, la oposición celebró una concentración grande para conmemorar las muertes del miércoles.

La clase obrera se ha abstenido de participar en las distintas manifestaciones de la oposición y una más pequeña organizada por los partidarios del gobierno el miércoles.

El New York Times indicó que las movilizaciones de la oposición “están provocando disturbios en barrios pobres y de clase obrera” y que “durante toda la noche, los sonidos de golpes de ollas y sartenes resonaron a través de toda la capital”, con los trabajadores protestando la escasez de alimentos. AFP informó que las “batallas campales” entre trabajadores y el gobierno duraron de nueve de la noche hasta la mañana del viernes.

Aún se desconoce si estos enfrentamientos son hechos aislados o si evolucionarán a protestas espontáneas de mayor magnitud, pero se ha puesto de manifiesto que la clase obrera venezolana siente una hostilidad profunda hacia el gobierno y la oposición.

El gobierno chavista ha enriquecido a una sección de la burguesía asociada con los militares, la industria estatal de petróleo y el capital financiero, mientras que impone recortes sociales para cumplir con los pagos de intereses del extranjero. Por su parte, la oposición está comprendida por ejecutivos y políticos de derecha percibidos correctamente por la población como títeres del imperialismo norteamericano. Muchos trabajadores reconocen que las quejas de la oposición en cuanto a derechos democráticos son un fraude.

En 1989, el precursor de las fuerzas de la oposición, el partido Acción Democrática (AD), masacró a más de mil trabajadores y jóvenes en los disturbios del Caracazo que fueron detonados por alzas en transporte y otros ataques a sus condiciones sociales que formaban parte de “los programas de ajuste” del Fondo Monetario Internacional (FMI) impuestos por el gobierno de Carlos Andrés Pérez.

Estados Unidos está vigilando la situación de cerca bajo el secretario de Estado y ex-CEO de ExxonMobil, Rex Tillerson. El jueves pasado, el portavoz del departamento de Estado, Mark Toner, expresó su preocupación por la decisión del gobierno de Maduro de tomar control de una fábrica de General Motors en la ciudad industrial de Valencia.

El mismo día, los trabajadores de GM ocuparon las instalaciones en disputa aparentemente por indemnizaciones no pagadas. GM dejó de producir en dichas instalaciones mucho tiempo antes que lo tomara el gobierno, pero ahora la compañía alega que la confiscación fue ilegal.

El jueves, Maduro atacó verbalmente a la empresa española Movistar por presuntamente enviar millones de mensajes de texto y correos electrónicos a venezolanos llamándolos a manifestarse el miércoles.

En un intento para evitar una mayor oposición dentro de la clase obrera, el titular de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores y Trabajadoras oficialista propuso aumentar el salario mínimo nacional para ayudar a contrarrestar las notorias tasas de inflación, que alcanzaron 800 por ciento el año pasado, según CNBC.

El 75 por ciento más pobre del país —más de 22 millones de personas— perdieron un promedio de casi 9 kilos en su peso corporal durante el 2016 debido a la falta de alimentos.

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