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Día Internacional del Trabajador del 2017

Militarismo, reacción social y autoritarismo en Estados Unidos

Este discurso fue pronunciado por Kristina Betinis del Partido Socialista por la Igualdad en Estados Unidos para el evento en línea del Día Internacional del Trabajador realizado el 30 de abril.

La crisis del sistema capitalista mundial se encuentra de manera más exagerada en los Estados Unidos. La clase dominante estadounidense está involucrada en guerra sin fin en cada rincón del mundo, simultáneamente se encuentra en conflicto vicioso dentro de su propio territorio— en guerra contra la clase obrera; la contra-revolución social.

La administración de Trump en los E.E.U.U. representa el orden de la oligarquía en plena desnudez. Sus propuestas de impuestos, revelados la semana pasada, expresan las aspiraciones de esta oligarquía, cuales pueden ser reducidos a tres palabras: “Queremos más dinero!”

La administración está marcando la trayectoria para todos los gobiernos capitalistas en el mundo hacia una política de reacción extrema.

Niveles grotescos de desigualdad social van tejidos en el detalle del orden social. Los E.E.U.U. es una sociedad donde 20 individuos tienen más riqueza que la mitad inferior de la población. Esta nueva aristocracia domina ambos partidos, controla el estado, y se encarga de las redes a través de sus columnistas títeres.

Solo horas después de anunciar el plan de impuestos de Trump —lo cual tomará billones de dólares de la tesorería nacional y vaciar los en las cuentas de bancos de los ricos— Jeff Bezos, el CEO (el director ejecutivo) de Amazon, logró ser el segundo individuo en el mundo con el valor neto más alto, basado en comercio nocturno. Bezos ya tiene un valor de más de $80 mil millones. El año pasado sus ingresos personales, incluyendo lucros e aumento en precios de las acciones, sumo más que todos los ingresos combinados de todos los trabajadores en oficinas y almacenes Amazon en todo el mundo.

Además de la oligarquía, el diez por ciento de población con más alta cantidad de ingresos, tiene mayor cuota de riqueza que todo el resto de la población sumida.

La clase media superior vive 15 años más que la clase obrera, sus hijos tienen a su alcance educación decente, tienen seguro médico y dental, y agua potable limpia, acceso a la educación superior, y colonias más seguras. Derechos sociales tan básicas, son inalcanzables para la mayoría creciente.

Para la clase obrera, esperanza de vida es corta, la salud y bienestar es peor, educación, empleo, y oportunidades culturales son limitadas. De toda la población, la mitad inferior, la gente con ingresos más bajos sus más grandes preocupaciones son de pasar hambre y estar sin vivienda.

Mientras que la aristocracia financiera roba las pensiones de trabajadores mayores, también debilita los trabajadores jóvenes con la deuda universitaria y médica, lo cual significa retrasar o denunciar la compra de una casa y empiezo de una familia. Juntos los Demócratas y Republicanos, están emocionados a disimular la división de clase, intentan enfrentarse entre sí las poblaciones urbanas y rurales, como si no existiera una experiencia común entre ambos de lucha para empleo y educación decente, entre infraestructura social casi en ruinas, epidemias de narcóticos y fuerzas policiacas asesinas.

Juntos Demócratas y Republicanos obligan a estados como Illinois, y municipios en todo el país, seguir sin presupuestos oficiales, efectivamente cortando servicios sociales y programas universitarios a través del no pago. Escuelas públicas frecuentemente son clausuradas, y se les echa la culpa a maestros por los problemas sociales con que se enfrentan sus estudiantes.

En Chicago, donde el desempleo entre jóvenes de la minoría es lo más alto en toda la república, existe una epidemia de violencia, provocado por los conflictos pandilleros. Aun esto resulta de la profunda desesperación que sienten los jóvenes de sus futuros. Esta ciudad ha sido territorio del partido Democrático por los últimos ocho años, que mantiene la fuerzas policiacas de mala fama por ser exageradamente violentos, lo cual, sin duda, han sido envalentonados por la política autocrática de Trump.

Trabajadores migrantes, junto con los obstáculos y dificultades de la vida siendo clase obrera, tienen aún menos derechos y más alto niveles de explotación, robo de salario y otros abusos, incluyendo chantaje y extorsión. Esta primavera los arrestos y detención en terribles condiciones han incrementado lo doble, siguiendo las quiebra record deportaciones bajo la presidencia de Obama.

En las cuatro décadas de contrarrevolución, donde las ganancias de la clase obrera del siglo 20 han sido erradicadas por la aristocracia financiera, los partidos Republicano y Democrático han trabajado juntos para mantener los elites financieros.

Ninguna oposición al chovinismo nacional, codicia rapaz o al sistema belicoso, que valga la pena, se puede encontrar dentro del establecimiento político actual. Después de las elecciones presidenciales de 2016, cuando la población se quedó pasmada, fue Obama, el mismo, quien dijo que la elección con toda su amargura, fue solo un “partido entre amigos”, y que todos seguimos “en el mismo equipo”.

Después de desocupar la presidencia, Obama cambió su enfoque hacia empresario, ganado $400,000 por cada uno de sus dos discursos —más de lo que ganan la mayoría en todo un año o diez. Así es la política estadounidense hoy.

Trump no representa la de repente partida de la política estadounidense, lo contrario, es la culminación de décadas del proceso social.

Obama fue testigo a la transferencia más grande de riqueza desde la clase obrera hacia los multimillonarios. Continuó las guerras en Iraq y Afganistán, y simultáneamente agrego a Libia, Yemen y Siria al campo de guerra. Veinticinco años de guerra son incompatibles son las democracia. Los métodos de represión usados para aterrorizar a la gente en lo extranjero se están usando en casa contra la población doméstica.

El veneno nacionalista que escupe Trump, con toda su arrogancia y estupidez, es la voz honesta y desnuda de la clase dominante, violenta y atrasada de este país. Con la combinación de amenazas de fuerza militar ilimitada, junto con tortura y asesinatos llevado a cabo por la CIA, mezclado con la promoción del nacionalismo de “Estados Unidos Primero”, Trump ha pedido la construcción del muro en la frontera con México y políticas de estado policíaco contra Musulmanes estadounidenses y todos migrantes.

El Partido de la Igualdad Socialista (SEP), demanda la defensa de los derechos sociales de toda la clase obrera —unidos todos trabajadores nativos y extranjeros, negro, blanco, y moreno, de todos sexos y orientaciones. En esto, luchamos para desarrollar la conciencia política de toda la clase obrera: opuestos a todos tipos de chauvinismo nacional, racismo y hostigamiento contra migrantes; uniendo a trabajadores y jóvenes en los Estados Unidos con otros de todo el mundo, unidos contra el imperialismo y la amenaza creciente de guerra mundial.

Defendemos el principio de la unidad internacional de todos trabajadores de todos territorios. Trabajadores y jóvenes en América Latina, Asia, el Medio Oriente no son enemigos de trabajadores en los Estados Unidos. No son ellos quienes nos han robado de nuestros salarios, eliminado nuestros programas sociales y desmantelado nuestra educación pública. No son ellos los quienes han destruido la Constitución, implementado sistemas de vigilancia masiva para observar nuestras comunicaciones, y monitorear nuestras actividades. No son ellos los quienes mandan jóvenes a la guerra solo para ser sacrificados en sus esfuerzos para controlar el mundo.

La clase dominante se está preparando para la supresión de oposición, rechazando el estado de derecho, e intentando hacer el dominio autoritario oficial. Esta es su respuesta a la crisis —no el empleo, la educación, seguro médico y la paz— sino la austeridad, la represión y la guerra.

Hay una poderosa fuerza social para oponerse a todo esto: es la clase obrera. Las políticas de la clase dominante no son populares y hay una profunda oposición entre millones de trabajadores y jóvenes. Esta oposición debe ser movilizada y organizada, dada forma de conciencia política y dirigida contra el sistema capitalista, que es la fuente de la guerra, la desigualdad y la dictadura.

Los trabajadores necesitan un partido que los represente a nivel internacional, para enfrentar a la amenaza a la vida humana, el sistema capitalista mundial. Este partido es el Partido de la Igualdad Socialista, y puede y unirá a los trabajadores internacionalmente en la lucha contra la guerra y por el socialismo.

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