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La lista legislativa del presidente electo francés Macron: La reacción social muestra los dientes

El jueves, el movimiento La República en marcha (REM), del presidente electo francés Emmanuel Macron, dio a conocer una lista de la mayoría de sus candidatos para las elecciones legislativas del 11 y 18 de junio. REM nombró candidatos para 428 de los 577 distritos electorales representados en la Asamblea Nacional, con los restantes 149 a ser definidos más adelante, incluyendo conversaciones con otros partidos políticos.

La presentación de la lista de REM fue acompañada por una campaña masiva de los medios que presenta a Macron como el líder de una renovación de la clase política de Francia, que es desacreditada por las guerras, medidas del estado policial y políticas de austeridad del gobierno del Partido Socialista (PS). Los medios elogiaron puntos como la igualdad estricta en el número de candidatos femeninos y masculinos en la lista de REM (214 cada uno), o el hecho de que el 52 por ciento nunca ha tenido un cargo público.

El propósito de esta campaña es intentar que Macron gane una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, e intimidar las dudas profundas y la oposición de grandes masas de trabajadores hacia la organización de Macron. Más de seis de 10 votantes han dicho que no quieren que Macron obtenga una mayoría en la Asamblea Nacional, debido a la amplia desconfianza en las políticas belicistas y antiobreras de Macron.

El objetivo de Macron es librar una contrarrevolución social en Francia. Ex banquero de Rothschild y ministro de economía en el gobierno del PS, planea montar el gobierno más derechista de Francia desde la Segunda Guerra Mundial y la ocupación nazi. Ha instado a restaurar el servicio militar; impulsar masivamente el gasto militar; mantener el estado de emergencia del PS, que suspende derechos democráticos básicos; y usar la ley laboral impopular del PS para recortar y reescribir contratos en lugares de trabajo en todo el país.

Detalles iniciales que surgieron el jueves sobre la lista de REM confirman que es casi una emanación químicamente pura de los bancos y las fuerzas de seguridad, completamente divorciada de la clase trabajadora. La figura más prominente nombrada hasta ahora como candidato de REM es Jean-Michel Fauvergue, el ex líder de RAID, unidad de fuerzas especiales de la policía.

Los 16 candidatos que fueron objeto de perfiles detallados en el comunicado de prensa de REM incluyeron a cuatro dueños de empresas o directores ejecutivos, tres ejecutivos de consultoría, dos economistas, dos abogados, dos académicos, dos funcionarios de organizaciones estatales o no gubernamentales (ONG), y un piloto de combate.

El carácter de clase aristocrática de REM refleja las dudas profundas de Macron sobre la democracia, adquirida como estudiante de la elitista Escuela de Administración Nacional y del filósofo cristiano y existencialista Paul Ricœur. En una entrevista que dio a la revista Le un como ministro del PS en 2015, Macron presentó estos puntos de vista con cierto detalle. Lamentó la revolución francesa y el hecho de que el rey Luis XVI fue declarado culpable de traición y guillotinado en 1793 durante el Terror, eliminando la figura de autoridad absoluta que Macron cree que el pueblo francés quiere y necesita.

Preguntado por Le un si la democracia es “necesariamente engañosa”, respondió: “Hay una figura ausente en el proceso democrático y su funcionamiento. En la política francesa, esta figura ausente es la figura del rey, cuya muerte fundamentalmente creo que el pueblo francés no quería. El Terror dejó un vacío emocional e intelectual colectivo: ¡El rey ya no estaba ahí! Luego hubo intentos para llenar este vacío con otras figuras: estos fueron los momentos de Napoleón y De Gaulle”.

Tales puntos de vista subrayan los lazos amistosos de Macron con el político monárquico Philippe de Villiers, que, empero, apoyó a la candidata presidencial neofascista Marine Le Pen, y el “saludo republicano” a viva voz de Macron a Le Pen como el primer punto en su discurso de victoria del pasado domingo.

La adulación de los medios a Macron y REM depende sobre todo de la ruina de fuerzas como el líder de Francia Insumisa (FI), Jean-Luc Mélenchon, y el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA). Si bien Mélenchon consiguió 7 millones de votos y el NPA casi 1 millón en la primera vuelta de la elección presidencial, ambos abandonaron su responsabilidad de ofrecer una perspectiva política a sus votantes para oponerse a Macron. No tomaron una posición clara sobre la segunda vuelta presidencial entre Macron y Le Pen, pero dejaron claras sus simpatías hacia Macron; Mélenchon se ofreció incluso a convertirse en su primer ministro.

Sólo el Parti de l'égalité socialiste pidió un boicot activo de la segunda vuelta para trazar para la clase trabajadora una perspectiva políticamente independiente de los partidos capitalistas y prepararla para la lucha contra el candidato reaccionario que ganara. El PES rechazó los argumentos de aquellos que, minimizando los ataques del PS a derechos democráticos bajo Hollande, presentaron a Macron como un defensor confiable de la democracia contra el FN.

El PES basó su oposición en la lucha de décadas del Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI) contra los descendientes, como Mélenchon y el NPA, de fuerzas pequeño burguesas que rompieron con el trotskismo y trabajaron por décadas en la órbita del PS. Estos partidos de pseudoizquierda representan a capas ricas de la clase media que se asemejan mucho a la base social de REM, y que son altamente susceptibles a los argumentos reaccionarios de que REM debería ser apoyado porque modernizará a Francia y mejorará la igualdad de género.

Si el aluvión de propaganda mediática favorable a Macron no enfrenta una oposición efectiva desde el seno de la política oficial, esto se debe en gran medida a la complacencia y complicidad política de la pseudoizquierda con REM y el PS, que ahora está en una crisis profunda y considera disolverse en REM.

Tras obtener tan sólo un poco más del 6 por ciento del voto con su candidato Benoît Hamon en la primera vuelta de la elección presidencial, el PS ahora se enfrenta a encuestas que muestran que podría conseguir no más del 9 por ciento del voto en la primera vuelta de las legislativas. Esto podría producir una situación en la que el PS, el principal partido de gobierno de “izquierda” burguesa de Francia desde la huelga general de 1968, sería barrido—enviando sólo un diputado a la Asamblea Nacional.

Esto ha desatado un debate intenso dentro del PS, con grandes sectores de la maquinaria del partido pidiendo desechar el PS y reconstruir una organización cuyo nombre no haría ninguna referencia, incluso de carácter completamente vacío y fraudulento, al socialismo. Facciones sustanciales del PS están abandonando una nave que se hunde y tratando de reciclarse a través de REM.

Tras la declaración del 2 de mayo del primer secretario del PS, Jean-Christophe Cambadélis, de que el PS está “muerto y bien muerto”, el ex primer ministro del PS, Manuel Valls, declaró esta semana en la cadena de radio RTL que el PS está “muerto y detrás de nosotros” y solicitó registrarse como candidato legislativo de REM.

Si bien la maniobra de Valls ha fracasado por el momento—Macron fue rival de Valls en el gobierno de Hollande, y REM se ha negado a concederle su investidura como candidato, mientras el PS está iniciando un procedimiento de expulsión contra él por abandonar el PS—está claro que sectores más grandes del PS están pensado en seguir su paso. Por ahora, todos los 24 candidatos legislativos de REM que ya han tenido un cargo electo fueron miembros del PS.

El giro del PS y su periferia explícita y violentamente contra el socialismo augura un conflicto social vasto y explosivo que se está preparando en Francia y en toda Europa. Con 70 por ciento de la población en contra de la ley laboral del PS que Macron usará para atacar a los trabajadores, y 64 por ciento de la juventud ya hostil hacia los planes de Macron de restaurar el servicio militar, existe una base social poderosa para el socialismo en la clase trabajadora y la juventud. Es hacia estas fuerzas que el PES está orientando su trabajo y su lucha contra el PS y su periferia pequeña burguesa.

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