En la semana pasada, tres personas murieron bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en todo el país. Dos de las muertes fueron suicidios.

Esto eleva a ocho el número total de muertes de migrantes en custodia de ICE desde octubre, el inicio del año fiscal. Esto se compara con nueve durante el año fiscal que terminó en septiembre pasado.

Jean Jiménez Joseph, de 27 años, de nacionalidad panameña, estaba en un centro de detención de inmigrantes en el condado de Stewart, a poco más de 160 km al suroeste de Atlanta, Georgia. Murió después de ser encontrado inconsciente, con una sábana atada alrededor del cuello en su celda de confinamiento solitario a las 12:45 am del lunes. Había estado en aislamiento durante 19 días.

Según los informes, funcionarios del Centro de Detención colocaron a Jiménez Joseph en confinamiento solitario el 27 de abril después de que saltó por una baranda desde el segundo piso de la instalación.

Jiménez-Joseph fue entregado a los funcionarios de ICE el 2 de marzo, después de completar una sentencia en una cárcel de Carolina del Norte por el robo de un automóvil. En el momento de su muerte se encontraba en medio de los procedimientos de deportación.

Al día siguiente, al otro lado del país, un hombre nicaragüense murió de las heridas sufridas por su intento de suicidio la semana anterior. Osmar Epifanio González Gadba, de 32 años, había estado detenido por poco más de cinco meses en el Centro de Detención de la ciudad de Adelanto en California.

González Gadba fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos del Centro Médico Global Victor Valley en Victorville, California, después de que lo encontraran ahorcado con una sábana atada alrededor del cuello en su celda. Murió seis días después de insuficiencia cardíaca causada por asfixia.

Al igual que Jiménez Joseph, González Gadba estaba recluido en confinamiento solitario. Algunos informes sugieren que el aislamiento fue solicitado por el mismo González Gadba, algo que ocurre a veces si el detenido se siente inseguro. La portavoz de ICE, Virginia Kice, le dijo al Washington Post: “Hay oficiales y personal médico que hacen rondas regularmente, pero en un caso como el suyo, estaba alojado en una habitación individual, por lo tanto se encontraba solo cuando eso ocurrió y lo descubrieron con bastante rapidez”.

Lo detuvieron inicialmente en el barrio de Otay Mesa en San Diego por agentes de la Patrulla Fronteriza estadounidense el 29 de diciembre del 2016, intentando reingresar al país. Según el Departamento de Seguridad Nacional, había sido deportado a Nicaragua una vez anteriormente, en abril del 2016.

Su madre —quien aún vive en Nicaragua— le dijo a TN8 de Nicaragua que no sabía dónde estaba su hijo hasta que le informaron de su muerte.

En todo el país, mantienen a un promedio de 300 detenidos en confinamiento solitario cada semana. De acuerdo con los datos publicados por ICE, correspondientes a un periodo de cuatro meses, casi la mitad de ellos estuvo aislado por 15 días o más. Cerca del 11 por ciento sufren de alguna enfermedad mental.

La tercera muerte, de un ciudadano de India, Atulkumar Babubhai Patel, ocurrió el martes en Atlanta, Georgia. Patel, de 58 años, fue detenido por las autoridades federales de inmigración en el Centro de Detención de Atlanta City. Se encontró que tenía presión arterial alta y diabetes durante su examen inicial al entrar en las instalaciones. El sábado, fue trasladado al hospital de Grady después que una enfermera que revisaba su nivel de azúcar en la sangre notara que le faltaba el aliento. La causa preliminar de su muerte se ha determinado como complicaciones de insuficiencia cardíaca congestiva.

Patel llegó al Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson de Atlanta el 10 de mayo a bordo de un vuelo desde Quito, Ecuador. No tenía los documentos de inmigración requeridos, según ICE, por lo cual fue puesto bajo custodia de la agencia federal.

Las últimas muertes son sólo algunas de las bajas a raíz de la ofensiva del gobierno de Trump contra trabajadores inmigrantes, una escalada de las políticas antiinmigrantes de administraciones anteriores, tanto demócratas como republicanas.

Según los datos de ICE, las detenciones de inmigrantes aumentaron un 38 por ciento durante los tres primeros meses del 2017, en comparación con el mismo período del año pasado.

El número de detenidos entre enero y marzo del 2017 ha sido impactante, de 41.000 migrantes. Más de 10.000 de éstos fueron clasificados como “inmigrantes no criminales”, un 150 por ciento más que el año pasado.