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El plan de salud republicano dejaría a 23 millones de personas sin seguro, dice la oficina de presupuesto

La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO; Congress Budget Office) publicó el miércoles su evaluación de la Ley de Cuidado de Salud Estadounidense (AHCA; American Health Care Act). La estimación de la CBO del proyecto de ley ahora en la Cámara de Representantes, cuyo objetivo es “derogar y reemplazar” la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA, Affordable Care Act), constituye otra confirmación que la AHCA es una ley reaccionaria que se basa en el marco procorporativo de la legislación ACA, comúnmente conocida como “Obamacare”.

La ley republicana siendo discutida ya fue aprobada por un estrecho margen en la Cámara de Representantes el 4 de mayo sin ser evaluada por la agencia federal. Una versión anterior del proyecto de ley fue retirada antes de una votación en la cámara baja debido a la falta de apoyo. El informe de la CBO muestra que el AHCA haría que 23 millones pierdan su seguro en el país para el 2026.

Esto se lograría principalmente recortando $824 millones de Medicaid —el programa de seguro social administrado conjuntamente por el gobierno federal y los estados— que cubre a 74 millones de estadounidenses. Esto también subiría las primas y disminuiría la cobertura de los estadounidenses de mayor edad y aquellos con condiciones preexistentes.

La ley AHCA es también un derroche de recursos para los ricos, recortando $664 mil millones de los gastos en salud para abrogar o retrasar impuestos para las personas de altos ingresos, cuotas que pagan las empresas de manufactura e impuestos indirectos promulgados por la ACA, además de la modificación de otros impuestos a favor de los ricos.

El informe sobre la Ley de Cuidado de Salud Estadounidense aparece sólo días después de que el gobierno de Trump publicó su presupuesto para el año fiscal 2018. El plan presupuestario recortaría más de $1,4 billones de Medicaid a lo largo de diez años, aprovechando las reducciones de gastos de la AHCA y agregando sus propios $610.000 millones en recortes.

La ley AHCA terminaría efectivamente con Medicaid como un programa abierto de garantías sociales al asignarle fondos federales en forma de límites per cápita o subvenciones en bloque. Terminaría la expansión de Medicaid de la ACA, que les ha provisto coberturas de salud a millones de adultos pobres que ganan menos del 133 por ciento de la línea federal de pobreza. Y también le permitiría a los estados imponer un requisito de empleo para inscribirse en Medicaid.

Mientras que la CBO encontró que esta versión revisada de la ley AHCA reduciría las primas totales en el mercado individual entre 4 y 20 por ciento para el 2026, comparado con la ley actual, los costos de las primas variarían ampliamente. Esto dependerá de si un estado acepta o no dar ciertas exenciones en virtud de la ley AHCA que les permitirían a las aseguradoras escatimar en los planes que ofrece con primas más bajas. Los estados que no introduzcan dichas exenciones tendrían planes con más beneficios, pero a un costo más alto.

De ser aprobada, la ley AHCA sería devastadora para los estadounidenses de mayor edad que dependen del mercado de seguros individuales. En general, cuanto más viejo y más pobre sea, mayor sería la prima en comparación con Obamacare. A las aseguradoras se les permitiría cobrar cinco veces más por los estadounidenses de mayor edad que a los jóvenes, en comparación con tres veces según la ley vigente.

La CBO muestra el ejemplo de un soltero de 21 años de edad con un ingreso anual de

$26.500. Bajo el ACA, esta persona pagaría un promedio de $1.700 al año (cuando se toman en cuenta los subsidios de la ACA). Bajo la AHCA, esta persona pagaría $1.250 si vive en un estado que acepta exenciones especiales y $ 1.750 si el estado no lo hace.

Sin embargo, una persona de 64 años que paga $1.700 bajo Obamacare (con subsidios) pagaría $ 16.100 bajo la ley AHCA en un estado que no acepta exenciones y $13.600 si vive en un estado que sí lo hace. Esto significaría que esta persona pagaría de un tercio a la mitad de sus ingresos anuales en su seguro de salud. Sin embargo, el escenario más probable, es que la gente dejaría sus seguros médicos, o trataría de buscar algún tipo de plan "catastrófico" que proveen protección marginal contra emergencias.

Pese las promesas hechas por Trump que las personas con condiciones preexistentes serían “atendidas” bajo cualquier plan republicano, el informe de la CBO muestra que estas personas no estarían mejor que los estadounidenses de mayor edad y los pobres. Mientras que la ley AHCA asigna $117 mil millones más de una década para las Subvenciones del Fondo de Estabilidad del Paciente y del Estado para ayudarles a las personas con condiciones preexistentes a pagar su cobertura, esto difícilmente le haría una pequeña mella a sus necesidades de asistencia.

En uno de los pasajes más condenatorios del informe, la CBO escribe:

“Las personas menos saludables (incluyendo aquellas con condiciones médicas preexistentes o recién adquiridas) serían en última instancia incapaces de comprar un seguro de salud integral no colectivo a primas comparables a las de las leyes vigentes, si pudieran costearlo del todo —a pesar de los fondos adicionales que [la AHCA] hará disponibles para ayudar a reducir las primas. Como resultado, los mercados externos a grupos en esos estados se volverían inestables para las personas con gastos médicos superiores al promedio esperado”.

El plan republicano les permite a las aseguradoras solicitar exenciones para fijar las primas con base en el estado de salud individual de la persona —por ejemplo, una condición preexistente— si cobertura ha estado caduca por más de 63 días.

También dejaría que los estados soliciten exenciones que les permitan modificar lo que constituye los beneficios esenciales para la salud (EHB), lo cual significa que podrían ofrecer planes sin servicios tales como cuidado de maternidad, servicios de emergencia, medicamentos, tratamientos por abuso de sustancias y salud mental y otros servicios vitales de salud. La gente que compre tales planes estaría “asegurada” solamente de nombre.

Bajo la ley AHCA, la gran mayoría de los estadounidenses estaría ahora más a merced de las compañías de seguros con fines de lucro, las cuales serían libradas de muchas de las restricciones impuestas bajo Obamacare. Sin embargo, la legislación del presidente Obama estableció marco que utilizaron los republicanos para su proyecto de ley.

La ACA no guarda relación alguna con un acceso a la salud casi universal y asequible. Su componente clave, el “mandato individual”, requiere que las personas que no reciben un seguro de su empleador o del gobierno, lo adquieran de una aseguradora privada o tengan que pagar una sanción fiscal.

Mientras que la ley AHCA elimina el mandato individual, da libertad a las compañías de seguros para penalizar más severamente a los enfermos y a los pobres, además de subir las cuotas para aumentar sus ganancias. Lo más fundamental es que hace recortes importantes en Medicaid como primer golpe de la élite gobernante hacia el desmantelamiento del programa de atención de salud para los pobres, junto con Medicare, el seguro social y otras reformas conquistadas por las luchas de la clase trabajadora.

Independientemente de las protestas que los Demócratas hagan de la AHCA, están de acuerdo con el principio de que el acceso a la salud —un derecho social de la clase trabajadora— debe ser subordinado al afán de lucro de la industria de la salud. Ahora con el proyecto siendo discutido en el Senado estadounidense, cualquier legislación que sea aprobada inevitablemente marcará un ataque mayor y devastador contra la salud de millones de personas, con consecuencias desastrosas.

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