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Redadas migratorias llegan a Detroit: decenas de personas detenidas para ser deportas a las zonas de guerra en Irak

En una serie de redadas el domingo, agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE; Immigration and Customs Enforcement) arrestaron hasta cien inmigrantes iraquíes en el área metropolitana de Detroit, incluyendo a musulmanes y a muchos católicos caldeos, algunos de los cuales fueron capturados tras salir de los servicios religiosos.

Los miembros de la familia de los detenidos le comentaron al World Socialist Web Site que los detenidos fueron enviados a una prisión con fines de lucro a cuatro horas de distancia, cerca de Youngstown, Ohio, de donde corren el riesgo inmediato de ser deportados a Irak.

El martes se realizó una manifestación en la Iglesia Católica Mother of God (Madre de Dios) en Southfield, donde amigos y familiares de los detenidos lloraron y gritaron denuncias contra Trump y los funcionarios migratorios.

Los familiares dicen que la deportación será una "sentencia de muerte" debido a la guerra en curso y las luchas sectarias que han envuelto a Irak desde la invasión estadounidense del 2003. A pesar de que ICE afirma que sólo están deportando a criminales peligrosos, los familiares dicen que algunos de los detenidos fueron condenados por delitos menores como posesión de marihuana y que muchos tienen décadas de antigüedad.ir

Una mujer iraquí denuncia las redadas migratorias

La decisión del gobierno de Trump de deportar a los refugiados a Irak socaba las afirmaciones de que las guerras estadounidenses en Irak y Siria son intervenciones "humanitarias" dirigidas a proteger a la población. En violación del derecho internacional, el gobierno estadounidense está enviando a los detenidos a una zona de guerra activa en una región que sigue bombardeando. Irak ha quedado destruido tras 25 años de guerras permanentes encabezadas por Estados Unidos. El número de muertos llega a los millones.

Mientras se llevaban a cabo las incursiones del ICE el domingo, el Departamento de Defensa publicó un comunicado de prensa anunciando que el ejército estadounidense lanzó siete ataques aéreos en Irak golpeando las cuidades de Bayji, Kisik, Mosul y Tal Afar en los últimos días.

Los familiares fueron informados de que sus familiares podrían ser enviados a la ciudad iraquí de Erbil, ubicada a menos de dos horas en coche de Mosul, una ciudad sitiada donde EE.UU. ha matado a miles de civiles y donde las fuerzas de invasión respaldadas por EE.UU. han sido acusadas de lanzar el químico fósforo blanco contra la población.

Mosul, que ha sido en gran parte demolida por el asedio estadounidense, es la sede de una importante diócesis de la Iglesia Católica Caldea y el hogar de los caldeos étnicos, una población asiria cuyas raíces en Irak se remontan más de 5500 años.

Aunque la minoría caldea en Irak no fue blanco del régimen secular de Saddam Hussein, aumentó su persecución después de la Guerra del Golfo Pérsico de 1990-91, mientras Estados Unidos alimentaba el conflicto sectario en la región kurda del norte del país en un esfuerzo para desestabilizar al gobierno baazista del Partido de Renacimiento Árabe Socialista.

Parte de la demonstración la Iglesia Mother of God de Southfield, Michigan

Las condiciones empeoraron drásticamente después de la invasión estadounidense, que alimentó la guerra sectaria cuando el ejército estadounidense movilizó a las fuerzas chiítas contra los insurgentes en las zonas mayoritariamente suníes y ambas facciones islámicas hostigaron a minorías religiosas como los yazidis y caldeos. Más de ochenta iglesias caldeas han sido bombardeadas desde que comenzó la ocupación estadounidense.

Desde la invasión estadounidense del 2003, la población cristiana total de Irak ha caído de 1,5 millones a 400,000 debido a muerte y emigración. Cientos de miles de cristianos iraquíes huyeron a Siria después de la invasión estadounidense, sólo para que encontrarse nuevamente atrapados en el conflicto que los afronta ahí.

Con el fin de atizar la guerra civil y forzar el derrocamiento de Bashar al Asad en el país vecino de Siria, EE.UU. ha apoyado a la oposición dominada por la filial de Al Qaeda en Siria, el Frente Al Nusra, la cual también ha llevado a cabo atrocidades contra los caldeos en Siria e Irak. Se cree que Al Qaeda es responsable del asesinato en el 2008 del arzobispo caldeo de Mosul, Paulos Faraj Rahno.

Además, en los últimos tres años, Estado Islámico ha destruido rutinariamente iglesias caldeas, ha matado a autoridades religiosas y ha profanado ruinas antiguas. El grupo islamista se desarrolló en Irak y apareció en Siria bajo condiciones en las que la política deliberada de Estados Unidos era alimentar un violento conflicto religioso. En Irak, el propósito es mantener a la población dividida y más fácilmente dominada por Washington. En Siria, el objetivo es derribar Assad.

La redada del domingo es el producto de un acuerdo hecho en marzo por el gobierno de Trump con el gobierno iraquí que sacó al país de la orden ejecutiva modificada que les prohíbe la entrada a viajantes de siete naciones predominantemente musulmanas. Bajo los términos del acuerdo, Irak aceptó recibir a personas deportadas de EE.UU., algo que el país no ha hecho durante años.

Steve declaró: “Si se llevaran a tu hermano, padre, hermana, mama, ¿cómo te sentirías? ¿Qué harías?”

Muchos caldeos en la manifestación del lunes le dijeron al WSWS que votaron por Trump porque afirmó que protegería a los cristianos en Irak y Siria. Un viejo hombre caldeo cuyo hermano fue arrestado dijo: "Yo voté por Trump, no es justo. Esta es nuestra casa, ¿adónde vamos a ir en Irak? ¡No tenemos país, es por eso que vinimos a EE.UU.! ".

Steve, otro manifestante caldeo cuyo hermano fue arrestado, dijo: "Trump mintió, dijo que iría tras la gente sin documentos legales, pero todos los detenidos tenían papeles. Mi hermano fue a un chequeo regular con las autoridades de inmigración, y lo detuvieron en casa una semana después. Si se llevaran a tu hermano, padre, hermana, mama, ¿cómo te sentirías? ¿Qué harías?”.

Escenas como las del estacionamiento de la iglesia en Michigan el lunes por la tarde se están volviendo cada vez más comunes alrededor de EE.UU. En los primeros tres meses después de su toma de posesión, el gobierno de Trump arrestó a más de 40 000 inmigrantes, un significativo incremento de los ya altos números deportados bajo Barack Obama.

En todo el país, padres de todos los orígenes están siendo separados de sus hijos y unos de otros. Muchos de ellos, incluidos los de Oriente Medio, Centroamérica y el Sudeste Asiático, serán devueltos a zonas pobres y de desastres que sufren el impacto de las intervenciones imperialistas estadounidenses.

El número de vidas que han sido destrozadas por estas políticas llega a las decenas de millones; sin embargo, hay casi un silencio total por parte del Partido Demócrata en relación con el programa de deportación masiva de Trump.

En su lugar, el Partido Demócrata está invirtiendo toda su energía política en avanzar las acusaciones neomacartistas sin fundamentos de que Trump es un agente de Rusia, las cuales están siendo expandidas por audiencias del Senado altamente publicitadas.

Pero el intento de los demócratas de agitar la histeria pública sobre la intromisión extranjera puede exacerbar la confusión xenófoba, envenenando aún más el clima político y creando condiciones en las que los "extranjeros" y los inmigrantes pueden convertirse en víctimas de ataques físicos. La campaña antirrusa de los demócratas está proporcionándoles un trampolín a los grupos paramilitares de derecha y a la facción Bannon-Miller de la Casa Blanca para dirigir la ira social contra los inmigrantes.

Si se llevaran a cabo audiencias públicas sobre el programa de deportaciones de Trump, saldrían a la superficie hechos que sacudirían a decenas de millones y los educarían sobre las terribles condiciones que enfrentan los inmigrantes.

Por ejemplo, el gobierno está estableciendo una red de campamentos para albergar a cientos de miles de inmigrantes, incluyendo aquellos que no han cometido crímenes. La Casa Blanca ha considerado la posibilidad de movilizar a 100.000 soldados de la Guardia Nacional en 11 estados diferentes del oeste y del sudoeste del país para encarcelar a millones de inmigrantes.

Las agencias migratorias están llenas de miles de oficiales de tendencias fascistas que describen golpear y arrestar a los inmigrantes como “divertido”. Las violaciones del derecho a un debido proceso de los inmigrantes son tan rutinarias que los abogados y jueces migratorios lo consideran como algo completamente normal.

Los demócratas no han exigido y no exigirán audiencias para investigar estas violaciones generalizadas de los derechos democráticos, en parte porque la administración de Barack Obama llevó a cabo delitos similares y deportó a 2,7 millones de inmigrantes. La tarea de hacer que el gobierno de Trump rinda cuentas ante la justicia por los ataques contra los inmigrantes recae exclusivamente en manos de la clase obrera.

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