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Cargos federales acusan a Fiat Chrysler de haber pagado a negociador del sindicato automotriz UAW US$1.2 millones en sobornos

Un cargo federal archivado en el tribunal de distrito en Detroit acusa a un ex vicepresidente de Fiat Chrysler de canalizar más de un millón de dólares en sobornos al vicepresidente del sindicato automotriz United Auto Workers (Trabajadores Automotrices Unidos, UAW) General Holiefield entre el 2009 y 2014.

Holiefield, quien murió de cáncer pancreático en marzo del 2015, impulsó acuerdos laborales pro-corporativos en el 2007, 2009 y 2011 que impusieron abrumadores concesiones a los trabajadores de Fiat Chrysler, incluyendo un recorte de 50 por ciento en los salarios de los nuevos trabajadores contratados y estableció el odiado “programa alternativo de trabajo” de 10 horas al día.

También nombrado en la acusación se encuentra Alphons Iacobelli, el vicepresidente de Fiat Chrysler Automobiles (FCA) para relaciones laborales del 2008 al 2015, quién fuese responsable por las negociaciones con el UAW. También acusada fue Monica Morgan, la novia y eventual esposa del vicepresidente del UAW Holiefield.

Morgan, de 54 años, es una fotógrafa con amplias conexiones y publicadora de Who’s Who in Black Detroit,un “libro exclusivo para mesas de café”, que resalta los logros de líderes empresariales y políticos afroamericanos. Ella se casó con Holiefield en setiembre del 2012 en una ceremonia en la basílica de San Marcos en Venecia y pasaron su luna de miel en Atenas, Nápoles, Roma, Livorno, Estambul, Tolón, y Barcelona.

Holiefield y FCA CEO Sergio Marchionne en 2011. Credit: FCA

Un gran jurado federal emitió un procesamiento luego de una investigación que incluyo al FBI y la división de investigaciones criminales del Servicio de Impuestos Internos. Los fiscales federales han acusado a los dos con 12 delitos de violar leyes federales laborales y de impuestos, incluyendo conspirar para violar la Ley de Relaciones Administrativas Laborales, la cual prohíbe a los empresarios de sobornar a funcionarios sindicales y a estos de recibir o aceptar tales sobornos. Los dos han sido acusados con esconder pagamentos y defraudar al gobierno con declaraciones de impuestos falsas o no haber presentado éstas.

Entre el 2009 y el 2015, Iacobelli, el Analista Financiero de FCA Jerome Durden y otros co-conspiradores “pagaron y entregaron más de US$1.2 millones en pagamentos prohibidos y cosas de valor, directa e indirectamente, al vicepresidente del UAW General Holiefield y otros empleados del UAW”, la acusación afirma.

El conducto para estos sobornos fue el Centro de Entrenamiento Nacional del UAW-Chrysler (NTC, siglas en inglés) en Detroit, uno de los muchos esquemas de administración laboral establecidos por el UAW y los Tres Grandes (Big Three) automotrices a final de los ochentas. El NTC, una corporación excluida de impuestos, que pretende otorgar educación, entrenamiento y reforzar a trabajadores automotrices, recibió entre US$13 millones de dólares y US$31 millones en pagamentos anuales de FCA entre el 2009 y 2014.

Según la acusación, Iacobelli y Durden, el contralor del NTC en cargo de finanzas y gastos, canalizó dinero de la compañía “para viajes personales, compras personales y gastos personales del vicepresidente del UAW General Holiefield y otros funcionarios del UAW, sus miembros familiares y sus asociados”. Ningún otro funcionario del UAW fue nombrado.

Más de un millón de dólares en fondos del NTC fueron transferidos a compañías ficticias establecidas por Holiefield y Morgan, y una organización benéfica ficticia –la fundación Leave the Light On (LTLOF)– que Holiefield formó “para ayudar a niños que luchan con dificultades”, de acuerdo a un llamado por donaciones hecho en el 2011 por el ejecutivo del UAW.

UAW-Chrysler Centro de Entrenamiento en Detroit

Entre el 2010 y el 2012, el NTC transfirió US$668,612 a estas compañías, que fueron seleccionadas como “comerciantes” por el centro de entrenamiento en contratos sin licitación. Un estimado US$178,000 en fondos del NTC fueron también transferidos a la “organización benéfica” de Holiefield entre el 2009 y el 2011. La mayoría de los fondos de funcionamiento de la fundación fueron a Morgan quién los uso para gastos personales en mercados minoristas, discotecas y restaurantes, según la acusación.

Entre el 2011 y el 2013, el NTC también compró más de US$30,000 en pasajes aéreos para que Morgan viajase a Miami, Las Vegas, Los Ángeles. En junio de 2011, Iacobelli autorizó un pagamento para que Holiefield se quedase en una suite en el Hotel Beverly Hills en Beverly Hills, California por cuatro noches en un costo de US$3,100 por noche.

En el 2012 y el 2013, los fiscales federales declararon que Holiefield realizó más de US$200,000 en compras personales en su tarjeta de crédito emitida por el NTC, incluyendo joyas, muebles, ropa exclusiva y otros artículos personales y gastos, y en el 2014 el NTC pagó US$262,219.71 en lo que quedaba de la hipoteca de la casa de Holiefield en Harrison Township, Michigan.

Los funcionarios del FCA, la acusación afirma, vieron a estos pagos como una inversión en la “construcción de relaciones” con el vicepresidente del UAW. Durden reportó que él, Iacobelli y otros funcionarios de FCA “crearon una política liberal de gastos hacia las tarjetas de crédito del NTC como parte de su esfuerzo para mantener ‘gordos, tontos y felices’ a los altos miembros del Departamento del UAW en Chrysler”.

Según la acusación, en el 2011 el presidente del UAW Bob King confrontó a Holifield y Iacobelli y les dijo que “pagar a Monica Morgan era una mala idea y de que ‘irían a prisión’”. King, la acusación afirma, les instruyo de que no hicieran ningún negocio adicional a Monica Morgan”. Investigaciones adicionales tomaron lugar en el 2013, según la acusación, las que incluyeron al Consejo General del UAW.

Si tales encuentros, o las instrucciones para detener los pagos, llegaron a tomar lugar es algo desconocido. Sin embargo, la referencia a King indica que el ex presidente del UAW y otros altos funcionarios sindicales, probablemente temiendo su propio enjuiciamiento, están cooperando con investigadores federales y fiscales.

Sea como haya sido, Holiefield no detuvo estas operaciones. En vez de ello estableció otra compañía ficticia y contrató a un “asociado” no nombrado para “evadir las reglas de conflicto de interés”. La nueva compañía, “Morgan Company A”, fue rápidamente contratada por el NTC como un comerciante y se le envío US$200,000 en dinero de compañía.

Durante este tiempo, Durden, quién recolectaba personalmente las declaraciones de la tarjeta de crédito que se enviaban a las oficinas del NTC para Holiefield y otros funcionarios del UAW, ordenó al personal de contabilidad del NTC de que no abriera, examinara o revisara las declaraciones de tarjeta de crédito del NTC y supuestamente cambió la seguridad en su software de contabilidad.

Al mismo tiempo, los ejecutivos de Fiat Chrysler tomaron su propia tajada del dinero robado a los trabajadores de Chrysler. Los funcionarios de FCA transfirieron más de un millón de dólares a los fondos del NTC, de acuerdo a la acusación, a Iacobelli para que se compre dos lapiceros Mont Blanc de oro sólido de edición limitada –precio de cada uno: US$35,700–, un carro de deporte Ferrari 458 Spider del 2013, viajes en un jet privado, la instalación de una piscina de natación, y una cocina y spa al aire libre ambos en su casa de Rochester Hills, Michigan.

En junio del 2015, en la víspera de nuevas negociaciones para un contrato de cuatro años con el UAW, Iacobelli súbitamente renunció sin dar explicación. En enero del 2016, General Motors contrató a Iacobelli como director ejecutivo de relaciones laborales. Funcionarios de GM no han declarado si él continúa trabajando con la corporación automotriz.

En cuanto a Holiefield, su funeral en marzo del 2015 fue atendido por presidentes y altos ejecutivos, pasados y presentes, del UAW, funcionarios del Partido Demócrata, incluyendo al congresista de Detroit John Conyers Jr., y los empresarios automotrices.

El presidente del UAW Dennis Williams elogió al “gigante amable” por ser un “incansable activista para los trabajadores hombres y mujeres en todas partes”, quienes trabajaron lado a lado con el presidente Obama para sacar a “Chrysler de los días oscuros de la crisis automotriz”. El CEO del FCA Sergio Marchionne envío una declaración en el que llamaba a Holiefield un “verdadero compañero”.

Las acusaciones exponen aún más el carácter reaccionario, pro-corporativo de todos los contratos negociados por el UAW, incluyendo a los contratos del 2015 firmados por el reemplazo de Holiefield y los ejecutivos del UAW en GM y Ford que fueron presionados para ser aprobados a pesar de la oposición de las bases por medio de amenazas, intimidación y votos múltiples. En efecto, el propio FBI admite que el esquema elaborado en esta acusación: “cuestiona la integridad de los contratos negociados durante el curso de esta conspiración criminal”.

La acusación de Holiefield confirma las viejas sospechas de los trabajadores en las fábricas de Chrysler. “Sabíamos desde hace tiempo que se habían vendido”, declaró un trabajador de jeeps en Toledo, Ohio. Éste añadió: “incluso el FBI dice que los contratos fueron un fraude”.

En un intento de control de daños, Fiat Chrysler publicó una declaración: “FCA EE.UU. y el UAW fueron las víctimas de crímenes por ciertos de sus respectivos empleados que mantuvieron cargos en el Centro de Entrenamiento Nacional, una entidad legal independiente” y de que estos escandalosos actos no fueron de conocimiento ni sancionados por el FCA EE.UU. La compañía despidió a dos funcionarios del FCA después de una investigación y “también trabajó con el UAW para implementar gobernabilidad, revisión de cuentas y reformas estructurales para mejorar la contabilidad y transparencia del NTC”.

El UAW ha publicado su propia declaración, afirmando de manera absurda que el actual liderazgo no tenía conocimiento de cualquier actividad ilegal hasta que el gobierno federal le informó. Prosiguió defendiendo la integridad de los traicioneros acuerdos negociados por Holiefield. También afirmó que ningún dinero fue usado para pagar a los funcionarios del UAW provino de los trabajadores; una descarada mentiras, ya que el UAW regularmente regatea los salarios y beneficios de los trabajadores a cambio de que se incremente el financiamiento a sus negocios de administración laboral.

Como la acusación deja clara, el UAW sabía de este esquema por lo menos tan pronto como el 2011 y lo escondió de sus trabajadores automotrices y el público. Hace difícil creer que operaciones similares, incluso a escalas aún mayores, no están ya en marcha, en "recursos humanos" y "centros de capacitación" en UAW-Ford y UAW-GM.

La descarada corrupción de Holiefield es simplemente la expresión más cruda del contenido de la “asociación” administrativa corporativista-laboral con los empresarios automotrices basada en la eliminación de la lucha de clases y la subordinación política de la clase trabajadora al capitalista partido Demócrata.

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