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Trump anuncia plan para reducir la inmigración legal a la mitad

La administración Trump escaló el miércoles su pivote hacia elementos de extrema derecha lanzando una nueva iniciativa legislativa contra los inmigrantes.

La propuesta de la administración reduciría la inmigración legal a la mitad imponiendo una prueba basada en la riqueza y la educación para asegurar que los inmigrantes más pobres queden fuera. Separaría a las familias evitando que los inmigrantes de la clase trabajadora presenten peticiones para traer a sus familiares a los Estados Unidos a través de los actuales procesos estatutarios. La propuesta está avanzando en el Senado en un proyecto de ley presentado por los republicanos David Perdue de Georgia y Tom Cotton de Arkansas.

Defendiendo la propuesta, Trump dijo: “Este proceso de solicitud competitiva, favorecerá a los aspirantes que pueden hablar inglés, apoyarse financieramente ellos mismos y a sus familias y demuestren habilidades que contribuirán a nuestra economía.”

Al bloquear a decenas de miles de inmigrantes legalmente presentes en los Estados Unidos de traer a sus familiares a los Estados Unidos, el gobierno de Trump está firmando las órdenes de muerte de muchos esposos, esposas, padres, hijos y abuelos de residentes legales permanentes, que de otra manera serían incapaces de escapar de la pobreza y de la guerra que prevalecen en regiones como Centroamérica y Oriente Medio. La decisión obligará a otros a emprender el viaje ilegalmente con el riesgo de enfrentar el mismo destino de los diez inmigrantes que la semana pasada murieron asfixiados en un camión en un estacionamiento en San Antonio.

En una conferencia de prensa anunciando la propuesta, el ayudante de Trump, Stephen Miller, intentó defender la acción del gobierno con demagogia nativista. Cínicamente culpó a los inmigrantes pobres y trabajadores por “un cambio en la riqueza de la clase trabajadora a las corporaciones y negocios más ricos”, ignorando el hecho que la camarilla de oligarcas encabezada por Trump, está dando a las corporaciones un cheque en blanco para aumentar la explotación de todos los trabajadores, tanto inmigrantes como no inmigrantes.

En un intercambio con Jim Acosta de CNN, Miller empleó el finamente velado lenguaje antisemita del Partido Nazi alemán cuando denunció la noticia por tener un “sesgo cosmopolita”. El uso de este término —sea desliz o intencional— es una señal que la Casa Blanca está cada vez más dirigida por fascistas.

El sitio web de derecha-alternativa o ultra-derechista Breitbart News saltó sobre la observación, publicando el encabezado dual: “La izquierda se asustó con la revisión general de inmigración de Trump” y “Qué? Las élites ‘cosmopolitas’ afirman que solamente los inmigrantes del Reino Unido y Australia saben inglés”. El término ”cosmopolita“ es ampliamente utilizado en sitios web abiertamente fascistas como Stormfront para describir a los periodistas judíos.

En la última semana, el gobierno de Trump ha maniobrado para consolidar el poder en manos de una camarilla de confianza independiente del Partido Republicano. La Casa Blanca está trabajando para establecer un régimen personalista en el cual, el poder ejecutivo esté controlado por una red compuesta por asesores fascistas —generales como John Kelly, quien la semana pasada reemplazó al ex presidente del Comité Nacional Republicano Reince Priebus como jefe de personal de la Casa Blanca— y multimillonarios especuladores financieros.

Trump ha intensificado sus esfuerzos para basar su administración directamente en el ejército y la policía, incluyendo un discurso el viernes pasado ante una audiencia de policías de New York en Long Island, en la cual instó a sus oyentes tratar a la gente de manera “áspera” cuando estén siendo arrestados. La policía reunida respondió con cánticos de ”¡USA! ¡USA!”.

En ese discurso, Trump justificó sus planes para acorralar a los inmigrantes, equiparándolos con violentos miembros de pandillas. Denunció a MS-13, la banda salvadoreña fundada en Los Ángeles por migrantes que escaparon de la guerra civil en El Salvador. Tomando prestado del ‘libro de juegos’ del presidente fascista de Filipinas, Rodrigo Duterte, Trump llamó a los miembros de la pandilla “animales”.

El anuncio de un nuevo esfuerzo legislativo contra los inmigrantes legales es una advertencia ominosa que el Department of Homeland Security (DHS) se está preparando para escalar los planes de deportación masiva de la administración. En febrero, Associated Press (AP) anunció que el entonces secretario del Departamento de Seguridad Nacional, John Kelly, se proponía desplegar 100.000 efectivos de la Guardia Nacional para llevar a cabo la orden ejecutiva del 25 de enero de Trump ordenando una represión contra los inmigrantes, pero el memorándum nunca fue firmado después de una reacción pública.

El uso de la terminología fascista por parte de la administración y su alejamiento del “establecimiento” del Partido Republicano hacia la Derecha-Alternativa o ultra-derecha, es una indicación que el memorándum sin firmar de febrero del DHS vuelve a estar en juego. Esto levanta el espectro de la ley marcial y las redadas de estilo militar de millones de inmigrantes. Según un informe de febrero de Los Angeles Times, la orden del 25 de enero de Trump puso a 8 millones de trabajadores indocumentados en riesgo de deportación inmediata.

Es posible que el proyecto de ley del Senado de la Administración Trump obtenga apoyo de secciones del Partido Demócrata. Los demócratas anunciaron recientemente su agenda de “Mejor Convenio”, dejando de lado cualquier referencia a la defensa de los derechos de los inmigrantes y otras poblaciones blanco de Trump, incluyendo a las personas LGBT.

En otra señal que demuestra que el Partido Demócrata se está orientando hacia el nacionalismo económico y el retraso social de Trump, el jefe del Comité Democrático de Campaña del Congreso, Ben Ray Lujan, dijo a The Hill el lunes que “no hay una prueba decisiva para los candidatos demócratas” sobre los derechos al aborto. En las últimas semanas periodistas, como Peter Beinart de The Atlantic , Fareed Zakaria de CNN y los ex asistentes de Clinton Mark Penn y Andrew Stein han publicado artículos en los que exigen que el Partido Demócrata se oriente hacia la campaña anti-inmigrante de Trump. Zakaria, él mismo inmigrante, escribió en una columna del Washington Post el 29 de junio que los demócratas “deberían tomar una posición sobre la inmigración menos absolutista y reconocer los costos culturales y económicos de la inmigración en gran escala”. Penn y Stein escribieron en un editorial del 6 de julio del New York Times que los demócratas perdieron en 2016 porque los votantes se “sienten abandonados” por el apoyo demócrata a “políticas que ofrecen más ayuda a los inmigrantes indocumentados que a personas de los estados del medio oeste, sur y/o estados rojos”. Beinart escribió en la edición de julio/agosto en The Atlantic que “el próximo candidato presidencial demócrata debería decir una y otra vez que, debido a que los estadounidenses son un solo pueblo, que deben acatar una ley, su objetivo es reducir a cero a la población indocumentada de Estados Unidos.“

Hay desacuerdos dentro del Partido Demócrata sobre si y con qué rapidez el partido puede abandonar formalmente su apoyo a un camino hacia la ciudadanía para algunos inmigrantes. Pero el hecho de que esas propuestas reaccionarias y anti-inmigrantes se expresen dentro del partido es una prueba de que los demócratas no detendrán los planes de Trump de deportaciones masivas. Sólo la clase obrera, que une a los inmigrantes y los trabajadores nativos, puede prevenir las deportaciones masivas y defender el derecho democrático de los trabajadores a vivir y trabajar en el país de su elección sin temor a sufrir hostigamiento o remoción.

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