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El SGP condena el cierre de linksunten.indymedia.org por parte del gobierno alemán

El Sozialistische Gleichheitspartei (Partido de la Igualdad Socialista, SGP) condena enérgicamente el cierre del sitio web izquierdista linksunten.indymedia.org por parte del gobierno alemán y exige que se levante inmediatamente su prohibición. Este acto descarado de censura política es un ataque fundamental a la libertad de expresión y sienta un precedente para la supresión de toda oposición social y política.

En su justificación de la prohibición, el Ministro del Interior Thomas de Maizière no dejó lugar a dudas acerca del hecho de que persigue suprimir la crítica a la política del gobierno y los partidos establecidos. “Vienen usando esa plataforma desde hace años para sembrar el odio contra opiniones diferentes y contra representantes del país”, dijo. No puede haber “lugares ni refugio para extremistas de izquierdas ni de derechas —ni en internet ni más allá de este”.

Al hablar del “odio contra representantes del país” de Maizière se refiere al descontento creciente contra una élite política que no tiene nada que ofrecer a la vasta mayoría de la población sino austeridad, ataques a los derechos democráticos y militarismo.

De Maizière justificó la prohibición afirmando que linksunten.indymedia.org es “la plataforma en internet más influyente para extremistas de izquierda dispuestos a cometer actos de violencia en Alemania”. Pero esta es una mentira descarada.

De hecho, la prohibición no está dirigida contra textos publicados que contuvieran contenido ilegal. Las autoridades podrían haber actuado contra cualquier texto publicado que violara leyes existentes sin proscribir el sitio web, solicitando a los administradores que lo retiraran. En lugar de ello, el Ministro del Interior, sin orden judicial, cerró una plataforma de internet cuyo foco principal era la lucha contra el extremismo de derechas, la agitación contra los refugiados y la guerra.

Linksunten.indymedia.org era parte de la red mundial indymedia fundada en 1999 en conexión con las manifestaciones contra la cumbre de la Organización Mundial del Comercio en Seattle. La plataforma abierta publicó llamamientos a protestar contra Alternativa para Alemania (AfD) y manifestaciones de extremistas de derechas, criticando las políticas restrictivas para los refugiados del gobierno federal, y exponiendo al grupo terrorista extremista de derecha Nacional Socialista Clandestino. Otros temas incluían la lucha contra la guerra y el militarismo.

El cierre de linksunten.indymedia.org es una enorme brecha en la libertad de prensa, que está garantizada por el Artículo 5 de la Ley Básica de Alemania. Para legitimar esta violación, de Maizière empleó un transparente juego de manos legal. Declaró que el sitio web era una asociación para poder cerrarlo directamente aplicando la Ley de Asociaciones.

La Ley de Asociaciones es una reliquia del imperio alemán que fue renovada en 1964. Hace una burla del Estado de derecho y la separación de poderes. Les da a los ministros del interior a nivel federal y estatal la facultad de proscribir una asociación e incautarse de su patrimonio sin necesitar una orden judicial y sin que se permita testificar a los afectados. La precondición para una proscripción es que la actividad de la asociación “vaya en contra de la ley criminal” o esté dirigida “contra el orden constitucional y las ideas del entendimiento internacional”, un párrafo vago que abre las puertas de par en par a la manipulación.

Hasta la fecha, solo pequeños grupos violentos como organizaciones neonazis habían sido proscritos con la Ley de Asociaciones. Esta es la primera vez que la ley se utiliza contra una publicación en internet o, para el caso, contra una organización de izquierdas. De este modo se han sentado las bases para cerrar cualquier sitio web o plataforma que critique el status quo. Como confirmó el Ministerio del Interior en una respuesta a una pregunta que le hicieron en Twitter, el gobierno considera a cualquier sitio web con un “equipo de administración de por lo menos dos personas” una “asociación en el sentido del concepto amplio de asociación en la Ley de Asociaciones”, que puede “ser proscrita si se cumplen las precondiciones relevantes”.

El cierre de linksunten.indymedia.org es el punto más alto hasta la fecha en los esfuerzos sistemáticos por censurar y suprimir publicaciones de izquierdas y progresistas en internet. La clase gobernante está alarmada porque los medios que son propiedad del gobierno y los que están controlados por las corporaciones están perdiendo su monopolio sobre las ideas, y un número creciente de personas se están formando sus propias opiniones. Bajo el raído argumento de combatir las “noticias falsas” o el “discurso del odio”, persiguen bloquear el crecimiento de la oposición política.

En abril, el gigante de las búsquedas, Google, introdujo nuevos algoritmos que degradan contenido de sitios web socialistas, progresistas y antibélicos en los resultados de las búsquedas. Estas medidas de censura fueron discutidas con jerarcas del gobierno alemán. Ben Gomes, el Vicepresidente de Ingeniería de Google, visitó Alemania poco antes del anuncio y participó en un encuentro de la Comisión de Emisión. El sitio peor afectado por estas medidas es el World Socialist Web Site, que vio caer dramáticamente el tráfico de búsquedas desde Google.

A finales de junio, el parlamento alemán (Bundestag) adoptó la llamada Ley de Aplicación de Red que obligaba a proveedores como Facebook, Twitter, Youtube y Google a hacer de autoridades de la censura. Sin orden judicial, las compañías tienen que borrar “contenido obviamente ilegal” en 24 horas. Si no, se exponen a la amenaza de multas de hasta 50 millones de euros. Lo que “obviamente ilegal” es exactamente será decidido por las grandes corporaciones y autoridades del gobierno, fuera de los tribunales.

Teniendo en cuenta todos estos desarrollos, te da la impresión de que se están erigiendo estructuras autoritarias, de un tipo inaudito desde la dictadura nazi. Los intentos del gobierno alemán de censurar el internet son cada vez más comparables a los de los regímenes autoritarios de China o Turquía, a los que los medios alemanes critican regularmente.

Periodistas Sin Fronteras, una de las pocas organizaciones que denuncian la censura por parte del gobierno alemán, declaró “Esta es una señal preocupante internacionalmente y provee un pretexto a regímenes represivos en todo el mundo para actuar como las autoridades alemanas”. La libertad de prensa se aplica “también a publicaciones incómodas, e incluso a las que son difíciles de soportar”, apostilló el director de operaciones de la organización, Christian Mihr.

La segunda filial de Indymedia en Alemania, de.indymedia.org, que no fue afectada por la proscripción, describió este paso como “un serio ataque al movimiento de izquierdas y la libertad de prensa”.

En contraste con esto, los medios convencionales apoyaron abrumadoramente la proscripción. Brilla por su ausencia el compromiso para defender la libertad de prensa en las oficinas editoriales alemanas, especialmente cuando concierne a su propio país.

El Tagesspiegel, medio basado en Berlín, tituló un editorial, “La proscripción de Indymedia es acertada, pero no va lo suficientemente lejos”, y el Frankfurter Allgemeine Zeitung llegó incluso a celebrar la proscripción ¡como una victoria de la libertad de expresión! “Precisamente los que toman las calles contra el gobierno de los poderosos deberían saludar esta proscripción”, escribió el portavoz de la bolsa de Fráncfort. “Asegura la libertad de expresión y de reunión a los pacíficos y vulnerables”.

Los partidos políticos también respaldan la proscripción. Críticas aisladas vinieron solo desde las filas de los Verdes y de La Izquierda. El Ministro de Justicia Heiko Maas (socialdemócrata, SPD) escribió en Twitter, “El extremismo, venga del lado que venga, no puede tener lugar con nosotros –ni siquiera en internet”. El Senador de Interior de Berlín, Andreas Geisel (SPD), dio la bienvenida explícitamente a la proscripción y habló de un paso en la dirección correcta.

La censura y la supresión de la libertad de prensa es inseparable del regreso del militarismo alemán. A espaldas de la población, círculos influyentes en la política y el ejército están preparando un fortalecimiento miltiar masivo tras las elecciones.

Handelsblatt escribió el fin de semana pasado que Alemania se halla “en el medio de una tormenta” de “varias crisis geopolíticas”, porque no hay “otro país tan dependiente del comercio transfronterizo”. Los Estados Unidos ya no son “un garante del orden mundial liberal tras la elección del nacionalista económico Trump”. Alemania ahora tiene que llenar “el vacío de liderazgo” y asumir el papel de policía del mundo, escribió. Entre las “crisis políticas” con las que Alemania tendrá que habérselas en los cuatro años siguientes, el periódico incluyó los conflictos en Corea, Venezuela, el Mar del Sur de China, Turquía, Siria, el Norte de África y la Península Arábiga, así como “dentro de la UE con el Brexit”.

La élite gobernante alemana sabe muy bien que solo podrá aplicar sus planes militares mediante la supresión de la oposición en el “frente doméstico”. Tras los horrorosos crímenes del imperialismo alemán del siglo pasado, la mayoría de la población se opone a la vuelta al militarismo y la guerra. Alemania, uno de los países más desiguales del mundo, está profundamente polarizado en líneas de clase. Como dice el Handelsblatt, las “vastas sumas” que se requerirán “para la seguridad pública y la defensa de nuestro país” en el futuro “tendrán que salir de algún lado” –o sea de los salarios y el gasto social.

Durante la Primera Guerra Mundial, la clase dirigente encarceló a opositores a la guerra como Rosa Luxemburgo, que se resistió a la “Burgfriedenspolitik” acordada por el SPD y los sindicatos. En la República de Weimar, periodistas como Carl von Ossieztky, que denunció el rearme, terminó en la cárcel. Y los nazis prepararon el camino a la Segunda Guerra Mundial aplastando violentamente al movimiento obrero y toda oposición política.

La élite gobernante alemana una vez más recurre a sus tradiciones autoritarias, que habían sido dejadas de lado temporalmente en el período postbélico. Todo depende ahora de que la clase trabajadora y la juventud intervengan independientemente en los asuntos políticos. Este es el objetivo del Sozialistische Gleichheitspartei. El SGP es el único partido que se presenta a las elecciones federales con un programa socialista, y que lucha por construir un movimiento internacional de la clase trabajadora y la juventud contra el imperialismo.

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