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Las inundaciones fétidas en la “costa química” transportan toxinas y enfermedades

Las incalculables consecuencias para la salud humana del huracán Harvey

Credito: Air National Guard foto por Staff Sgt. Daniel J. Martinez

Las consecuencias para la salud humana del huracán y de la tormenta tropical Harvey serán duraderas y casi incalculables. Houston, Texas y las comunidades circundantes del Golfo constituyen la reconocida capital petroquímica del mundo. Las costas del Golfo de Texas, Luisiana y Mississippi se conocen comúnmente como la “costa química”, donde se realiza casi la mitad de todo el refinamiento de gasolina y gas natural en los Estados Unidos.

Houston propiamente, a 30 millas de la costa, está situada en el Condado de Harris, y también es el hogar de por menos 12 sitios Superfund, la mayoría de cualquier condado otro en el estado. Estos son sitios designados por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) como lugares contaminados que requieren una respuesta a largo plazo para limpiar la contaminación de materiales peligrosos.

“Lo primero que nos preocupa en una inundación son las sustancias químicas”, dijo a Reuters Renee Funk, de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en ingles). Funk estaba recomendando lo que ha sido imposible para la mayoría de los residentes del área desde el inicio de la catastrófica tormenta: bañarse inmediatamente después del contacto con el agua de las inundaciones. La EPA recomendó que la gente debe evitar todo contacto de la piel con el agua que contenga químicos.

Pero para aquellos atrapados y vadeando a través de las aguas fétidas, tales recomendaciones son casi imposibles de escuchar. El Dr. Richard Bradley, jefe de Medicina de Emergencia y Medicina de Desastres de la McGovern Medical School del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en Houston, dijo a la revista Time: “El agua de las inundaciones se mezcla con todo lo que está por debajo. Si cubre un campo con pesticidas, recoge los pesticidas. También puede transportar desechos de animales de los campos y bosques.”

Plantas petroquímicas y sitios Superfund

También existe el riesgo que las aguas residuales sin procesar, los compuestos industriales y los disolventes se movilicen de las plantas de tratamiento, las instalaciones petroquímicas y los emplazamientos de los sitios Superfund y se trasladen a los vecindarios a causa de las corrientes crecientes de inundación. Estos contaminantes se depositan en patios, terrenos de la escuela, campos de pelota y parques en toda la ciudad, dondequiera que ocurrió la inundación. Los compuestos extremadamente tóxicos quedarán en los residuos de sedimentos para envenenar a los residentes de la ciudad durante las próximas décadas.

El Dr. Bradley también señaló que “el recuento bacteriano en las aguas de inundación es extremadamente alto” y que por lo tanto, “la posibilidad de contraer una infección de la piel es muy grave”. Las bacterias E. coli y Salmonella de las instalaciones de tratamiento de aguas residuales pueden infectar heridas cutáneas menores y causar una enfermedad sistémica grave. Las autoridades sanitarias también señalan que mantener la inmunización actualizada es clave para prevenir complicaciones por la exposición a aguas de inundación.

Cuando la inundación retrocede, innumerables pantanos estancados fomentarán la floración de los mosquitos. Los mosquitos Aedes aegypti portan y transmiten Zika, chikungunya, dengue y fiebre amarilla. Casos de encefalopatía del Virus del Nilo Occidental, una inflamación del cerebro y de la médula espinal, se duplicaron un año después del huracán Katrina en Luisiana y Mississippi. Los refugios abarrotados de víctimas de las inundaciones son también caldo de cultivo para los brotes de enfermedades diarreicas que son muy difíciles de contener.

Los cientos de miles de casas inundadas también pondrán a la gente en alto riesgo de enfermedades respiratorias asociadas con el crecimiento de los moldes en las superficies interiores. Después de Katrina, el 46 por ciento de los hogares inspeccionados por los CDC tenían niveles peligrosos de moho.

Wes Highfield, un científico de la Universidad de Texas A&M en Galveston, dijo al Washington Post esta semana que se alarmó por la inundación cerca del sitio Superfund tóxico de Brio Refining en el sur de Houston, que desagua en la cuenca donde vive en Friendswood. Él condujo al sitio durante la tormenta y encontró a niños del vecindario que nadaban en las charcas del residuo donde Brio echó el etilbenceno, los hidrocarburos clorados y otros compuestos mortales antes de que EPA los hiciera retirar.

Otros sitios de Superfund incluyen los pozos de basura del Río San Jacinto, que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército en un informe el año pasado designó como sujeto a inundaciones con oleadas de tormenta desde Galveston Bay, así como al sitio Many Diversified Interests cerca del centro de Houston, al sitio de Crystal Chemical Company al suroeste de Houston, el sitio de Patrick Bayou cerca del Canal de Navegación de Houston y al sitio de desechos de limpieza en seco Jones Road Plume.

Se sabe que los sitios Superfund contienen compuestos que son peligrosos para inhalar y tocar, incluyendo percloroetileno, tricloroetileno, hidrocarburos clorados y una variedad de sustancias tóxicas que son carcinógenos conocidos, así como de riñón, hígado, reproductivos y de desarrollo.

Contaminantes atmosféricos tóxicos

Al menos 11 refinerías y plantas químicas cerraron debido al huracán Harvey. Durante un apagón, las plantas a menudo dejan escapar por respiraderos cantidades mucho mayores de contaminantes tóxicos del aire, conocidos en la industria como “picos”. Dado que reportan que tales prácticas se llevan a cabo para prevenir las explosiones de las plantas mientras el apagado, estas compañías están exentas de multas por contaminación. Los monitores de calidad del aire en Houston fueron apagados durante Harvey, con la ridícula explicación por parte de los funcionarios de la ciudad, que eran caros de reemplazar.

Los vecindarios del East End de Houston, cerca de las plantas petroquímicas, han estado expuestos a altos niveles de contaminación del aire durante años. Los residentes han reportado olores que son “insoportables”. Daniel Cohan, profesor asociado de ingeniería de la Universidad Rice con especialidad en contaminación del aire, dice que los barrios de bajos ingresos del East End tienen “más exposición a los tóxicos del aire que casi cualquier parte del país.”

Juan Parras, director del grupo de justicia ambiental TEJAS, dijo a Democracy Now: “Sabemos que tenemos niveles elevados de cánceres en todas estas áreas. Por ejemplo, ha habido muchos informes que muestran un aumento en las tasas de leucemia infantil si vive a menos de dos millas del Houston Ship Channel, por ejemplo. TEJAS le dijo a The New Republic que durante un apagón por las inundaciones, si la gente de East End no puede evacuar, “literalmente se les gasea con estos productos químicos.”

En presentaciones ante la Comisión de Calidad Ambiental de Texas (TCEQ), ExxonMobil informó de un cierre de dos refinerías debido a las fuertes lluvias, incluyendo su instalación en Baytown. Durante el apagado, liberó el doble de la cantidad permitida de compuestos orgánicos volátiles.

Shell cerró su planta en Deer Park y liberó su parte de cocteles mortales de benceno, tolueno y xileno. Dow Chemical en Freeport, Texas derramó benceno, hexano y tolueno sobre lo que está permitido por TCEQ. Equistar Chemicals en Channelview perdió la energía eléctrica durante la tormenta y liberó a su vez, una serie de toxinas que ni siquiera figuraban en su permiso contaminación.

La división Agro de BASF en Beaumont, Texas, informó que sus embalses de aguas residuales tóxicas se desbordaban en el medio ambiente sin capacidad alguna para detener la peligrosa contaminación hasta el cese de las fuertes lluvias, entonces si.

En mayo de 2013, un estudio titulado “La inundación Tóxica” fue publicado por Food and Water Watch de Washington, DC y el Political Economy Research Institute de la Universidad de Massachusetts Amherst. Los investigadores concluyeron en un examen de los documentos y cifras del Programa de Liberación Tóxica (TRP, por sus siglas en inglés) de la EPA de 2009, que las empresas estadounidenses descargaron más de 200 millones de kilos de carcinógenos, neurotoxinas, venenos reproductivos y de desarrollo en las vías navegables de los Estados Unidos.

Evacuaciones de hospitales

Como resultado de las inundaciones de Harvey, unos 27 hospitales en Houston y la zona costera cerraron. Otras 25 instalaciones informaron problemas de funcionamiento debido al daño de la tormenta. Más de 1.500 pacientes hospitalizados fueron evacuados al norte de San Antonio y otras comunidades. El hospital St. Luke's Health en Houston evacuó a los pacientes internados en un avión, después que la inundación rompiera su planta de energía.

El hospital Memorial Hermann Sugar Land evacuó a todos sus pacientes después que el río Brazos inundó el área circundante. Cypress Creek inundó el vecindario de Vintage Hospital en el noroeste de Houston, y todos los pacientes hospitalizados fueron trasladados por aire a los hospitales en terrenos más altos. Los hospitales de Victoria, Texas fueron evacuados en grandes autobuses de transporte de pacientes que tienen cada uno 20 camas a bordo.

Los ancianos y los enfermos mentales corren mayor riesgo de sufrir enfermedades e infecciones por las aguas de las inundaciones y la escasez de medicamentos e instalaciones de tratamiento. Un estudio de 2009 mostró que el 60 por ciento de las muertes en el huracán Katrina fueron de aquellos que tenían 65 años o más. Personas de todas las edades están amenazadas con trastorno de estrés postraumático, como resultado del trauma de perder todo lo que tienen en las inundaciones.

A medida que las personas intenten regresar a sus hogares anegados, los que carecen de recursos financieros adecuados se verán forzados a vivir en condiciones insalubres, con su salud amenazada por el moho, las bacterias y otras toxinas que quedan en las ruinas de sus hogares.

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