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Trump y los demócratas alcanzan un acuerdo sobre el techo de deuda y el presupuesto

En un importante giro político en Estados Unidos el miércoles, los principales congresistas demócratas alcanzaron un acuerdo con el presidente Trump para adjuntar fondos de alivio iniciales para las víctimas del huracán Harvey a una extensión de tres meses del tope de endeudamiento federal y la aprobación del presupuesto para las agencias federales, dejando de lado los intereses de los congresistas republicanos.

El líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, introdujo una enmienda basada en el acuerdo el miércoles por la noche, siendo aprobado sin inconvenientes el jueves por una mayoría inestable de 80 a 17. Todos los votos negativos provinieron de conservadores republicanos. Todos los demócratas votaron a favor del proyecto de ley, excepto el senador de Nueva Jersey, Robert Menendez, quien está en juicio por sobornos.

El decreto del Senado duplicará el alivio por huracanes presupuestado inicialmente por la Cámara de Representantes el martes, de $7 900 millones a $15 300 millones. También ampliará el programa de seguros por inundaciones que iba a expirar este mes.

Se espera que la Cámara de Representantes apruebe la medida enmendada el viernes, cuya aprobación requiere un voto a favor casi unánime de parte de los demócratas y el apoyo de una minoría de los republicanos. El presidente de la cámara baja, Paul Ryan, anunció que respaldará el acuerdo; sin embargo, ambos grupos de republicanos conservadores —el Freedom Caucus y el Republican Study Caucus— optaron ya por oponerse.

El trato en cuestión fue alcanzado el miércoles por la mañana en la Casa Blanca, en la primera reunión entre el presidente y los líderes congresistas de ambos partidos desde la investidura en enero. Los republicanos del Congreso, junto con el secretario del Tesoro de Trump, Steven Mnuchin, plantearon utilizar el proyecto de ley de alivio por huracanes, cuya aprobación no estaba nada asegurada, como un vehículo para una extensión de 18 meses para el techo de la deuda, lo que pospondría la posibilidad de un impago de la deuda federal hasta después de las elecciones legislativas del 2018.

No obstante, Trump se alineó con los demócratas, quienes proponían una extensión de tres meses, forzando así otro voto en diciembre para levantar el techo de la deuda y evitar un incumplimiento.

El acuerdo bipartidista con Trump estuvo acompañado de cumplidos para el presidente de tendencia fascista por parte del líder demócrata del Senado, Charles Schumer, y la líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Ambos celebraron la decisión de Trump para posponer un impago de la deuda federal y un posible cierre del Gobierno federal, a pesar de que sólo sea hasta el 15 de diciembre.

“Fue un muy buen momento de bipartidismo y de llevar a cabo las cosas”, le dijo Schumer a los reporteros. “La cuestión es que el presidente escuchó los argumentos. Creemos que planteamos un argumento muy fuerte y razonable. A su mérito, eligió el mejor argumento”.

Pelosi aplaudió el acuerdo con Trump en una rueda de prensa el jueves, indicando que, gracias a la fecha tope a mediados de diciembre, los demócratas tendrán una mayor influencia para avanzar sus políticas en inmigración, el presupuesto y la salud.

Develó que Trump la llamó por teléfono esa mañana para que se diera una cobertura positiva sobre el acuerdo con la Casa Blanca y que ella le pidió que tuiteara para “reasegurarle” a los beneficiarios de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia o DACA (por sus siglas en inglés) de que no serán objeto de deportaciones en los próximos seis meses. Esto viene después de que Trump revocara el programa promulgado por Obama que difiere la deportación de jóvenes indocumentados que fueron llevados a EUA como niños, pero programando su conclusión dentro de seis meses.

Los efusivos elogios a Trump exponen la verdadera cara política del Partido Demócrata, el cual indica oponerse a las políticas ultraderechistas de la actual Administración, pero al mismo tiempo, se involucra en los esfuerzos para darle un soporte. Ni Schumer ni Pelosi mencionaron sus ataques contra inmigrantes, su apoyo abierto a grupos neonazis ni sus amenazas de iniciar una guerra nuclear contra Corea del Norte.

Trump ha generado una tormenta de oposición popular, más recientemente con su decisión del martes pasado de retirar el programa DACA. Su tasa de aprobación en las encuestas nunca fue alta, pero ha caído a treinta por ciento en gran parte por su expresión de simpatía por los manifestantes neonazis en Charlottesville, Virginia, que mataron a una protestante antifascista.

Ante esta creciente impopularidad del mandatario, el Partido Demócrata ha enfocada su oposición activa a un tema: la supuesta intervención del Gobierno ruso en las elecciones estadounidenses del 2016, que les permite a los demócratas atacar a Trump por no ser tan hostil hacia Moscú como les gustaría, mientras suprimen todas las otras cuestiones con una avalancha de macartismo antirruso.

Como parte de esta campaña antirrusa, los demócratas han operado como portavoces para el aparato militar y de inteligencia, donde la oposición a cualquier religue de la presión militar y diplomática sobre Rusia, particularmente en cuanto a la Guerra Civil Siria.

En cuestiones económicas, existe una gran cantidad de opciones para que los demócratas formen una alianza con Trump con base en su defensa del nacionalismo económico y las confrontaciones comerciales— desde hace mucho una característica del Partido Demócrata— y el apoyo mutuo a una importante reducción en los impuestos corporativos.

Schumer ya ha sugerido el marco para un acuerdo sobre impuestos. Cuando Trump comenzó a hacer campaña hace dos semanas para su plan de recortes fiscales— aun sin ser finalizado— Schumer respondió oponiéndose a cualquier disminución de los impuestos del uno por ciento de ingresos más altos, dejando abierta la posibilidad de un trato para bajar las tasas impositivas de las corporaciones, la principal demanda de Wall Street y las mayores empresas.

El senador demócrata de mayor rango ha logrado acumular más dinero de campaña de Wall Street que cualquier otro candidato no presidencial, reiteró esta intención después del acuerdo sobre el techo de la deuda. “El punto principal es que tenemos muchas cuestiones que nos unen”, dijo en una clara referencia al tema fiscal. “Casi siempre funciona mejor cuando se hace de una forma bipartidista cuando esos temas se pueden abordar juntos”.

El director legislativo de la Casa Blanca, Marc Short, respondió que Trump estaba pensando lo mismo. “Una solución bipartidista” a la deuda y el presupuesto (cuya fecha tope era el 30 de septiembre), señaló, le permitiría al Congreso dedicarles los próximos meses a los recortes fiscales. “Creemos que, al ayudarnos a despejar las nubes para septiembre, nos permitirá enfocarnos en la reforma fiscal”, concluyó.

El mismo Trump pasó de reunirse en la Casa Blanca con los líderes congresista a un mitin en Dakota del Norte dedicado a promover sus recortes impositivos. La senadora demócrata de North Dakota, Heidi Heitkamp, lo acompañó en el Air Force One, y Trump la invitó a pasar a saludar al escenario en el mitin, llamándola una “buena mujer”.

Heitkamp, quien estará buscando la reelección el año siguiente, es una de los tres demócratas que se rehusaron a firmar una petición de Schumer en oposición a permitirle a los republicanos pasar recortes fiscales utilizando el procedimiento de “reconciliación”, el cual sólo requiere una simple mayoría en vez de más de 60 votos.

Hasta que el acuerdo entre Trump y los demócratas se diera, la prensa corporativa insistía en que el pronóstico para una legislación fiscal no era nada bueno debido a los conflictos con las fechas límites para el presupuesto y el techo de la deuda, al igual de la necesidad de reautorizar el programa de seguros para inundaciones ante el huracán Harvey y el programa de seguro médico infantil. Ambos programas tienen que ser reautorizados por el Congreso antes de fines de septiembre.

Ahora, el acuerdo Schumer-Trump está siendo celebrado como una manera para reanudar los planes para reducirle los impuestos a las corporaciones. Las mentiras más grandes han sido divulgadas por los diarios New York Times y el Washington Post, quienes también han sido la punta de lanza de la campaña contra Rusia en colaboración con las agencias de inteligencia. Se han dedicado estos días a glorificar la alianza de los demócratas con Trump.

El Washington Post del martes destacó una columna de opinión con el título “¿Estará Trump lanzando una ‘Presidencia diferente’ con los demócratas?”. El artículo en sí sugiere que Trump está en medio de un viraje esperado por muchos de alejarse de la ultraderecha republicana.

Sin quedarse atrás, el New York Times publicó un análisis noticiero el mismo día titulado “Ante el disgusto de sus aliados, Trump gira a la izquierda”, donde aplaude el acuerdo entre Trump, Schumer y Pelosi como “un cambio táctico significativo” que “les dará a los demócratas un mayor apalancamiento para las negociaciones que vienen”. El artículo también sugiere que Trump está revirtiendo su decisión de revocar DACA y urgiendo al Congreso legalizar el programa.

El Times y el Post, junto con el Partido Demócrata, temen más que todo que las acciones de Trump detonen levantamientos sociales de la clase obrera, y es por esto que ahora quieren apuntalar su Gobierno.

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