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La especulación de precios en Amazon y el caso de la propiedad pública

A medida que los residentes de la Florida se preparan para el huracán Irma, Amazon se está beneficiando del enorme aumento del precio del agua vendida por parte de terceros en el mercado en línea de la corporación.

Los residentes de las áreas que se espera sean golpeadas por la lluvia torrencial del huracán y vientos de 289 kilómetros por hora tomaron Twitter en los últimos días para protestar por los altos márgenes en casos de agua. Muchas personas han intentado comprar agua en línea en el período previo a la tormenta porque en los supermercados y las bodegas se agotó rápidamente.

El residente de la Florida Lee Munro tuiteó, “Así que una chica de Florida tratando de comida por @Amazon antes de Irma ... los precios se han triplicado. ¿No es eso ESPECULACIÓN DE PRECIOS? @JeffBezos”

Otro usuario, J, publicó una foto de un paquete de 24 botellas de agua a un precio de 20 dólares, añadiendo: “@Amazon, estoy en Tampa tratando de comprar agua en línea porque en las tiendas está agotada y es una locura la especulación de precios!”

Diana Moskovitz, editora del sitio web Deadspin, publicó una foto de los vendedores de Amazon que cobraban 18,48 dólares por un paquete de 24 botellas de agua que normalmente cuesta entre 5 y 6 dólares. Despachar agua embotellada antes del impacto de la tormenta costaría $179,25, haciendo un costo total de $197,73, es decir, a $8,24 por la botella. USA Today informó que en una búsqueda en Amazon , el precio del paquete de 24 unidades costaba $99,99 antes de los cargos de envío.

Amazon respondió negando las afirmaciones de sobre-precios. “No nos involucramos en un aumento de los precios”, dijo un portavoz corporativo a Business Insider, quien agregó que los precios del agua embotellada “no han fluctuado ampliamente en el último mes”. Si bien es cierto que el incremento de precios no se debe a una oleada de aumentos, Amazon contrata con vendedores terceros y recibe un porcentaje de los ingresos por ventas y por tanto, se está beneficiando del aumento de los precios de estos vendedores. El portavoz de la empresa culpó a los algoritmos de la compañía por el aumento del precio, señalando que “ofertas con precios más bajos se están vendiendo rápidamente, dejando ofertas con precios más altos de terceros vendedores”.

Incluso la revista pro-corporativa Forbes encontró esta defensa sospechosa, con Tom Popomoronis escribiendo: “Personalmente, me parece terrible y enfermizo simplemente ‘culpar al algoritmo’ y barrerlo bajo la alfombra en medio de una catástrofe”. Popomoronis explicó: “Bajo circunstancias normales, el procesamiento algorítmico puede dar lugar a cambios de precios que van desde sólo un centavo o dos a varios dólares, dependiendo del análisis de la medida de la Elasticidad Publicitaria de la Demanda y del precio inicial. … Pero en los huracanes y otros desastres naturales y crisis, los algoritmos rompen esta regla general. Debido a que los equipo y los suministros que son necesarios para la supervivencia humana son etiquetados con los aumentos, la ética de permitir que los conceptos regulares de oferta y demanda prevalezcan se cuestiona”.

Incluso a raíz del devastador huracán Harvey de la semana pasada que golpeó Houston, los Grupos de Reflexión capitalistas han defendido las políticas de compañías como Amazon. Escribiendo para el American Enterprise Institute, el economista de la Universidad de Michigan , Mark Perry escribió recientemente: “Una reclamación frecuente que se oye, es que las leyes de la economía deben ser suspendidas, ignoradas o eludidas después de un desastre natural como el huracán Harvey, lo cual entonces motiva leyes contra la ‘especulación de los precios’. Pero se puede afirmar con mayor firmeza que es precisamente durante el período posterior a un desastre natural como un huracán, cuando queremos que los precios del mercado prevalezcan y que las fuerzas del mercado operen tan fuerte y poderosamente como sea posible”.

En otras palabras, permita que las corporaciones se aprovechen de los trabajadores y sus familias en Texas y Florida, cuyas casas han sido destruidas o que están tratando de salir del peligro. Las aerolíneas están cobrando miles de dólares a la gente de la Florida que dejan el estado por motivos de seguridad. American Airlines, por ejemplo, está cobrando un poco menos de $2.000 dólares en vuelos desde Miami a Minneapolis. Un usuario de Twitter dijo: “Así es como American Airlines ayuda a la gente a evacuar Miami ... elevando los tiquetes 400% #Vergonzoso!”

Los recientes aumentos de precios por parte de terceros vendedores de Amazon son un ejemplo particularmente flagrante de especulación empresarial, pero este tipo de actividad buitre es la regla bajo el capitalismo, donde la necesidad social y los derechos humanos están subordinados a los intereses del beneficio corporativo. Amazon se ha lanzado a la cima de la Cadena Alimentaria de la Economía imponiendo un modelo de negocio basado en la híper-explotación de su fuerza de trabajo de 300.000 personas, obligando a los trabajadores de todo el mundo a laborar bajo condiciones extenuantes con bajos salarios y bajos beneficios.

Mientras que el gobierno protege el derecho de las corporaciones a sacar provecho de las víctimas de las inundaciones, ignora la infraestructura, los preparativos de rescate y deja a los residentes para luchar por sí mismos. En Houston, los esfuerzos de rescate fueron en gran parte espontáneos y organizados por la clase obrera sin el apoyo suficiente del gobierno. Mientras miles de trabajadores llevaban sus botes a las aguas de las inundaciones buscando víctimas y les traían comida y agua, el Washington Post, propiedad del Director Ejecutivo de Amazon , Jeff Bezos, trató de documentar la falta de preparación del gobierno, escribiendo: “Los funcionarios de Rescate dicen que no había manera de prepararse para la ferocidad del diluvio”.

La respuesta de la clase dominante y de la clase trabajadora a las tormentas de este verano muestra la ardiente necesidad de la reorganización socialista de la economía mundial. En lugar de la especulación de precios y la negligencia gubernamental, billones de dólares deben ser extraídos de las grandes corporaciones y de las cuentas bancarias de sus propietarios multimillonarios para construir infraestructura de inundaciones y desastres naturales en todo el mundo. Se deben poner en marcha programas masivos de empleo que involucren a millones de trabajadores para proteger a la población contra las tormentas, terremotos, incendios e inundaciones.

Las corporaciones como Amazon deben ser colocadas bajo la propiedad social y dirigidas no para el beneficio privado, sino para satisfacer las necesidades de la sociedad. Bajo dirección socialista, Amazon podría transformarse en una plataforma para el rescate en desastres naturales. La flota de aviones de entrega de la corporación podría ser trasladada a Miami o Houston y utilizada para llevar agua, comida, suministros médicos, bengalas, balsas inflables, etc., a millones de residentes.

Drones con cámaras de video en vivo podrían ser utilizados para ir calle por calle a través de las aguas de la inundación, identificando los residentes que necesitan ayuda y alertando a las autoridades de rescate. Las gigantescas bodegas de la corporación podían utilizarse para almacenar alimentos y su creciente red de tiendas de barrio podrían ser utilizadas como centros de distribución, suministrando un flujo constante de artículos y personal de emergencia a través de la compleja línea de suministro internacional de la compañía.

Los esfuerzos de reconstrucción podrían ser organizados científicamente de acuerdo con un plan regional que calcule las necesidades materiales de los diferentes barrios, programe los drones, los conductores de entregas y los camiones para dejar los suministros y recoger desechos. Con el inmenso poder de una corporación como Amazon a plena disposición de los esfuerzos de socorro en casos de desastre, la reconstrucción de una ciudad importante como Houston podría ser tan bien orquestada como la recolección de basura municipal.

Esto requiere un nivel de planificación social que no puede ser introducido bajo un sistema capitalista donde el beneficio privado es la regla.

(artículo aparecido la primera vez en inglés el 8 de septiembre)

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