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El discurso del estado de la UE de Juncker: Europa se prepara para la guerra con el mundo

En su discurso sobre el estado de la Unión Europea (UE) el miércoles en Bruselas, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker delineó una agresiva agenda militar y comercial para Europa tras el Brexit.

Juncker, el dirigente de una institución despreciada por los trabajadores por sus medidas de austeridad y de Estado policial, invocó constantemente los “valores europeos” como la base de su política. Podando esas frases huecas y engañosas, sin embargo, su discurso envió un mensaje claro: en medio del colapso de las relaciones de de la UE con sus viejos aliados de mucho tiempo, sobre todo Washington y Londres, la UE debe prepararse para una guerra comercial global y buscar una política militar independiente de los Estados Unidos.

Juncker empezó felicitando a la UE por “una recuperación económica que finalmente llega a todos y cada uno de los Estados miembros [de la UE]”, casi una década después de la caída de Wall Street de 2008. A pesar de promocionar esta supuesta recuperación, cuyos frutos han ido abrumadoramente hacia las capas más ricas de la sociedad, Juncker aún así tocó una nota preocupante: “Ahora tenemos una ventana de oportunidades, pero no se quedará abierta para siempre. Aprovechemos el impulso tanto como podamos, cojamos el viento en nuestras velas”.

Aunque levantaba acuerdos de libre comercio de la UE con Canadá y Japón, y planes de acuerdos semejantes con México, Suramérica y Nueva Zelanda, Juncker dejó claro que van de la mano de planes de medidas comerciales contra los socios comerciales de Europa y un importante crecimiento militar.

“Se lo diré una vez y para siempre: no apoyamos ingenuamente el libre comercio. Europa siempre tiene que defender sus intereses estratégicos”, dijo Juncker. “Por eso hoy estamos proponiendo un nuevo marco de la UE para proteger las inversiones. Si una compañía estatal extranjera quiere comprar un puerto europeo, parte de nuestra infraestructura energética, o una empresa de la tecnología de la defensa, esto solo debería tener lugar con transparencia, con inspecciones y debate”. Juncker añadió que esto serviría para “proteger nuestra seguridad si fuere necesario”.

Un año después de que fracasaran las conversaciones sobre la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP) por las objeciones de Francia y Alemania, Juncker no mencionó a los Estados Unidos como un socio comercial clave o un país con el que la UE esté buscando un acuerdo de libre comercio.

Juncker prosiguió exigiendo la formación acelerada de lo que sería un ejército de la UE, tres años después de que Berlín anunciara la remilitarización de la política exterior alemana.

Juncker dijo que la UE tenía que “llegar a ser un actor global más fuerte. Para tener más peso en el mundo, debemos poder tomar decisiones sobre política exterior más rápido. Por eso quiero que los Estados miembros miren qué decisiones sobre política exterior podrían cambiarse de unanimidad a voto de una mayoría cualificada. … Y quiero que pongamos más empeño en los asuntos de defensa. En el horizonte está un nuevo Fondo Europeo de Defensa. Como también lo está una Cooperación Estructurada Permanente en el ámbito de la defensa. Para 2025 necesitamos una Unión de la Defensa Europea madura. La necesitamos. Y la OTAN la quiere”.

La afirmación de Juncker de que la OTAN, incluyendo a Washington y Londres, quieren la formación de una unión de la defensa de la UE no es más que un intento de restarle importancia al rápido aumento del conflicto entre los EUA y la UE.

En medio de un impulso hacia la guerra que va en aumento a nivel mundial, las tensiones militares se están intensificando rápidamente entre Washinton y la UE, y particularmente el eje Berlín-París. Aunque Washington ha presionado repetidamente a Europa para que incremente su gasto militar en los últimos años, esperando recibir más ayuda europea para sus propias guerras, Washington también confiaba en el veto de Londres a los planes para un ejército de la UE, mientras el Reino Unido estuviera en la UE. Después de la salida del Reino Unido de la UE, sin embargo, Alemania y Francia reavivaron rápidamente sus planes para una política militar agresiva de la UE independiente de la de los Estados Unidos.

Un cuarto de siglo después de que la burocracia stalinista disolviera la Unión Soviética en 1991, privando a las potencias imperialistas europeas y a los Estados Unidos de un enemigo común, las tensiones entre las principales potencias de la OTAN están llevando a la alianza al borde del colapso. Las bases de la alianza transatlántica han sido destruidas. Desde su elección, Trump ha indicado repetidamente que su administración podría poner en la mira las exportaciones de coches y de acero de la UE para castigarlas con aranceles que podrían desencadenar una guerra comercial total entre los EUA y la UE.

Estas tensiones comerciales reflejan conflictos estratégicos explosivos que se están desarrollando dentro de la OTAN, mientras el hecho de que Estados Unidos ponga a Rusia y a China en su mira pone al mundo al borde de una guerra total. Mientras Trump amenaza a Corea del Norte con la guerra, el tema del encuentro de los ministros de exteriores de la UE de hoy, es cada vez más improbable que las potencias de la UE apoyen a Washington en una guerra que podría intensificarse y volverse una guerra contra China.

Sorprendentemente, el discurso de Juncker no mencionó a Rusia, que viene siendo blanco de un continuo crecimiento militar de la OTAN en Europa del Este desde que la OTAN apoyara el putsch de 2014 en Kiev. Berlín y París, sin embargo, intervinieron en Ucrania en 2015 para brindar un atajo a la política estadounidense de armar a las milicias de extrema derecha de Ucrania contra las fuerzas de lengua rusa del este de Ucrania. Ahora que la administración de Trump ha vuelto a amenazar con armar al régimen ucraniano, estos conflictos otra vez están alcanzando niveles explosivos.

Sin embargo, es la clase trabajadora internacional la única fuerza que puede oponerse al impulso bélico; la propia UE simplemente está surgiendo como el vehículo de una brutal afirmación competidora de los intereses imperialistas europeos en todo el mundo que amenaza con provocar nuevos y más sangrientos conflictos.

La política de la UE no es una política de paz, como lo refleja su apoyo a las guerras en Libia y Siria y su despiadada imposición de medidas de Estado policial en casa, como el estado de emergencia francés. Representa los intereses de un bloque rival de potencias imperialistas que compiten con Washington, que tiene como objetivo financiar la construcción de la máquina de guerra a espaldas de los trabajadores europeos. Juncker dedicó gran parte de su discurso a indicar una vasta lista de países que están en conflicto con la UE.

Como respuesta a la mano dura brutal del régimen turco con la oposición doméstica tras el golpe fallido respaldado por Estados Unidos y Alemania en Turquía el año pasado, Juncker descartó que Turquía se uniera a la UE. “El Estado de derecho, la justicia y los valores fundamentales tienen la más alta prioridad en las negociaciones, y eso excluye que Turquía pueda pertenecer a la UE en el futuro previsible”, dijo. “Desde hace un tiempo considerable Turquía está alejándose de la Unión Europea a grandes saltos”.

Juncker también dirigió una severa advertencia a Gran Bretaña. En respuesta a los vítores por parte de miembros del parlamento de la UE del Partido por la Independencia del Reino Unido, favorable al Brexit, Juncker les advirtió: “Creo que pronto también ustedes lamentarán el Brexit, diría”.

El llamamiento de Juncker a monitorizar las inversiones extranjeras en Europa y la propiedad de Estados extranjeros de puertos fue una amenaza solapada a China, que está invirtiendo fuertemente en compañías europeas y ha adquirido la mayoría de las acciones del importante puerto del Pireo en Atenas.

Es más, aunque el discurso de Juncker tiene como objetivo disponer una agenda a ser seguida bajo el liderazgo de Berlín y París, tras la elección del presidente francés Emmanuel Macron en mayo y las venideras elecciones generales alemanas el 24 de septiembre, hay grandes divisiones dentro de la propia UE.

De visita en Atenas la semana pasada, Macron dispuso llamamientos a un cambio radical de envergadura de las instituciones de la UE, que incluyen la creación de un parlamento y presupuesto comunes para la eurozona. También incluyó llamamientos a la condonación de la deuda griega y echar al Fondo Monetario Internacional (FMI) del programa de la deuda griega, a lo que Berlín lleva mucho tiempo oponiéndose.

El discurso de Juncker fue una reprimenta apuntada hacia Macron, que se niega a respaldar estas propuestas. En vez de ello, exigió un ministerio de finanzas europeo y la formación de un Fondo Montetario Europeo para reemplazar al FMI basado en Washington DC. Le Monde comentó que Juncker se estaba preparando para “el compromiso que podría surgir de las negociaciones sobre el futuro de la eurozona que podría comenzar este otoño entre el Sr. Macron y la Canciller [alemana] Angela Merkel, quien con toda probabilidad obtendrá un cuarto mandato”.

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