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Partidos alemanes avanzan más a la derecha después del éxito electoral de AfD

Los mismos partidos que son ideológica y políticamente responsables del ascenso de Alternativa para Alemania (AfD, siglas en alemán) están aprovechando el éxito de los extremistas de derecha en las elecciones federales del domingo para cambiar el clima político aún más a la derecha. Están preparando el camino para un gobierno que lanzará una importante acumulación militar, reducirá los salarios y prestaciones y establecerá el marco de un Estado policial.

En el seno de la Unión Cristianodemócrata alemana (CDU), las fuerzas que desde hace mucho tiempo le han pedido a Angela Merkel, presidenta del partido y canciller alemana, que aplique medidas más agresivas contra los refugiados están tomando la ofensiva. “Necesitamos urgentemente más amplitud programática dentro de la CDU”, dijo Klaus-Peter Willsch, miembro y especialista en finanzas del Bundestag (cámara baja del Parlamento). “Tenemos que cubrir nuestra ala derecha. Esa es la única manera en que podemos una vez más alcanzar el nivel de apoyo que necesitamos para ser un partido popular”.

La Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), partido hermano de la CDU, que ya durante la campaña electoral planteó la demanda de un techo al número de refugiados, respondió a su disminución del voto de más de 10 puntos porcentuales adoptando en gran medida el programa de la AfD. El presidente de la CSU, Horst Seehofer, que está bajo una creciente presión de la derecha, dijo que la AfD ganó votos porque la CDU/CSU “dejó abierto su flanco derecho”. El partido ahora corregiría esto y adoptaría una “postura clara”. El ministro de Transporte, Alexander Dobrindt, estuvo de acuerdo, diciendo: “Hemos comprendido que tenemos que cerrar nuestro flanco derecho”.

Los Verdes, que se están preparando para entrar en una coalición gobernante denominada “Jamaica” con la CDU/CSU y el neoliberal Partido Liberal Democrático (FDP), se dirigen en la misma dirección. Cuando se le preguntó sobre la declaración de Seehofer, el político verde Boris Palmer dijo en la estación de radio Deutschlandfunk, “Desde el punto de vista de la CSU, él tiene razón. Están enfrentando una elección estatal pronto y no querrán que la AfD consiga el 12 por ciento de nuevo”.

El alcalde verde de Tübingen no dejó ninguna duda de que su partido está listo para apoyar la política represiva de la CSU de los refugiados. “La gente confía en nosotros para resolver los problemas de los refugiados”, dijo Palmer. “De lo que no está tan segura es si podremos resolver los problemas con los refugiados. Tenemos que ser más duros con eso. Probablemente tendremos que hacer concesiones con las soluciones ofrecidas por la CSU. De lo contrario, no habrá ningún Gobierno”.

Palmer, que recientemente publicó un libro titulado “No podemos aceptarlos a todos”, se jactó de que su política de refugiados, propia esencialmente de la extrema derecha, goza de amplio apoyo dentro del partido. Ha obtenido un gran respaldo por su postura radicalmente pragmática sobre el tema, dijo, “desde la base del partido, desde los políticos municipales, desde todas partes donde la gente está experimentando concretamente los problemas que surgen cuando un millón de refugiados llegan a Alemania”.

El partido La Izquierda (Die Linke), representa, al igual que los Verdes, los intereses de sectores privilegiados de la clase media, y está desempeñando un papel especialmente despreciable en el surgimiento de la AfD. Formando parte de los Gobiernos en los estados de la ex Alemania Oriental, La Izquierda es responsable de crear la catástrofe social que ha llevado a los trabajadores a los brazos de la AfD. En 1990, el partido apoyó la reintroducción del capitalismo en la Alemania Oriental y ha seguido políticas derechistas y procapitalistas bajo la cobertura de frases izquierdistas desde entonces. Esto ha generado la frustración política que los demagogos derechistas están explotando ahora.

A medida que se intensifica la crisis social y política, La Izquierda está adoptando cada vez más abiertamente el programa de la extrema derecha. Significativamente, la candidata principal del partido, Sahra Wagenknecht, fue elogiada por el colíder de la AfD, Alexander Gauland, durante el último debate televisado. “Lo que dijo la señora Wagenknecht es correcto”, dijo Gauland. “La gente siente que todo por lo que han trabajado se está perdiendo debido a la política de refugiados, y a veces esto culmina en la ira”.

Gauland produjo este comentario después de que Wagenknecht atacara la política de refugiados desde la derecha, diciendo: “Hicimos algunas cosas muy fáciles en las etapas iniciales en la cuestión de los refugiados y no hablamos de problemas”.

El Partido Socialdemócrata (SPD), después de una debacle electoral en la que obtuvo su peor resultado desde la Segunda Guerra Mundial, buscó absurdamente presentarse como el partido que lidera la lucha contra la AfD. La AfD es “una organización de odio” y “una vergüenza para Alemania”, dijo el candidato del SPD, Martin Schulz. En la manifestación final del SPD en Berlín, declaró: “Nos estamos interponiendo en su camino”.

Sin embargo, Schulz se orientó hacia el programa de la extrema derecha durante la campaña, llamando incesantemente por más policías, un ejército más grande y medidas más drásticas contra los refugiados. El SPD no buscó movilizar a la oposición contra la AfD, sino buscó suprimirla y silenciarla.

En este contexto, la reacción del SPD a los acontecimientos de Hamburgo en torno a la cumbre del G-20 en julio debe tomarse como una advertencia. En primer lugar, como partido gobernante en Hamburgo, el SPD organizó una violenta represión policial contra manifestantes abrumadoramente pacíficos. Luego, el partido lanzó una cacería de brujas contra la izquierda, apelando explícitamente a los que rodean a la AfD.

El ministro de Justicia del SPD, Heiko Maas, exigió la creación de una base de datos europea de extremistas para la izquierda radical y declaró su apoyo a un concierto de “rock contra la izquierda”. El ejecutivo del SPD propuso el concepto de una “protesta contra el terrorismo” para criminalizar a toda la oposición de izquierda contra los recortes sociales y la guerra imperialista.

El SPD desempeñó el mismo papel en el conflicto con el profesor ultraderechista de historia en la Universidad Humboldt de Berlín, Jörg Baberowski. Cuando el Sozialistische Gleichheitspartei (SGP, Partido Socialista por la Igualdad) y su organización juvenil, Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social (JEIIS), criticaron a Baberowski por su agitación contra los refugiados y su minimización de los crímenes nazis, el SPD respaldó a Baberowski. La presidenta de la Universidad Humboldt, Sabine Kunst, miembro líder del SPD, fue tan lejos como para publicar una declaración que amenazaba a los críticos del profesor de extrema derecha con ser procesados penalmente.

El SGP es el único partido que se opuso públicamente desde el principio a las posiciones ultraderechistas de Baberowski y advirtió acerca de sus consecuencias, que ahora se ven claramente con la entrada de la AfD en el Parlamento y el desplazamiento de todos los partidos establecidos hacia la derecha.

La tarea urgente ahora es intensificar la lucha para construir un partido socialista de masas en la clase obrera. En Alemania, de todos los lugares, las terribles experiencias del Tercer Reich demuestran que la única manera de vencer los peligros de la guerra y el fascismo es a través de la movilización independiente de la clase obrera sobre la base de un programa socialista.

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