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Trump, funcionarios locales mienten sobre la magnitud real del desastre de Puerto Rico

A medida que las noticias continúan exponiendo el avance del desastre ambiental y social que ha sufrido Puerto Rico desde que fue azotado por el huracán María los días 20 y 21 de septiembre, hay una campaña concertada por parte de la Administración Trump y las autoridades del gobierno local para ocultar la verdadera magnitud del desastre.

Mientras que el número de muertos oficiales se elevó de 36 a 39 el domingo pasado, el número real de fatalidades se desconoce aún. Más del 40 por ciento de los residentes de la isla carecen todavía de agua potable y sólo el 11,7 por ciento tienen electricidad, dejando a casi 3 millones de residentes sin energía.

El presidente Trump sigue alabando la respuesta de su administración y denunciando a los críticos, entre ellos la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, quien tuiteó el sábado que FEMA había ignorado una solicitud de ayuda de uno de los hospitales de la capital, el cual había perdido la energía eléctrica y se vio forzado a trasladar a sus pacientes. “El Hospital había solicitado apoyo de FEMA y ninguna respuesta. Oh lo siento que están recogiendo datos ...” ella tuiteó.

Trump emitió el domingo por la noche un tuit auto-engrandeciéndose, diciendo, “Nadie podría haber hecho lo que yo he hecho por Puerto Rico con tan poca apreciación. Mucho trabajo”. Su tuit incluyó un video titulado, “Lo que los falsos medios de comunicación no le mostrarán en Puerto Rico”, el cual lo presentó viéndose presidencial durante su visita de cuatro horas a la isla la semana pasada.

Del mismo modo, muchos de los anuncios del lunes por la mañana del Centro de Control del Gobierno de los Estados Unidos en San Juan fueron mensajes de bienvenida. El Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos, anunció que contrató a la compañía estadounidense Weston Solutions para restaurar la red eléctrica de Puerto Rico, como parte de una serie de contratos con la industria privada.

NBC News elogió la posibilidad que el multimillonario Elon Musk, Google y Amazon, con el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, vieran la posibilidad que el desastre ha abierto para reestructurar la empresa pública de electricidad. El teniente general Jeffrey Buchanan, quien lidera los esfuerzos de ayuda de los huracanes del ejército estadounidense, dijo: “El poder de Estados Unidos no es el gobierno federal, sino los gobiernos locales, las organizaciones privadas todos juntos”.

El viernes, el Centro Puertorriqueño de Periodismo Informativo (CPI) reveló que cuando el gobernador Ricardo Rosselló anunció la semana pasada que 63 de los 69 hospitales de la isla estaban en pleno funcionamiento, declinó explicar cómo en cuestión de días, saltó de 56 hospitales cerrados, a prácticamente todos ellos abiertos y funcionando.

Además, el CPI cuestionó lo que quiso decir Rosselló con la palabra “operacional”. Los investigadores contactaron a varios hospitales en la lista del gobernador y encontraron que no estaban en condiciones de recibir pacientes.

El hospital más grande de Puerto Rico, el Centro Médico Río Piedras, en San Juan, ha tenido que absorber una extraordinaria carga de pacientes y establecer carpas-clínicas para tratar de dar cabida a un gran número de pacientes que no pueden encontrar ayuda en otro lugar.

El CPI también ha demostrado que el bajo recuento oficial de víctimas se ha basado en cálculos estadísticos generales sobre cuántos habrían muerto de todos modos durante los mismos dos días de tormenta. De hecho, según los cálculos del CPI, el número final puede llegar a estar en los cientos justo en la región que rodea San Juan. Todavía hay una estimación aproximada similar basada en el posible número de muertes en otras partes de la isla.

Los investigadores del CPI también han descubierto que, a falta de un conteo completo, hay al menos 30 personas desaparecidas desde el huracán María, que no habían sido previamente identificadas.

El domingo por la noche en el área metropolitana de San Juan, las familias quedaron atrapadas en inundaciones repentinas, producidas por una depresión tropical que provocó lluvias torrenciales en la zona. Las lluvias del fin de semana no sólo inundaron San Juan, sino que también causaron inundaciones en el oeste de Puerto Rico y en el interior de la costa.

Las lluvias que en otras ocasiones hubieran causado poco daño están ahora provocando inundaciones y deslizamientos debido al hecho que el suelo aún está saturado a causa del huracán que lo impactó hace casi tres semanas y a que partes de Puerto Rico han sido despojadas de toda vegetación. Junto a San Juan, se han emitido alertas de inundación y alertas de barro para otros 78 municipios a lo largo de la costa noreste y en el interior de la isla.

Al mismo tiempo, los alcaldes de las ciudades a través de Puerto Rico continúan pidiendo ayuda. El lunes por la tarde, José Gerena, el alcalde de Florida (con 13.000 habitantes), una ciudad situada al oeste de San Juan, pidió ayuda urgentemente a las autoridades locales y federales, ya que las aguas de las alcantarillas inundadas, anegaban partes de la ciudad. Gerena anunció que no había recibido ninguna respuesta, a pesar de que estos lagos de aguas residuales aumentan considerablemente el peligro de infecciones y epidemias.

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