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El New York Times y el Wall Street Journal exigen censura en YouTube

En dos artículos que aparecieron el martes en las portadas del New York Times y del Wall Street Journal, los diarios expusieron sendas justificaciones para censurar el servicio de vídeos por internet, YouTube, alegando que ese servicio está ayudando a difundir propaganda rusa.

Los articulos señalan el alcance sustancial de RT, la cadena internacional de televisión fundada por el gobierno ruso, en YouTube, que es propiedad de Google. Los vídeos de RT tienen tantas visitas como los de la CNN, y sustancialmente más que los de Fox News.

Citando un informe del 6 de enero realizado por el director estadounidense de Inteligencia Nacional, el Times describe a RT como “el ‘principal medio de propaganda internacional’ del Kremlin y un jugador clave en las operaciones de la guerra informativa de Rusia en todo el mundo”.

El artículo se queja de la “presencia prominente en YouTube de los resultados de búsqueda” de RT, que le han permitido conseguir “una de las mayores audiencias online de cualquier organización de noticias en el mundo”.

Cita a Mark Warner, el senador demócrata de Virginia que dirige la caza de brujas demócrata neo-McCarthista contra la oposición política en internet: “YouTube es un entorno rico en objetivos para cualquier campaña de desinformación —rusa o no— que representa un desafío a largo plazo de la siguiente generación”.

El Journal, por su parte, se queja, “La popularidad de RT en YouTube, Facebook y Twitter muestra cómo el abordaje abierto de las empresas de las redes sociales puede fortalecer a las fuentes de noticias —desde medios de propaganda respaldados por el gobierno hasta teóricos de la conspiración o grupos extremistas”. La implicación es que hay que reconsiderar este abordaje “abierto”.

Los artículos atribuyen la popularidad de RT en YouTube a alegaciones según las cuales el canal “juega al azar” con los algoritmos del servicio entrometiéndose en vídeos no políticos con su “propaganda”. De este modo, crean el argumento para revisar los algoritmos de YouTube para penalizar a RT y a otros medios que no están bajo el control del establishment gobernante estadounidense.

El Times plantea sus objetivos mediante las opiniones de un analista cuya cita concluye el artículo del diario: “A no ser que YouTube decida intervenir manualmente, [RT] seguirá estando muy presente”.

El Wall Street Journal se queja de que “YouTube y Facebook han empujado hacia arriba a RT ayudando a que vídeos que llevan años allí se preserven y recomendando vídeos de RT a visitantes que han mostrado su interés en fuentes de noticias fuera de las convencionales”.

El artículo del Journal concluye con una cita de otro analista, a qu ien parafrasea diciendo que las compañías tecnológicas deberían “etiquetar su contenido como propaganda rusa”. También se queja de que “Google News también incluya noticias de RT, ayudando a legitimar el sitio ante los lectores”.

Queda excluido de ambos artículos el hecho de que RT sea popular porque informa sobre acontecimientos normalmente pasados por alto en la prensa del establishment.

El artículo del Times se queja de que “Búsquedas en temas sobre los cuales el Kremlin típicamente está deseoso de promocionar su punto de vista —la intervención estadounidense en Siria, la guerra civil ucraniana … a menudo mostrarán un vídeo de RT como uno de los primeros resultados”. Por supuesto, es sobre esos temas vitales de política exterior que el sesgo de los medios convencionales estadounidenses es más evidente, llevando a los espectadores a buscar por internet puntos de vista opuestos, incluyendo los de RT.

YouTube tomó sus primeras medidas abiertas contra RT el mes pasado cuando lo borró de su lista de canales “preferidos”, como parte de lo que llamó una “actualización algorítmica estándar”.

Kirill Karnovich-Valua, el viceredactor jefe de RT, le dijo al Times que ese paso “habla de la presión política sin precedentes aplicada cada vez más a todos los socios de RT y de relaciones en un esfuerzo concertado por sacar a empujones a nuestro canal completamente del mercado estadounidense y por cualquier medio a su alcance”.

En una declaración separada al Wall Street Journal, RT dijo, “La histeria que rodea a tales actividades mundanas como que RT ponga anuncios de su contenido en las redes sociales —algo que hacen prácticamente todas las organizaciones de noticias— habla del miedo del establishment de perder el monopolio sobre la información, y deja ver un esfuerzo concertado por sacar a empellones a RT del mercado estadounidense”.

El mes pasado, el Departamento de Justicia estadounidense exigió que el socio estadounidense de RT se registrara como un “agente extranjero”, llevando a algunos de los periodistas independientes que trabajan con el canal a temer que ellos también podrían ser obligados a registrarse como “agentes extranjeros”.

En una declaración que hacía hincapié en lo absurdo de las afirmaciones contra RT, el Wall Street Journal apostilla, “A diferencia de otros medios de noticias financiados por gobiernos, tales como la BBC del Reino Unido, o Radio Europa Libre de los Estados Unidos, los investigadores dicen que RT es más abiertamente político, con el objetivo de socavar las instituciones occidentales y las democracias”. Cómo RT es “más abiertamente político” que Radio Europa Libre, que fue fundada como una fuente de “propaganda anticomunista” que tenía como mira al bloque soviético, no se explica nunca.

Ni Warner ni el Times ni el Journal hacen esfuerzo alguno por mostrar que las declaraciones que hizo RT son demostrablemente falsas. En vez de ello, persiguen tildar a ese medio de ilegítimo solo en virtud de su afiliación con el gobierno ruso.

Su blanco verdadero, sin embargo, no es Rusia, sino la oposición política en casa. Entre bastidores, Google ya ha implementado cambios a sus algoritmos, hechos en nombre de hacer aflorar contenido “creíble”, que ha recortado el tráfico a destacados sitios web de izquierdas, antibélicos y progresistas en más del 55 por ciento. El World Socialist Web Site ha sido el que más ha estado en la mira, lo que ha hecho que su tráfico cayera en más del 74 por ciento.

La semana pasada, el World Socialist Web Site informó de que una reciente actualización de Google News lo llevó a excluir casi totalmente los artículos del WSWS, así como otros escritos por destacados periodistas independientes.

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