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Perspectiva

El proyecto de ley fiscal en Estados Unidos: un regalo masivo para la élite financiera

El jueves, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley amplio que recortará los impuestos de los ricos y aumentará los de millones de hogares de clase obrera. Este será un paso que ahondará todavía más la brecha social del país desarrollado más desigual del mundo.

Desde los años sesenta, la disminución de las tasas de impuestos para los ingresos más altos y las empresas ha sido una de las principales fuerzas detrás del aumento en la desigualdad social en el país. Ahora, bajo la Presidencia del multimillonario magnate de bienes raíces de orientación fascista, Donald Trump, este proceso está siendo puesto en sobremarcha.

La pieza central de la legislación es la reducción casi a la mitad de las tasas empresariales, del 35 al 20 por ciento, cuyo costo público será de $1,5 billones. Esto hará que los impuestos corporativos en EUA estén a su nivel más bajo desde 1939. Esto constituirá una aceleración de la caída en la tasa impositiva efectiva para las empresas que ha tenido lugar desde los años cincuenta, cuando rondaba 50 por ciento, mientras que hoy día es menor que 20 por ciento.

Además, la élite financiera ya está saboreando la abolición del impuesto sobre la herencia que ordena el proyecto de ley para el 2025, dándole una enorme bonanza al 0,2 por ciento de hogares más ricos.

Según un estudio publicado el mes pasado por la firma financiera UBS, más de la mitad de la suma de los patrimonios mayores a mil millones de dólares en EUA se encuentra en manos de individuos con más de 70 años. Consecuentemente, la élite financiera está deseosa de una abolición del impuesto sobre la herencia para poderle transferir su riqueza a la próxima generación. Este representaría un paso importante hacia convertir a EUA en una oligarquía hereditaria, donde la riqueza se hereda de forma dinástica, sin disminución alguna.

Según la Comisión Fiscal Conjunta, la cual no está afiliada a ningún partido, esta legislación hará que para el 2027, toda familia con un salario menor a $75 000 por año sufra un aumento en sus impuestos y toda familia con un salario mayor a $100 000 por año vea un recorte.

Algunas de las disposiciones son crueles e insultantes. Mientras que baja los impuestos sobre la propiedad y el mantenimiento de jets privados, elimina las deducciones impositivas sobre los estipendios para estudiantes de posgrado y los reembolsos de matrícula universitaria. El Harvard Crimson escribió que el resultado será un aumento en los impuestos de 400 por ciento para estudiantes de posgrado, quienes ya reciben remuneraciones sumamente bajas.

Finalmente, el déficit de $1,5 billones que creará el plan fiscal acelerará las demandas para eviscerar los planes de seguros médicos para pobres y adultos mayores, Medicare y Medicaid, y el plan jubilatorio del seguro social, además de otros gastos sociales, bajo el pretexto de cerrar este hueco presupuestario.

Mientras que los políticos demócratas han criticado este proyecto de ley avanzado por los republicanos, ellos mismos han impulsado la medida principal de éste, los recortes de impuestos para las empresas. Por ejemplo, el presupuesto del 2016 del Gobierno de Obama solicitó disminuir la tasa fiscal para las empresas a un nivel de entre 25 y 28 por ciento.

El New York Times, uno de los principales voceros del Partido Demócrata, escribe en un editorial esta semana titulado “La forma correcta de recortar los impuestos empresariales” que “Los republicanos están en lo cierto de que el sistema de impuestos sobre las empresas está quebrado”. Pero, el diario añade, “Si los republicanos trabajaran con los demócratas… podrían alcanzar un compromiso para rebajar la mayor tasa corporativa a un nivel de entre 25 y 28 por ciento”.

El jueves, el Times y varios dirigentes demócratas estaban mucho más preocupados en promover una serie de escándalos sexuales centrados en el candidato republicano de Alabama para el Senado, Roy Moore, y en el senador demócrata, Al Franken, que en la cuestión fiscal.

Como de costumbre, los tres principales índices bursátiles de EUA despegaron el jueves después de que el proyecto de ley fuese aprobado por la Cámara de Representantes. Desde la elección de Donald Trump, el Promedio Industrial Dow Jones ha aumentado un 17 por ciento, mientras que se ha más que triplicado desde la crisis financiera del 2008.

En una entrevista el mes pasado, el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, dejó en claro que una de las principales fuerzas detrás de este aumento en los precios bursátiles ha sido la expectativa de que el Gobierno de Trump recorte los impuestos sobre las corporaciones y los superricos.

“No cabe duda de que la buena racha del mercado bursátil le ha proporcionado expectativas razonablemente altas sobre nuestra habilidad para poder llevar a cabo recortes fiscales y la reforma fiscal”, dijo. “En la medida que podamos finalizar el acuerdo fiscal, el mercado bursátil llegará más alto”.

Mnuchin también añadió que Wall Street no aceptaría ninguna ralentización en la redistribución de riqueza hacia arriba. Manifestó: “No me cabe duda del todo de que, si no lo logramos, verán un revés en una parte significativa de las ganancias”.

Los comentarios hechos por Mnuchin, un exbanquero de Goldman Sachs cuyo patrimonio asciende a los quinientos millones de dólares, son sólo una expresión del dominio de la élite financiera sobre la vida política, social y económica de Estados Unidos. La primera y última prioridad de la sociedad estadounidense es el continuo enriquecimiento de esta oligarquía financiera.

Estados Unidos es el país desarrollado con la mayor desigualdad social. Solo tres hombres, Bill Gates, Warren Buffett y Jeff Bezos, tienen entre ellos más riqueza que la mitad más pobre de la población estadounidense. El conjunto de individuos con patrimonios mayores a mil millones de dólares vio su riqueza aumentar un billón de dólares durante el último año, siendo alimentada por la creación de dinero de los bancos centrales, los recortes e incentivos fiscales y la ofensiva interminable contra las condiciones sociales de la clase obrera.

El dominio de la élite financiera, en EUA y alrededor del mundo, sobre la civilización humana es la causa fundamental de cada problemática social seria en la sociedad moderna, sea la pobreza, la falta de vivienda, las adicciones a las drogas o la guerra. Para poner fin a todos estos males es necesaria una reorganización radical de la sociedad para atender las necesidades sociales y no el lucro privado.

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