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Diez semanas después del huracán María: los científicos aseguran que cifra de muertos en Puerto Rico supera los mil

Diez semanas después de que el huracán María devastara Puerto Rico, nuevas estimaciones de científicos dan una cifra de casi 1100, muertos o 20 veces más que los 55 fallecidos reportados oficialmente por las autoridades gubernamentales en la isla y en Washington.

En un informe que se publicará próximamente, Alexis Santos, un demógrafo puertorriqueño de la Universidad Estatal de Pensilvania, y Jeffrey Howard, un epidemiólogo y científico de la salud independiente, compararon los promedios de fallecimientos de septiembre y octubre de los últimos siete años con el número de muertes de septiembre y octubre del 2017 reportadas recientemente por el Departamento de Seguridad Pública de Puerto Rico.

Según el sitio web de noticias Vox, encontraron que en septiembre del 2017 —el mes en que María golpeó la isla— hubo 518 muertes más que el promedio histórico reciente de septiembre y 567 muertes más en octubre de 2017, para un total de 1.085 muertes probablemente relacionadas con el huracán. Dado que los cortes de energía generalizados han continuado en noviembre, señaló Vox, el número de muertes indirectas por el huracán es probablemente aún mayor.

En comparación, al menos 1800 personas murieron en relación con el huracán Katrina en el 2005, el huracán más letal que ha azotado al territorio estadounidense en los últimos 50 años.

Las nuevas cifras confirman los informes de otras agencias de noticias como CNN, Buzzfeed y Vox que encontraron cientos de muertes más con base en entrevistas con directores de funerarias, médicos y funcionarios locales. Este hecho también expone el encubrimiento por parte del gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, y de la Administración Trump de la real magnitud de la muerte y destrucción, las cuales se han exacerbado por la respuesta criminalmente indiferente de las autoridades gubernamentales.

“Donald Trump y su administración pueden o ser incapaces de cumplir con sus responsabilidades con los ciudadanos estadounidenses o simplemente no les importan los puertorriqueños que siguen sufriendo”, dijo el director ejecutivo de Sierra Club, Michael Brune, en un comunicado esta semana. La mitad de la población todavía no tiene electricidad y al menos el 10 por ciento no tiene acceso a agua potable.

“Tenemos la suerte de haber tenido agua limpia durante cuatro semanas, pero hay muchas personas que no la tienen”, Anthony, un reciente graduado de la Universidad de Puerto Rico le dijo al WSWS. “La cercana ciudad de Caguas tiene electricidad, pero aquí en las zonas rurales no hay energía. Tenemos que recargar nuestros teléfonos celulares con las baterías de nuestros automóviles, lavar nuestra ropa con una tabla de lavar y comer alimentos no perecederos”.

La familia del joven está usando un viejo generador de energía, dijo. “Los vecinos comparten generadores entre sí, solo para mantener sus refrigeradores funcionando. El ejército de Estados Unidos se fue de aquí hace dos semanas y las autoridades locales han repartido alimentos solo una o dos veces desde el huracán.

“Nuestra casa está hecha de concreto, pero hay muchas casas de madera en las montañas y áreas rurales que fueron completamente destruidas. El centro de la isla es muy pobre y recibieron muy poca ayuda, tal vez un préstamo de $500 de FEMA [Administración Federal para el Manejo de Emergencias]”.

“Hay una emigración masiva de la isla a Florida, Nueva York, California y otros estados”, dijo Anthony refiriéndose al éxodo actual, incluyendo a 183 000 puertorriqueños que, según los informes, se han reubicado en Florida. “Parece que todos los que pueden, se están yendo”.

Con el respaldo total de la Administración Trump y su secretaria de educación, Betsy DeVos, las autoridades de la isla están utilizando el desastre para seguir adelante con sus planes de cerrar cientos de escuelas, despedir a miles de maestros de escuelas públicas y expandir las escuelas concertadas con fines de lucro.

“El Gobierno tenía planes para cerrar cientos de escuelas antes del huracán”, dijo Anthony. “Los maestros y los padres de familia creen que el Gobierno está utilizando el huracán como una excusa para no volver a abrir las escuelas. Algunos maestros han sido arrestados por protestas.

“La escuela secundaria de mi hermana fue reabierta recientemente, pero solo después de la presión de maestros, padres y estudiantes. Abre solamente de 7:30 a 10:30 a.m., no es un día completo y no tiene electricidad. La escuela primaria de mi primo solo está abierta dos o tres horas al día. Las autoridades no querían reabrirla, a pesar de que maestros, trabajadores y voluntarios habían despejado los escombros y la habían limpiado. Es una pequeña escuela comunitaria que ha estado en el centro de la comunidad durante años, y las autoridades no querían reabrirla pese a que estaba lista para funcionar. Finalmente la abrieron después de las protestas.

“El número de muertos es mucho más alto de lo que quieren admitir. De repente, hay muy pocas actualizaciones sobre la cantidad de refugiados sin hogar. La tormenta fue muy fuerte y la gente perdió todo, y se ven obligados a vivir con parientes o con solo una lona en vez de un techo. Un solo hombre como el CEO de Amazon , Jeff Bezos, es dueño de una fortuna de $100 mil millones de dólares, pero el Gobierno de Estados Unidos dice que no hay dinero para ayudar a Puerto Rico. Parte de esa riqueza sería de gran ayuda”, concluyó Anthony.

Puerto Rico ya ha sido empobrecido por las tres décadas de desindustrialización y una década de contracción económica y saqueo financiero por parte de Wall Street. La tormenta María elevó la tasa de pobreza oficial al 52 por ciento, frente al 44,3 por ciento antes del huracán, según un estudio del Centro de Información Censal (CIC) de la Universidad de Puerto Rico.

En términos reales, el impacto es aún mayor. Los ingresos en los hogares se han reducido en muchos casos, debido a la carencia de electricidad en las empresas y en las zonas residenciales, ahora los trabajadores tienen menos horas de trabajo en la semana o ninguna. Y simultáneamente, los precios y los gastos han aumentado.

El economista del CIC, José Caraballo, dijo al servicio de noticias Prensa Latina que se espera que el crecimiento de la pobreza continúe a medida que más trabajadores pierdan sus empleos, especialmente aquellos con ingresos entre un 25 y un 50 por ciento por encima de la línea de pobreza. Esto pronto podría conducir la tasa de pobreza al 59,8 por ciento de la población. Algunas comunidades en la zona montañosa central de Puerto Rico sufren tasas de pobreza infantil que se acercan al 80 por ciento.

Lejos de implementar medidas para aliviar la pobreza, abolir la desigualdad y restaurar los servicios, la Administración Rosselló y los demócratas y republicanos en Washington promueven políticas de libre mercado que demorarán aún más la restauración de los servicios básicos y empobrecerán a la población mientras crean oportunidades de lucro para los capitalistas buitre.

El 2 y 3 de noviembre, políticos, líderes empresariales y ONGs celebraron una conferencia en un elegante hotel de San Juan titulada “Reconstruir Puerto Rico: La Cumbre Económica”. El objetivo de la reunión, organizada por la Minority Chamber of Commerce (MCC; Cámara de Comercio de Minorías), era establecer las llamadas asociaciones público-privadas para reconstruir la isla.

Según la agencia de prensa Centro de Periodismo Informativo, el tono de la reunión fue marcado por el jefe de relaciones públicas del MCC, Bill Kress, quien se jactó de las oportunidades de ganancias que dejó el devastador huracán para los inversores. “Cuando una puerta se cierra, otra se abre”, declaró Kress. “Sería más apropiado decir que en el caso de Puerto Rico, las puertas y los techos han sido arrancados”, agregó cínicamente. “Este es el momento de invertir, de aprovechar todo esto”, dijo Kress.

Manuel Laboy, secretario de Desarrollo Económico de Rosselló, habló de “oportunidades interesantes” para los inversores sobre la base de las reformas de libre mercado que propuso vender con la frase publicitaria “Paradise Performs” (El paraíso emprende). “Puerto Rico es un paraíso tropical y se pueden lograr grandes inversiones en Puerto Rico”, declaró Laboy. “Paradise Performs es un eslogan que promocionaremos con todos nuestros recursos”.

Según Laboy, el mes de diciembre marca el final del proceso de socorro y el comienzo de la reconexión y la reconstrucción, mientras que, el 2018 será la fase de relanzamiento, el cambio de marca de Puerto Rico, como un producto que regresa al mercado mundial.

Muchos de los oradores en la cumbre pidieron la desregulación y la concesión de permisos de construcción por “vía rápida”, con poca o ninguna supervisión gubernamental. Una “reforma” clave de la Administración Rosselló es la legislación antiobrera que degradará aún más los derechos laborales y de pensiones.

Para no quedarse afuera, el representante de FEMA, Doug Moraga, declaró: “En este momento, Puerto Rico es el ‘Gran pez’ y necesitamos aprovechar esta oportunidad”.

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