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El Tribunal Supremo de los EUA pone en vigor la prohibición de viajar de Trump

El Tribunal Supremo de los Estados Unidos le dio a Donald Trump una importante victoria política ayer al ordenar que la prohibición de inmigrar y viajar de la administración entre en vigor inmediatamente. Las órdenes invalidan decisiones de tribunales inferiores que detenían la implementación de la prohibición revisada, que prohíbe a ciudadanos de Somalia, Libia, Irán, Yemen, Siria, Corea del Norte y a muchos venezolanos viajar a los EUA. La prohibición ahora quedará en vigor a la espera de los litigios en los Tribunales de Apelaciones del Cuarto y Noveno Circuito.

Los resultados prácticos de las órdenes del Tribunal Supremo son devastadores. Se estima que cien millones de personas tienen prohibido viajar o inmigrar a los Estados Unidos. Una cantidad indecible de inmigrantes morirá abandonada en sus países agobiados por crisis o azotados por guerras, incapaces de obtener visados para viajar en avión a los EUA. Muchos más se ahogarán em el Mediterráneo intentando cruzarlo hacia Europa. Mujeres refugiadas serán violadas y sexualmente agredidas en la peligrosa travesía de miles de kilómetros que ahora se verán obligadas a hacer. A otros miles se les negará el derecho a pasar las vacaciones, a estudiar, a trabajar o a reunirse con sus familias en los EUA.

El tribunal votó por 7 a 2 a favor de implementar la prohibición, incluyendo a la nombrada por Obama, Elena Kagan, el nombrado por Clinton, Stephen Breyer, y los cinco jueces nombrados por presidentes republicanos. Ruth Bader Ginsburg y Sonia Sotomayor votaron en contra.

Los votos de Kagan y de Breyer’s revelan el apoyo fundamental del Partido Demócrata a las políticas más reaccionarias de Trump. No debería olvidarse de que en julio Kagan y Sotomayor fueron parte del fallo unánime del Tribunal Supremo para permitir que entraran en vigor partes de la prohibición de viajar, revelando la verdadera naturaleza del Partido Demócrata y su acuerdo bipartidista fundamental sobre la legislación anti-inmigración.

Los demócratas han consentido que Trump apruebe recortes fiscales masivos para los ricos, que destripe regulaciones medioambientales y de la seguridad laboral, que fortalezca de manera subrepticia los niveles de las tropas estadounidenses en África y el Medio Oriente, que confabule para eliminar la neutralidad en la red, y que deporte a miles de inmigrantes en escuelas, hospitales y juzgados en todo Estados Unidos.

Al tiempo que no se oponen verdaderamente a esas políticas, los demócratas agotan su capital político denunciando a Trump como “agente de Putin” como parte de una campaña que solo intensificará el sentimiento xenófobo y sentará las bases para la guerra contra Rusia.

La orden que ahora está en vigor —la tercera prohibición de viajar de Trump— es aún más expansiva que las dos anteriores. Después de que su primera orden de enero fuera sometida a querellas generalizadas a causa de que discriminaba descaradamente a los musulmanes, la administración de Trump volvió a redactar la orden en marzo, dejando fuera de la prohibición a los residentes permanentes y quitando a Irak de la lista original de siete países sujetos a ella.

En junio, el Tribunal Supremo unánimemente mantuvo la segunda, revisada, prohibición de viajar de Trump, dictaminando solo que la prohibición no se puede aplicar a los que tienen familiares cercanos o vínculos laborales con los Estados Unidos.

La orden de ayer elimina incluso esa limitación, ya que se basa en un desafío a la tercera prohibición de viajar de Trump, implementada en septiembre. La tercera prohibición expandió la lista de países para incluir a Chad, Venezuela y Corea del Norte. La tercera prohibición, ahora en vigor, es permanente, a diferencia de las dos versiones provisorias anteriores.

La prohibición es parte de medidas más amplias para dar cobertura legal a los sentimientos anti-musulmanes y xenófobos que fueron la base de la campaña de Trump. En 2016, Trump prometió imponer “un cierre total y completo de las llegadas de musulmanes a los Estados Unidos”.

La administración está buscando estimular el nacionalismo y la xenofobia como parte de sus preparativos para la guerra nuclear con Corea del Norte, China, Irán y Rusia, teniendo como trasfondo el declive del nivel de vida y de la esperanza de vida en la clase trabajadora estadounidense.

La extrema derecha respondió jubilosa a la decisión de ayer. El Breitbart Newsde Stephen Bannon puso anoche la orden del Tribunal Supremo como su principal titular, citando al Fiscal General Jeff Sessions, quien caracterizó la orden como una “victoria sustancial”.

Breitbart News se jacta de la victoria en el Tribunal Supremo

“La Constitución le da al presidente la responsabilidad y el poder de proteger este país de todas las amenazas exteriores y domésticas”, añadió Sessions, “y esta orden es vital para lograr esos objetivos”. El Daily Stormer nazi describió la orden como “buenas noticias” y “una señal al mundo de que el pueblo estadounidense está harto de la basura subhumana que ha estado viniendo”.

Los diez meses desde que la administración de Trump intentara implementar su primera prohibición de viajar contienen importantes lecciones para los trabajadores y los jóvenes que buscan oponerse a las políticas de Trump.

En enero, cuando Trump anunció su prohibición, estallaron protestas generalizadas que implicaron a decenas de miles de personas en aeropuertos y otros puntos de entrada en diferentes partes de Estados Unidos, mientras agentes de inmigración les negaban la entrada a cientos de inmigrantes y residentes permanentes legales. Estas protestas vinieron una semana después de la asunción del mando de Trump, cuando tuvieron lugar las manifestaciones más multitudinarias en toda la historia estadounidense.

En ese momento, numerosos demócratas, incluyendo a Charles Schumer, Nancy Pelosi y Bernie Sanders, aparecieron en manifestaciones y articularon denuncias a las políticas xenófobas de Trump. Aparte del hecho de que estos personajes demócratas apoyaron de manera acrítica al Presidente Barack Obama cuando deportó a 2,7 millones de personas durante su presidencia, su oposición verbal a Trump ha revelado ser ahora una farsa total. Pelosi y Schumer prometieron trabajar con Trump para asegurar la “seguridad fronteriza añadida” mientras las deportaciones y las prohibiciones de viajar seguían sin cesar. Casi sin que los dirigentes demócratas dijeran ni pío, la prohibición de Trump ahora está en vigor.

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