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Perspectiva

Partido Demócrata encabeza cacería de brujas contra Jill Stein del Partido Verde

El Partido Socialista por la Igualdad condena la acometida contra Jill Stein, la candidata presidencial del Partido Verde en las elecciones del 2016, de los cazadores de brujas neo-mccarthistas de la comisión de inteligencia del Senado.

El PSI tiene diferencias políticas fundamentales con el Partido Verde. Sin embargo, defendemos inequívocamente el derecho constitucional del Partido Verde a operar y hacer campaña libre de cualquier hostigamiento del Gobierno, su policía y sus agencias de inteligencia. El ataque contra Stein, encabezado por el Partido Demócrata, es un intento inconstitucional de deslegitimar y suprimir la oposición política al monopolio del sistema bipartidista y capitalista.

Stein advirtió en una declaración que las investigaciones están siendo “utilizadas para intimidar y silenciar la oposición de principios a los grupos de poder” ante un clima de “ataques contra nuestras libertades civiles, la aparición de la censura en las redes sociales y la prensa, la criminalización de la protesta, la militarización de la policía y la expansión masiva del espionaje estatal”.

El lunes, Stein confirmó que los investigadores del Senado le habían exigido presentar documentos relacionados a sus presuntas interacciones con Rusia. Según estas autoridades, su actividad sospechosa consistió en atender una cena conmemorando el décimo aniversario de RT, la única cadena televisiva que le ofreció a su campaña una cobertura significativa. El presidente ruso, Vladimir Putin, también estaba presente.

Stein no tiene absolutamente nada que ir a responder al Congreso estadounidense. Como una candidata presidencial, tenía todo el derecho a no solo atender un evento mediático, sino tener discusiones con otras figuras públicas, extranjeras o nacionales.

¿Se espera que uno crea que Hillary Clinton y su campaña no estaban en contacto con líderes políticos de otros países? Por ejemplo, el 19 de setiembre del año electoral, Clinton se reunió públicamente con tres mandatarios, incluyendo al presidente ucraniano instalado por medio de un golpe de Estado que lideraron fascistas, Petro Poroshenko, y al presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, el carnicero del Cairo que ahogó a la revolución egipcia en sangre.

Las investigaciones sobre las acusaciones de “injerencia” rusa están basadas en la afirmación infundada de que Rusia manipuló las elecciones estadounidenses. Sin embargo, el hecho de que Al Sisi y Poroshenko estén en el poder evidencia directamente el grado en el que Estados Unidos interfiere en los asuntos políticos de todos los países del mundo, orquestando golpes de Estado, apuntalando a dictaduras y bombardeando o invadiendo países a voluntad.

Además de ir a la cena de RT, según el demócrata de rango en dicha comisión, Mark Warner, la candidata verde “dijo cosas muy halagadoras de Julian Assange”. ¿Ahora esto es evidencia de actividades potencialmente criminales? Assange, el fundador de WikiLeaks, es un periodista que ayudó a exponer los crímenes de la élite policía estadounidense.

Por haber apoyado en público a un preso y disidente político, Stein ahora encara la posibilidad de ser arrastrada a una audiencia legislativa como si hubiese participado en actos de traición.

Esta es la realidad orwelliana de Estados Unidos en el 2017, presidida por dos partidos derechistas y oligárquicos que no pueden tolerar ni tolerarán ninguna oposición política.

La premisa entera de la “colusión con Rusia” es plenamente una invención para disipar las interrogantes alrededor de la hemorragia sufrida por los demócratas respecto al apoyo de amplias secciones de la población. De esta manera, buscan culpar la existencia misma de una alternativa al sistema bipartidista por su derrota electoral.

En su libro What Happened (Qué pasó), Clinton denunció que “los rusos dirigieran su propaganda a los votantes indecisos o los simpatizantes de Clinton ‘blandos’ que pudiesen ser convencidos de quedarse en casa o apoyar a un tercer candidato”.

Continuó: “Es posible que esta sea una de las razones por las que los candidatos de terceros partidos recibieran cinco millones de votos más en el 2016 que en el 2012. Ese fue un objetivo tanto de los rusos como de los republicanos, y funcionó” en ocasionar su derrota.

Ahora, los demócratas están utilizando su poder institucional para vengarse de un partido al cual culpan por haber contribuido a su derrota electoral.

La razón por la que aumentó el voto a favor de terceros partidos en el 2016 no fue ninguna “injerencia” rusa, sino el hecho de que millones de personas odiaban a los dos partidos de las grandes empresas. El Partido Demócrata se ha colocado al frente de un ataque contra la oposición política dentro de EUA porque se siente sitiado con respecto a los sentimientos populares, los cuales se mueven cada vez más a la izquierda.

Por esta razón, el Partido Demócrata ha salido con toda una serie de provocaciones, de acusaciones sobre la trama rusa a la histeria alrededor de conductas sexuales indebidas. En el proceso, ha creado las condiciones más favorables posibles para que los republicanos puedan promulgar una enorme reducción en los impuestos sobre las corporaciones, una política que cuenta con un apoyo bipartidista.

La vieja retórica de las secciones más derechistas del Partido Republicano en el punto álgido del mccarthismo de la Guerra Fría —cuando cualquier revés internacional del imperialismo estadounidense y toda oposición política eran retratados como conspiraciones de infiltrantes extranjeros y agitadores izquierdistas— ha sido adoptada por el Partido Demócrata.

La investigación del Senado sobre el Partido Verde se está realizando mientras figuras como Warner y el demócrata de rango del comité de inteligencia de la Cámara de Representantes, Adam Schiff, han estado promoviendo la censura política masiva por parte de las compañías tecnológicas y mientras la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, siglas en inglés) ha revocado la neutralidad de la red, permitiéndoles a los proveedores de los servicios de internet bloquear el acceso a sitios web de oposición.

La puesta en la mira al Partido Verde marca el inicio de una nueva etapa en la campaña para criminalizar todo disentimiento y oposición política en Estados Unidos por parte de una burguesía que prepara tanto otra ofensiva contra los derechos sociales de la clase trabajadora como conflictos entre “grandes potencias” que atentan con detonar otra guerra mundial.

Declaración del Comité Político del Partido Socialista por la Igualdad (EUA)

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