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Los trabajadores rumanos de la Ford se muestran desafiantes ante el intento de la compañía de imponerles un contrato chantajista

Ha empezado el año nuevo con el gigante Ford intentando imponer un acuerdo laboral de dos años a 4.200 trabajadores en su planta de Craiova, Rumanía. Los trabajadores volvieron de sus vacaciones con un estado de ánimo indómito, sin embargo, y el boletín WSWS Autoworker Newsletter ha recibido reportes de paros esporádicos y una determinación creciente para una resistencia colectiva.

El 21 de diciembre, unos mil trabajadores de Craiova fueron a la huelga en la planta del sureste de Rumanía en una huelga espontánea después de que el Sindicato del Automóvil de Ford Craiova firmara el acuerdo traidor con Ford Rumanía. El acuerdo congela la paga de los trabajadores con mayor antigüedad y reduce los salarios de los contratados más recientemente por debajo del salario mínimo, o €300 ($358) por mes, al tiempo que recorta los pagos por horas extra e introduce horarios “flexibles” para cuando “las exigencias operativas lo requieran”.

El gigante automotor basado en los EUA, que hizo $16,3 mil millones en beneficio bruto en 2016 y $9,4 mil millones en los tres primeros cuartos de 2017, compró las instalaciones que fueran de Daewoo Motors al Estado rumano en 2008. Los salarios rumanos pueden ser de apenas €2 ($2,26) la hora o menos del cinco por ciento del coste laboral total de un trabajador alemán de la industria automotriz. Los trabajadores de Craiova producen en serie el SUV compacto de la Ford, EcoSport —a un precio de partida de $19.000 (€15.777) o cuatro veces el salario anual de un recientemente contratado— principalmente para el mercado de Europa occidental.

Los trabajadores han desafiado el chantaje de la patronal de la Ford, que amenazó con retirar los planes para un segundo producto y esencialmente los mandó a la calle si los trabajadores no acceden a las demandas de la compañía.

Si los obreros rechazaran el acuerdo, funcionarios de la compañía advirtieron, Ford no compensaría a los trabajadores por los grandes aumentos impositivos con los que se enfrentan en este nuevo año debidos a una reciente ley promulgada por el gobierno rumano. El gobierno socialdemócrata esencialmente ha eliminado la parte que corresponde a los empleadores en costear la sanidad y otras prestaciones sociales, y las desplazó a las espaldas de los trabajadores. Sin que la Ford transfiera nada de sus ahorros masivos a los trabajadores, ellos se enfrentarían a un recorte de facto del 25 por ciento, relegando a los trabajadores y a sus familias a pasar hambre.

Según un trabajador de Craiova que está en contacto con el WSWS Autoworker Newsletter, la diferencia entre aceptar y rechazar el acuerdo sería de unos 800 lei rumanos (€171,43 o $206) por mes. “Subirá a 1900 lei (€407 o $490), pero 1100 (€236 o $284) si no aceptamos el acuerdo”. Pero el “aumento” salarial —que son solo bonificaciones, no aumentos en la paga de base— en realidad no es ningún aumento, dado que los 800 lei “añadidos” serán deducidos de la parte del sueldo de los trabajadores para contribuciones sociales.

Con los trabajadores oponiéndose categóricamente al acuerdo, la patronal de la Ford ha querido parecer menos agresiva esta semana, al tiempo que insistía que el nuevo contrato entraría en vigor sin importar su resistencia. “Todos nosotros pasamos por desafíos”, dijo el jefe de Ford Rumanía John Oldham en una declaración oficial emitida el miércoles, “pero quiero que sepáis que el equipo de dirección de Ford seguirá manteniendo su compromiso con el fuerte futuro de la planta de Craiova. Es importante que permanezcamos juntos y que actuemos como un SOLO EQUIPO y que sigamos mostrando que la fábrica de Craiova es una de las mejores usinas de la Ford en Europa”.

Con todo, insistió, la patronal “decidió aplicar todas las previsiones como fueron negociadas el 20 de diciembre de 2017...”. El ejecutivo de la Ford prometió aumentos salariales para todos los empleados como resultado de “transferir contribuciones del empleador al empleado”, aumentos para los recién contratados, y un aumento a los seis meses para otros trabajadores, “en línea como los estipulados en las decisiones de la Comisión Negociadora”. Con falsa generosidad, Oldham añadió que los cupones de almuerzo se encarecerían $0,77 (€0,64) este mes. Terminó sus comentarios deseando de manera insultante a los trabajadores y a sus familias un “feliz y próspero Año Nuevo”.

Con la ira llegando al punto de ebullición, los funcionarios sindicales del Sindicato del Automóvil de Ford Craiova intentaron distanciarse del acuerdo. En una declaración sin firmar que el sindicato ha enviado a los trabajadores esta semana, y que los trabajadores de la planta entregaron al WSWS Autoworker Newsletter, el sindicato declaró, “Siguiendo las conversaciones mantenidas hoy con la patronal, desde el punto de vista del sindicato, las negociaciones sobre el CCM [Acuerdo de Negociación Colectiva] no han sido finalizadas, como la patronal os ha informado. No se firmó el CCM para los años 2018-2019”.

Declaración del sindicato pro-patronal

Los trabajadores no deberían firmar “adiciones a su Convenio de Trabajo Individual (CIM)”, dijo el sindicato, porque ello “implica la aceptación de la oferta del empleador”. El sindicato buscaría “pasos legales para concluir un acuerdo CCM por todos los miembros”, añadía la declaración. En un esfuerzo por apuntalar su credibilidad con los trabajadores, los funcionarios sindicales afirmaron que sus firmas en el contrato habían sido falsificadas.

Aunque los detalles están solo esbozados, los trabajadores informaron al Autoworker Newsletter de que la federación sindical nacional podría intervenir para negociar un nuevo acuerdo. Esto ha encontrado mucho escepticismo. “Todos están descontentos”, el trabajador de la Ford le dijo al boletín. “Todos estamos diciendo que no vamos a firmar el acuerdo, pero Ford está buscando la manera de chantajearnos y ha amenazado con llevar a los tribunales al sindicato si no respeta el acuerdo. A partir de hoy”, dijo, “el sindicato estaba reanudando las negociaciones asistido por abogados”.

Añadió, “Se está ejerciendo mucha presión en los trabajadores. Se les dijo que si no estaban de acuerdo con lo que Ford ha propuesto, se les quitaría dinero. Todos están furiosos pero confundidos. Ford, el sindicato y el gobierno rumano nos engañaron. Ahora parece que el sindicato está de nuestro lado, pero nos han vacilado tantas veces que ya no sabemos en quién confiar”.

Los trabajadores han estado haciendo circular en la usina los artículos publicados acerca de su lucha por el World Socialist Web Site. “Cada vez más gente ha empezado a distribuir vuestras publicaciones”, dijo, añadiendo que había un gran interés en el llamamiento del boletín a movilizar a los trabajadores de la industria del automóvil internacionalmente en defensa de su lucha”.

Describiendo las condiciones en el empobrecido país, dijo, “Trabajamos para los impuestos. Los hospitales tienen brotes de infecciones. Cuando vas al hospital tienes que comprarte absolutamente todo para que te traten. Si te operan, tienes que comprarte los medicamentos y todo. Muchas fábricas han sido cerradas e industrias enteras destruidas, y nos obligan a aceptar el salario mínimo”.

Aunque se viene utilizando a Europa del Este desde hace mucho tiempo como una plataforma de trabajo barato tipo México y para extraer concesiones salariales de los trabajadores de Occidente, a lo largo del año pasado ha habido una marea creciente de huelgas militantes, incluyendo a los trabajadores de Fiat en Serbia y los trabajadores de VW en Eslovaquia.

A excepción del WSWS ha habido un apagón informativo sobre esta lucha en Rumanía. El departamento de comunicaciones en la sede global de la Ford en el suburbio de Detroit Dearborn, Michigan, no devolvió una llamada del WSWS acerca de la disputa. Ni el sindicato IG Metall en Alemania, ni el United Auto Workers en los EUA han hecho declaración alguna.

Lo último que quieren estos sindicatos basados a nivel nacional y pro-patronales es una lucha común contra sus “socios” corporativos, que empezaron a revertir las concesiones apoyadas por el sindicato que han producido ganancias corporativas récord y estimularon los holdings de acciones y las cuentas bancarias del aparato del sindicato.

Las condiciones para unificar la lucha de los trabajadores automotores, sin embargo, nunca han sido tan oportunas. Unos 3,9 millones de trabajadores automotores, acereros e ingenieros en Alemania están presionando por mejoras salariales significativas y semanas laborales más cortas durante las negociaciones actuales y cientos de trabajadores de VW y Porsche están implicados en huelgas parciales y protestas esta semana. En Francia, los trabajadores automotores están batallando contra el gobierno de Macron, que está usando sus nuevas “reformas” laborales para imponer despidos al estilo estadounidense y trabajo informal en PSA y otras corporaciones.

Los trabajadores de la industria automotriz de todo el mundo deben tomar el asunto en sus propias manos construyendo comités de las bases, y coordinando sus luchas contra las corporaciones que se organizan a nivel global y el sistema capitalista internacional.

Esta es cada vez más la conclusión que los trabajadores están sacando. En comentarios dirigidos a sus hermanos y hermanas de clase en Rumanía, un trabajador de la Planta de Ensamblaje de Ford en Chicago dijo, “Luchad por aquello que os merecéis, no por lo que ellos quieran daros. Las excusas que dan la compañía y los sindicatos a los trabajadores son siempre las mismas. Puede que sean en diferentes idiomas y puede que varíen un poco de un sitio a otro pero en esencia es la misma excusa.

“Dicen, ‘Nosotros —la compañía y los sindicatos— queremos más, mucho más, por menos. Nosotros, la corporación y el sindicato, nos llevamos todas las ganancias mientras tú, el trabajador, tienes que sufrir’. La corporación y el sindicato son siempre los ganadores, y la clase trabajadora siempre pierde. Tienen que cambiar las cosas”, le dijo al boletín.

“Tenemos que emplear la misma estrategia que esas corporaciones usan contra nosotros. Tenemos que volvernos globales. Una clase trabajadora global unida, luchando por lo que todos nosotros nos merecemos. Esas corporaciones se han vuelto globales azuzando a la clase trabajadora de un país contra la de otro. La única respuesta es que nos unamos globalmente como una clase trabajadora. No podemos seguir permitiéndonos concebirnos a nosotros mismos como un grupo aislado en una nación determinada. Tenemos que pensar y luchar a escala global”.

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