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Los demócratas se acobardan cuando Trump promete ataques antiinmigrantes en una reunión en la Casa Blanca

Luego de una reunión en la Casa Blanca ayer con líderes demócratas y republicanos, el Partido Demócrata y la prensa burguesa adularon al presidente Donald Trump cuando este hacía sus propuestas de extrema derecha para acabar con la inmigración en los Estados Unidos.

Trump repitió su posición anterior de que estaría dispuesto a considerar extender los derechos de 800.000 beneficiados del programa “Acción Diferida para Llegada de Niños” (DACA, siglas en inglés a cambio de una militarización masiva de la frontera entre México y Estados Unidos.

“Necesitamos un muro en cierta porción de la frontera”, dijo Trump durante la reunión, aproximadamente la mitad de la cual fue televisada. “Si no lo tenemos, nunca podremos tener seguridad”.

The New York Times calificó los comentarios de Trump como “una ruptura notable con los mensajes divisivos que impulsaron al Sr. Trump a la Casa Blanca y las duras políticas que definieron su primer año en el cargo”. Trump y demócratas “parecían hacer algún progreso”, dijo el diario.

En realidad, Trump repitió su línea fascista antiinmigrante. “Las drogas se están vertiendo en nuestro país a un ritmo récord y viene mucha gente que no podemos tener”, dijo Trump al grupo bipartidista de líderes del Congreso.

Primero, dijo: “Necesitamos un muro”, admitiendo que no sería necesario un muro en partes del desierto tan inhóspito que aquellos que crucen morirían en el intento. En segundo lugar, Trump dijo que cualquier legislación negociada “tiene que ser un proyecto de ley para terminar con la migración rampante” que “atrae a muchas, muchas personas a tratar de cruzar una y otra vez, y que no funciona muy bien. Esas muchas personas no nos están haciendo bien”.

Trump luego citó un crimen supuestamente llevado a cabo por un inmigrante indocumentado que “atropelló a ocho personas y muchas personas resultaron gravemente heridas. Pérdida de brazos, pérdida de piernas. Algo horrible sucedió, y luego te fijas en la cadena de personas que vinieron por su culpa. Una situación terrible”.

En tercer lugar, Trump pidió la eliminación del sistema de lotería de visas, alegando que los países “no te están dando sus mejores hombres; el sentido común significa que no te están dando sus mejores hombres. Están dándonos personas que no quieren”. Aunque estas declaraciones no fueron cuestionadas, son evidentemente falsas. Los solicitantes de asilo y parientes desesperados constituyen la mayor parte de los solicitantes de la lotería de visas, y solo el 1 por ciento de los solicitantes tienen éxito en la obtención de visas.

La respuesta demócrata fue más que patética. Bromearon y se rieron junto a Trump, quien dentro de las últimas 24 horas había anunciado que estaba terminando el Estatus de Protección Temporal (TPS) para más de 250.000 inmigrantes salvadoreños.

The Times omitió mencionar esta decisión como parte de su reclamo de que Trump rompió con sus “esfuerzos para demonizar y deportar a inmigrantes que ingresaron ilegalmente al país”. Trump se está preparando para deportar a salvadoreños que han vivido en los EE. UU. durante más de dos décadas y devolverlos a uno de los países más violentos y empobrecidos del mundo, y como resultado muchos serán asesinados. Ningún demócrata mencionó esto en sus comentarios durante la reunión televisada.

“Nos sentimos honrados de ser parte de esta conversación”, gimoteó el senador Richard Durbin, líder de la minoría demócrata del Senado, y agregó que “hay factores que los demócratas apoyarán cuando se trate de seguridad fronteriza. Queremos una frontera segura en Norteamérica, punto, tanto en lo que respecta a los problemas de la migración ilegal, así como también en lo que respecta a las drogas y todas estas otras áreas”.

El líder de la minoría demócrata, Steny Hoyer, agregó: “Los demócratas están a favor de la seguridad en las fronteras; quiero decir eso enfáticamente. No hay un demócrata que no esté a favor de tener fronteras seguras”. Hoyer le dijo al presidente: “Y luego, porque creo que todos en esta mesa, como usted señaló, están a favor de la seguridad, y entonces el problema sería cómo hacerlo. Lo mejor es que tengamos esa seguridad fronteriza”.

Bernie Sanders, aunque no estuvo presente en la reunión de ayer, declaró el domingo: “No creo que haya nadie que no esté de acuerdo en que necesitamos una fuerte seguridad fronteriza. Si el presidente quiere trabajar con nosotros para asegurarse de que tengamos una sólida seguridad fronteriza, hagámoslo”.

A juzgar por el enfoque servil adoptado por los demócratas para el programa de inmigración de Trump, uno tendría poca idea de que los demócratas están librando una campaña de prensa diaria para denunciar a Trump como un idiota loco sujeto a ser destituido bajo la enmienda 25. Pero tales ataques se limitan a cuando se cuestiona la conducta de Trump hacia Rusia. Cuando se trata de la deportación masiva de cientos de miles de inmigrantes, los Demócratas y Trump tienen un acuerdo básico. Hacia fines de 2017, los demócratas votaron dos-contra-uno en contra de considerar artículos para acusar formalmente a Trump, en parte, por su campaña antiinmigrante.

El aumento de la “seguridad fronteriza”, sobre lo que ambas partes están de acuerdo, significa más drones, más agentes, más alambre de púas, más sensores de movimiento, más focos, más barreras, más deportaciones y más muertes en las tierras fronterizas entre México y Estados Unidos.

Hasta 27.000 personas han muerto desde 1994, cuando la administración del Partido Demócrata de Bill Clinton implementó Operation Hold the Line y Operation Gatekeeper, militarizando las fronteras en El Paso y San Diego, respectivamente, y forzando a los inmigrantes a cruzar en los inhóspitos desiertos del suroeste de los Estados Unidos.

En cuanto a los ataques de Trump a la “migración en cadena”, a los que ninguno de los demócratas se opuso verbalmente, se trata de familias de clase trabajadora que piden esposos, esposas y parientes que ingresen a los Estados Unidos para unificar a sus familias y proteger a sus seres queridos de la persecución en manos de bandas de narcotraficantes y gobiernos y policías corruptos respaldados por el imperialismo estadounidense.

La alternativa, un enfoque llamado “basado en el mérito”, significa estandarizar la discriminación basada en la clase y prohibir la inmigración a aquellos sin títulos avanzados o contratos de empleo para profesionales.

Sobre la cuestión de un muro fronterizo, Trump dijo algo cierto cuando se refirió a la ley bipartidista Secure Fence Act 2006, diciendo: “Nosotros también, como saben, fue aprobada en 2006, algo esencialmente similar; una valla muy importante fue aprobada. Pero, desafortunadamente, no sé, nunca la hicieron. Pero la necesitan”.

De hecho, entre los que apoyaron este proyecto de ley para construir un muro a lo largo de la frontera se encontraban los senadores Barack Obama, Hillary Clinton, Chuck Schumer, Joe Biden, Dianne Feinstein y Barbara Boxer. Cada uno es responsable de las vidas de innumerables inmigrantes que han muerto intentando escapar de la pobreza y la violencia en busca de una vida mejor. Hoy en día, la postura de los demócratas de oponerse a un muro fronterizo es un esfuerzo por salvar la cara frente a una creciente sección de la población de votantes latinos.

Las negociaciones continuarán durante la semana anterior a la fecha límite del 19 de enero para ampliar los fondos del gobierno federal. El 5 de marzo es la fecha en que los destinatarios de DACA no podrán volver a solicitar el programa. Por el momento, parece probable que se alcance algún tipo de acuerdo para ampliar las protecciones para DACA a fin de proporcionar a los demócratas una hoja de parra para las elecciones de mitad de período de 2018.

Los compromisos que los demócratas harán para asegurar la protección de DACA serán desastrosos para las aproximadamente 12 millones de personas indocumentadas que viven en los Estados Unidos, así como para los familiares de inmigrantes legales en sus devastados países de origen en América Latina, Medio Oriente, África y Asia, que buscan desesperadamente una salida a las condiciones de guerra, pobreza y persecución.

Un elemento de las negociaciones es dividir a las poblaciones de inmigrantes entre sí en un esfuerzo por bloquear el desarrollo de un movimiento contra las deportaciones que involucra a sectores más amplios de la clase trabajadora, tanto inmigrantes como aquellos nacidos en los Estados Unidos.

El Partido Socialista por la Igualdad rechaza el marco de este acuerdo bipartidista, en el que 800.000 beneficiarios de DACA son tratados como una moneda de trueque para intercambiar a expensas de los beneficiarios de TPS salvadoreños, viajeros y refugiados afectados por el “Travel Ban 3.0” de Trump, o esos futuros inmigrantes obligados a viajar por el desierto. Todos los inmigrantes tienen derecho a viajar libremente por todo el mundo sin temor a la deportación o el acoso.

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