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Sindicatos indios traicionan huelga de transporte

Se trata de una nueva gran traición; ocurre el once de enero: Los sindicatos se postran ante el Tribunal Superior de Madras y cancelan una huelga de ocho días de la mayoría de los 140 mil empleados de la Empresa Estatal de Transporte de Tamil Nadu (TNSTC), incluyendo a chóferes y acompañantes de autobús.

Los sindicatos, incluyendo a los que están bajo el control del Partido Comunista de la India (Marxista), [CPM], estalinista, les dan la orden a sus miembros de regresar a sus puestos, sin que ninguna de las exigencias de los trabajadores haya sido cumplida. Todo eso ocurre aunque los obreros ya llevaban más de una semana desobedeciendo la orden judicial del cinco de enero, prohibiendo la huelga contra TNSTC.

La huelga comienza el cuatro de enero luego del fracaso de once intentos de negociación entre líderes sindicales y gerentes, dirigidos por el ministro de transporte M.R. Vijayabaskar. Entre otras cosas los obreros piden un salario básico mínimo mensual de 19.500 rupias ($306 EUA) y un aumento del 2,57 por ciento. El gobierno ofrece 2,44 por ciento y nada más.

Transportistas en huelga en la ciudad de Chennai

Los obreros plantean que una desgravación de cincuenta millones de rupias de los sueldos de los todos los empleados, parte de una maquinación de seguro social, todavía no ha sido depositada en las cuentas bancarias correspondientes. La gerencia de TNSTC utiliza ese dinero para el manejo diario de la empresa vez de utilizarlo como fondo de pensiones y otros beneficios obreros.

Los huelguistas también exigen beneficios, pendientes durante quince años, para transportistas jubilados y quieren acabar con los dos diferentes escalafones dentro de la empresa; a los administradores se les paga de acuerdo a reglas normales bien establecidas; a los chóferes de autobuses, a sus asistentes y a los mecánicos se los mantiene al margen de esas normas mediante contratos de tres años solamente.

Unos diecisiete sindicatos ligados a varios partidos de oposición habían accedido a la huelga sólo para calmar los ánimos de los trabajadores. Entre estos sindicatos están la Federación Laborista Progresiva (LPF) del populista sectario Dravida Munnetra Kazhagam (Federación dravidiana de progreso, DMK), La Central de Sindicatos de la India (CITU) y el Congreso Sindical Nacional (INTUC) afiliada al Partido Congreso Nacional Indio.

Para calmar la inquina de muchísimos obreros contra esta última traición, los sindicatos falsamente proclaman victoria. K. Natarajan, tesorero de LPF, así le dijo al periódico New Indian Express: “Los sindicatos de los obreros lucharon unidos y obligaron al gobierno a cumplir con nuestras exigencias”. Por su parte, el Secretario General de LPF, M. Shanmugam, declara que el paro sólo había sido “suspendido” y alardea que “si el gobierno no cumple en un mes, los sindicatos volverán a la huelga”.

Natarajan también les dice a los trabajadores que “no se preocupen por repercusiones” de la huelga; a pesar que TNSTC ahora exige que miles de obreros den causa para no ser sancionados. El periódico Times of India informó el nueve de enero sobre la suspensión de veinte empleados de la división Kumbakonam de TNSTC. Es más: se les descontó a los huelguistas el sueldo por los días de la huelga.

Con todo descaro A. Soundararajan, secretario estatal de la estalinista CITU les dice a los obreros que sigan trabajando con la “bendición de la victoria”. No sólo no ganaron nada los obreros, sino que, según el periódico Hindu, el gobierno se rehúsa en cancelar acusaciones criminales contra transportistas acusados de dañar propiedades públicas.

Estos sindicatos cargan con una larga crónica de traiciones de huelgas. En septiembre 2017 una amalgama de sindicatos, entre estos los sindicatos afiliados a CITU y DMK, también se aprovecharon de una orden judicial para cancelar una huelga de treinta y tres mil maestros y empleados del estado en Tamil Nadu contra un complot contra sus pensiones. En febrero del año pasado, los mismos sindicatos siguieron un guión similar cuando cancelaron la huelga de doscientos mil empleados del gobierno de Tamil Nadu que rechazaba una artimaña contributiva contra las pensiones de ellos.

La traición de los sindicatos resulta de la política nacionalista y de colaboración de clases de los partidos que los controlan. DMK, Congreso y CPM apoyan un proyecto pro inversionista para transformar a la India en un centro de mano de obra barata para beneficiar al capitalismo global. El CPM estalinista está enredado con los grupos de poder indios y cumple un papel clave sosteniendo el control burgués en el gobierno central y en el gobierno estatal, apoyando al Partido Congreso Nacional, al DMK y al partido que ahora gobierna Tamil Nadu, el burgués AIADMK (All India Anna DMK).

Todos los sindicatos, el CPM en especial, luchan “unidos” para impedir que otros sectores de la clase trabajadora se unan a la huelga y para impedir que se discuta la necesidad de un programa socialista e internacionalista. La burocracia sindical intentó atacar a puñetazos a partidarios del World Socialist Web Site que visitaba a transportistas en huelga en la ciudad de Chennai, capital de Tamil Nadu, para escribir sobre la huelga y discutir el entorno político del paro.

La huelga de autobuses de Tamil Nadu no es una lucha aislada en un solo estado indio. Es parte de una lucha de clases que detona por toda India y por todo el mundo. El dos de enero la Asociación Médica India (IMA), que representa a 290 mil médicos, se declaró a favor de suspender los servicios particulares de asistencia médica en repudio a proyectos de privatización fiscal. Según analiza el WSWS a comienzos del 2018, este año lleva todas las de ser uno de tremenda intensificación de tensiones sociales y aceleración de conflictos de clase en todo el mundo.

Se aproxima el momento en que los obreros indios romperán con estas reaccionarias organizaciones sindicales; cuando construirán comités de acción para luchar por sus derechos esenciales, democráticos y sociales, por salarios decentes, buenas condiciones de trabajo y empleos estables. Para eso no basta sólo abrazar a los obreros de toda India; es necesario abrazar a los obreros de todo el mundo y emprender una guerra unida con el fin de acabar con el capitalismo y crear una sociedad socialista.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 13 de enero de 2018)

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