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Voluntario arrestado por dar comida y agua a los inmigrantes a lo largo de la frontera de los Estados Unidos y México

El 16 de enero, agentes de la Patrulla Fronteriza en Ajo, Arizona arrestaron a Scott Daniel Warren, trabajador voluntario de la organización de defensa de los derechos de los inmigrantes No More Deaths (No Más Muertes), que proporciona alimentos, agua y asistencia médica a inmigrantes que cruzan las traicioneras tierras fronterizas del desierto de México. Warren enfrenta cargos federales de albergar ilegalmente a dos personas en el país, lo que conlleva una sentencia máxima de cinco años de prisión.

El arresto de Warren es un acto flagrante de represalia contra No More Deaths por parte de la Administración Trump y su fuerza policial fronteriza. Se realizó ocho horas después que la organización realizara una conferencia de prensa para anunciar un nuevo informe que documenta la destrucción sistemática por parte de los agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos del suministro humanitario de agua para los inmigrantes a lo largo de la frontera.

Agentes fronterizos de EUA destruyen suministros humanitarios de agua en la frontera con México

El informe fue acompañado por vídeo metraje, captado entre 2010 y 2017, el cual muestra a los oficiales riendo mientras derraman y patean botellas de agua en el desierto. El video ha provocado indignación y ha sido visto más de 18 millones de veces en Facebook. Al arrestar a Warren, la administración de Trump y la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza están tratando de silenciar la exposición pública o las críticas a sus acciones de manera más amplia, con la amenaza de enjuiciamiento.

Warren, de 35 años, es profesor asociado de la Universidad Estatal de Arizona en la Facultad de Ciencias Geográficas y Planificación Urbana, donde dicta conferencias sobre la crisis humanitaria a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México. En las últimas dos décadas, se calcula que unas 27.000 personas han muerto intentando viajar a través de México a los Estados Unidos desde países de América Central y del Sur que han sido desgarrados por guerras y dictaduras llevadas a cabo o apoyadas por el gobierno de los Estados Unidos.

El propio conteo gubernamental a diciembre de 2017, de 7.216 muertes —una cifra catastrófica, más del doble del número de personas muertas en los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001— subestima dramáticamente el total real, como se reveló en una reciente investigación de USA Today. Muchos de los que mueren en el desierto de deshidratación, inanición, asfixia o exposición al calor y al frío nunca se identifican.

Después de asistir a una audiencia en la corte el 18 de enero, Warren fue liberado sin fianza y debe asistir a las audiencias de deposición de video el próximo mes. El tribunal aún debe decidir si estas audiencias se harán públicas.

De acuerdo con los documentos judiciales, agentes federales habían rastreado a dos inmigrantes a una clínica médica dirigida por No More Deaths en Ajo, conocida como “The Barn”, la cual habían estado monitoreando durante varios días. Esto está en línea con la práctica común de colocar cámaras y sensores en torno a los campamentos de asistencia médica establecidos por los grupos de defensa y convertirlos en trampas para atrapar a los inmigrantes que acuden a ellos con una necesidad desesperada de ayuda.

La declaración del demandante presentada en la corte afirma: “Después de encontrar el camino para ‘The Barn’, Warren se reunió con ellos afuera y les dio comida y agua durante aproximadamente tres días”. El informe alega que uno de los dos inmigrantes —ambos ahora han sido detenidos y enfrentan la deportación— “dijo que Warren los cuidó en ‘The Barn’ dándoles comida, agua, camas y ropa limpia.” En otras palabras, los cargos están destinados a criminalizar a cualquiera que brinde asistencia para salvar vidas de inmigrantes o trabajadores indocumentados que cruzan la frontera a través del desierto.

En comentarios citados por el Arizona Republic el 22 de enero, el abogado de Warren, Bill Walker, dijo que el arresto violaba un acuerdo de larga data entre los grupos de derechos de inmigrantes, la Patrulla Fronteriza y la Oficina del Fiscal de los Estados Unidos, permitiéndoles proporcionar asistencia.

“No los pasamos de contrabando, no hacemos nada para ayudarlos a ingresar a los Estados Unidos, no hacemos nada ilegal”, dijo Walker. “Este lugar que asaltaron no está en el medio del desierto, no está escondido en ningún lado. Está en la ciudad de Ajo y se usa desde hace mucho tiempo, no para ayudar a contrabandear inmigrantes, sino para brindar atención médica, alimentos y agua”.

El arresto de Warren es parte de una escalada más amplia de la represión de la administración Trump contra inmigrantes y trabajadores indocumentados. La semana pasada, después de una serie de redadas en el lugar de trabajo en más de 100 tiendas 7-Eleven, funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) se rehusaron a negar un informe de noticias indicando que están planeando una redada masiva en California para acorralar a 1.500 trabajadores indocumentados.

El viernes, agentes de la patrulla fronteriza abordaron un autobús en Miami, Florida y exigieron a los pasajeros que presentaran los documentos que establecieran sus derechos de residencia en los Estados Unidos. Arrestaron a una mujer, más tarde identificada como Beverley, que supuestamente había sobrepasado el tiempo de su visa de turista. Fue entregada a ICE para su deportación el lunes. Un video del arresto, capturado por otro pasajero en el autobús, fue visto más de dos millones de veces durante el fin de semana.

Un día antes, agentes que ICE arrestaron a 14 trabajadores indocumentados en una redada a las 5 de la mañana en el hotel Days Inn en Colchester, Vermont, cuando se iban a trabajar.

La agencia también parece haber comenzado una campaña deliberada dirigida a los migrantes que hablan públicamente en contra de las políticas de la administración. El 11 de enero, Ravi Ragbir, director ejecutivo del grupo interreligioso de derechos de inmigrantes New Sanctuary Coalition of New York City, que se mudó a Estados Unidos desde Trinidad y Tobago hace décadas, fue detenido por ICE cuando asistía a un registro regular con agentes de ICE. El 20 de diciembre, agentes de ICE en el estado de Washington iniciaron procedimientos de deportación contra Maru Mora-Villalpando, fundadora de un grupo local de derechos de inmigrantes.

El sabotaje sistemático de los suministros de agua a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México y los esfuerzos para intimidar a las organizaciones para que brinden asistencia a los inmigrantes es el resultado de una estrategia deliberada y bipartidista tanto de los demócratas como de los republicanos. Este esfuerzo particularmente cruel y criminal para disuadir a otros inmigrantes de América Central y del Sur de ejercer su derecho democrático —reconocido bajo por el derecho internacional— a buscar refugio en los Estados Unidos, garantiza que cientos de hombres, mujeres y niños seguirán muriendo cada año.

La administración de Obama deportó a más inmigrantes que cualquier administración anterior y gastó cientos de millones de dólares reclutando a cientos más de agentes fronterizos y militarizando la frontera sur. Esta política, que obliga a los inmigrantes a cruzar un terreno cada vez más traicionero, lejos de las áreas urbanas fuertemente custodiadas, se inició bajo la administración Clinton en 1994 y ha sido mantenida por todas las administraciones desde entonces, tanto demócratas como republicanas.

El Partido Demócrata es el principal responsable político de la capacidad de la administración Trump para llevar a cabo su reaccionaria ofensiva antiinmigrante. Los demócratas han trabajado para sabotear sistemáticamente la oposición popular a las políticas derechistas de Trump —incluyendo sus ataques contra inmigrantes, los recortes masivos de impuestos para la elite corporativa y la guerra amenazante con Corea del Norte— para canalizarla a cambio detrás de la campaña macartista contra la llamada “influencia rusa” en la política de Estados Unidos y el apoyo de una confrontación más agresiva contra la Rusia con armas nucleares.

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(Artículo publicado originalmente en inglés el 24 de enero de 2018)

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