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Julian Assange desafía su orden de arresto, mientras doctores confirman que su salud se deteriora

El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, le ha solicitado a la corte británica que cancele la orden de arresto que lo mantiene confinado a la embajada ecuatoriana en Knightsbridge, Londres. De concederle esta solicitud, podría salir libre sin temor a ser arrestado, según un vocero del Servicio de Enjuiciamientos de la Corona.

“Hipotéticamente, sí. Esa sería nuestra interpretación”, dijo. Assange podría entonces ir a recibir el cuidado médico que necesita urgentemente.

En diciembre del 2010, fue arrestado por primera vez en Londres de acuerdo con ciertas disposiciones antidemocráticas de la orden de arresto europea (EAW, por sus siglas en inglés), emitida por las autoridades suecas. Assange no estaba acusado con ningún crimen y lo citaron en Suecia solo para responder a preguntas sobre acusaciones fabricadas de comportamiento sexual inapropiado. Pudo esquivar la fianza y evitó ser extraditado a Suecia —después de que le negaran sus derechos democráticos básicos dentro del sistema legal británico— al buscar asilo en la embajada del 2012.

Assange temía que las autoridades suecas lo extraditaran inmediatamente a Estados Unidos, cuyas autoridades han emprendido una cruel venganza desde que WikiLeaks expuso las acciones criminales de EUA durante las guerras de agresión en Irak y Afganistán. Esto incluye a publicación en línea de un video mostrando el “asesinato colateral” en el 2007 de 12 civiles iraquíes, grabado desde la mira de las armas de un helicóptero Apache.

El Gobierno norteamericano ha dejado vigente un gran jurado que desde el 2010 tiene el poder de presentar cargos indeterminados contra Assange que podrían incluir la pena de muerte.

El viernes, el consejero de la reina, Mark Summers, le indicó al tribunal de magistrados de Westminster que, dado que el caso sueco había sido abandonado, la EAW había “perdido su propósito y función”. Assange debería ser permitido dejar la embajada sin temor a ser arrestado o extraditado.

Las autoridades suecas cerraron el caso el año pasado, demostrando que todo era una trama inventada desde el comienzo. El plazo de prescripción para algunas de las acusaciones, sin embargo, no expira hasta el 2020.

Por más de cinco años y medio, Assange ha estado encerrado en un pequeño cuarto sin ventanas de 4,5 metros por 4 metros, sin acceso a luz solar, aire fresco ni ejercicio.

Como señaló Assange en el 2014, “El estándar mínimo para los prisioneros de Naciones Unidas es de una hora al día. Incluso cuando estaba en la prisión de Wandsworth en confinamiento solitario [en el 2010], eso se respetaba”.

Pese a que Assange ha sido otorgado un pasaporte y una identificación de Ecuador, las autoridades británicas se han rehusado vengativamente a concederle una salida segura del país. Reino Unido ha actuado en violación del derecho internacional, según un panel de Naciones Unidas que declaró, en el 2016, que Assange era víctima de una “detención arbitraria”.

La salud física y psicológica de Assange se ha visto severamente comprometida por su reclusión. Desde el 2014, ha habido informes de los problemas de salud de Assange. En un artículo para el Daily Mail, la periodista Sarah Oliver describió el aspecto de Assange de la siguiente manera: “Su usual piel pálida es ahora casi translúcida y en su cara está tan hinchada que parece más levantada que sus pómulos naturalmente resaltados. Tiene una tos crónica y la instalación de un humidificador para humedecer la seca atmósfera del aire acondicionado ha hecho poco para ayudar. Sus ojos tienen sombras profundas de azul marino, sugiriendo que ha pasado de ser nocturno a privado de sueño”.

Continúa: “Según una fuente de WikiLeaks, Assange está sufriendo de una condición de arritmia cardiaca potencialmente fatal y tiene un problema pulmonar crónico y una presión peligrosamente alta”.

Assange le dio a entender que, en su espacio, “ni siquiera puedo mantener viva a una planta en una maseta por mucho tiempo aquí”.

El Gobierno británico se rehusó a permitirle a Assange en el 2015 a recibir un tratamiento en un hospital sin el peligro de ser arrestado.

En octubre del año pasado, la Dr. Sondra Crosby, profesora adjunta de la facultad de medicina y salud pública de la Universidad de Boston, y el Dr. Brock Chisholm, un experto en psicología clínica de Londres, examinaron a Assange en la embajada. El 24 de enero se publicó una carta escrita con el Dr. Sean Love en el Guardian, donde escriben: “Como médicos clínicos con una experiencia de 40 años entre nosotros en el cuidado de y la atención a refugiados y otras poblaciones traumatizadas, dedicamos recientemente 20 horas en tres días a llevar a cabo una evaluación física y psicológica comprensiva del Sr. Assange… nuestra opinión profesional es que su confinamiento continuo es peligroso física y mentalmente para él y una clara violación a su derecho humano al cuidado médico”.

Pese a no poder dar muchos detalles por razones de confidencialidad, la carta explica, “La experiencia nos indica que una incertidumbre prolongada de una detención indefinida inflige un trauma psicológico y físico mucho mayor a las presiones esperadas de una encarcelación. Puede incluir una ansiedad severa, niveles patológicos de estrés, disociación, depresión, pensamientos suicidas, trastornos de estrés postraumático, dolor crónico, entre otras dolencias”.

Se cree que Assange está sufriendo de un padecimiento en su hombro que requiere una resonancia magnética, algo imposible para organizar dentro de la embajada. También se cree que tiene un problema en sus pulmones. Los médicos que planean visitar a Assange están severamente limitados en la atención que le pueden proveer. “En la embajada, no hay ninguno de los exámenes diagnósticos, tratamientos y procedimientos, que… necesita urgentemente”, señalan.

La carta continúa: “Es increíble que el Sr. Assange se encuentre en la situación de tener que decidir evitar ser arrestado y potencialmente sufrir consecuencias médicas, incluyendo la muerte, si llegase a ocurrir una crisis que amenace su vida, como un ataque cardiaco”.

Su conclusión es un llamado a la Asociación de Médicos de Reino Unido y a los médicos en el país a exigir que le concedan a Assange una salida segura para recibir atención médica. Además, se oponen a las “violaciones que continúan a su derecho humano al cuidado de salud”.

La demanda de poner fin a la persecución estatal de Assange tiene que ser adoptada por la clase obrera internacional. Los vilipendios y la victimización en su contra son parte de los ataques gubernamentales contra los derechos democráticos elementales, como lo ejemplifica la censura por parte de Google y las redes sociales de los sitios web izquierdistas, progresistas y contra la guerra y los intentos para retratar la oposición a las políticas de austeridad y guerra del gobierno cono interferencia extranjera.

Como parte de la formación de su Coalición Internacional de Sitios Web Socialistas, Progresistas y Contra la Guerra, el World Socialist Web Site y el Comité Internacional de la Cuarta Internacional urge como uno de sus principios por los que hay que luchar: “La demanda de poner fin a la persecución de Julian Assange y Edward Snowden y el restablecimiento completo de su libertad personal”.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 27 de enero de 2018)

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