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Perspectiva

El New York Times utiliza la tragedia en Parkland para intensificar su campaña antirrusa

Menos de cuatro meses después del tiroteo en el colegio en Parkland, el New York Times encontró la manera de convertir esta tragedia nacional que la quitó la vida a 17 colegiales en una oportunidad para intensificar su campaña propagandística antirrusa, involucrando el continuo bombardeo del público con mentiras reaccionarias y militarismo.

A la luz de una importante escalada de tensiones militares entre ambos países, el Times utilizó la acusación del Departamento de Justicia contra ciudadanos rusos del fin de semana para argumentar que Rusia estaba en “guerra” con Estados Unidos. Ahora, el Times ha ampliado estos cargos para incluir que, de alguna forma, Rusia es culpable de las divisiones sociales detrás del último tiroteo masivo en EUA.

“HUBO DISPAROS Y UN ENJAMBRE DE ROBOTS COLMA LAS DIVISIONES SOCIALES– Tiroteo escolar en Florida atrae un ejército listo para propagar la discordia”, es uno de los titulares en la portada del martes.

Según el Times, “robots” rusos, refiriéndose a cuentas sociales automatizadas, están intentado “ensanchar las divisiones” sobre temas como el control de armas y enfermedades mentales para “dificultar el compromiso”. Rusia buscó utilizar “la cuestión de las enfermedades mentales y el debate sobre el control de armas” para “propagar la noción que Nikolas Cruz, el sospechoso del tiroteo” estaba “mentalmente enfermo”.

La afirmación absurda de que Rusia es responsable por la existencia de las divisiones sociales en Estados Unidos es desmentida por el propio tiroteo, el cual es testamento de que la sociedad estadounidense está colmada de antagonismos que, al no haber una salida progresista, se expresan en manifestaciones de violencia masiva.

El objetivo de esta campaña es retratar a cualquier crítico de las causas sociales subyacentes al tiroteo —sea la violencia de la sociedad estadounidense, la ausencia de servicios de salud mental o incluso la psicología social que conlleva un tiroteo masivo— como un “agente ruso” en busca de “sembrar discordia” en la sociedad estadounidense.

El principal artículo del martes se basa completamente en un “panel de control” llamado Hamilton 68, el cual fue creado por la iniciativa Alianza para Proteger la Democracia (Alliance for Securing Democracy) del centro de pensamiento German Marshall Fund. Su principal vocero es Clint Watts, el exagente estadounidense de inteligencia y defensor de la censura que declaró en noviembre que todas las empresas de redes sociales tienen que “silenciar” las fuentes de “rebelión”.

Sin nombrar las cuentas que sigue, Hamilton 68 afirma monitorear el contenido tuiteado por “robots y troles rusos”. No obstante, la mayoría de las tendencias que encabezan sus listas son noticias, muchas publicadas por Russia Today y Sputnik News, que son idénticas a las tendencias populares seguidas por cualquier otra agencia de noticias. De esta forma, Hamilton de provee un generador de titulares instantáneos al New York Times: cualquier noticia importante puede ser presentada como el resultado de “robots rusos”.

El New York Times está fabricando sus acusaciones sobre “injerencia rusa” con lo que en derecho se llama “manos sucias”. Es decir, el Times está haciendo lo mismo por lo que denuncia a otros.

Este no es el lugar para abordar la larga y sangrienta historia de campañas de desestabilizaciones estadounidenses y sus horríficas consecuencias en América Latina y Oriente Medio, ni para retomar el hecho de que muchos periodistas estadounidenses en el exterior han cumplido funciones dobles, como reporteros y agentes.

Sin embargo, cabe notar que, particularmente en décadas recientes y bajo los auspicios del jefe editor de la página editorial del Times, James Bennet, el diario ha completado una espectacular integración en las principales operaciones de las agencias de inteligencia estadounidenses.

Esto es particularmente cierto con respecto a su función como un instrumento de política exterior estadounidense en lo que se refiere a Rusia, haciendo en práctica exactamente de lo que acusa al Kremlin.

Por ejemplo, en cuanto al llamado “disidente” político Aleksei Navalny, un proponente del nacionalismo extremista y la xenofobia, relacionado estrechamente con la derecha de tendencia fascista rusa y con las agencias de inteligencia estadounidenses, ha sido celebrado por el Times como el paladín del disentimiento social en Rusia. Pese a su minúsculo apoyo dentro de Rusia, sus actividades generan titulares en el Times, quien lo ha mencionado en más de 400 artículos separados.

Otro ejemplo ha sido la promoción en el Times de la banda de rock “feminista” Pussy Riot, que tiene el hábito de salir arrestadas desnudándose en iglesias ortodoxas rusas y cuyas consecuencias son retratadas por el Times como un ejemplo horrendo de opresión rusa. El nombre “Pussy Riot”, el cual típicamente no se traduce al ruso, es en sí un reflejo de que esta operación tiene como objetivo influenciar la opinión pública estadounidense y no la rusa.

En el 2014, el Times se reunió con miembros de Pussy Riot en sus oficinas editoriales y, desde entonces, han promovido extensamente al grupo, mencionándolo en al menos 400 artículos. El término “oposición anti-Putin” es mencionado en otros 600 artículos.

La lógica de la campaña del Times fue expresada más claramente por su columnista Thomas Friedman, quien encarna el papel de un vocero de la inteligencia estatal y cuya carrera encuentra un resumen apto en su biografía titulada Imperial Messenger (Mensajero imperial). En su columna del 18 de febrero (“Cualquiera que sea lo que Trump está escondiendo nos está haciendo daño a todos ahora”), Friedman proclama que hay una amenaza de “código rojo” para la integridad de la democracia estadounidense.

“En un momento en el que el fiscal especial Robert Mueller —evaluando años de recolección de inteligencia por parte del FBI, la CIA, y la NSA— ha imputado a trece nacionales rusos y a tres grupos rusos —todos conectados de alguna forma con el Kremlin— por interferir en las elecciones estadounidenses del 2016”, escribe Friedman. “Estados Unidos necesita a un presidente que dirija la defensa de nuestra nación ante este ataque contra la integridad de nuestra democracia electoral”.

Esta “defensa”, según Friedman, incluiría “reunir a nuestros expertos militares y de inteligencia para que formulen una ofensiva efectiva contra Putin —la mejor defensiva posible—”. Es decir, una guerra.

La función de la propaganda estatal es desviar todas las tensiones sociales internas hacia el exterior, y la campaña del Times encaja perfectamente. Su objetivo es tomar la ira de millones de personas en una sociedad despedazada por la desigualdad social, la enajenación social, la violencia policial y las guerras interminables y atribuírsela a algún misterioso adversario extranjero.

Las acusaciones de Times sobre “injerencia” rusa en el tiroteo en Parkland marcaron el tono una cobertura todavía más histérica en los noticieros vespertinos. NBC News citó a Jonathan Morgan, otro colaborador del proyecto Hamilton 68, quien declaró que Rusia está “realmente interesada en sembrar discordia entre los estadounidenses. Así, no estaremos enfocándonos en crear un frente unido contra nuestros adversarios extranjeros”.

La meta de la burguesía y sus cómplices en la prensa es precisamente fraguar un “frente unido” por medio de la supresión de la oposición social dentro de EUA. En este sentido, NBC señaló, “Los investigadores nos están diciendo que no es solo Rusia la que está desplegando estos ataques en las redes sociales”, añadiendo que “muchos pequeños grupos independientes están tratando de dividir a los estadounidenses y crear caos”.

¿Cuáles son esos “pequeños grupos independientes” que quieren “crear caos”? No cabe duda que se refieren a cualquier organización política o de noticias que se atreve a poner en duda la línea oficial de que todo está bien en Estados Unidos y que argumente que los horrendos niveles de violencia en la sociedad estadounidense están de algún modo relacionados a la desigualdad social y a las guerras apoyadas y justificadas por todos los grupos de poder en EUA.

Es importante remarcar que estas acusaciones se dieron el mismo día que Fox News alegó que Michael Moore, el director del filme Masacre en Columbine, un filme que asocia el tiroteo de 1999 en el colegio Columbine a las guerras estadounidenses en el extranjero, atendió una demonstración anti-Trump supuestamente organizada por Rusia.

Como lo ha advertido rápidamente el World Socialist Web Site, los blancos de esta campaña son todos los sitios web y las organizaciones políticas y de noticias izquierdistas, progresistas y contra la guerra. Por extensión, esto significa un ataque a la libertad de prensa y de expresión para toda la población estadounidense. En nombre de un “frente unido” contra “adversarios extranjeros”, se están sentando las bases para la criminalización y prohibición del disentimiento político.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 21 de febrero de 2018)

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