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Cervecera transnacional genera crisis de agua en el norte de México

Cientos de miles de personas en Baja California y Coahuila, en el norte de México, se ven amenazados por una crisis de agua provocada por la fabricadora de cerveza Constellation Brands, una compañía Fortune 500. La compañía construyó varias fábricas de cerveza en áreas propensas a la sequía, empeorando la escasez de agua en ciudades que no tienen la infraestructura necesaria para la producción masiva de cerveza.

Los trabajadores y agricultores locales han formado un comité de defensa del agua independiente para luchar contra la compañía y los complicitos gobiernos estatales y federales.

Ni por cerveza cambiamos nuestra agua. Crédito: Página de Facebook de Mexicali Resiste

Constellation Brands, la tercera fabricadora de cerveza más grande de Estados Unidos, es dueña de las conocidas marcas Corona, Modelo Especial, y Negra Modelo. En 2015, la compañía invirtió 2 mil millones para expandir su fábrica en la ciudad norteña de Zaragoza, Coahuila, y en 2016 comenzó la construcción de nueva planta multimillonaria en Mexicali, Baja California. La compañía estableció su producción en el norte de México por su proximidad a los Estados Unidos, buscando beneficiarse del TLCAN para exportar cerveza a través de la frontera sin pagar aranceles.

Mexicali y Zaragoza tienen climas secos y desérticos. Las temperaturas pueden llegar a más de 50 grados Celsius durante el verano. Mexicali —la más seca de las dos ciudades— recibe 40 milímetros cúbicos de lluvia al año y depende casi completamente en el río Colorado, de donde unos 30 millones de personas obtienen su agua. Sin embargo, el acceso al agua del río Colorado es cada vez más precario por su estatus como uno de los ríos más explotados del mundo. Solo 7 por ciento del flujo del río llega a México, y los científicos estiman que la corriente del río disminuirá un 5 a 20 por ciento durante los próximos 40 años por el cambio climático.

La fabricación de cerveza es un proceso muy intensivo en agua, con 3 litros de agua requeridos para producir un litro de cerveza. En Mexicali, con una población de un millón de personas, una sola corporación amenaza con dictar abrumadoramente el uso del agua de la ciudad. Según datos otorgados por Constellation Brands, la planta de Mexicali requeriría 20.000 millones de litros de agua al año. Esto equivale a la cantidad de agua requerida por una ciudad de 750.000 personas, o 75 por ciento de Mexicali.

Tan solo en su fase inicial, se calcula que la planta requerirá 81 por ciento del agua actualmente utilizada por todas las industrias en Mexicali. Si se le otorga permiso a Constellation Brands para operar a capacidad completa, la fábrica en Mexicali consumirá más agua que todas las industrias en Mexicali y la ciudad vecina de Tijuana en su conjunto. La compañía ha dicho que quiere permanecer en Mexicali por lo menos unos 50 años, con la fecha de apertura de la planta establecida para 2019 o 2020.

La situación del agua en el municipio de Zaragoza, con una población de 8.000, ya llegó a niveles de crisis por las operaciones de la compañía. “No tenemos agua para el consumo humano”, dijo el alcalde Leoncio Martínez Sánchez. “Estamos preocupados porque ya estamos siendo afectados por esta extracción de mil 200 litros de agua por segundo de la fábrica de cerveza. Es contradictorio que mientras Constellation Brands tiene cantidades industriales de agua para hacer la cerveza, el municipio no tiene ni 100 litros para que la gente beba o use en sus casas”.

Constellation Brands consiguió acuerdos ventajistas para establecer sus fábricas en el norte de México, con el apoyo firme de los gobiernos estatales y federales. La compañía supuestamente adquirió terrenos por centavos de dólar. Según los medios, el gobierno le vendió a la compañía terrenos en Mexicali por tan solo 11 pesos por metro cuadrado (casi 60 centavos USD). El presidente mexicano Enrique Peña Nieto recibió personalmente al presidente de Constellation Brands, Robert Sands, en 2015 para mostrar su apoyo a la compañía.

En lugar de usar fondos para mejorar el sistema de infraestructura de agua de Mexicali, el gobierno federal aprobó un proyecto de 500 millones de pesos (casi 2,6 millones de dólares) para construir una tubería de agua de 47 kilómetros (unas 30 millas) que suministraría agua directamente a la planta de Constellation en Mexicali.

Los eventos en Mexicali tienen una resonancia con la maniobra irracional y motivada por el lucro que tomó la ciudad de Flint, Michigan para construir la tubería de agua de Karegnondi Water Authority (KWA), la cual culminó con el cambio del suministro de agua de la ciudad de el Lago Hurón al contaminado río Flint. El proyecto fue totalmente innecesario, ya que era paralelo y estaba a tan solo a 6 millas de distancia de la tubería existente.

La tubería en Mexicali fue suspendida a principios de este año por el enojo social masivo contra el proyecto. En enero 16, trabajadores y campesinos de Mexicali Resiste (también conocido como el Comité de Defensa del Agua de Baja California) bloquearon acceso al sitio de construcción de la planta. Las protestas pacíficas fueron recibidas con más de 100 policías estatales, lo cual resultó en más de 12 arrestos y 7 heridos.

Después de las protestas, el gobernador panista de Baja California, Francisco Vega, amenazó con reprimir cualquier futura movilización. “Todos en Baja California tenemos el derecho a manifestarnos, pero nunca afectando la libertad y los derechos de las personas”, dijo Vega. “El diálogo está abierto, pero ellos se han mostrado violentos”.

Los eventos en Mexicali siguen protestas por 40.000 personas el enero pasado contra la Ley de Aguas de Baja California, la cual hubiera privatizado los servicios de agua, aumentado tarifas, e interrumpido servicios al no realizar un pago por 90 días. La legislatura local fue forzada a derogar la ley tan solo 7 días después de las manifestaciones.

Los políticos y los grupos de seudo-izquierda han culpado a los consumidores estadounidenses por la crisis de agua, argumentando que su necesidad supuestamente retrógrada de consumir cerveza es responsable por la situación que enfrentan los habitantes mexicanos. Este veneno nacionalista tiene como objetivo dividir a las clases obreras mexicanas y estadounidenses para desviar el enojo social del verdadero culpable: el sistema capitalista.

La irracionalidad del capitalismo es evidente para el mundo entero. A causa del beneficio económico de fabricar cerveza en un lado de una línea invisible contra otro, a una corporación se le hizo rentable establecer cervecerías en el desierto —todo a costa de un millón de personas. La crisis de agua en el norte de México solo puede ser resuelta al cambiar el sistema de lucro con una economía planificada científicamente y controlada democráticamente por la clase obrera internacional.

Los trabajadores que enfrentan una crisis de agua en Flint, Puerto Rico, Sud África, Kentucky, México, y numerosas otras zonas alrededor del mundo deben unirse par luchar por el socialismo y la redistribución de las ganancias ilícitas de la élite dirigente para garantizar sus derechos sociales.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 10 de marzo de 2018)