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Maestros universitarios de Reino Unido se rebelan contra acuerdo entreguista del sindicato

Fue detenido por las bases el martes un intento del sindicato universitario UCU (University College Union) de poner fin a la huelga de cuatro semanas por profesores y otro personal académico de Reino Unido, quienes combaten salvajes ataques contra sus pensiones.

Miles de personas protestaron a nivel nacional y cientos de maestros se manifestaron frente a la sede del sindicato en Londres para rechazar el trato entreguista alcanzado la noche anterior. El sindicato se encontró obligado a rechazar el acuerdo más tarde ese mismo día.

Cientos de maestros y personal académico protestan frente a la sede de UCU en Londres

La rebelión es una de las últimas expresiones de un resurgimiento de la lucha de clases a nivel internacional, presagiando una ruptura con los sindicatos que funcionan como armas de la gerencia. La rebelión de los maestros sigue la reciente rebelión contra los sindicatos por parte de 30.000 maestros en huelga en el estado de West Virginia en Estados Unidos, quienes votaron a favor de una huelga para exigir aumentos salariales y un fin al aumento de los costos de la atención médica.

Después de seis días de conversaciones bajo los auspicios del Servicio de Asesoramiento, Conciliación y Arbitraje (ACAS, por sus siglas en inglés) —que se especializa en finalizar disputas a favor de los empleadores—, el UCU y el grupo patronal UUK (Universities UK) anunciaron un acuerdo el lunes por la tarde, con el objetivo de suspender la huelga el martes y detener todas las acciones planificadas.

El acuerdo establecía exactamente cómo terminaría la huelga:

"El UCU tiene una reunión de su Comité de Educación Superior (HEC, por sus siglas en inglés) y sus representantes mañana, 13 de marzo. Después de que concluya la reunión (a primeras horas de la tarde el martes) UUK espera que UCU suspenda la acción industrial a partir del miércoles 14 de marzo".

El acuerdo no ofrecía seguridad a largo plazo, ya que se extendía solo por tres años desde el 1 de abril del 2019, dando a los empleadores el derecho de finalizar el plan de Beneficios Definidos. Además, incluía una reducción de al menos el 19 por ciento en el valor de las pensiones de los maestros.

Para mantener una pensión dentro del marco de Beneficios Definidos solo por un período de tres años, el UCU y la administración acordaron que las contribuciones de los miembros aumentarían un 1,7 por ciento, mientras que los empleadores aumentarían su participación solo un 1,3 por ciento. Ambas partes "entablarían discusiones significativas lo antes posible para explorar alternativas de riesgo compartido para el futuro a partir del 2020, en particular contribuciones definidas colectivas (CDC)”.

El umbral para retener elementos del plan de pensiones de Beneficios Definidos existente era para aquellos que ganaban £42.000 al año o menos. Todos aquellos que ganan más de esa cantidad no tendrían derecho a los beneficios del esquema existente. El UCU entró en las negociaciones diciendo que quería mantener un umbral de Beneficios definidos en £55.000.

El acuerdo incluyó una promesa del sindicato de que "se compromete a alentar a sus miembros a priorizar la reprogramación de clases con el fin de minimizar la interrupción para los estudiantes". Es decir, los maestros estaban siendo obligados a reprogramar las clases perdidas debido a la huelga.

El sindicato firmó el acuerdo poco después de autorizar 14 días adicionales de huelga, exponiendo esto como un intento de aplacar la creciente resistencia de los huelguistas y para asegurar que la disputa permanezca bajo su control hasta que pueda ser traicionada.

Pocos minutos de que se anunciara el acuerdo, la ira estalló en las redes sociales, y los maestros y estudiantes insistieron en que se descartara. El hashtag #NoCapitulation (Ninguna capitulación) se volvió viral. Una carta abierta en línea contra el acuerdo UCU/UUK señaló: "Dentro de tres años, estaremos desmovilizados y presionados a aceptar un trato peor. En nuestra opinión, deberíamos continuar y botar la oferta del UUK en su conjunto". En el lapso de 24 horas, más de 10.000 personas lo habían firmado.

Para la una de la tarde del martes, los maestros habían rechazado el acuerdo en 45 universidades a través de votos ad hoc en reuniones masivas. Los estudiantes realizaron ocupaciones en varias universidades.

En una conversación con una multitud de huelguistas reunidos enfrente de la sede del UCU en la mañana, la secretaria general Sally Hunt intentó vender el acuerdo podrido como el mejor disponible. Ella fue constantemente interrumpida y opuesta por los maestros. Uno denunció el "estatuto de los rompehuelgas" de Hunt y dijo: "Ahora usted está objetivamente del lado de los empleadores".

Con trabajadores y estudiantes enojados concentrados en el exterior del edificio, todos los delegados al Comité de Educación Superior del sindicato votaron en contra del acuerdo, dejando al UCU sin otra opción más que rechazar el trato alcanzado horas antes.

El papel más pernicioso en el intento de terminar la huelga fue jugado por la facción de Izquierda del UCU, compuesta por representantes de varios grupos pseudoizquierdistas. Entre los representantes de izquierda de UCU en el comité ejecutivo nacional del sindicato está el miembro del Partido Socialista de los Trabajadores (SWP, por sus siglas en inglés), Carlo Morelli. El Socialist Worker del SWP admitió el martes que Morelli "había sido parte de las negociaciones [de UCU/UUK]". Mientras buscaba restar importancia a partes del acuerdo, Morelli dijo: "No debemos conformarnos con este trato". Aun así, se negó a susurrar una sola palabra de condena hacia el sindicato.

Apenas unas horas antes, en una publicación en su sitio web después de que el sindicato nacional anunciara la venta total, la Izquierda del UCU insistió en que el acuerdo no era ninguna traición: "Nuestros negociadores tenían un arma apuntando a sus cabezas. Un arma de 'acepta esto o recibe DC [pensión de contribución definida]'. Un compromiso nació. No significa necesariamente que los negociadores se estén vendiendo. Este compromiso es lo que sucede cuando trabajas dentro del déficit proyectado y enfrentas la amenaza del 100% de DC".

La Izquierda del UCU se opone encarnizadamente a la movilización de los trabajadores contra la traidora burocracia sindical porque son parte integral de ella. A pesar de que los miembros del UCU estaban arrojando el sucio trato de vuelta a la burocracia, la Izquierda afirmó que, con la huelga, "ha nacido un nuevo sindicato".

La rebelión de los maestros proporciona una refutación devastadora de las afirmaciones de los pseudoizquierdistas que tienen alianzas con el líder laborista Jeremy Corbyn. Su única intervención en la disputa ha sido promover las negociaciones bajo la supervisión de ACAS. Durante los eventos tumultuosos de ayer, Corbyn y el Partido Laborista, incluyendo a la ministra de Educación en la sombra, Angela Rayner, mantuvieron un silencio sepulcral. En la lucha que están librando contra el UUK y el Gobierno conservador, los maestros están en conflicto no solo contra el UCU, sino contra el Partido Laborista.

La posición de los maestros ha ganado amplio apoyo entre el personal de la universidad y los estudiantes precisamente porque están tratando de hacer retroceder a la mercantilización de la educación que ha sido forzada durante décadas tanto por los laboristas como por los conservadores.

El Partido Socialista por la Igualdad (PSI) y su organización juvenil, Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social (JEIIS), fueron los únicos en explicar desde el comienzo de la disputa que el UCU, como todos los sindicatos, no es un organismo que represente los intereses de sus miembros. Es una herramienta de la administración.

Los eventos han confirmado sin duda la necesidad de sacar la disputa de las manos del UCU, dirigirse a la clase trabajadora y movilizar a todos los sectores de trabajadores en una lucha común por el derecho a las pensiones, la educación pública, la atención de salud y un trabajo de alta calidad.

La rebelión del martes señala el camino. El siguiente paso debe ser la formación de comités de base elegidos democráticamente, independientes de la UCU, para tomar el control de la huelga y todas las acciones futuras en defensa de empleos, salarios y condiciones, y de la educación superior. El PSI y los JEIIS proporcionarán toda la ayuda necesaria para esta lucha.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 14 de marzo de 2018)

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The UK lecturer’s dispute and the marketisation of higher education [1 marzo 2018]

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