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Perspectiva

La lucha de los docentes en EUA continúa tras traición sindical en Arizona

La ola de huelgas y manifestaciones de educadores en Estados Unidos continúa. Tan solo días después de que la Asociación de la Educación de Arizona (AEA) finalizara la huelga de casi 60.000 docentes en el estado de Arizona, al suroeste de Estados Unidos, han surgido nuevas luchas en California, Colorado, Carolina del Sur y del Norte.

Más de 53.000 trabajadores de servicios universitarios y hospitalarios comenzaron una huelga de tres días el lunes en diez campus, centros médicos y laboratorios de investigación de la Universidad de California (UC) en todo el estado. Los trabajadores están demandando un aumento salarial del seis por ciento, un congelamiento de la prima de su seguro médico y un alto a la subcontratación de puestos de trabajo.

El lunes, 900 maestros en Pueblo, Colorado, salieron en huelga para exigir alzas salariales después de trabajar sin un contrato por más de un año. Hace menos de dos semanas, miles de maestros en el estado realizaron paros laborales y se manifestaron en el capitolio estatal en Denver, demandando mayores salarios y pensiones y la recuperación de los recursos perdidos tras una década de rectores al financiamiento escolar.

El 15 de mayo, 30.000 conductores de autobús, conserjes, asistentes de educación especial, trabajadores de la cafetería y otros trabajadores auxiliares del distrito escolar unificado de Los Ángeles, el segundo más grande de Estados Unidos, estarán realizando una huelga de un día.

Miles de maestros en Carolina del Norte se manifestarán en Raleigh el 16 de mayo, el día en que comienza la sesión legislativa estatal. Los docentes de Carolina del Sur han convocado a una manifestación el 19 de mayo en el capitolio estatal en Columbia para protestar la mala paga, el alto número de estudiantes por aula, el exceso de exámenes y el insuficiente tiempo de preparación.

Los maestros están dando expresión a un sentimiento de oposición mucho más amplio entre los trabajadores. El viernes pasado, casi 1.500 trabajadores de la planta de ensamblaje de Ford en Flat Rock, justo al sur de Detroit, se rehusaron a las demandas de la compañía de que siguieran trabajando después de que un trabajador quedara atrapado en una máquina, quedando severamente herido. Sus compañeros respondieron con un paro.

Al mismo tiempo, se vienen juntado las piezas de una incipiente rebelión de las bases obreras contra el sindicato automotor United Auto Workers, el cual opera como una agencia contratista y policial de mano de obra barata al servicio de las gerencias.

El crecimiento de la lucha de clases en Estados Unidos es parte de un movimiento internacional que ha sido testigo de manifestaciones de masas y huelgas en todo Europa, Asia, África, Oriente Próximo y América Latina este año.

En Francia, la semana comenzó con huelgas continuas de trabajadores de la aerolínea Air France y del sistema ferroviario estatal SNCF. Cincuenta años después del levantamiento revolucionario de mayo-junio de 1968, se intensifica la confrontación entre la clase obrera en el país y el Gobierno de Emmanuel Macron, el “presidente de los ricos”. El viernes pasado, los trabajadores de la aerolínea rechazaron de forma abrumadora un insultante aumento salarial del 7 por ciento a lo largo de cuatro años. El ministro de Hacienda, Bruno Le Maire, respondió a la votación con amenazas de despedir masivamente a los trabajadores.

Estos acontecimientos dejan claro que las huelgas que han tenido lugar hasta ahora en el año son expresiones iniciales de un movimiento social poderoso y objetivo. La lucha de clases, que por décadas ha sido suprimida por los sindicatos, está reemergiendo y, al mismo tiempo, ha desmentido todas las afirmaciones de que el conflicto entre clases se ha visto reemplazado por los conflictos por cuestiones de raza, género y orientación sexual.

El resurgimiento de la lucha de clases plantea cuestiones políticas básicas para todos los trabajadores. En primer lugar, ha demostrado el carácter antiobrero de las organizaciones que se hacen llamar sindicatos, pero que en realidad funcionan como instrumentos de las corporaciones y el Estado. En Estados Unidos, cada huelga de los maestros este año ha sido iniciada por las bases docentes, mientras que los sindicatos han actuado como rompehuelgas, siendo invocados para aislar las luchas y sepultarlas lo más rápido posible, como lo hicieron en West Virginia, Oklahoma y Arizona.

Los sindicatos cumplen la misma función básica en cada país. En Francia, han estado coordinando estrechamente con el Estado para intentar atajar el crecimiento de la oposición, acordando con el Gobierno de Macron que velarán por la ejecución de las políticas exigidas por la clase gobernante.

El crecimiento de la resistencia de los trabajadores plantea la necesidad de organizar y coordinar estas luchas internacionalmente.

Para ello es imprescindible la construcción de nuevas organizaciones de lucha —comités de base en cada fábrica y lugar de trabajo— independientes de los corporativistas sindicatos, con el propósito de unir a los trabajadores y preparar una contraofensiva industrial, incorporando la huelga general.

Más allá, los trabajadores están entrando en una lucha que no se limita a este o aquel patrono, sino contra el sistema capitalista y todos sus instrumentos políticos en su conjunto. En Estados Unidos, las huelgas del magisterio son el producto de las políticas de implementadas por sucesivas Administraciones demócratas y republicanas, incluidos Bill Clinton, George W. Bush, Barack Obama y Donald Trump, quienes han desviado fondos de las escuelas públicas a escuelas concertadas y otros negocios con fines de lucro.

Esto es parte de una política de contrarrevolución social, rescates bancarios y recortes de impuestos para las empresas que ha conllevado una redistribución masiva de la riqueza de la clase obrera a la élite corporativa y financiera. En todo el mundo, las clases capitalistas se encuentran en la ofensiva. Están determinadas a preservar su sistema social y económico por medio de una mayor explotación de la clase obrera, la cual conforma la gran mayoría de la población.

La burguesía no responderá a las huelgas y manifestaciones de la clase obrera con un programa de reformas sociales, sino con represión estatal. Esto se ha visto reflejado en la censura del Internet por parte de Gobiernos y gigantes tecnológicos como Google y Facebook, poniendo en la mira desde un principio al World Socialist Web Site y a sus boletines obreros, los cuales se han convertido en el centro de la oposición de la clase trabajadora.

Como lo señaló David North, presidente del Consejo Editorial Internacional del WSWS, en su introducción al Mitin en línea Internacional del Día Internacional del Trabajador, organizado por el Comité Internacional de la Cuarta Internacional, “Las afirmaciones hechas por reformistas decrépitos” como Bernie Sanders y Jeremy Corbyn “de que los oligarcas capitalistas pueden ser persuadidos con miel a aceptar una distribución más igualitaria de la riqueza no son sino delirios… No hay otra forma para rendir cuentas con la clase que controla los medios de producción y las redes financieras globales, junto con las gigantescas máquinas de guerra, las agencias de inteligencia y las fuerzas policiales, que a través de la revolución socialista”.

Doscientos años desde el nacimiento de Marx, los principios del marxismo están siendo confirmados por el crecimiento de la lucha de clases en todo el mundo. Como fue enfatizado durante el evento del Día del Trabajador, el marxismo del siglo XXI es el trotskismo, representado por el Comité Internacional de la Cuarta Internacional. El CICI es la única organización que lucha con base en el marxismo auténtico y en el programa de la revolución socialista mundial.

La tarea urgente es el desarrollo de una dirección política socialista en todas las secciones de la clase trabajadora en Estados Unidos e internacionalmente. Llamamos a todos los trabajadores y jóvenes a sacar las conclusiones necesarias de sus experiencias y a unirse y construir el CICI y sus Partidos Socialistas por la Igualdad en todo el mundo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 8 de mayo de 2018)

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