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Las potencias europeas condenan la cancelación del tratado nuclear con Irán por parte de Trump

Al romper el tratado del 2015 con Irán, el Gobierno de Trump ha expuesto divisiones profundas y explosivas entre Washington y sus aliados imperialistas en Europa. Los Gobiernos y los principales medios de comunicación de Europa fueron prácticamente unánimes al condenar la acción de Trump, pidiendo que se preserve el tratado y prometiendo defender sus intereses comerciales contra las amenazas de Trump de imponer el "más alto nivel de sanciones económicas contra Irán".

La canciller alemana, Angela Merkel, la primera ministra británica, Theresa May, y el presidente francés, Emmanuel Macron, emitieron una declaración conjunta defendiendo el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPoA, por sus siglas en inglés), el nombre oficial del tratado iraní, en oposición a Trump. En la declaración, los tres líderes señalan "con arrepentimiento y preocupación" el retiro de Estados Unidos del acuerdo y "enfatizan nuestro continuo compromiso con el JCPoA". Mientras Irán continúe cumpliendo con las restricciones a su programa nuclear planteadas por el JCPoA, añaden, "nosotros, el E3, seguiremos siendo socios en el JCPoA".

Al exigir que Irán continúe sometiéndose a la supervisión de su programa nuclear por parte de la Agencia Internacional de Energía Atómica, Berlín, Londres y París pidieron a Washington que no imponga nuevas sanciones: "Irán debería continuar disfrutando la suspensión de las sanciones, siendo este su derecho mientras siga cumpliendo con los términos del tratado".

También se comprometieron a abordar "las principales áreas de preocupación" planteadas por Washington, centradas principalmente en exigir que el régimen iraní cumpla servilmente con la política exterior de Estados Unidos y la UE en Oriente Próximo. Esto incluye "preocupaciones compartidas sobre el programa de misiles balísticos de Irán y sus actividades regionales desestabilizadoras, especialmente en Siria, Irak y Yemen".

La titular de política exterior de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, hizo eco de estas posiciones, calificando a Estados Unidos como "nuestro socio y amigo más cercano", pero indicando que la UE, la cual es una signataria del tratado, continuará apoyándolo mientras Irán se atenga a sus disposiciones. Declaró: "Como siempre hemos dicho, el acuerdo nuclear no es un acuerdo bilateral y no está en manos de un solo país para darlo por terminado unilateralmente".

Mogherini se centró en la amenaza de que las sanciones estadounidenses podrían afectar los intereses comerciales europeos en Irán: "El levantamiento de las sanciones relacionadas con la energía nuclear es una parte esencial del acuerdo. ...Estoy particularmente preocupada por el anuncio de nuevas sanciones. Consultaré con todos nuestros socios en las próximas horas y días para evaluar sus implicaciones. La Unión Europea está decidida a actuar de acuerdo con sus intereses de seguridad y proteger sus inversiones económicas".

Sin embargo, es cada vez más claro que la promoción de la UE de sus intereses comerciales en Irán y Oriente Próximo en general la está llevando a un rumbo de colisión con su supuesto aliado en Washington. Y esto sucede cuando la cancelación del acuerdo iraní y el respaldo tácito de EUA a los ataques israelíes contra las fuerzas iraníes en Siria, las cuales apoyan al régimen del presidente Bashar al Asad contra los poderes de la OTAN, ha empujado a todo Oriente Próximo al borde de una guerra total. Tal guerra también podría involucrar rápidamente a las tropas de Rusia, una potencia con armas nucleares, que se encuentran en la región.

Los políticos burgueses europeos están discutiendo ampliamente el peligro de una devastadora guerra regional. Tres años después de que el presidente francés, François Hollande, dijera que la OTAN estaba al borde de una "guerra total" con Rusia en Ucrania, antes de partir para negociar el acuerdo de paz de Minsk, su sucesor Emmanuel Macron habló con Der Spiegel este fin de semana para advertir nuevamente de un conflicto a gran escala. "Estamos abriendo una caja de Pandora. Podría haber guerra", dijo.

No obstante, aunque admiten que sus políticas amenazan con desencadenar una catástrofe, las potencias europeas y Washington continúan chocando cada vez más violentamente debido a los intereses antagonistas de sus empresas en Oriente Próximo, una región rica en petróleo.

El mismo día que Trump anunció su retirada del tratado nuclear, los funcionarios estadounidenses emitieron una serie de demandas para que la UE interrumpiera sus relaciones comerciales con Irán. El asesor de seguridad nacional, John Bolton, dijo: "No se permiten nuevos contratos", y les dio a las empresas europeas que tienen entre 90 y 180 días para reducir sus operaciones en sectores específicos como el petróleo, la energía, los autos y el tráfico marítimo.

Horas después de asumir su cargo como embajador de Estados Unidos en Alemania, Richard Grenell acudió a Twitter para exigir que Berlín cortase sus lazos económicos con Irán. "Como dijo Donald Trump, las sanciones estadounidenses se centrarán en sectores críticos de la economía de Irán. Las empresas alemanas que estén haciendo negocios en Irán deberían cerrar sus operaciones de inmediato".

Estas declaraciones provocaron enojadas réplicas de altos funcionarios europeos. El ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, dijo que era "inaceptable" que Washington actuara como "el policía económico mundial".

El exembajador de Alemania ante Estados Unidos Wolfgang Ischinger, atacó públicamente a Grenell: "Ric: mi consejo, después de una larga carrera como embajador, explica las políticas de tu propio país y cabildea en el país anfitrión, pero nunca le digas qué hacer, si no quieres meterte en problemas. Los alemanes están ansiosos por escuchar, pero les molestarán las instrucciones".

En Twitter, Ischinger preguntó sin rodeos si los comentarios de Grenell eran una señal de que la alianza entre Estados Unidos y las potencias europeas había colapsado: "¿Está muerta la alianza transatlántica? Si una de las partes se niega a siquiera considerar los argumentos presentados por la otra parte, ¿seguimos estando juntos, mientras intentamos manejar los desafíos a nuestros intereses de seguridad compartidos? ¿O nos estamos distanciando para siempre? Tristes preguntas".

Grenell respondió un comentario reiterando que sus amenazas son políticas de Estados Unidos, y señaló que su tuit era "el lenguaje exacto enviado de los puntos de discusión de la Casa Blanca y la hoja informativa".

En este conflicto, las potencias imperialistas europeas buscan promover y defender sus intereses imperialistas, que no son menos reaccionarios que los propugnados por Trump. Defienden estos intereses a través de intervenciones impopulares e ilegales en Oriente Próximo, como el bombardeo contra Siria el mes pasado por Washington, Londres y París. Y a medida que intenten seguir una política comercial y militar independiente de Washington, intensificarán los ataques contra la clase trabajadora para obtener los cientos de miles de millones de euros necesarios para expandir sus fuerzas armadas para que sean un rival creíble para el Pentágono.

En un artículo titulado "Contratos que valen miles de millones están ahora incinerados por las sanciones de Estados Unidos contra Irán", Le Monde elaboró una lista de los contratos que las principales corporaciones de la UE pueden perder en Irán. Estos incluyen un contrato de €10 mil millones de euros de Airbus para aviones de pasajeros a Irán; el contrato de la petrolera francesa Total de €5 mil millones para explotar el campo de gas South Pars; los planes de Volkswagen de comenzar a vender automóviles en Irán, así como las operaciones de los fabricantes de automóviles, PSA Peugeot-Citroën, que poseen el 30 por ciento del mercado automovilístico iraní y Renault-Nissan, que ahora vende 170.000 autos al año en Irán.

En Alemania, cuyo comercio con Irán aumentó un 42 por ciento desde el 2015 a €3,4 mil millones al año, Dieter Kempf, presidente de la Federación de Industrias Alemanas (BDI, por sus siglas en alemán), dijo que Berlín no estaba preparada para abandonar Irán como mercado. "Nuestras empresas han invertido mucha esperanza en las aperturas del mercado que resultaron del levantamiento de las sanciones económicas", dijo.

Hablando con la emisora de radio alemana Deutschlandfunk, el exjefe de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, Elmar Brok, denunció la política de Estados Unidos. Cuando se le preguntó si "las palabras de Trump deben ser entendidas como una clara amenaza contra Europa", Brok respondió: "¡Sí! Quiero decir, a menudo hemos oído hablar de Estados Unidos, por ejemplo, en el tema de Cuba, y así sucesivamente, que las empresas que no sigan la política estadounidense serán castigadas por ello. Este es un reclamo legislativo extraterritorial que simplemente ya no es aceptable".

Los medios de comunicación están planteando explícitamente la posibilidad de un colapso de la alianza transatlántica y la aparición de un conflicto abierto entre las potencias imperialistas de la OTAN. "Donald Trump actúa como un pirómano, los Gobiernos en Berlín, París y Londres se están viendo obligados a buscar nuevos aliados en Moscú, Beijing y Teherán", declaró Klaus Remme, el comentarista principal de política exterior y de seguridad en Deutschlandfunk. "Ya no se trata solo de lo que dijo la canciller en el 2017, que, dadas las diferencias con Washington, (Europa debería) tomar el destino en sus propias manos. Los europeos deberían ahora no solo demostrar independencia. Tendrían que organizar resistencia contra Donald Trump".

(Artículo publicado originalmente en inglés el 10 de mayo de 2018)

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