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Perspectiva

¡Levanten la prohibición de sus comunicaciones! ¡Liberen a Julian Assange!

El 6 de junio marcará la décima semana desde que el Gobierno ecuatoriano cortó todas las comunicaciones del editor de WikiLeaks, Julian Assange, incluyendo sus vistas personales. Assange ha estado atrapado dentro de la embajada ecuatoriana en Londres desde el 2012, cuando Quito le concedió asilo en cara a una cacería de brujas legal por parte de los Gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido y Suecia.

Reino Unido estuvo tomando pasos para extraditar a Assange a Suecia bajo cargos fraudulentos de abuso sexual, para luego transferirlo a EUA bajo cargos de espionaje que conllevan una posible pena de muerte. Washington ha prometido castigar a Assange por haber expuesto ante el mundo los crímenes de guerra estadounidenses en Irak y Afganistán, al igual que sus intrigas contra otros países.

En declaraciones el miércoles pasado, el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, buscó defender las medidas para silenciar a Assange. De forma nada convincente, intentó negar que esta decisión constituía una capitulación de su Gobierno a la presión y las amenazas de Estados Unidos.

Moreno presentó una concepción orwelliana de la libertad de expresión consistente con el parecer del imperialismo estadounidense y todo enemigo de los derechos democráticos. Renunciando al derecho de WikiLeaks —y de todo periodista y medio de comunicación— a publicar información que devele la criminalidad de los Gobiernos y las corporaciones o que desafíe la propaganda oficial, el mandatario ecuatoriano afirmó: “Hay dos tipos de libertades. La libertad responsable y la libertad cavernaria, en la cual uno cree que puede hacer lo que le da la gana, cuando le da la gana y como le da la gana. Ese no es un tipo de libertad. La libertad es una libertad que hay que ejercerla con mucha responsabilidad”.

Moreno advirtió al de editor de WikiLeaks que “no se olvide que su condición de asilado le impide hablar de política y peor intervenir en política de países amigos”. Advirtió que, si Assange no se somete a esos términos, “en ese momento tomaremos la decisión” de revocar su asilo.

La misión entera de Assange cuando formó WikiLeaks en el 2006 fue permitir que las personas pudieran utilizar el inmenso poder del Internet para romper con la desinformación y censura “responsables” que prevalecen en los medios de comunicación corporativos y estatales. Todo periodismo crítico e independiente, por su propia naturaleza, involucra “hablar de política”.

Assange está ahora en grave peligro. Hace más de dos años, un equipo de trabajo de las Naciones Unidas condenó al Gobierno británico por forzar la “detención arbitraria” de Assange, llamándola una “contravención de derechos humanos fundamentales”.

Su abogado Jennifer Robinson y su simpatizante Pamela Anderson han advertido en recientes semanas acerca de la seriedad de su condición médica. Por seis años, ha estado confinado a un pequeño edificio sin acceso a la luz solar ni a tratamientos médicos adecuados. Por 10 semanas, ha estado bajo una presión psicológica adicional por su aislamiento indefinido, que Moreno afirmó que continuaría.

Se está llevando a cabo una operación calculada para quebrar la resistencia del editor de WikiLeaks. Las declaraciones de Moreno tan solo reafirman que su objetivo es forzarlo a salir “a su voluntad” de la embajada ecuatoriana, dando paso a su arresto a manos de los policías británicos que lo esperan en las afueras, bajo cargos relacionados a sus requisitos de fianza, todo esto sin poder comunicarse con el mundo exterior. Le seguirían meses o incluso años más de encarcelamiento mientras su defensa legal lucha en contra de órdenes de extradición de Estados Unidos.

El Gobierno de Australia, donde nació Assange y cuya nacionalidad porta, carga con una inmensa responsabilidad por esta situación. A fines del 2010, en vez de defender los derechos de un ciudadano australiano cuyos derechos estaban bajo ataque, el Gobierno laborista de la primera ministra Julia Gillard se alineó con Washington. Denunció las acciones de WikiLeaks como “ilegales” y declaró que apoyaría cualquier enjuiciamiento de Assange por espionaje. El actual Gobierno de coalición Liberal-Nacional no ha levantado ni un meñique para oponerse a su persecución.

Los Estados de Estados Unidos y de sus países aliados están intentando acabar con WikiLeaks y Julian Assange para intimidar a todos los medios de comunicación críticos e independientes. Su interés es suprimir la revelación de los crímenes y las mentiras de sus Gobiernos y silenciar a todos aquellos que defiendan los derechos democráticos y la libertad de expresión.

El ataque contra Assange está vinculado con pasos agresivos de las agencias de inteligencia estadounidenses e internacionales, colaborando estrechamente con las empresas de redes sociales y del Internet, para suprimir en línea los puntos de vista izquierdistas, socialistas y contra la guerra. Está descendiendo una espesa nube de censura sobre el Internet, la forma más democrática de comunicación en la historia de la humanidad.

El Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI) y su publicación, el World Socialist Web Site, están urgiendo a llevar a cabo una resistencia. Llamamos por la mayor movilización internacional posible en defensa de WikiLeaks y Julian Assange. Esta es una parte esencial de la lucha más amplia para defender las libertades en el Internet, la libertad de expresión y todos los derechos sociales y democráticos de la clase obrera en general.

Hemos alcanzado una encrucijada histórica. Las organizaciones y los individuos serán juzgados según su posición en este conflicto esencial sobre los derechos democráticos.

El Partido Socialista por la Igualdad, la sección australiana del CICI, ha convocado a una manifestación en la plaza del Ayuntamiento de Sídney a la 1:00 p.m. el domingo, 17 de junio. Está siendo organizada en conjunto con el aclamado periodista y cineasta, John Pilger, un defensor inquebrantable de WikiLeaks, Julian Assange, la libertad de prensa y los derechos democráticos.

La manifestación también ha recibido el respaldo del prominente abogado por libertades civiles, Julian Burnside, y Terry Hicks, quien libró una batalla por cinco años contra la encarcelación de su hijo, David Hicks en la prisión infernal estadounidense de la bahía de Guantánamo.

El músico Roger Waters, quien adquirió fama como miembro de Pink Floyd y se ha pronunciado por décadas en contra de las guerras y la injusticia, le ha enviado un mensaje al WSWS apoyando sus acciones en defensa de WikiLeaks. En sus conciertos en Berlín durante el fin de semana, colocó el llamamiento: “Resistan el intento para silenciar a Julian Assange”.

La manifestación en Sídney buscará avanzar la demanda que el Gobierno australiano actúe inmediatamente para asegurar el regreso incondicional de Assange a Australia, garantizando su protección en contra de cualquier intento estadounidense para extraditarlo.

El 19 de junio, se estará realizando una vigilia en Londres al frente de la embajada ecuatoriana para exigir la libertad de Julian Assange. El Gobierno de Theresa May debe poner fin a su persecución de Assange, retirar los cargos relacionados a su fianza y permitirle irse de la embajada ecuatoriana y de Reino Unido. Se estarán celebrando vigilias similares el 19 de junio en distintas ciudades por todo el mundo.

En cambio, los sindicatos, el Partido Verde y las organizaciones pseudoizquierdistas que habían pronunciado su apoyo a WikiLeaks y a Assange en el 2010 y el 2011 han rechazado cualquier lucha en contra de su persecución. Han tomado un giro en apoyo al imperialismo.

Sin embargo, la clase obrera y los jóvenes están asumiendo luchas inmensas y existe un respeto enorme entre ellos hacia Assange y WikiLeaks. La fuerza social que se pondrá a la cabeza de la defensa por los derechos democráticos será la clase obrera internacional, como parte de una lucha más amplia por asegurar sus derechos sociales y en oposición a la guerra, la desigualdad y al sistema capitalista.

Urgimos a los lectores del WSWS a dirigirse a los lugares de trabajo, fábricas, campus universitarios y colegios a movilizar el máximo apoyo posible para las manifestaciones y las vigilias que exijan la libertad de Julian Assange.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 4 de junio de 2018)

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