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La oligarquía gobierna: Amazon y otras corporaciones derogan impuesto para enfrentar falta de viviendas en Seattle

El Ayuntamiento de Seattle, controlado por el Partido Demócrata, tardó apenas cuatro

semanas en capitular por completo ante una campaña de Amazon y otros gigantes

corporativos que exigía a la ciudad revocar un minúsculo impuesto sobre las empresas

aprobado el mes pasado. El consejo votó para abolir el impuesto ayer, después de

haber votado unánimemente para presentarlo el 14 de mayo.

La medida gravaba a las grandes corporaciones cuyos ingresos anuales superen los

$20 millones a partir del 2019 a una tasa de $ 0.14 por cada hora trabajada por cada

empleado en la ciudad, o aproximadamente $275 anuales por trabajador a tiempo

completo. Si alguna vez se hubiera implementado, la medida habría recaudado

aproximadamente $47 millones por año destinados a la construcción de viviendas

para personas de bajos ingresos y otros servicios críticos para una pequeña fracción de

las más de 6.000 personas sin hogar cada noche en la ciudad.

El lunes, la alcaldesa demócrata Jenny Durkan emitió una declaración firmada por

siete miembros demócratas del Ayuntamiento, en respuesta a una campaña coordinada

contra el impuesto realizada por Amazon y otras corporaciones. La declaración afirmó

que "está claro que la ordenanza conducirá a una lucha política prolongada y costosa

durante los próximos cinco meses que no hará nada para abordar nuestra crisis urgente

de vivienda y personas sin hogar". Dirigiéndose a las corporaciones gigantes que son

la real base política de tanto los demócratas como los republicanos, la carta dice: "Te

escuchamos".

El concejal demócrata Mike O'Brien dijo a la estación de radio KUOW: "No hay duda

de que la presión empresarial ha cambiado mi punto de vista". O'Brien afirmó que le

preocupaba que el impuesto se convirtiera en un problema para las campañas de

reelección de los demócratas.

Este patético y degradado espectáculo es otra demostración del estado real de las

relaciones económicas y políticas en los Estados Unidos e internacionalmente. Una

pequeña oligarquía financiera controla ambos partidos políticos en todos los niveles

gubernamentales, desde los Ayuntamientos hasta al presidente, y no acepta ningún

impacto sobre sus ganancias y riquezas, por pequeñas que sean, para satisfacer incluso

las necesidades más esenciales de la sociedad.

Amazon, que tiene sus oficinas centrales en Seattle y emplea aproximadamente a

45.000 trabajadores allí, hubiese tenido que pagar aproximadamente $10 millones

anuales por el impuesto. Esto es aproximadamente el 0,007 por ciento de la riqueza

personal del CEO de Amazon, Jeff Bezos, de $138 mil millones. Es igual a lo que

hace Bezos en aproximadamente una hora. Esta riqueza se ha obtenido a través de la

explotación brutal de los trabajadores de Amazon en los Estados Unidos e

internacionalmente.

Bezos podría escribir un cheque personal para cubrir los $20 mil millones que

acabarían con la falta de vivienda en los Estados Unidos y todavía sería el hombre

más rico del mundo.

Después de que se aprobó el impuesto, Amazon, Starbucks, Vulcan —la firma de

inversión del cofundador de Microsoft, Paul Allen—, la industria alimentaria de y de

tiendas de conveniencia del estado de Washington proporcionaron decenas de miles

de dólares para iniciar una campaña para un referéndum llamada "No a los impuestos

sobre los trabajos" que habría pedido a los votantes decidir si derogar el impuesto en

las elecciones de noviembre de 2018.

Esto se produjo tras una campaña de chantaje económico por varias semanas contra la

ciudad por parte de Amazon, que detuvo la construcción de un nuevo edificio en

Seattle a la espera de la decisión sobre el impuesto. Como resultado, el proyecto de

ley fiscal aprobado había sido diluido de una versión original que hubiera recaudado

casi el doble de los ingresos. Incluso si se hubiera promulgado del todo, habría sido

totalmente inadecuado para abordar la crisis de las personas sin hogar en Seattle, una

de las más agudas en EUA.

La anulación del impuesto expone la bancarrota de la perspectiva de la concejala del

Ayuntamiento de Seattle y líder de Alternativa Socialista, Kshama Sawant. Había

celebrado la aprobación del impuesto en mayo —en sí el resultado de un acuerdo

clandestino reduciendo su impacto para apaciguar a Amazon—. Lo llamó una "gran

victoria".

Amazon y las otras corporaciones que se opusieron al impuesto fueron acompañados

en su campaña por los sindicatos. El local 86 de Iron Workers se manifestó en una

conferencia de prensa convocada por Sawant a principios de mayo para oponerse al

impuesto. Chris McClain, el secretario financiero y de negocios del sindicato, declaró

que Amazon era un "desarrollador responsable que paga salarios dignos y proporciona

empleos con salarios dignos para la industria de la construcción".

Mientras que Sawant votó para oponerse a la rescisión del proyecto de ley, la victoria

de Amazon muestra que la estrategia de Sawant de presionar al Partido Demócrata a

través de maniobras en el Gobierno local conduce a la derrota y la desilusión. La

estrategia de Alternativa Socialista ha sido llamar a los trabajadores a apoyar su

"coalición" con demócratas que llaman "progresistas" para presionar a los demócratas

"corporativos" para que adopten políticas izquierdistas. En las elecciones del

Ayuntamiento de Seattle del 2015, por ejemplo, Alternativa Socialista hizo un

llamamiento a los trabajadores y los jóvenes para que votaran por los llamados

demócratas "progresistas", incluida Lisa Herbold, que ayer votó a favor de la

anulación del impuesto sobre Amazon. A pesar de que esta estrategia colapsó cuando

los demócratas cedieron casi de forma unánime al chantaje de Amazon, Sawant ha

respondido a la debacle intensificando las mismas presiones. Ahora afirma que la

lección de la revocación fiscal es la necesidad de elegir a más miembros de

Alternativa Socialista para que sigan canalizando la oposición de la clase trabajadora

a la desigualdad detrás de la construcción de coaliciones con el proempresarial Partido

Demócrata.

Alternativa Socialista se opone ante todo a la construcción de un movimiento

revolucionario de la clase trabajadora en completa oposición tanto a los partidos

controlados por las corporaciones como a los sindicatos corporativistas y antiobreros.

Eso es porque Alternativa Socialista funciona como una facción del Partido

Demócrata.

Sin embargo, el dominio sobre cada aspecto de la vida social ejercido por las

corporaciones gigantes muestra que para garantizar la satisfacción de las necesidades

más elementales de la clase trabajadora requiere la expropiación de los bancos y

corporaciones y su transformación en servicios públicos, controlados por la clase

trabajadora, y la reorganización socialista de la sociedad.

El autor también recomienda:

Alternativa socialista propone alianza electoral con los demócratas de Seattle

[31 de octubre de 2015]

El Ayuntamiento de Seattle y Kshama Sawant capitulan ante Amazon, aprueban el

impuesto diluido

[19 de mayo de 2018]

(Artículo publicado originalmente en inglés el 13 de junio de 2018)

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