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Perspectiva

El mitin en Sídney para defender a Julian Assange: un importante paso adelante

El domingo, 17 de junio, se celebró una manifestación en la plaza del Ayuntamiento de Sídney para luchar por la liberación inmediata e incondicional del editor de WikiLeaks, Julian Assange. El mitin demandó que el Gobierno australiano del primer ministro Malcolm Turnbull asegure la liberación de Assange de su confinamiento en la embajada ecuatoriana en Londres y su regreso sano y salvo a Australia.

El mitin fue introducido y presidido por la dirigente del Partido Socialista por la Igualdad (PSI) desde hace muchos años, Linda Tenenbaum. También se pronunciaron James Cogan, secretario nacional del PSI, Evrim Yazgin, presidente de los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social (JEEIS) en la Universidad de Melbourne, y Sue Phillips, la organizadora del Comité por la Educación Pública (CFPE, por sus siglas en inglés). Finalizó con un poderoso discurso del reconocido periodista y documentalista, John Pilger, quien ha sido un incansable luchador por la libertad de Julian Assange y de la prensa en general.

El mitin se basó en el principio político que la defensa de Assange es inseparablemente de la lucha contra el opresivo sistema capitalista que da origen a las guerras, la desigualdad social y los ataques contra los derechos democráticos.

Una audiencia de cientos de personas, incluyendo a muchos estudiantes y trabajadores, atendieron y aplaudieron vigorosamente los discursos. Estuvieron ahí a pesar del completo silencio de los medios corporativos y la hostilidad de toda la estructura política oficial hacia la defensa de Assange.

Introduciendo el mitin, Tenenbaum declaró, “El Partido Socialista por la Igualdad ha organizado este mitin para comenzar la batalla para construir una campaña de defensa en Australia, Nueva Zelanda e internacionalmente que aúne a todos los que estén comprometidos a defender los derechos democráticos —el derecho de los periodistas a informar a la población, su derecho a la libertad de expresión y el derecho de todos a estar informados de la verdad—. Estas son las cuestiones de la más fundamental importancia. La supresión de la verdad, de WikiLeaks y Julian Assange va de la mano con la destrucción de los derechos democráticos”.

En su discurso, James Cogan declaró que el mitin fue un evento “crucial para los trabajadores porque es parte de la lucha más amplia por todos los derechos sociales y democráticos de la vasta masa de la humanidad”.

Cogan explicó que se está incrementando la consciencia y preocupación sobre el peligro de la guerra entre la clase obrera y la juventud, “en tiempos en los que el presidente estadounidense habla casualmente de ‘destruir totalmente’ a países enteros con armas nucleares”.

“Quizás lo que tenga mayor importancia”, continuó Cogan, “es que la clase obrera y la juventud están reanudando sus luchas en Estados Unidos —el epicentro de la reacción social y la degradación capitalista—.

“Es imposible entender la determinación de la élite gobernante estadounidense para silenciar a WikiLeaks y Assange sin entender su temor hacia la clase obrera. Las clases gobernantes capitalistas y sus representantes en EUA e internacionalmente están aterrados sobre el poder que el Internet le ofrece a la clase obrera, a la gente ordinaria.

“Les da acceso a noticias y análisis alternativos, la habilidad para intercambiar información y opiniones, y organizarse políticamente a través de las fronteras nacionales para unificarse como una fuerza internacional”.

Luego, observó: “Durante las últimas tres semanas, mientras hemos estado promoviendo este mitin y las vigilias que se estarán realizando el 19 de junio, hemos develado el grado de apoyo que existe para Assange y WikiLeaks en la clase obrera en Australia e internacionalmente.

“La élite política lo ha abandonado. Millones de personas más no lo han hecho. Lo que los Gobiernos y los partidos políticos hagan ahora, en un momento en que Assange encara un peligro inmenso, no será olvidado”.

El discurso pronunciado por John Pilger expuso feroz y penetrantemente a todos aquellos políticos, editores de periódicos, periodistas, exliberales y exizquierdistas que dejaron caer a Julian Assange en la jaula de los lobos. Pronunció una poderosa defensa de los derechos democráticos.

“Conozco a Julian Assange bien”, comenzó. “Lo considero un amigo cercano, una persona con una resiliencia y un coraje extraordinarios. He visto un tsunami de mentiras y difamaciones sumergiéndolo, interminablemente, vengativamente, infamemente, y sé porque lo difaman.

“En el 2008, un documento de máximo secreto fechado el 8 de marzo especificó un plan para destruir tanto a WikiLeaks como a Assange. Los autores eran de la rama de Evaluaciones de Contrainteligencia Cibernética del Departamento de Defensa estadounidense. Detallaban lo importante que era destruir el ‘sentimiento de confianza’ del ‘centro de gravedad’ de WikiLeaks.

“Su principal arma sería una difamación personal. Sus tropas de choque serían reclutadas de la prensa —precisamente los que se supone que deben esclarecer los acontecimientos y decirnos la verdad—. La ironía es que nadie les dijo a estos periodistas qué debían hacer. Los llamo los periodistas de Vichy —refiriéndome al Gobierno de Vichy que sirvió y permitió la ocupación alemana de Francia durante la guerra—”.

Esta alusión a Vichy fue una metáfora apta, particularmente hoy día.

Una capa entera de organizaciones pseudoizquierdistas boicoteó el mitin. Ninguna otra acción podría exponer más claramente la relación entre la “política de identidad” avanzada por estos cobardes grupos y los intereses del imperialismo. A fin de atrincherarse detrás de sus Gobiernos respectivos y abandonar cualquier defensa del valiente denunciante, utilizaron la campaña de desprestigio contra Assange, basada en acusaciones de ser un “violador” que fueron fabricadas en Suecia.

En oposición a esta capa afluente, ensimismada y antiobrera, Pilger insistió, “Ningún periodismo investigativo en mi vida podría equipararse con la importancia de lo que WikiLeaks ha hecho en llamar a los poderes voraces a rendir cuentas. Es como si una cortina moral que solo va en una dirección se corriera para dejar expuesto el imperialismo de las democracias liberales: su compromiso con las guerras interminables y la división y degradación de las vidas ‘sin valor’: desde la torre Grenfell hasta Gaza”.

El mitin no será un evento único. El Comité Internacional de la Cuarta Internacional continuará desarrollando y extendiendo la lucha por la libertad de Julian Assange por todo el mundo y movilizando el vasto poder social de la clase obrera internacional en defensa de los derechos sociales y democráticos. El mitin del domingo pone de relieve que tal lucha solo puede ser librada con base en una perspectiva antiimperialista, socialista y contra la guerra.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 18 de junio de 2018)

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